Un culito en la oficina 2
Un fin de semana sin reglas: besos sucios, mamadas profundas, leche corriendo entre cuerpos, y un culo que no tuvo descanso. Mario se lo cogió en la cama, la regadera, el sillón y hasta la mesa. Edwin gemía, se venía, y pedía más. Y el lunes… todavía quería repetir..