Por jugare al «Hetero»
Las cosas no resultan como uno lo espera y más cuando no planeas bien las cosas..
Hola de nuevo a todos, les traigo un nuevo relato y este es un poco diferente porque es mi primer y única experiencia heterosexual. Como mencionaba, yo siempre supe que era gay, pero con catorce años y con las hormonas alborotadas cualquier cosa para las pajas era suficiente e incluso veía algunos videos que mi padre tenia en su computadora, a mi me daba miedo entrar a paginas de porno por los virus y esas cosas por lo que esperaba a que mi padre se durmiera para agarrar su computadora y hacerme tremendas pajas con lo que sea que me encontrara, claro que incluía los calcetines de mi papá o los míos.
Total, lo que les contare en esta ocasión paso a unos días de la graduación, en unos meses cumpliría quince años y me emocionaba por que mi papá dijo que a esa edad me enseñaría a manejar, estaba feliz por que seria el primero de mis amigos en saber hacerlo; mis amigos eran los típicos niños pubertos de secundaria que se juntaban a la salida de la escuela para hacer “vagancias” como decimos acá, un día mi mejor amigo me contó que habría fiesta en casa de uno de ellos y que estaba invitado, Andrés era de mi mejores amigos, delgado, alto y con la piel morena, su cabello castaño y ojos cafés, no era atractivo, pero tampoco era feo, lo que más recuerdo era su enorme nariz aguileña que a diferencia de lo que muchos pensaran, él se veía bien con esa forma.
Esa tarde me contó que en la fiesta estaría Jessica, su amor platónico (en ese entonces no teníamos bien definido el concepto de “crush”), y me contó como quería que ese día pasara algo para mínimo poder decir que se la cogió antes de salir de la escuela, ahora que lo pienso era más calentura que amor lo que Andrés sentía, en fin; para su mala suerte y como si de una película se tratase a Jessica le gustaba yo y al saber Andrés mi homosexualidad pensó armar un plan, haríamos un trio, pero cuando estemos bien entrados yo fingiría nauseas e iría al baño a “vomitar” para dejarlos solos, con la calentura y el alcohol (por que sí, no es algo de lo que nos enorgullezcamos, pero es real que los mexicanos comenzamos a tomar alcohol desde muy corta edad) harían su magia para que ellos dos pudieran copular. Yo acepte y sin esperarlo mi mejor amigo me robó un beso en la boca, me miró y sonrió.
“Es solo una probada” dijo y seguimos con nuestras cosas sin remordimiento.
El día llegó y con mucho nervio entre en la casa del chico que hacia la fiesta, la música fuerte y el ambiente opaco por el humo del tabaco daban la sensación de que no eran niños de catorce años los que estaban ahí, miré a todos lados buscando a mi amigo encontrándome con chicas de mi edad besándose o bailando muy pegadas a algunos hombres que se veían mayores, cuando por fin lo encontré estaba con Jessica, tal parece que estaba haciendo su jugada.
Bailamos los tres, nos reíamos y de vez en cuando Jessica me robaba uno que otro beso, Andrés intentó hacerlo con ella sin éxito, ambos ya estaban lo bastante ebrios y aunque a mi me daba miedo ir a recoger la geta del otro la de la calle si mi padre se daba cuenta, tampoco fui tan santurrón y al menos tres si me tomé ese día. Las cosas no iba saliendo como Andrés quería por que Jessica solo se concentraba en mí, pero entonces se me ocurrió que seria yo el que le haría el favor a él.
“Jessica” le hablé al oído “¿Te interesa que nos fuéramos a un lugar privado?”
Ella sonrió maliciosa y me tomó de la mano para llevarme entre la gente a una habitación.
Ya estando adentro me sentó en la cama que había y se monto sobre mis piernas, atrapó mis labios con los suyos y empezó un beso tan apasionado que no me importó que fuera mujer, mi pene estaba reaccionando.
“Espera” dije “Dejé a mi amigo solo”
“Encontrará a alguien” jadeo ella.
“¿Y si lo incluimos?” ella me miró sorprendida, lo pensó un poco y tal parece que le fascinó la idea por que dijo que si y salió de la habitación solo para volver unos segundos después con el de la mano.
Ya los tres adentro de la habitación ella me montó de nuevo y siguió el beso, yo estiré la mano para que Andrés se acercara y empezó a besarle el cuello por detrás, yo acariciaba los brazos de Jessica mientras que Andrés se encargaba de sus caderas, de pronto sentí algo rígido, era el pantalón de mi amigo y sin pensarlo dos veces empecé a acariciarle las piernas, él se sorprendió, pero solo sonrió ladino y negó con la cabeza, no era una negación de “viejo, no me toques” era una negación de “cabrón, sea como sea lo vamos a disfrutar”
Jessica bajó sus besos a mi cuello dejando al descubierto toca mi cara, entonces se detuvo.
