Siempre fui un fijo en las alineaciones de mi equipo hasta que, ante mi sorpresa compartida por todos, siempre ocupe un puesto en el banquillo de suplentes y eso cuando era convocado.
Había oído y leído historias de zoofilia aunque me costaba creerlas por no imaginar cómo un ser humano podía tener sexo con un animal. Finalmente lo descubrí i.