Ella.
Veo el hambre y el deseo crudo en su mirada. Por un momento, me perdí en mis pensamientos. Estaba absorto en los recuerdos de como “Ella” siempre dió la imagen de ser un dulce e inocente corderito. Una niña muy tranquila y ejemplar, quien se suponía que crecería para casarse con un hombre provenient.