Inocencia quebrada
Eco dormía escuchando los crujidos de la madera en la cabaña que nunca dejaban de sonar, como tampoco el murmullo de los pinos que rodeaban la casa. Su madre le decía que esos sonidos eran canciones que lo ayudarían a dormir..
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Eco dormía escuchando los crujidos de la madera en la cabaña que nunca dejaban de sonar, como tampoco el murmullo de los pinos que rodeaban la casa. Su madre le decía que esos sonidos eran canciones que lo ayudarían a dormir..
El agua del río corría helada, pero la niña no temblaba. Desde la ventana de la vieja cabaña, yo la observaba. Mi nombre es Rolando, tengo treinta y seis años. Vivo con María, mi esposa de treinta y uno, y nuestra hija de siete..
El amanecer entraba por la ventana pequeña de la casa, filtrado en un resplandor dorado que iluminaba la mesa de madera. Andrés ya estaba allí, encorvado sobre un trozo de pan que partía con manos firmes, mientras el olor del café hervía en el fogón. María Rosa colocaba los platos con esa …..
Porque lo que tienen entre manos —literalmente— no es una historia de amor corriente. Es La contradicción más deliciosa: la progre que se deja poseer por el facho, el enemigo que se vuelve amante, la maternidad que enciende el deseo en lugar de apagarlo..
Todd Scott, hijo del magnate Douglas Scott y heredero de una fortuna infinita, tenía veintitrés años. Aquella mañana, en la terraza de la suite más cara de Palm Beach, empujó con desgano la carpeta de ……
El futuro pertenecía a las corporaciones, y de todas ellas, TiMER Corp. era la más temida. Con una simple pulsera implantada en la piel, podían regular los cuerpos y los deseos de millones de mujeres. No se trataba solo de prometer un amor futuro: la verdadera función del dispositivo era reprimi….
El salón del bar estaba lleno, vasos de vino chocando y risas que se confundían con la música baja. Entre todo el ruido, él la vio. Kate se inclinaba sobre la mesa para alcanzar una copa. Su vestido negro se abría apenas sobre el muslo, revelando piel clara y tensa. Sus labios, gruesos y húmedos….
Él dijo: «Tu culo fue hecho a la medida de mi verga, así que nos complementamos divinamente»..
Sona había creído que la maternidad sería un refugio, un muro firme contra sus vacíos. Convencida de que su cuerpo solo servía para alimentar. Pero en diciembre, con su hija de diez meses dormida en la cuna y Cristian ocupado en el papel de padre amoroso.
Tomás tenía ochenta años y una reputación que lo precedía: un pasado de mujeriego implacable y dos hijos que lo evitaban. Aquel día, sin embargo, había preparado una cena especial en su casa en Suiza. No era Navidad, ni cumpleaños, ni aniversario: era simplemente el momento de verlos..