La Sombra del Recuerdo
Héctor conoció a Andrés en la universidad, durante su primer año de medicina. El primer día de clases, entre el bullicio de los nuevos estudiantes y el peso de los libros recién comprados.
Este autor aún no ha escrito su biografía.
But we are proud to say that Ericl contributed 38 entries already.
Héctor conoció a Andrés en la universidad, durante su primer año de medicina. El primer día de clases, entre el bullicio de los nuevos estudiantes y el peso de los libros recién comprados.
El último día de la guerra amaneció con un cielo gris y denso. El eco de los bombardeos aún vibraba en las calles de Bogotá, ahora convertidas en ruinas. Entre los escombros, había un grupo de niños, asustados. Rodeados de piedras y su instinto de supervivencia..
Tuve sexo con mi amigo Víctor, creyendo que solo éramos eso, hasta que descubrí que le gustaba y quería algo más conmigo..
Abandoné las citas en línea y comencé a buscar amantes desconocidos en encuentros casuales. Fue a finales de agosto cuando lo encontré. Es importante destacar que siempre he sido una mujer que disfruta ser el centro de las miradas. Quizá por eso mi manera de vestir siempre fue algo atrevida.
El bus de la ruta I-253 llegaba siempre a la misma hora, con su letrero parpadeante y los asientos gastados por cientos de pasajeros que iban y venían sin dejar rastro. Era solo un trayecto más en mi rutina, un tramo entre el trabajo y mi diminuto apartamento, donde nada extraordinario solía ocurrir.
Todo el asunto comenzó porque mi exesposa, Marcela, había decidido hacer un viaje. Quería visitar a su hermana y estaría fuera por tres días. No era la primera vez que hacía esos viajes, y yo sabía que a Laura le encantaba quedarse en casa de su tía..
¡Buenas a todos! Quiero comenzar platicándoles que inicié mi vida sexual a muy temprana edad, a los 12 años. Desde la primera vez, fue algo emocionante para mí. Ahora tengo 17, y varios de mis compañeros de curso han tenido la posibilidad de estar conmigo..
No confiaba ya en los hombres, y si tenía pretendientes. De hecho, en cuanto algunos amigos supieron que estaba separada, comenzaron a invitarme a salir, haciéndome todo tipo de insinuaciones, pero simplemente no tenía apetito para comenzar de nuevo con otro hombre..
La pistola descansaba sobre la mesa, reflejando en su plástica superficie los últimos destellos de la tarde. No era grande ni imponente, era un juguete inofensivo, pero para Samuel representaba algo más..
Lo señalaban con desprecio, pero él nunca hizo nada por desmentirlos. Era un degenerado, sí, y lo llevaba con la misma indiferencia con la que otros llevan un abrigo viejo. Su presencia era una sombra en los callejones, una risa áspera en las tabernas..