La historia de Ángel, solo era un muchacho 49
Llevaba días sin vaciarme y ahora no cesaba de correrme llenando el viente al pequeño Oriol..
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Llevaba días sin vaciarme y ahora no cesaba de correrme llenando el viente al pequeño Oriol..
Era una autentica hermosura ver a aquel delicado ser contorsionarse, morderse los labios y jadear convulso.
Etel no se hizo de rogar y siguiendo mis indicaciones me follaba con viveza hasta que él tomó el control, a veces se le salía la polla y con rapidez la agarraba para volver a meterla.
Me gustaba su verga y como la manejaba bombeándome con fuerza, moviéndome para hacerme sentir hasta donde podía llegar horadando mi suave cuerpo..
-Te necesito Pablo, hazme tuyo amor. -llevé la mano a mi retaguardia, el bulto descomunal de la polla rompía la suave seda..
Apoyé la cara sobre mis brazos y sonreí embelesado, sintiendo el goce profundo de la polla de mi hombre horadando mi vientre..
Me empujó la cintura para que abriera las piernas y bajara el culo hasta situarlo a la altura de su polla, allí comenzó a darme latigazos con el pene haciéndome cerrar y abrir el culo..
-Te voy a romper pequeño. -le miró y como un juego se sonreían dichosos y plenos de lujuria..
Una última estocada metiéndome la verga hasta los huevos y se quedó suspendido, con el culo en el aire entre estertores vaciándose.
Tiró de mis pantalones bajándomelos hasta la rodilla, tuvo el detalle de aflojarme el culo metiéndome los dedos antes de perforarme con su verga dura como un garrote de madera seca..