Desde pequeña soy caliente
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Hoy que soy mayor de edad, estoy segura que nací fácil para dejarme coger.
Aún recuerdo mi primera penetración cuando tenía 11 años con mi vecino de 14 años, lo recuerdo como si fuera sido ayer, cuando en las escaleras del edificio en que vivíamos y como casi todos los días me reunía con mi vecino de arriba para platicar y jugar.
Un día tocamos el tema de nuestros padres divorciados y que ambos vivíamos con nuestras respectivas madres.
El me preguntó si yo había visto a mi mama dormir con otro hombre, yo le respondí que en una ocasión, aunque había sido en varias ocasiones y con diferentes hombres y que los gemidos y el rechinar de la cama me despertaban muy seguido.
Le pregunte y tú, el me respondió que también, pero que el por lo que escuchaba, había aprendido como hacer feliz a una mujer.
Ingenuamente o quizás no, le pregunte que como con solo escuchar había aprendido como hacer feliz a una mujer y me dijo que para demostrármelo, tenía que prometerle que me dejaría hacer lo que él quisiera y que además nadie lo sabría, llena de curiosidad se lo prometí, dude por un momento pero accedí a hacer lo que él me pidiera.
Estaba segura que él me pediría hacer lo mismo que yo había visto hacer a mi mama y que ella gozaba tanto.
Recuerdo que ese día traía un vestido amplio azul, puso su mano poco arriba de mi rodilla, se acercó como nunca antes lo había hecho y me beso en la boca, intento meter su lengua pero yo lo rechace.
Me miro a los ojos y me dijo muy serio, prometiste dejarte hacer lo que yo quisiera, baje la vista y le dije, está bien hare lo que quieras.
Me levanto la cara, acerco sus labios y metió su lengua en mi boca, poco a poco yo fui tocando su lengua con la mía hasta que los dos nos abrazamos muy fuerte en el escalón de la escalera.
Nuestros cuerpos estaban más juntos como jamás lo habían estado y en lugar de sentir que nos besábamos, pensaba que nos lambiamos la boca.
Poco después, empecé a sentir sin dejar de abrazarlo, que su mano poco a poco se iba acercando a mi entrepierna, hasta que sentí su dedo gordo sobre mi pantaleta y empezó a acariciar mi vagina.
No sé cómo explicar lo que sentí, pero fue la primera vez que empecé a sentir húmeda la pantaleta de algodón que traía.
Poco después me puso la palma de su mano sobre mi vagina y me la empezó a acariciar y a apretar, me dejo de besar o más bien de lamer mi boca y me empezó a besar el oído que me provocaba escalofríos y me hacía reaccionar con movimientos como pidiéndole que tocara con más fuerza mi la vagina, que apenas empezaba a esbozar sus primeros vellos.
Al oído me volvió a recordar la promesa hecha de dejarme hacer lo que él quisiera, en voz baja le pedí que continuara, creo que desde chiquita salí puta, porque estaba gozando a esa edad como me acariciaba la vagina.
Poco después me dijo al oído en voz baja que me haría suya, eso me éxito más, me empecé a sentir incomoda porque se daría cuenta que mi vagina escurría y mojaba mi calzón.
Aun así, le pregunte que significaba que me haría suya, él me dijo no se pero así se dicen, me siguió tocando y besando, hizo a un lado mi pantaleta y empecé a sentir como uno de sus dedos hacia a un lado mis labios vaginales y lo empezaba a penetrar en mi vagina.
Me quise resistir, pero recordé que mi mama gozaba cuando a ella se lo hacían, me dio miedo ya que había escuchado sobre la virginidad, pero no me importo y me deje seguir tocando.
Recordé que mi mama tocaba la verga de sus parejas sobre el pantalón, así que puse mi mano en su entrepierna, sentí que algo estaba duro y se lo empecé a apretar, el me soltó y me dijo vamos a mi casa, mi mama aun tarda en regresar.
Subimos rápido y llegamos a su habitación, cerró la puerta con seguro, de inmediato se me acerco y muy pegadito me empezó besar y a abrazar muy fuerte, poco después me empezó a desabrochar el vestido hasta que me lo quito, de inmediato me quito la camiseta porque aún no usaba corpiño y me quede solo con mis calzones de franela.
Me empezó a mirar el pecho, se agacho y acerco su boca a mis muy pequeños senos y los empezó a chupar y a lamer, pero lo hacía de tal manera que yo sentía riquísimo.
Poco después se levantó me miro a los ojos y me pidió que le bajara el zíper y que le sacara la verga, de inmediato accedí, cuando sentí en mi mano su verga caliente, me apresure a sacarla y como no podía, me pidió que se la soltara y él se desabrocho el cinturón, se abrió el pantalón y se lo quito después de haberse quitado la camisa.
Así que los dos nos quedamos en calzoncillos, pero a él se le notaba que tenía la verga parada, me volvió a abrazar y a besar, me pidió que se la tocara y que se la sacara y así lo hice, poco después me separe de el para vérsela que además de sentírsela durísima y que su glande era poco más grueso que el resto de su verga y que ya tenía algunos vellos, vi claramente colgar sus huevos.
Mientras se la miraba, me pidió que se la jalara y me dijo como, recordé en ese momento que mi mama después de que se las sacaba, se la ponía en la boca y se las empezaba a chupar, así que fue muy poco lo que se la jale y me arrodille, se la empecé a besar, no sé cómo, pero en pocos segundos ya se la estaba chupando tan fuerte que se escuchaban los chupetones que le deba.
Hoy recuerdo lo fácil que fue aprender a chupar y a chaquetear esa verga delgada pero bien dura, y que su verga estaba circuncidada, porque su glande estaba desnudo.