“Si vamos a hacer esto, hagámoslo bien” dijo.
Me tomó de la nuca y giró su cabeza para ver a Andrés detrás de ella y este entendió que quería que nos besáramos, en el pasado Andrés y yo hemos tenido pequeñas escenas homoeroticas como tomarnos de la mano en la calle, acariciarnos la cabeza e incluso ya nos hemos besado, pero todo lo hacíamos de manera fraternal como los mejores amigos, pero esta vez era diferente, lo haríamos en serio y tal vez ella pediría que hubiera penetración, suspire profundo y con la mirada le dije que lo haría si él lo hace, Andrés dudó, pero al final aceptó y se acercó para juntar nuestros labios, ya había probado esos labios antes, eran fríos y rígidos, ahora ¿Por qué se sienten diferentes?
Sus labios ahora eran cálidos, suaves y con sabor a cerveza, no me percaté que Jessica ya nos había bajado el pantalón a ambos y con el pene bien parado estaba masturbando a los dos, miré hacia abajo y por primera vez vi el pene de mi mejor amigo, era más oscuro que su piel, más largo que el mío y un poco más ancho, estaba completamente depilado y no pude evitar relamerme los labios, levanté la mirada y me miraba con deseo, era como si también quisiera que yo le diera una mamada.
No hice nada, nos acostamos en la cama con los pantalones en las rodillas, Jessica se había quitado la blusa quedando solo en sostén, claro que para Andrés era una de las mejores vistas, pero a mi me interesaba más el cuerpo de mi amigo, dejé que ella me hiciera lo que quisiera y de vez en cuando besana a mi amigo, estaba pasando.
“Quítense la camisa” nos ordenó y como esclavos obedecimos sin rechistar.
Aventamos los tenis y después el pantalón, solo con nuestros calcetines puestos me bolo la cabeza, mi amigo usaba de esos que llamaban tines, unos calcetines diminutos que hacían la ilusión de llevar nada dentro en los pies, eran bastante sexys, blancos y la tela se le pagaba a la planta del pie delineando perfectamente sus dedos largos y huesudos, el olor que desprendía podía captarlo de inmediato y encendía mis sentidos, poco a poco me fui olvidando del plan y es que quería quedarme para ver cómo se la cogían y de paso divertirme con sus pies, la cama se movía bastante con los tres sobre ella, Jessica continuaba chupándonos mientras que nosotros dos solo gemiamos.
“Mi turno” se recostó boca arriba y se quitó el sostén, Andrés se lanzó como maniaco a comerle los senos y yo no me quedaría atrás, hice lo mismo.
Chupaba el pezón de ella, uno moreno y enorme, era fantástico que incluso me empecé a plantear la posibilidad de ser bisexual, bajé mi mano al coño de ella y sentí que estaba muy húmedo, la chica se estaba mojando con nuestras acciones, sus gemido se mezclaban con la música de la fiesta.
Andrés comenzó a bajar labios por el abdomen de ella hasta llegar a sus bragas que las retiró y dejó al descubierto un coño con unos cuantos bellos brotando, estaba brillosa por lo húmeda que se había puesto y sin más Andrés hundió su rostro en él, entonces comprendí que esa era la ocasión de él, no la mía y de la nada me puse de pie.
“Me estoy mareando” ella se incorporó.
“Si quieres te acompaño al baño” dijo
“No, continúen ustedes. No me tarde” fingí arcadas y me dispuse a buscar mi ropa cuando escuche detrás de mi a los chicos discutiendo.
“¿Pero porque te vas?” dijo Andrés.
“Si no está él no haré esto”
Voltee la cabeza ya estaba con las bragas puestas, estaba buscando su sostén cuando miré a Andrés muy molesto mirándome con odio, ambos comprendimos que debía quedarme si quería que él tuviera algo con ella.
“¡Saben qué? Me siento mejor” dije y regresé a la cama.
Estaba dispuesto a seguir chupándole los senos cuando me detuvo y me dirigió a su concha, no sabia que hacer y de reojo vi que Andrés se acercaba a mí, metió su lengua en el coño de ella y yo lo imité, nuestras lenguas jugueteaban una con la otra mientras lamiamos con fervor el sexo de Jessica, ella gemía de placer y yo con el sabor más salado que sentía bajé mi mano y acaricia el abdomen de Andrés, necesitaba motivación sino no volvería a tener una erección (con eso confirme que soy 100% gay) él no se inmuto y dejó que le masturbara el pene, estábamos boca abajo en la posición llamada “perrito” con nuestras caras hundidas en la vagina de la chica, seguimos lamiendo un rato más hasta que ella se cansó y pidió cambiar de posición.
