4to relato: EL TIÓ Y EL DOCTOR.
El tío me confesó su pasión, pero el Doctor me hizo el amor como nunca..
Para entrar en contexto, debo aclarar como en todos mis relatos mi situación intersexual, no me extenderé en este sentido puesto que lo explico detalladamente en otros relatos, la persona intersexual no puede encuadrarse en un patrón binario “Hombre-Mujer”, puesto que biológicamente tenemos ambos sexos, los rasgos se van acentuando a través del desarrollo de cada quien, nací con características biopsicosexuales binarias, hombre y mujer al mismo tiempo, a lo externo, con micropene con un solo testículo suspendido, además de una vulva con una vagina atrofiada, no desarrollada normalmente, abertura diminuta, carga cromosómica XXY, mi familia está compuesta en su mayoría por médicos que afortunadamente entienden casi que muy bien mi condición de intersexual.
No me mutilaron al nacer, mi nombre Sheylle, es unisex, no define ningún sexo, mi crianza al principio se enmarcó básicamente como varón, género con el que llegué a identificarme, sin embargo, por mi condición dual unas veces me sentía y actuaba como niño y otras no, mi dualidad evidente fue el motivo de mi sexualidad precoz, es mi conclusión final sobres mis tantas experiencias sexuales que por buscar una excusa medio lógica, las atribuyo principalmente a la testosterona pero no entiendo la verdadera causa.
Vivimos en una sociedad mundial machista, donde no hay equidad entre hombre y mujer, se antepone la supremacía masculina, donde la mujer es desvalorizada y se ubica solo en el plano del placer para el hombre y en segundo término como reproductora, criadora de los hijos y tareas del hogar, la sociedad se asegura de marcar una amplia diferencia para que la mujer llegué a conocer de cerca el miedo, el acoso, hostigamiento y la violación todo dentro de una aparente libertad femenina, pero realmente relegada a servir al hombre y al hogar.
Mi familia no escapa ante esta realidad, donde poco a poco tal como me di cuenta ocurre en la mayoría de los hogares la mujer ideal para el hombre es aquella sumisa, femenina, dedicada al esposo, hijos y el hogar, fuera de ese patrón se convierte en una persona conflictiva.
Consciente de todo lo anterior, el ser varón me daba el libertinaje que brinda el machismo, lamentablemente mi desarrollo no fue el esperado, es decir, mi cuerpo se negó a ser varón, en la medida que crecía mis características físicas eran contrarias al varón, debía controlar al máximo mi gestualidad, expresiones, sentir, vestimenta entre otras, cuando no lo hacía era objeto constante de acoso sexual.
Por mi apariencia física me tildaban muchas veces de “Marimacha o machorra”, en algunos casos como “Rarito, Mariquito, Fresita”, tenía que vivir con ello, a su vez con el manoteo, el acoso, la violencia física, verbal y hasta el abuso sexual, en la primaria, secundaria, universidad y hasta en las zonas donde viví no era diferente a mi silente peregrinar de vida.
En una oportunidad, nos encontrábamos de visita en otro pueblo, casualmente había un torneo distrital juvenil de volibol, varias primas y primos participarían de acuerdo a la categoría por edad, yo tenía 13 años, jugaba muy bien el volibol en un equipo masculino de mi localidad, inesperadamente dos chicas se lesionaron, por lo que iban a perder el juego, solicitaron un break y ante la desesperación mis primas acudieron a mi para que jugara con ellas, mis padres insistieron en que lo hiciera por lo que me decidí, nos fuimos a los vestidores, me dieron un uniforme nuevo que no era mi talla, me quedaba muy ajustado, franelilla y short, sin embargo, me enteré después del partido que el otro equipo objeto mi participación alegando que estaban incluyendo a un chico, por razones obvias, no era permitido, cuando me disponía a cambiarme, intempestivamente llegaron varias mujeres al vestidor y abrieron la puerta del pequeño cubículo donde yo estaba, en ese momento me encontraba en ropa interior con pantaleta y un top del mismo color, di un pequeño grito de sorpresa e instintivamente tapé mis botones mamarios y me agache para evitar me vieran mis partes, una de las señoras se me acercó y me hizo levantarme al abrazarme dándome la seguridad que no pasaba nada, todas las presentes pudieron observar lo que trataba de ocultar al máximo y al extremo, mi evidente vulva y mi sinuosidad femenina, solo me dijeron que no era habitual que una chica no se cambiara con el resto de las compañeras, despejaron cualquier duda sobre mí y salía a la cancha, como dije anteriormente el uniforme era muy ajustado, la verdad que admito que mi cuerpo es muy femenino y asombrosamente curvilíneo, con unas pompas sobresalientes y hermosas piernas, con más estatura que el resto de las chicas, me invadía mucha timidez y pena, sobre todo porque estaba presente papá, dos tíos, el abuelo y varios primos, quienes han sido además de familia mis acosadores, ultrajadores y hostigadores de mí, me sobrepuse a ese mal momento, concentrándome en el juego para poder hacer un buen papel.
