Reminiscencias VI.
—¡Eso fue grandiosamente increíble, cariño! … Dije en un gruñido apenas inteligible. —¡Mami! … ¡Mami! … ¡Quiero probar! … ¿Puedo intentarlo? … Dijo Theresa alborozada mirando el sudado y enrojecido rostro de su madre. —Tendré que pensarlo ….