Ahora la teníamos de a perrito con la cola directo a nosotros, Andrés ya no estaba tan de ánimos por que durante el rato que estuvimos lamiendo ella le dijo que si quería metérsela a alguien debía ser a mí, sino se quedaría con las ganas, no lo entendía Jessica accedió a darle una mamada, pero no quiere dejarse penetrar por Andrés, yo me sentí tan mal por él que quería dejarlo todo, pero entonces Andrés más resignado que ganoso empezó a darme un beso negro, se puso detrás de mi y dios su lengua hace maravillas, escupió directo en mi ano y siguió lamiendo mientras me apretaba las nalgas con fuerza (cabe señalar que esa seria mi primera vez tango homosexual como heterosexual). Él siguió con su labor mientras yo continuaba con la mía, ella pedía que se la metiera, pero al ser primerizo no tenia idea de donde hacerlo, no conocía mucho del cuerpo de la mujer y era difícil saber por dónde, afortunadamente ella no se burlo y me enseño por donde hacerlo.
“Lento, ufff… así papi” gimió.
Yo sentía como su coño era lo bastante estrecho para aprisionar mi pene entre las cavidades vaginales de ella, toque algo blando y pensé que era el fondo, pero de un empujón que me dio Andrés sentí que entro más y una electrizante energía recorrió mi cuerpo, ella grito de dolor, pero lo aguantó, le había quitado la virginidad.
“Ahora voy yo” dijo Andrés y después de un par de escupitajos y estimulaciones puso su pene en la entrada de mi ano e hizo presión.
El dolor era indescriptible, sentía como poco a poco se iba abriendo mi interior solo para él, tal vez eso mismo sintió ella y si ella pudo soportarlo, también yo, al cabo de un rato los tres estábamos ensartados, Andrés en mi y yo en Jessica.
Ella empezó a moverse con lentitud, pero con la suficiente fuerza para tirarme hacia atrás haciendo que me ensartara más el pene de Andrés, la sensación no me molestó realmente y se me ocurrió que debía ser yo quien de llevara el ritmo, total soy el de en medio; así que empecé a mover mis caderas de atrás a adelante sintiendo el roce del pene de Andrés en mi próstata provocando una sensación única y con el estrecho coño de Jessica sentía algo más, era placer total.
Seguimos en esa posición, dándole a ella y recibiendo de él, Andrés se acercó a mi y tomó de la cintura, me acercó su boca al oído y empezó a bufarme, el aliento caliente y la voz grave elevaron mis sentidos haciendo que acelerara el ritmo, cosa que Jessica disfrutaba también.
Llegó un punto en el que yo ya no tenia el control, era como una pelota de ping pong alternándome entre las nalgas de Jessica que golpeaban mi pelvis y la pelvis de Andrés que golpeaba mis nalgas.
“Haaaa…. Me vengo” dijo Andrés y después de un par de embestidas más sentí un chorro caliente dentro de mi culo.
Estaba eyaculando dentro de mi y esa fue la sensación más maravillosa que jamás sentí, el roce a mis entrañas y el calor de su semen hicieron que terminara también dentro de Jessica. Los tres caímos rendidos en la cama, Jessica en un costado, yo en medio y Andrés del otro lado, jadeábamos y después de una charla Andrés y yo nos vestimos para retirarnos.
Mi amigo no me dirigió la palabra en lo que restaba del año escolar hasta el día de la graduación donde me pidió un favor que ya les contaré como estuvo.
Dos días después de la graduación aparecieron Jessica y sus padres en la puerta de mi casa, esto no era bueno y yo lo sabía, nos dieron la noticia de que estaba embarazada y si o si me tendría que hacer cargo, como padre y en el futuro como esposo, yo le explique no podía ser esposo de ella debido a mi orientación sexual, mi padre me apoyó en eso y sin darme cuenta salí del closet en ese momento, Jessica estaba anonadada y sorprendida, lloró mucho, pero decidió que lo iba a tener con o sin mi ayuda.
Les adelanto que el que termino haciéndose cargo de todo fui yo porque ella prefirió rehacer su vida ignorando el hecho de que tenia un hijo conmigo, pero también puedo agradecer porque resulto igual de puto que su madre e igual de gay que su padre.
Que buena historia, ya quiero leer más