EL DIARIO DE PIRUCHA. En la finca de Carmelo. De violaciones y otras aberraciones…deliciosas.
Con la incertidumbre de no saber qué pasaría después, me era imposible satisfacer el morbo que me produciría en otras circunstancias ser cogido por cuatro machos dotados de grandes vergas. Una vez agotada la ronda de violadores, el jefe se acercó amenazante y con rudeza introdujo el cañón de su arma.