Finalizó el juego de voleibol, mis padres fueron interpelados por los representantes y el comité de los juegos en torno a mi situación ambigua, me encontraba en las gradas de la cancha junto al tío Pablo, que al mirarme con el uniforme del equipo de voleibol me piropeaba descaradamente, contemplando el sinuoso cuerpo femenino que yo tanto ocultaba, como mencioné en un relato anterior, el tío era una persona folclórica y muy ocurrente en su hablar, me obligó a sentarme a su lado, yo era algo minúsculo ante semejante sujeto, me decía:
. – Mami así quería verte, que sabrosa estas, se te marca una bella «totona», mira como lo tengo de «parao» por ti.
Sus inesperadas palabras activaron mis nervios y mi vergüenza estaban a punto de estallar, con ojos lujuriosos recorría mi cuerpo y se detenía en mi zona púbica, haciendo muecas con la boca, no paraba de mirarme, fue tanto mi pudor que puse ambas manos para taparme, quise irme pero me advirtió que no lo hiciera.
. – Mi amor sabía que estabas buenísima, así sudadita como estas, te como esa pepita tan rica, debe estar «salaita», yo sé que eres mujer de mi hermano, pero esa «frutica» me lo como yo, por la buenas o por las malas.
A pesar de ser verdad, le desmentía tímidamente, me aterraba que alguien más lo escuchara y supiera esta situación que comenzó en violación por parte del tío “M”, llevaba años, desde mis 7 u 8 años, intenté irme para no seguir escuchándole, al pararme me sujetó por la muñeca, me hizo sentar nuevamente, con una mirada lujuriosa y espantosamente penetrante, como que si supiera de alguna forma que le temía, al propio tiempo me dijo con voz fuerte y autoritaria:
. – Ni se te ocurra irte mocosa, no me conoces, puedo ser muy bueno, pero también muy malo cuando me molesto, usted se queda ahí sentadita, te está hablando un hombre ¿ok?
Asentí con la cabeza, de inmediato me senté y puse mis dos manos juntas en medio de mis rodillas sin saber que hacer, solo con unas inmensas ganas de llorar y salir corriendo para alejarme de él, su confesión me avergonzaba, había imaginado inocentemente que él no sabía lo que pasaba con el tío “M”, le indiqué que no era lo que pensaba, que su hermano me tenía mucho aprecio y cariño, intenté hacerle comprender que estaba en un error, la verdad no le importaba y agregó:
. – Mírame a los ojos cuando te hable, no me esquives, abre tus bellos ojitos azules llorosos y mírame, me imagino esa hermosa boquita besando mi paloma y yo saboreando tus jugos, tus peos, tu miao, eres como tu madre, arrechamente sensual, arrogante, hermosa, me provoca cogerte ahora mismo, te dije que me mires a los ojos, no lo volveré a repetir…
Me esforzaba en hacerlo, pero mis ojos parpadeaban intermitente e involuntariamente, no podía controlar mi estado de nervios y vergüenza, creo que se deleitaba al verme tan vulnerable, tomó una de mis manos. De pronto me dijo:
. – Eres provocativa sin quererlo mocosa, igualita a tu mamá, tan sabrosa que están las dos, las mujeres como ustedes hacen lo que le da la gana, todos deseamos complacerlas y consentirlas, aun sin arreglarse tienen clase, arrogantes como ninguna otra porque se saben hermosas, divinas, así eres tú, sin proponértelo llamas la atención, muchos de estos hombres que estamos aquí, seguro se han masturbado pensando en madre e hija, ¿quieres que te bese ahora mismo gata bella?, me provocó verte desnuda, mira como estoy, ponte de pie y da una vuelta, quiero verte ese culote tan rico, ¿me oyes?
