A mis 9 años de edad ya era una niña caliente que buscaba algo que sirviera para refregarlo en mi entrepierna y que más aquello que sobresalía de los pantalones de ellos.
Desde pequeña siempre me gustó ver a los hombres más grandes. Pero no pensé que el padre de mi padrastro lograría adentrarme al inicio de mi sexualidad. .