En algún lugar cerca de Iquique. – Quinta parte.
Sonya comenzó a girar sus caderas al son de mi lengua, las manos de Claudia se perdieron entre las nalgas de Sonya y sus dedos invadieron el estrecho culo de ella. .
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Sonya comenzó a girar sus caderas al son de mi lengua, las manos de Claudia se perdieron entre las nalgas de Sonya y sus dedos invadieron el estrecho culo de ella. .
él se puso detrás de ella y hábilmente metió su verga en su culo, mi verga y la suya estaban separadas por un delgada membrana, mi pene sentía los movimientos de esa otra polla.
Con un grito apagado me comencé a correr sobre ella, primero su vientre, su brazo y vello púbico, luego apunté a sus tetas y froté mi glande en sus pezones, disparando algunos chorros en su cuello y cara..
Sonya había enderezado su cabeza y observaba fascinada la exploración de mis dedos por su cuerpo. Su estómago subía y bajaba más rápido, lo que me indicaba de que mis caricias le estaban causando una placentera sensación.
se sonrió satisfecha, luego se inclinó apoyando su mejilla en mi muslo y mirando mis testículos, metió su mano y comenzó a acariciar mis bolas, primero con su lengua, luego se tragó uno y lo paseó por toda su boca, acción que repitió con el otro, siempre con mi verga bien aferrada con su mano. […]
—¡Oh!, papi … te siento … dámela, papi … báñame con tu lechita … lléname toda, papi … ¡Oh!, me siento morir, papa … cógeme más fuerte … cógeme, papi … cógeme … asiii … ssssiiii ….
Pausadamente se acomodó entre mis piernas y me lamió de arriba abajo, deteniéndose por segundos sobre mi clítoris. Se había convertido en una hábil chupa coños y me hacía disfrutar como nunca. Después de hacerme alcanzar un bellísimo orgasmo, se arrimó a mí oreja a susurrarme:.
Bianca respira profundamente, esta recuperando el control sobre si misma, su orgasmo la ha tomado por sorpresa e inconscientemente ha echado su cuerpo hacia atrás, haciendo que mi verga escape fuera de su cálido coñito. .
Jamás había tenido tantos orgasmos seguidos, era como una muñeca en los brazos de papá, su verga se deslizaba dentro de mi coño maravillosamente.
Nos amamos hasta que mis cabellos eran una maraña y mi cuerpo y el de él sudaban por todos los poros. Mi hijo a un cierto punto se detuvo y fue al baño y volvió con una loción aceitosa, un lubricante. Inmediatamente supe lo que él quería..