¡CHAO, MIKEL.! ¡HOLA, MACHOS!
¿Dónde perdimos eso tan extraordinariamente excitante que era ser hombre/hombre culiando? ¿Volveré a gozar de esa noche en que soñábamos despiertos en brazos en piernas entrelazadas y los sexos recibiéndose con mutuo placer? Te repudio Mikel, junto con la machi hechicera que azota el fuego .