La madre de mi esposa, mi suegra. – Tercera Parte.
Me dio un beso que a todas luces no era un beso casto, sino que metió su lengua en mi boca y me estrechó a sus tetas, mientras levantando una de sus piernas, restregó su muslo sobre mi pija.
Este autor aún no ha escrito su biografía.
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Me dio un beso que a todas luces no era un beso casto, sino que metió su lengua en mi boca y me estrechó a sus tetas, mientras levantando una de sus piernas, restregó su muslo sobre mi pija.
Me parecía increíble escuchar de los labios de mi suegra esa especie de confesión, nunca pensé en que ella pudiera transformarse tan radicalmente..
No responde, pero se deja acariciar, recorro su cuerpo de arriba abajo, rozando suavemente sus partes más íntimas. .
su magnífico pene no tiene ninguna intención de calmarse y sigue enhiesto y desafiante. Encuentro esa pizca de razón que me faltaba y destierro de mi mente cualquier otra perversa fantasía. .
—¿Has visto que culazo que tiene tía Luisa? … —Dice Antonio. —Si … y sus muslos son muy hermosos … —Responde Andrés..
Parecía una top model, fue la primera vez que me percate que sus tetas eran realmente exuberantes y su figura esplendente. .
… mis invitados no saben el secreto del sabor nuevo de las lechugas frescas.
—¿También te excita besar mis labios que una vez bebieron toda su esperma? ….
Samy no se despegaba de mi trasero y sus lamidas me estaban volviendo loca, me detuve un momento a contemplarme delante del espejo del armario. .
—Entonces eres un cerdito … pero muéstrame que tanto … si te dijera que pongas la mano ahí abajo mientras meo ¿eso no te daría asco? ….