Los encuentros con Emerson no eran muchos, yo me desesperaba ya que necesitaba sentirlo dentro de mi. En un golpe de suerte empiezo a quedarme solo con él y ambos lo aprovechamos..
Emerson seguía viniendo por las tardes a mi casa y seguíamos jugando a las luchas como buenos amigos, los dos con 13 años habíamos congeniado muy bien, sin imaginar que ese juego me iba a llevar a los mejores días de mi vida y a descubrir el placer del sexo..
Cuando tenia 13 años, tenia un vecino de la misma edad que siempre pasaba en la calle, un día otros chicos más grandes lo golpearon. Mi mamá tuvo un poco de lastima y entonces lo invito a la casa desde ese dia..