Culeado delante del vagabundo.
Dios que gusto me estaba dando aquella enorme polla, cabalgaba como un poseso, introduciéndome una y otra vez aquella polla por el culo. Chillaba y gemía viendo como de mi polla caía un espeso hilito de semen que iba cayendo sobre el abdomen del vagabundo que seguía sin decir nada, pero ahora tenía .