Amante de la lencería me transformo en una alocada putita que desea ser cogida por quien lo desee y cumplir lo que sea que pase por mentes lujuriosas y pervertidas. Acepto todo desde sado suave a lluvia dorada. Ponme a prueba… en cuatro.
Seguramente ya me ubican como Juana, la Loca. Y realmente me he convertido en esta putita travestida que gusta del sexo anal desde que la iniciaron con poco rechazo de mi parte, más bien deseando ardientemente ser usada por el culo. Pero ello incluyó iniciar a otros como yo en la adicción a este ti.
Decidí volver a leer este relato que siempre produce en mí una cachondez porque revivo los recuerdos de lo ocurrido en mi infancia con el cura que me inició en los placeres de la carne. .
Empecé esta confesión el año pasado y tuve que suspenderla y la envié a publicar, pero aún no se actualizaba. Ahora les contaré lo que había empezado y les aseguro que es aún más cachonda aunque….
Ustedes saben que mi condición de putita trav me impide estar quieta y no recibir semen y verga por el poto. Sepan que planeo….
No puedo dejar el sexo duro desde que me convertí en putita travesti. Generalmente no dejo que me laman la zorra porque eso me desboca y me convierte en una auténtica yegua desatada y sucia. Quiero la mayor cogida: pienso en una doble penetración o el sexo con un equino. Pienso que así me fueron […]
No puedo dejar el sexo duro desde que me convertí en puntita tras..GUS o el gusto que me dio Gustavo cuando me metió la lengua….
Desde que supe que quería probar el sexo homosexual y me decidí a ser usado por el que me quisiera culiarme, elegí adoptar la figura femenina de las hetairas…
Mike me hizo su mujer y me prefería vestida de lencería roja y tacones. El hilo dental de la tanguita metida en mi rajita que él se solazaba en estirar….
Nunca imaginé que mi afición por la lencería femenina y la naciente adicción a la verga y el sexo anal, me transformarían en hembra ansiosa y sumisa..