Daniela y yo parte II
Me acerqué suavemente agachándome en el piso del sillón, apoyé mi mano en su pierna derecha llegando lentamente hacia la suave tela de su prenda intima, allí busqué el elástico del costado, introduje mi dedo anular y comencé a masajear su clítoris. Daniela comenzó a gemir, corrí de costado su bombac.
