Mi sueño hecho realidad, como Puta.
A mis 50 años tuve la oportunidad de tener una relación con un hermoso catalán de 60 años, de cuerpo voluminoso como una montaña llena de vegetación. Y me propone sea su prostituta y para ello me daría en alquiler con otros hombres de las mismas dimensiones. Relación aceptada.