Raulito entró a la casa frunciendo el culo. Había perdido un juguete en el jardín y ya sabía lo que pasaba cuando llevaba juguetes y los terminaba perdiendo..
A los 7 tenía el agujero tan grande que no hacía falta dilatarme para que me culiaran. Vivía con mi padre, mi hermano mayor y mi abuelo y los tres se encargaban diariamente de que no se me cerrara nunca el ojete..