Un gritó eufórico: “parate”, me sorprendió y asustó tanto casi me orino, le obedecí de inmediato cumpliendo su orden, bajé la mirada sin decir nada, sin saber dónde ver, yo no tenía ni voluntad ni dominio de mí, algo que me caracterizaba, al dar la vuelta, me senté de nuevo, tenía la impresión que todo el mundo me había visto, parecía un animalito acorralado, temblando, atiné solo verle sus enormes manos comparadas con las diminutas mías, continuaba hablando de las cosas que me haría, yo solo miraba a la nada, a la distancia, no le prestaba atención, se dio cuenta de mi letargo y me ordenó de nuevo que lo mirara a los ojos cuando él me hablaba, me confesó que había conseguido a su papá, (el abuelo), masturbándose con una foto de mi en su teléfono y además tenía alrededor de su miembro una pantaleta, que cuando le preguntó de quién era, le dijo que la había conseguido en tu cuarto en la ropa sucia, yo me las ingenié y también busqué una para mí con olor a tu totona hermosa, está mañana oí a tu mamá decirles a ustedes que no conseguía algunas de sus prendas íntimas y supongo que a ti también se te han perdido algunas cuantas, pues creo que muchos las tenemos para recordarlas deliciosamente, hoy quiero que me regales esa pantaleta sudada, recuérdalo, es para mí. Con gran asombro y decepción le respondí:
. – Que asquerosos son todos ustedes, eres un cerdo, ¿Quién puede imaginar eso que dices?, ya no aguanto más tus necedades, eres un monstruo enfermo, no me hables ni me trates nunca más.
. – ¿Quién es más monstruo?, yo, o tú que andan detrás de ti como si fueras una perra maluca, tú sabes muy bien que vuelves loco al más pintao, lo disfrutas, te crees superior, sé lo de mi hermano y tú, del abuelo, del Dr.F, de unos primitos contigo, recuerdas la vez que fui a buscarte a la escuela, me vistes con la correa en la mano, estaba bien molesto porque me enteré que los malos te habían secuestrado y te cogieron en un salón, les di bien duro, les juré que los mataría si me enteraba que se metían contigo, soy capaz de todo por ti y por tu madre, a ella la respeto mucho, pero sabemos que es hermosa y cualquiera comete una locura.
Todo lo decía era verdad, pero lo que no dejaba ver es que eran encuentros forzados, llegó el momento en que tanta humillación había trastocado mi límite de tolerancia, me levanté y le dije antes de irme:
. – ¿Sabes qué?, basta, haz lo que quieras, ya no me importa nada, te odio, eres un idiota, no te atrevas a molestarme más, no tienes idea de lo que soy capaz.
. – Espera por favor, disculpame, no quiero asustarte, te amo, te amo con locura vulgar, soy hombre sé que no comprenderías lo que te digo ahora, pero no dejo de soñar contigo. No quiero repetir esto, disculpa mi comportamiento tan bruto, no me controlo cuando te veo, si lo deseas me quito la vida delante de ti, estoy sumamente arrepentido, solo dime y lo hago, me tiro ahora mismo desde las gradas, o me doy un tiro frente a ti, por favor no soy tu enemigo, soy el hombre que más te ama, sacó una pistola, le dije que no quería que hiciera otra locura, que eso si no se lo iba a perdonar jamás, sus lágrimas me parecieron de verdadero arrepentimiento, en mi desesperación le dije que le perdonaba si no se hacía daño.
. – Mocosa, no soy un monstruo, soy un hombre enamorado de una mujer, mejor dicho de una hermosa niña, te prometo que puedes contar conmigo, intentaré cambiar, pero sé que es imposible.
. – Tío, la verdad quiero alejarme de ti, no sé qué pensar, siempre me has dado miedo, me acosas y no entiendo por qué, hoy estuviste de lo peor, voy a irme, no me sigas, no me asustes más te lo ruego.
Quedó impávido, desconcertado, me alejé, quise caminar para desahogar mi llanto de pena, pero no pudo ser, corriendo se me acercaron las primas y primos, nos fuimos en grupo, dos de las primas mayores, muy hermosas y de bellos cuerpos me preguntaban que me decía el tío “P”, le mentí diciéndole que me aconsejó sobre mi forma de jugar, ellas comentaban entre risas que era un gigante hermoso, ordinario, con muchos encantos, que las mujeres enloquecen, muchas le sonsacan y lo comentan abiertamente, luego le llaman mujeriego pero es hombre, aprovecha las punterías de ellas, no es su culpa, es que es muy simpático, además tiene mucho dinero, lo hace más atractivo todavía, se reían y bromeaban al respecto, la verdad nunca había reparado en todo eso, hasta ese momento que ellas me hablaban de él, pero en el fondo lo odiaba, ciertamente llamaba la atención de las féminas pero no sabían lo morboso y malhablado que es, la mayor de ellas de unos 19 años, dijo yo lo voy a conquistar y será mío de nadie más, quiero que me ayudes Shey. De pronto me ericé, sentí como celos, pero de inmediato me recompuse.
