Fui a los aseos públicos y salí con el culo preñado de leche.
Yo no le sacaba la vista a la polla de aquel viejo, veía cómo se tocaba la verga acariciándosela. Me fijé que no estaba meando, tenía la polla medio morcillona y no dejaba de acariciar la verga mirando para mí, escaneándome de arriba abajo..