LOS PEQUEÑOS DE GEMA 1.0
Una mujer bisexual y sus vivencias eroticas con los niños de un internado.
Que tal, la siguiente historia está basado en las experiencias de mi amiga Gema el relato está basado en hechos reales pero completado con ficción.
Intro
Gema contaba con 29 años de edad cuando trabajaba en un internado dirigido por monjas, tenía ya 5 años laborando en esa institución religiosa, prácticamente desde que terminó sus estudios en psicología y su maestría en psicología infantil. A cualquier le parecería que era una mujer más que atractiva de estatura media 1,68, un rostro hermoso y de ojos cafés de cabellos castaños, además de un cuerpo naturalmente perfecto de piel suave y blanca, caderas y nalgas proporcionadamente generosas, pero en si su mayor atractivo eran sus enormes tetas que requerían un sujetador 100 H, sin embargo su cintura era muy pequeña, fruto de su estricta alimentación e incontables horas en el gimnasio.
Sin embargo tenía un problema que muy pocos conocían, padecía de lo que se conoce como matriz infantil su vagina era muy pequeña, por lo que practicar el sexo con hombres le resultaba traumático a la vez que doloroso y aunque nunca dejaron de gustarle los hombres, encontró alivio sus necesidades sexuales con otras mujeres. Para este entonces Gema era mujer realizada e independiente, vivía sola en un bonito departamento en la zona más cultural de la cuidad, llena de restaurantes bares y comercios.
El internado era básicamente una primaria donde los niños estudiaban y vivían ahí de lunes a viernes, los fines de semana los pasaban con sus padres. Además que estaban estrictamente divididas las áreas y los salones entre sexos, los niños y las niñas nunca convivían entre sí. Por las propias ideas retrogradas y conservadoras que tenían las monjas. La oficina de Gema se encontraba muy aparte de los demás edificios lo que le daba la privacidad ideal que requería su trabajo con los niños. Nunca se imaginó que un día por una circunstancia del destino, su vida tendría un giro totalmente radical lo que la llevaría a conocerse a sí misma y descubrir lo perversa que podía llegar a ser.
Pablito
Todo comenzó una noche que Gema trabajaba hasta tarde revisando test psicométricos de los alumnos de nuevo ingreso. Las luces de los dormitorios tanto de los niños como de las niñas se apagaban a las 10 en punto, Gemía seguía trabajando en su oficina cuando el reloj marcaba las 10:30, fue entonces que decidió apagar todo para marcharse, cuando pasaba por el patio que ya se encontraba escasamente iluminado vio a tres niños del internado fuera de su camas, dos de ellos parecían de los más grandes de los grupos quinto o sexo y el tercero era muy pequeño al parecer de los grupos de primero o segundo año, se dirigían los tres a los baños de la escuela, a Gema le pareció un tanto raro y sospechoso ya tenían baños en los dormitorios, así que decidió seguirlos para ver que tramaban. Al ingresar al baño dejaron las luces apagadas, Gema se acercó con mucho cuidado para no alértalos, no escuchaba su conversación pero subiéndose a una banca cercana pudo ver lo que pasaba en el área de los lavamanos y además pudo identificar quienes eran los tres niños, los dos mayores eran un par de primos de sexto año, Ramón y Jonás de 12 años que además eran un par de estudiantes problemáticos y abusivos que ya habían sido suspendidos varias veces y estaban a poco de ser definitivamente expulsados, el tercer niño era un pequeño de primer año, Gema se sorprendió al reconocer a Pablito un niño de 6 años al que ella atendía psicológicamente y con el que había tenido un muy poco progreso. Miro entonces que los dos estudiantes mayores se bajaban sus pantalones y arrodillaban al pequeño enfrente de ellos, sacaron sus vergas y las restregaban por el rostro del pequeño.
(Ra) – Ya sabes lo que va a pasar si no quieres chupármela jotito
(Jo) – Les vamos a decir a todos que tu mama es una puta t que nosotros no la cogimos, y todos va a decir que tú también eres un putito
Gema no podía creer lo que pasaba, Pablito era el niño más tierno y lindo que ella había conocido, ella ya sabía que la mama de niño de prostituía, pero se explicaba como esos mocosos se habían enterado. Cuando se asomó nuevamente por la ventana vio como Pablito les chupaba la verga a uno y otra hasta que logro parárselas, a Gema se le subió la sangre al rostro y no solo porque la situación le molestara, sino que muy a su pesar también le excitaba más de lo que quisiera admitir, así que continuo mirando mientras desabrochaba su pantalón y metía su mano para acariciar su ya húmeda vagina, adentro Pablito se tragaba toda al verga de sus verdugos, les chupaba los huevos y los pajeaba, pudo hacer que Ramón se viniera en su boquita pero Jonas quería más, le pidió que se bajara los pantalones y se diera vuelta, pensaba cogérselo ahí mismo, fue entonces que Gema reacciono, furiosa se bajó del banco y entro de inmediato al baño, encendió las luces y los tres chiquillos la miraron cara de terror.
