Iniciado por un maduro Coronel
Mi primera experiencia con otro hombre fue a mis 19 años, él era un señor de 57 y fue Coronel..
Entré a trabajar a una oficia de gobierno a mis 19 años, además de la escuela quería ganar algo de dinero, yo era un simple office voy y uno de las primeras personas que conocí fue un director que se llamaba Federico. Él era un señor ya maduro de 57 años en aquel entonces, muy cuidado de cuerpo porque toda la vida había hecho ejercicio por su pasado militar. En ese tiempo yo era muy, muy delgado y bastante buen parecido y por la genética de mi familia siempre tuve mucha nalga, muy pardas y firmes, ya media en ese tiempo 1.80 cm y siempre me había gustado también el ejercicio.
Siempre he sido hetero y me fascinan las mujeres, pero también siempre tuve curiosidad y fantasías de estar con otro chico.
Desde que comencé a entablar relación con Federico me gustaba decirle Coronel porque ése fue su último rango, y un día mi Coronel me invitó a comer, como cualquier comida con compañeros de trabajo. Salimos y desde esa ocasión noté que me trataba muy amable, muy lindo y todo un caballero. Me hacía reír mucho y yo lo comencé a admirar mucho por todo lo que me platicaba. Ésas salidas poco a poco comenzaron a ser más frecuentes y notaba que mi Coronel siempre que había oportunidad me pasaba su mano por mi espada o tocaba mi rodilla o mi cadera. Ésa sensación me ponía nervioso pero me gustaba mucho.
min viernes que salimos temprano me invitó a un restaurante muy bonito y que yo a esa edad jamás hubiera podido pagar. Nos la pasamos súper bien y aunque yo jamás he tomado mi Coronel sí tomó varias copas de vino. Cuando pidió él la cuenta me dijo que sí no quería ir a seguirla un rato en su departamento, en la colonia Roma en Ciudad de México. Le dije que sí que me gustaría mucho. En ese momento por mi mente ya pasaba cierta exitación y me preguntaba cómo sería su pene.
llegamos y entramos a su departamento y me pidió que me sentara en la sala. Él trajo un refresco para mi y para él un trago. Se sentó justo a un ladito de mi y todo el tiempo que platicamos no dejaba de tocarme la pierna. En cierto momento me preguntó si no me molestaba que me tocara la pierna y le dije que no, que de hecho me gustaba. Ésa respuesta hizo que él comenzara a acariciar mi cuello y mi cabello, y en un momento se me quedó viendo fijamente con sus ojos color miel y sonriendo me dijo: me gustas mucho. Yo jamás había estado así con un hombre y menos un señor que podía ser mi papá. Pero eso me hiso sentir escalofríos y mariposas en el estómago. Se comenzó a acercar y me dio un besito muy tiernos primero en la boca, luego metió su lengua en mi boca y yo me dejé llevar y eso me exitó mucho. Mientras me besaba comenzó a acariciar mi cuello y luego mi pecho, comenzó a soñar mis pesones y se puso a besarme el cuello. Eso me súper exitó más. Inmediatamente me senté arriba de él y me comenzó a sobar las nalgas mientras seguíamos besándonos. Se comenzó a desabrochar el pantalón y apareció un monstruo de verga cómo nunca había visto. Era un pene no enorme de largo, quizás unos 18 cm, pero sí lo doble de ancho que mi pene, tenía la cabeza muy muy rosada y el resto del cuerpo del pene de color café claro. Una verga de señor experimentado, me imaginé a cuántas y cuántos habrá hecho feliz. Me puse de rodillas frente a él, le bajé completamente los pantalones y calzones, comencé a saborear con mi lengua primero su cabeza, su pene entero y los huevos que estaban súper razurados. Me comencé a comer su pene y a meterlo lo más que podía en mi boca, y cada vez que lo sacaba sonaba como cuando chupas una paleta y mi saliva queda colgando con un hilo de baba de su pene a mi boca. Él gemía y me acariciaba el cabello, me agarraba de la cabeza y me la bajaba a su pene para que no dejara de mamárselo. El aroma de su miembro me tenia borracho de sexo y así me tuvo unos 10 minutos.
