De siempre note que mi esposa ha tenido un atractivo muy especial y donde quiera que vaya no pasa desapercibida, sé de buena fuente que muchos hombres la desean,.
Durante días estuve pensando el asunto y llegue a la conclusión que convencer a mi esposa de un intercambio sería tarea difícil y por otra parte encontrar otra pareja que estuviera dispuesta a compartir con nosotros era algo totalmente desconocido pa.
Esto comenzó a ocurrir hace un año cuando la crisis económica acabó afectando también a los negocios de mi padre, y los lujos en nuestras vidas fueron desapareciendo poco a poco. Afortunadamente yo había empezado como becario en una empresa consultor.