(Ge) – Me quieren explicar ustedes dos que le están haciendo a ese niño?
Jonás ya estaba detrás de él listo para ensártalo mientras Ramón quería metérsela nuevamente en la boca
(Ge) – Si saben que con esto tienen para que los expulsen a los dos. Pablito súbete los pantalones y espérame afuera de mi oficina. – Dirigiéndose a Jonás y Ramón les dijo – Ustedes dos aquí se quedan.
Después de amenazarlos un rato con expulsarlos y de que todos se enterarían de ese hecho, quiso hacer un trato con ellos, ella los dejaría y haría como que nunca estuvo ahí a cambio de que nunca volvieran a molestar a Pablito y que dijeran a que se dedicaba su mama, además como estaban tan ganosos hiso que Ramón le chupara la verga a su primo Jonás, ya ambos estaban llorando pero Gema se puso en modo inflexible, al par de mocosos no les quedo más que obedecer, Ramón de mala gana se incoó frente a tu primo y le pego un tremenda mamada hasta que le llenaron la boca de mecos, este los escupió pero Gemas se los hiso recoger nuevamente con su lengua. Después puso a Jonás a que le devolviera el favor, se tragó la verga se su primo hasta ponérsela nuevamente dura, pero esta vez Gema no dejo que Ramón terminara, le pidió a Jonás que se bajara los pantalones y le diera el culo a su primo, los dos volvieron a protestar pero hasta entonces se dieron cuenta que Gema les estuvo tomando fotos mientras se la chupaban uno al otro.
(Ge) – Está bien si ya no quieren coger los señoritos, entonces subo estas fotos a las redes sociales y que todos sepan que ustedes son un par de maricones.
A Jonás las lágrimas y los mocos ya le escurrían por la cara cuando supo que no le quedaba más remedio, apoyo las manos en un lavabo y paro el culo, Ramón que también berraba con la cara descompuesta por el llanto se pudo detrás de él y comenzó a penetrarlo, al principio tímidamente pero cuando su cuerpo reacciono termino dándole duro a las nalgas de su primo, que solo chillaba apretando los dientes, una vez que Ramón le llenara el culo de leche a su cómplice Gema los dejo ir, amenazándolos nuevamente con las fotos y ahora también un video. Regreso a su oficina donde encontró Pablito sentado en la puerta esperándola, abrió la puerta y lo invito a pasar.
(Ge) – Ven corazón vamos a platicar un ratito tú yo, quita esa cara que no te voy a regañar, ha ya no te preocupes esos dos abusivos, no te van a molestar nunca en la vida.
Esa noche por fin el pequeño se atrevió a contarle todo a Gema, nunca conoció a su papa y su mamá atendía clientes los fines de semana que pasaba con ella, también revelo que no era la primer vez que había tenido que chupar el pene de un hombre, ya que algunos clientes de su madre lo molestaban después de que ella se quedaba dormida y en más de una ocasión lo habían intentado penetrar enterrándole solo la punta del pene. No solo en su casa y en la escuela recibía acoso, hasta en la casa de su tía su primo lo acosaba, tenía 18 años y era un gey declarado, el cual hacía que Pablito lo besara mientras lo obligaba a masturbarlo. Toda esta historia conmovió a Gema a la vez que la llenaba de un profundo coraje, miraba al pequeño que tenía ahí enfrente tan indefenso y tan hermoso, con su cabello negro y ondulado pero lo más bello eran sus ojos grises aun cuando estaban hinchados por el llanto.
Fue todo un torbellino de emociones las que vivió Gema esa noche, pero en ese momento lo que más imperaba es su ser era que estaba excitada y que deseaba a ese niño, muchas ideas pasaron por su mente, pero comenzó con preguntarle a Pablito que si le permitía revisarle su anito, para asegurase de que no le hubieran hecho daño, el niño a estas alturas ya confiaba más en ella y accedió a bajarse sus pantalones y enseñarle su culito a Gema. Se incoó en el escritorio acomodando su colita al aire, Gema se acercó para míralo de cerca.
(Ge) – Huy nene si tienes tu anito bien irritado, pero no te apures mañana te traeré una crema para rozadoras de bebe y en unos días estarás como si nada, de momento te voy a curar con mi saliva para que duermas más cómodo, quédate quietecito.
