Vacaciones en Orihuela II (El placer de la torpeza)
Creí correrme en el momento que sus ojitos inocentes me miraron mientra no dejaba de intentar batir su record de polla deborada. Me estaba abandonando al placer, puse una de mis manos ahora liberada sobre la cabeza de James para irle marcando el ritm.
Me salí de encima de N para que pudiera escupir, N se levantó de la cama dejandonos sitio a James y a mi para tumbarnos pero en vez de ir al baño, se tumbo sobre James y lo besó, el niño no entendía nada hasta que noto como cierto líquido agridulce que jamás había probado fue entrando en su boquita mezclado con el vaivén de su lengua y de su maestra, N le dijo una frase a James y esté como un buen alumno, tragó, si mi semen fue su alimento. Al ver aquello mi polla cobró vida inmediatamente, James aun saboreando los restos de mi esperma, lo notó y me la agarró.
Si me quedaba algún punto de cordura ese agarre lo volatilizó… Quería disfrutar tanto de James como el de nosotros. Ese angel de alas caídas me había llevado al hades del placer, había despertado en mi al morboso que soy ahora.
James tomó de la iniciativa, se apoyó sobre mi costado mientras me miraba a los ojos, agarrando mi polla con su tierna manita. Yo lo veia, tan dulce, con restos del beso que acababa de darse con N, mordiendose un poco el labio como si estuviera planeando su próximo paso.
Quien resistía a eso? Yo desde luego no.
Mi brazo que estaba por debajo de el, ardiendo en las llamas que estabamos provocando, lo atraje haciendo que el niño sin mucho esfuerzo se pusiera sobre mi, para no tardar ni cinco segundos en besar esos labios, James al notar aquello se vió satisfecho por su sonrisa traviesa y se lanzó a besarme como minutos antes le había enseñado su maestra (que a todo esto estaba de pie saboreando los restos de mi semen con un dedo y con su otra mano acariciandose el clitoris como si fuera su primera vez).
Su pequeña lengua jugaba con la mia, sus dientecitos blancos jugaban a atraparla poniendome cada vez más caliente. Su sabor me recordaba a la inocencia mezclada con restos de mi, pero me daba igual, los estaba disfrutando tanto o mas que nuestro nuevo amigo. Mis manos envidiosas de las atenciones se decidieron a explorar ese cuerpo que tenía sobre mi, produciendo escalofrios a James que lo hacían temblar aunque sin despegarse de mi.
Llegando timidamente a sus nalguitas las cuales por su altura podían notar desde el principio mi rabo apoyado y ahora tambien manoseadas con deseo por mis manos, agarraba sus nalguitas con una mano casi podía con las dos, las pellizcaba haciendo saltar a su pequeño dueño e incluso me atreví a jugar con mi dedo indice en su inexplorada puerta al paraiso.
N le dijo algo a James (que por variar no entendí, pero enseguida comprendí) se deshizo de mis labios para empezar a bajar poco a poco por mi cuello, eran besos inexpertos que inspiraban más a ternura que a morbo, pero claro la balanza se decantaba con el resto de su cuerpo rozando el mio. N se acercó y me dijo – Disfruta- Seguido de una nueva instrucción para James que se desplazo hasta tener su boca sobre mi pezón izquierdo, y a su vez N se apoderó del derecho.
El placer que sentía solo pudo ser superado cuando N agarró la mano de James y la llevó de nuevo a mi polla. Que me coman un pezón me pone mucho, pero ya los dos y encima notando a su vez una mano femenina ya conocida y una manita que rápido se había adueñado de mis tabues era el climax, pero aun faltaba más.
N se puso a horcajadas sobre mi dejando ese conejito a mi alcance que deboré con aunténtico frenesí, lamía cada rincón de mi chica, metía mi lengua lo más adentro de ella que me permitía su longitud, de mientras ella seguia acariciandome un pezón y el lamiendo el otro, aunque de golpe pasó a un dedo también.
Yo no veía nada más que un conejo jugoso sobre mi, pero si podía notar cierto movimiento que quedó desvelado por una sensación húmeda conocida pero a su vez diferente. James había bajado hasta mi polla y ahora la estaba descubriendo. Lo sentía, lo notaba, lo disfrutaba pero no podía verlo.
Ese demonio al que ya adoraba intentaba meterse todo mi rabo en la boca, cosa dificil para un chaval de su edad, notaba su lengua lamerme como un perrito, sus manos agarrarme los testiculos los cuales también recibían su atención.N por su parte empezó a moverse más rápido lo que anunciaba su segundo orgamos, supongo que mi trabajo sumado a la escena de ver a un chico comiendose la polla de su novio estaba siendo demasiado y a los pocos segundos mi cara se hinundó de sus fluidos los cuales saboree.
N por fin se salía de encima, no confundais me encantaba comerselo pero quería ver ese placer hasta ahora sentido, y así fué, al levantarse pude ver a James concentrado comiéndomela, ese chico era un gran alumno, solo viendo como lo había hecho su profesora antes, ahora lo aplicaba con su torpeza lógica pero increible placer.
Creí correrme en el momento que sus ojitos inocentes me miraron mientra no dejaba de intentar batir su record de polla deborada. Me estaba abandonando al placer, puse una de mis manos ahora liberada sobre la cabeza de James para irle marcando el ritmo, su manita jugaba al ritmo de su boca siendo una paja mamada perfecta, no aguantaría mucho, sus labios subían bajaban sin parar y entonces esa sensación, notaba como mi semen empezaba a recorrerme desde los huevos hasta la punta del pene, por temor a asustarlo intento separarlo pero el como un becerrito imaginando el momento (que había visto un hora antes desde su asiento vip) aumento su ritmo haciendo inevitable el momento… Exploté en su boca, chorro tras chorro iba impactando en su cavidad hasta el día de hoy inexplorada y para mayor sorpresa empezó a tragar como si fuera el mejor helado.
Aquel niño no dejaba de sorprenderme, pues aun no contento con lo que había tragado siguió lamiendo mi pene hasta dejarlo sin ninguna prueba del delito acontecido.
Lo agarré hasta subirlo de nuevo sobre mi y lo besé sin ningun reparo, ese niño merecía todo y N y yo se lo ibamos a dar, aunque N necesitaba recomponerse de su último orgasmo tirada sobre la butaca de la habitación.
Así como lo tenía encima me levante cogiendolo en volandas, seguía besándolo con pasión, sus piernecitas que agarraron a mi cintura para evitar caerse aun así mis manos en sus nalguitas tampoco lo iban a permitir. Poco a poco lo fuí subiendo más para arriba, empezando a deborar su cuellecito, su pecho, probando si sus pezones eran sensibles, que por el gemido emitido descubrió que si, su tripita infantil, su ombligo el cual no dudé el lamer con la punta de mi lengua, James de mientras solo gemía, y mas arriba hasta llegar a su penecito el cual rapidamente fué atrapado por mi hambrienta boca con huevitos incluídos pero… Eso será en el próximo relato.
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