Pero mientras se la chupaba, el me tocaba el pelo y respiraba muy fuerte y me decía más, dale más, me la saque de la boca y le pregunte qué, que más quieres que haga, el me respondió no sé, pero así dicen.
Yo continúe jalando y mamando su delgada, larga y dura verga, ya no solo se la besaba sino también el me hacia el mete y saca en la boca, no sé cómo aprendí tan rápido, pero poco después me ayudo a pararme y me volvió a abrazar y a besar.
Poco después se fue agachando y beso mis pequeños senos, después me dio un beso en el ombligo y ya de rodillas, bajo mis calzones y me los quito, puso su cara entre mis piernas, me pidió que abriera un poco las piernas, se agacho un poco más y me empezó a besar alrededor de mi vagina que aún era virgen y con muy, muy poco vello.
Empecé a sentir su lengua que intentar penetrar mis estrechos labios vaginales, sentía tan rico, que empecé a respirar como jamás lo había hecho.
Poco después se levando y me recostó en su cama y me dijo, aquí necesito tu ayuda, mi verga debe entrar en tu rayita, yo le pregunte que como, él me dijo yo he visto que mi mama agarra la verga de su pareja y se la pone en su vagina para que se la metan.
Así que se puso encima de mí, yo abrí un poco mis piernas y él se acomodó, yo tome su verga y me puse la puntita en medio de mis labios vaginales, y espere muy pocos segundos para que el empezara a empujar su verga dentro de mi vagina.
En cuanto empecé a sentir que me penetraba, le pedí que lo hiciera despacio porque temía que me doliera, pero estaba tan lubricada, que cuando termino de meterla y empezó a meterla y sacarla de mi vagina, de inmediato empecé a gozar lo rico que sentía.
Le pedí que no lo hiciera tan fuerte porque me lastimaba, no le importo, pero yo sentía cada vez más grande y gruesa su verga y que llenaba por completo mis entrañas.
Jamás sentí cuando rompió mi limen, pero deje que siguiera metiendo y sacando su verga, sentía riquísimo al saber que mi cuerpo era partido a la mitad por aquella verga y que me convirtiera en mujer.
Gozaba y gozaba al sentir mi cuerpo penetrado por esa verga, él se movía cada vez más intenso y yo abría mis piernas cada vez más y solo me decía, que rico siento, yo le respondía que también, continuamos así por un buen rato diciéndonos cosas que estoy segura que ninguno de los dos sabía lo que decía.
Escuchaba su respiración muy exaltada y yo sentía que el corazón se me salía, hasta que él dijo, creo que algo me va a salir de la verga, yo no quise para el movimiento de mis caderas ya que estaba sintiendo muy rico el mete y saca que me hacía.
Hasta que empecé a sentí algo caliente que llenaba mi pequeña vagina de su semen, su respiración se empezó a hacer más lenta y poco después recostó su cuerpo sobre el mío y me dijo, es la primera vez que lo hago con una mujer.
Yo me sentí alagada con sus palabras, porque se refirió a mí como una mujer, después de unos segundos le dije, me dejas chupártela como lo hace mi mama, sin responderme, se acomodó y vi que aún tenía la verga parada pero un poco menos dura.
Así que se la tome y me la metí en la boca, se la estuve chupando y lamiendo hasta que sentí que estaba bien limpia, me focino el olor y el sabor de su verga húmeda.
Poco después no paramos, nos vestimos y nos fuimos a mi casa, como aun no llegaba mi mama, le pedí que me esperara en la escalera mientras iba al baño.
En cuanto llegue me limpie lo que me escoria y que me incomodaba, me ardía y me dolía un poco la vagina mientras la limpiaba, me di prisa pero antes limpie mi calzón que estaba manchado de lo que me escurría, me llamo la atención que no sangre como habían escuchado que pasaba la primera vez.
Llegue con él y seguimos platicando en la escalera por un buen rato de lo que la habíamos hecho, hasta que llego mi mama.
Después lo hicimos varias veces más, incluso me pido que se la mamara hasta que terminara en mi boca y eso me focino, en otras ocasiones intento cogerme por el ano como varias veces había visto a mi mama que se la penetraban, pero yo no lo aguante y ya no lo intentamos más.
Casi dos años los estuvimos haciendo, cada vez con más ganas y con más deseo, hasta que su mama decidió cambiarse por cuestiones de trabajo.
Poco después, tuve sexo con muchos de mis compañeros de clase, algunos la tenían más grande o más gruesa y otros se movían mejor, pero me di cuenta que me estaba haciendo fama de chava fácil, así que deje de coger con los compañeros de mi salón y busque hacerlo con amigos fuera de la escuela, porque de algo estoy segura, es que nací caliente y fanática del sexo.
Aunque no volví a saber de él y ahora estoy casada, no soy muy fiel que digamos, en mis noches de calentura lo recuerdo con ganas de volverlo a ver
Muy rico tu relato desde chiquilla supistes que eras caliente y que tu panocha comería muchas vergas tu relato me recordó a una de mis hermanas que desde chamaca ya le gustaba la verga mi hermana se comió tantas vergas que sería difícil contar si gustas platicar mi telegram @crimol continua con el próximo relato si eres infieles gosalo que lo prohibido es lo más delicioso que hay
Muy rico lo que nos compartes y se agradece.
La candides, inocencia y la inexperiencia en nuestra niñez o juventud nos llevan a hacer cosas que ahora que solos mayores nos hacen mas… morbosos y cachondos je je je je
Espero en esa complicidad nos cuentes mas de tus experiencias. Gracias.
Un relato muy agradable, espero que haya más para seguir leyendo 👍
WOW KE RICO FUE ESO EHHH DE TUS VIVENCIAS