¿Y si esta fuera la última?
—¡Cabrón! … ¡Eres un maldito cabrón! … ¡Culéame y hazme gritar como lo hiciste con mamá! … ¡Eres un pervertido réprobo! … ¡Fóllame cabrón! … ¡Hazlo más fuerte! ….
Este autor aún no ha escrito su biografía.
But we are proud to say that Juan Alberto contributed 339 entries already.
—¡Cabrón! … ¡Eres un maldito cabrón! … ¡Culéame y hazme gritar como lo hiciste con mamá! … ¡Eres un pervertido réprobo! … ¡Fóllame cabrón! … ¡Hazlo más fuerte! ….
Entonces le pedí que se desvistiera, cuando vi lo que me hijo tenía en medio a sus piernas, se me secó la boca y se me mojó el coño, mi respiración se aceleró. .
Olas y olas de delicioso placer incestuoso, comenzaban a incrementarse en un bestial tsunami de lujuria. Quería correrme..
—Tómame … Entra en mí, que no resisto más el deseo de tenerte dentro de mí … Entra en el vientre de tú madre … Fóllame, hijo … Quiero sentirte hasta el fondo y que me llenes con tú lechita ….
Lo sentí acomodarse entre mis piernas, su vergota gigante separó mis labios mayores, su boca se posó sobre mi boca y su lengua empujó y buscó mi lengua, luego sucedió. .
Sentía mi coño vacío y sin lugar a duda prefería la sensación de plenitud que me brindaba Scotty cuando penetraba mi coño y colmaba todos los vericuetos de mi concha.
Sentada en una tumbona estaba una señora de unos cuarenta años, vestía solo la parte de debajo de un pequeñísimo bikini.
Me alejé un poco de él, estaba a punto de correrme y quería solo qué el momento se hiciese más prolongado, también la verga rojiza de él parecía más dura y grande que antes, quizás también esté a punto de correrse, pensé..
—Ni pienses en correrte ahorita … me estás haciendo sentir tu gordo y caliente pene y se siente delicioso … quiero correrme junto a ti … no te apresures ….
No pensé en nada de lo agotada que estaba, mi coño seguía virgen, pero ahora tenía un amante y estaba dispuesta a todo con tal de tenerlo quieto y que no perdiera sus bolas.