Mi maestro me castigó y aprendí.
Dicen que la letra con sangre entra… pero no dicen por qué parte del cuerpo. Ni qué otras cosas te pueden entrar..
Soy una mujer viva, que le gusta vivir cada día a tope. Trabajar y gozar. Las dos cosas se complementan y de las dos se vive.
Dicen que la letra con sangre entra… pero no dicen por qué parte del cuerpo. Ni qué otras cosas te pueden entrar..
La obligación de toda madre es la de educar a sus hijas. Pero hay muchas clases de educación y cultura. Y yo eduqué a mis hijas en la mejor de todas las culturas: ¡la depravación sexual sin límites!.
La obligación de toda madre es la de educar a sus hijas. Pero hay muchas clases de educación y cultura. Y yo eduqué a mi hija en la mejor de todas las culturas: ¡la depravación sexual!.
El saber no ocupa lugar, y todas las enseñanzas y experiencias son altamente positivas para el hoy y para el futuro, pero ¿todas son realmente necesarias para una buena educación? Para mí, cuantas más enseñanzas y experiencias mejor..
Dice un dicho, que: “no por mucho correr, amanece más temprano”. Si lo traducimos, podemos decir que: “No por crecer y desarrollarse pronto, antes te harás una persona madura” .
Siempre hay una primera vez en todo. En mi Primera Comunión, fue la primera vez que fui totalmente vestida de blanco. Y me equivoqué de acontecimiento ¿o no?.
Mi abuela materna, aún más puta que mi madre, me decía: «Juanma, los niños buenos van al cielo y los niños malos van al infierno. En el cielo se pasan el día rezando y en el infierno follando ¿donde prefieres ir?» Y claro, nunca fui un niño bueno..
Dicen, que al doblar una esquina de una calle cualquiera, te puedes encontrar con todo aquello que es normal, o lo que no esperabas. Yo me encontré con un mundo nuevo. Un mundo especial. Un mundo maravilloso..
El saber no ocupa lugar, y todas las enseñanzas y experiencias son altamente positivas para el hoy y para el futuro, pero ¿todas son realmente necesarias para una buena educación? Para mí, cuantas más enseñanzas y experiencias mejor..
Mi abuela materna, más puta que mi madre, me decía: «Juanma, los niños buenos van al cielo y los niños malos van al infierno. En el cielo se pasan el día rezando y en el infierno follando ¿donde prefieres ir?» Y claro, nunca fui un niño bueno..