Experiencias con hombres en mi juventud
Siempre me han gustado las mujeres. Pero también soy muy caliente. Y sí me pillas en la calentura, soy capaz de satisfacer deseos homosexuales.
Ya que varios comentaron que primero tuvieron sexo con hombres, yo debo confesar que la falta de chicas luego de mi debut, provocó que no tuviera reparos, estando ebrio en ser penetrado por un chico mayor por 4 años, quien solía aprovecharse de varones borrachos para satisfacer sus deseos homosexuales. El tipo tenía un pene muy grueso, que no te imaginabas en ese cuerpo poco sexy, poco atractivo producto de su torpeza, tanto para varones como para damas. Pero vaya que deben haber disfrutado quienes se dejaron penetrar voluntariamente. Yo no quería, pero acepté, pues me había propasado con una compañera y ese era mi castigo, así como era pagar con sexo homosexual el no haber satisfecho a una hembra caliente que quiso follar conmigo, pero con quien no pude,porque me había enamorado y deseaba que fuese especial esa primera ocasión, ya que mi debut, 4 meses antes, había sido producto de la calentura y del deseo que María sentía por mí, aquella que me llamó como me llamó acá: manos sexys.
Antes, en mi temprana adolescencia, me quedaba en casa de un amigo, cuya mamá lo había parido a los 20 años, por lo que, a nuestros 12 años, su mamá apenas enteraba 32. Y tenía un culo muy grande y redondo. Aquella vez que me fui a quedar a su casa, ya habían pasado cosas: nos habíamos punteado en mi casa, viendo Dragon ball. El Christian tenía un cuerpo exquisito, ya que tenía calugas, un trasero duro que completaba unas piernas muy proporcionadas y contorneadas. Era deseado por varias, pero era bobo, yo igual, pero más entregado a la carne femenina y también más deseado a pesar de no ser tan bien formado de cuerpo. Tenía buen trasero, redondo y levantado y un paquete que siempre arrancó miradas pues usaba unos buzos que me quedaban apretado y ponían en relieve esos atributos que Christian tocó, con los cuales se frotó y no quiso chupar ni que se lo chupara.
Pese al bello cuerpo que tenía, su pene debe haber sido menos llamativo que el suyo, que era un cilindro muy perfecto, sin tener una gran cabeza ni un grosor superior en la base. Al menos así lo recuerdan mis manos y mi culo, ya que toda vez desnudo y bien resuelto a vivir una experiencia sexual, dejé que tratara de penetrarme, sin embargo, al no poder por su excitación y lo apretado de mi culo, lo hacía poner reversa y pedirme que lo intentara yo. Probablemente, su madre que había salido esa noche, estaría pidiendo lo mismo, pene, pero el de un hombre mayor, que a lo mejor era bueno con ella,pero que dado lo rápido que lo cortó, no debe haber estado a la altura de ese culo que cubría con pequeñas prendas íntimas, como pude constatar un día que estuve en su casa y los calzones de su madre estaban colgados en el cordel, ese que quise golpear con la pelota de basquetball para botarlos e ir luego a recogerlo para saber qué tipo de calzón era. Pero de que eran chicos, eran chicos y en ese culo enorme deben haber causado una rápida excitación para quienes ya veníamos de una experiencia con aquellas diminutas prendas que me han llevado al delirio.
Cuando tuve a Christian boca abajo y fantaseaba con el culo de su madre, pude abrir con mi gruesa cabeza sus nalgas y chocar contra su ano, logrando que se empezara a mover para que entrara más, pero se asustó. Debe haberle causado algo estar tan caliente con el que era su amigo, el otro que gustaba a las chicas que a él le gustaban: la Fabiola, la Daniela del coro, la Valentina. Varias me preferían a mí, era más sexy,.pero él tenía mejor aspecto físico, daba gusto verlo sin polera. A una polola le excitaba probablemente, porque siempre se acercaba donde estábamos cuando hacía calor para mirarlo a él y otro chico del barrio. Pero se quedaba conmigo porque le encantaba caminar conmigo erecto, con mi verga presionando su culo y mis manos grandes debajo de sus pechos enormes. Recuerdo las enormes pozas de semen que botaba mi pene quinceañero al estar permanentemente presionando así. Pero ella era visual y cuando se calentaba siempre mencionaba lo rico que era y que yo no tenía nada marcado. «Lo que tengo marcado, pero en mi cabeza, es su pene intentando entrar por mi ano, pero que mi calentura lo contuvo, que su calentura lo contuvo, que me intentó entregar su culo, el que quise penetrar pensando en el de su mamá, el que se opuso a chupárselo porque le parecía gay» quise decirle, pero eso sí que hubiese generado su repulsión.
Imaginé inmediatamente a su mamá chupándomelo, para luego abrirse y entregarme su culo, sin pensar en lo delicioso que es entrar por ese agujero en una mujer. Y más en un monumento de hembra. Que quizás a ella debía ese cuerpo que admiraban tantas chicas, sin lograr calentar más que a aquellas que fantaseaban con hombres estilo vedettos, como aquella ex, a quien manoseé tiempo después en una fiesta, y a quien recordé que le gustaba mirar a mi amigo, con quien tuve una experiencia erótica que acabó luego de su negativa a chuparnos, con su mano masturbándome, así como me masturbó la Naty en aquel carrete que me propasé con ella y un par de años después de haber terminado. (Continuará…)
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