me pidió que me parara y obedecí (a partir de ahí siempre lo obedecí), me bajó los pantalones y los calzones, me giro y mis nalgas quedaron a la altura de su cara, con una mano me empujó de la espalda y me recargué en la mesita de la sala mientras le mostraba mi culo. Él acariciaba mis nalgas y estudiaba muy despacio lo que iba a ser de él durante mucho tiempo. Me comenzó a comer el año y Dios mío, si lengua era muy larga, era como un segundo pene y la movía increíble. A mi nunca me habían lamido mi colita y me enloqueció. Me abría las nalgas con las manos y netía lo más posible su lengua dentro de mi. En un momento me pidió que lo esperara y que ordenó que me acostara en el sillón. Fue a su cuarto y regresó con un frasco de vaselina. Yo estaba acostado ya completamente desnudo y me abrió de piernas con sus fuertes manos. Tomó vaselina en dos de sus dedos a y me la comenzó a untar en mi ano y a darme placer, mientras lo hacía yo solo miraba su fuerte cuerpo, de la misma altura que yo pero lo doble de grande, muy velludo pero sin nada en su gran sexo. De pronto, se puso de rodillas frente a mi, me subió las piernas hasta sus hombros y colocó su monstruo en mi ano. El solo ponerlo ahí hiso que se me pusieran los ojos en blanco. Poco a poco comenzó a meterlo y me dijo que sí quería que parara le dijera. Yo estaba abrazado a su cuello y se tía cómo entraba cada vez más ese poderoso pene y cómo me iba partiendo en dos. Claro que se tía dolor pero era mucho más grande la exitacion. Empezó a moverse más y más rápido y sentía sus bolas rebotar en mis nalgas. Me subió más las rodillas al cuello y yo quedé acostado completamente en la cama mientras su cuerpo me abarcaba completamente, cuando acercaba su cara aprovechaba para robarle algunos besos, me él ponía su mano enorme sobre mi cara y me la presionaba contra la almohada y el hecho de que me tratara entre tierno y a la vez violento me exoraba más. Me pidió que me volteara, y simplemente dijo: Perrita. Yo entendí su orden y adopté la posición que quería, se puso detrás de mi, y a diferencia de la primera penetracion, en ésta no fue despacio, simplemente metió su vergón dentro de mi de golpe, mientras me montaba me apretaba muchísimo las nalgas y me daba muchas nalgadas muy fuertes. Las sentía tan calientes mis nalgas por las nalgadas que me dolía. Un poco pero a la vez me encantaba. Yo comencé a revolcarme del placer y se tía mi pene a punto de explotar, y le pedía a mi Coronel que me diera más y que no se detuviera nunca. Yo sentía su sudor cayendo en mi espalda y sus gemidos cada vez más fuerte y fuerte. De pronto él explotó adentro de mi, sentí un chorro de semen caliente que me llenaba completamente, fueron por lo menos cinco chorros seguidos de su leche madura que me injecto en mi culo. Cuando acabó de venirse me dijo que ya se iba a salir pero que yo me quedara así en esa posición que me tenía, y me dijo que quería ver cómo iba a salir su semen de mi ano. Cuando se salió de mi me agarró de las nalgas y las mantuvo así abiertas y yo se tí como si comenzara a mear pero por el año, y se tía cómo escurría todo su semen saliendo y escurriendo por mis muslos. Para ayudarme a sacarlo más él apretaba mi estómago un poco. De pronto me dio una nalgada y entendí que había acabado, pero no. Me dijo que me volteara y así lo hice. Cuando giré ya tenía su pene dragón frente a mi cara, me tomó de la barbilla y simplemente dijo: “Siempre que lo hagamos, al final acostúmbrate a limpiarlo” y así lo hice, con mi lengua se lo lavé y chupé todo el semen que tenía, algunas gotas que aún salían de su pene sin pensarlo las chuoé y me las tragué. Limpie igual sus genitales, hasta dejarlos muy muy limpios. Todo con mi boquita. Al terminar se acostó sobre el sofá y yo me acurruqué sobre su pecho, me abrazó y me besos la frente, y nos quedamos dormidos y exhaustos de nuestro desvirgue.
Amigos este es un relato real y nunca lo había contado, más adelante seguiré contando las historias de mi Coronel.
Te gusta la verga se la mamaste y te hizo feliz y te dices hetero? Aceptaré eres gay o bisexual pero de hetero no tienes nada
Wau excitante relato, aunque un poco exagerado. No es que esté mal, sino que un culito recién estrenado con una vergota es como para sufrir un poco más de lo que reflejas en tu relato. Pero bueno cumple el principal objetivo que es excitar y calentar al lector. Por supuesto terminé con una erección la lectura. Ánimo, entre lo creíble y lo verosímil hay una cierta distancia, pero hay que acercarlos para lograr un relato interesante.
Fome la forma de relatarlo…muy alejado de la realidad.Con ese pico te raja tu culo por mas vaselina que te ponga y debes terminar en el hospital con sutura en tu efinter anal…Saludos