Gema comenzó a chuparle alrededor de su anito, su lengua devoraba con gusto la entrada trasera del pequeño el cual encontraba por primera vez en su corta vida a alguien que le proporcionaba un poco placer y se interesaba en él. Mientras le chupaba ella metió su mano entre sus piernas para masturbarse a estas alturas estaba loca de deseo y poco le importaba que pudiera pasar disfrutaba como nunca ese dulce anito del pequeño.
(Ge) – Te sientes mejor corazón, ven siéntate conmigo te voy a enseñar una manera muy linda para que te relajes, voy a poner tu cabecita en mi pecho para que escuches mis latidos, veras que te quedas más tranquilo y te olvidas de lo que te querían hacer esos malosos.
Gema se sentó en si silla y acomodo a Pablito sombre sus piernas que seguía con sus pantalones en las rodillas, ella se desabotono su blusa ante la mirada antena del niño, el par de melones blancos aparecieron ante la mira de Pablito, el sostén apenas y podía cubrirlos, Gema apoyo la cabeza den niño en su pecho, lamio su mano para acariciarle su pequeño pito le faltaba muy poco para ponérselo completamente duro, descubrió uno de sus pezones y ella misma de lo chupo, humecto bien con se lengua para después metérselo en la boca a Pablito que se lo recibió complacido para mamárselo a su psicóloga que no paraba de masturbarle su vergita, una sola teta era tan grande como su cabeza.
(Ge) – Así mi amor que rico me las chupas, y no te preocupes mi cielo ya no te va a pasar nada, yo voy a cuidar de ti y juntos vamos a hacer muchas cositas muy ricas, quieres que yo te chupe tu vergita papi?
El niño asintió con la cabeza, Gema lo sento en el escritorio, le saco la camisa y ella misma desabrocho su brasier para despojarse de él junto con su blusa dejando sus grandes lolas mecionose ante la carita del peño.
(Ge) – Te gustan mis tetas corazón?
(Pa) – Si, me gustan mucho, las tuyas son las más grades de todas las mamas de todo el mundo
(Ge) – Gracias que tierno, tocalas mi amor, juega con ellas son tuyas
El pequeño hundió su cara en ese para de ubres, acariciaba y labia todo cuanto podía, Gema ponía sus ojos en blanco al sentir las caricias del pequeño que tenía abrazado sobre su pecho, después de esos momentos tomo la carita den niño entre sus manos y lo miro fijamente, tenía unos hermosos ojos grises y sin más hundió su lengua en la boca del pequeño pasa besarlo, su lengua lo penetraba buscando saciarse de la saliva de su amante, su excitación aumento, agacho su cabeza y fue directo a su pito que seguía duro, lo devoró de un solo bocado tomándolo entre sus labios, succiono a placer, jugo con el dentro de su boca, nunca había disfrutado tanto con una mamada, como lo hacía ahora con este niño, el pobre Pablito sentía que se desmallaba de tanto placer, placer que le propinaba esa mujer madura y cachonda. De un momento a otro sintió como una descarga le invadía todo su pequeño cuerpo, una oleada de placer lo llenaba hasta hacerlo temblar, había tenido su primer orgasmo en la boca de Gema.
Al salir de la oficina Gema acompaño el niño hasta la entrada del dormitorio donde se despidieron. Al llegar a su casa busco material shota en internet y estuvo masturbándose como loca. A día siguiente pudo conseguir la crema y recomendó a la directora del colegio que Pablito tendría que tomar dos sesiones de terapia por semana ya que eran pocos los avances que tenía. Las horas antes del encuentro con el pequeño le parecieron eternas pero cuando una el reloj por fin marco la hora, se escuchó como una pequeña mano tocando a su puerta era Palito que por fin audio puntual a su “terapia”. El ingresar Gema lo recibió con un gran beso en los labios, acariciaba su rostro y sus cabellos, saboreaba con lujuria la pequeña lengua del niño.
(Ge) – Como estas corazón, te taje una cremita para untarte es tu hoyito, bájate los pantalones y súbete al sofá. Ya no te molestaron esos dos malosos?
(Pa) – No ya no dijeron nada ni me molestaron en el recreo
(Ge) – Que bueno mi amor, ya no te va a pasar nada, bájate los calzoncitos.
