Con el padre Chema
En el relato anterior, les conté cómo le hice una mamada al padre Chema en el jardín del atrio. A pesar de haberse venido abundantemente en mi boca, me insistió en que pasáramos a la sacristía y yo, bajándole la sotana le dije “después”. Aquí cuento qué pasó “después”, el jueves siguiente..