Gemas puso un poco de crema y la unto en el anito del niño, masajeo suavemente con su dedo la entrada de su esfínter, con la otra mano le acariciaba su vergita hasta ponérsela dura, ese día opto por usar una falda y blusa de botones sin mangas, una vez termino de untarle la crema acomodo a Pablito parado sobre el sofá, se paró enfrente de él y le pidió que le desabotonara la blusa, ella a su vez que quiso su playera al pequeño, le beso el pecho y le paso su lengua por sus tetitas. Ella misma terminó despojándose de su blusa y su brasier para besar y abrazar a su pequeño amante, frotaba sus enormes tetas en el delgado. Se separó un momento para tomar sus cabellos levantando sus brazos para dejar ver al niño sus perfectas formas de mujer.
(Ge) – Te gustan mis tetas papi.
Pablito con la mirada fija solo pudo asentir, Gema tomo un de sus tetas y ella misma se la chupo, humedeció bien cada uno de sus pezones antes de ofrecérselos a su nene, quien entusiasmado se los chupaba como bebe hambriento, ella por su parte se despojaba de su falda y dejando que Palito la viera con la tanga que había elegido para tener sexo con él, era minúscula apenas un pequeño triangulo le tapaba su vaginas totalmente depilada, el resto solo eran tres hilos negros uno de los cuales desaparecía entre sus enormes nalgas. La verga de Palito estaba erecta pidiendo que iniciara la acción, lo metió ente sus tetas para después darle una buena sesión de mamadas, pero esta vez iria por mas, estaba cachondamente determinada a cogerse a su pequeño a ser la primer hembra en su vida. Bajo a Pablito de sofá para sentarse ella, abrió sus piernas e hiso a un lado su tanga, agarro la verga de Palito y la puso en entrada de su ya mojada púchita.
(Ge) – Méteme la verga Pablito, quiero ser tuya mi amor, tú vas ser mi machito y yo tu hembra, dale papi cógete a tu puta.
El pequeño hundió decidido su pequeño pito en la humidad voluptuosa de aquella mujer que aun para su estrecha vagina era chico pero no le importaba porque aun así lo disfrutaba, las clavadas que le daba el pequeño eran cortas pero intensas, lo que nunca había disfrutado con otro hombre lo estaba viendo al máximo con ese niño.
(Ge) – Así mi amor, dame bien duro papito, mira como tienes a tu putita toda cachonda mi rey
Apretaba fuertemente sus tetas dejando la marca de sus uñas en ellas, con sus piernas abrazaba las caderas del pequeño, cuando cambio posición se puso como perrita en el suelo, detrás de ella Pablito la podía penetrar estando totalmente de pie, le resultaban fascinantes esas enormes nalgas, siguió cogiéndose a su profesora y psicóloga, ahora convertida en su amante en su puta como ella decía, era demasiado placer para tan poco cuerpo sitio un descarga fuerte en todo su cuerpo, dio unas fuertes sacudidas más y se quedó como sin fuerzas, las piernas apenas lo sostenían pero Gema aun seguía cachonda y con ganas de venirse, al notar que Pablito se detenía se incorporó para frotar su concha con la cara de niño.
(Ge) – Chúpamela mi amor, méteme tu lengüita aquí en mi rajita.
El pequeño obedeció al momento, Gema se masturbaba mientras veía esa linda cara comiéndole la panocha, estaba próxima al orgasmo cuando decidió meter un dedo es culo y en cuanto su ano apretó la punta de su dedo, una cascada de chorros llenaron el rosto del pequeño, que se tragó una buena parte de sus fluidos, el resto de los minutos estuvieron así desnudos y abrazados, hasta que llegó el momento de vestirse, Gema le recordó al pequeño que eso que hacían era un secreto entre ellos que nadie debería de saber porque si se enteraban no volverían a estar juntos, el niño le prometió hacer lo que ella decía, siguieron viéndose dos veces por semana en ocasiones tenían sexo, otras veces solo se acurrucaban juntos y conversaban a Gema le encantaba sentarlo en sus piernas y mastúrbalo, el juego favorito del pequeño era meter su cara entre las enormes tetas de la mujer, acariciarlas y besarlas, se volvió un niño más seguro de sí mismo y sobre todo más feliz, pero seguía lamentado tenerse que ir los fines de semana a su casas donde no tenía a Gema.
sigue contando mas saludos buen relato….. 🙂 😉 🙂 😉 🙂 😉
Muy bueno y pervertido, ya me puse cachonda y súper mojada. Sigue adelante con tú historia. Saludos…
Gracias a ambos, y si ya voy avanzando en la segunda parte del relato espero ya estarlo subiendo estos días.
Más relatos. Uff hasta lubrique
Excelente serie de relatos. Tiene un potencial enorme y transmites de una forma muy morbosa. Te animo a continuarla.
Delicioso!!
Sigue, porfa! Quiero ser Gema y lamerle las bolas y el picho a Pablito, sacarle leche 👅👦🏻 Riquísimoo!