Al llegar a la casa me fui directo al cuarto, estaba como en trance, muchas cosas habían sucedido este día, no encontraba cómo ordenar mis ideas, me perdía en un silencio profundo lleno de miedos, al rato entró una hermana y se acostó a mi lado, contándome que afuera hicieron planes para asar una carne, unas bebidas, me comentó que habían unas amigas del equipo, le dije que no quería salir del cuarto, me abracé a ella y estalle en llanto incontrolablemente, ella me correspondió con ternura, y se aferró a mí, mientras me decía:
. – Desahógate eso es bueno, cuéntame qué te pasa, ¿Estas mal porque no te sientes bien como chica, porque te vieron así como estás?, atine a decirle que en parte era eso.
. – Mi amor reconoce, eres muy linda, ¿cuántas no desearían tener ese cuerpazo y esa carita tan bella?, ¿Cuéntame qué te pasa?, ¿Eres mi hermanito o hermanita ahora?
Su pregunta repentina nos pareció chistosa y nos reímos, luego volvió a preguntarme:
. – ¿Por qué lloras, qué te pasó?
Le dije:
. – No pasa nada, solo quería llorar y punto, no sé por qué.
De pronto nos pareció esa respuesta muy graciosa y ocurrente, reímos estruendosamente, me dio un beso y se retiró, al rato llegó mamá con mi otra hermana preguntándome:
. – ¿Cómo te sientes?, tú hermana está preocupada, ¿Que te pasa mi amor? le dije:
. – Nada mamá, todo está bien no te preocupes, solo quiero dormir un rato. mamá me dijo:
. – Seguro es por lo que pasó en el juego y la reunión en la cancha, ¿verdad?
. – Sí mamá, todo fue horrible, entraron al vestidor para verme y sabes que es así, es humillante.
. – Bueno, ya sabes que por tu forma de vestir suponían que eres un “chico especial”, ¿sabes a qué me refiero?, le dije:
. – No mamá, no sé, dime tú, (claro que lo sabía).
. – Si que lo sabes, no te hagas. Mi hermana la interrumpió, y comentó:
. – Shey, claro que lo sabes, mama quiere decir que te hacían un chico, afeminado, rarito pues, por esa razón se alarmaron cuando entraste al baño para cambiarte, por ello no tardaron en entrar al vestidor esas mujeres, te imaginas un hombre con sus hijas y jugadoras, al verte se inquietaron y a la misma vez se tranquilizaron, no había un hombre cambiándose en el vestidor con las muchachas del equipo, te escrutaron de pies a cabeza convenciéndose para el asombro de todas que si eres una chica y muy bella, te lo hemos dicho siempre, por eso te hicieron preguntas incómodas al verte en el baño y luego en uniforme deportivo, no les quedó la menor duda.
Mamá queriendo aliviar la tensión interpela a mi hermana y agrega:
. – No le hables así, eres muy tosca cuando lo haces, ahora Shey no debes preocuparte, les dije que todo está bien, que aparte de ser tu mamá, soy médico especialista en psiquiatría y psicología clínica, que eres chica normal pero que atraviesas por algo si se quiere habitual en algunas niñas al desarrollarse, se impresionan más que otras, por el notable cambio en su corporalidad, sobre todo en la aparición de los botones mamarios y su progresivo desarrollo, por eso tratan de esconder sus encantos femeninos, por ellos se avergüenzan de sí mismas, sin contar otros cambios significativos, que son parte del desarrollo en las mujeres, especialmente cambios físicos, cintura, cadera, voz, cada persona es un universo de emociones y sensaciones, individualmente deben asimilar y aceptar los cambios naturales y permanentes, solo que algunas mujeres necesitamos de ayuda profesional y comprensión del entorno. Ellas entendieron, hasta tu papá se asombró, estaba boquiabierto por mi explicación.
Mamá además de hermosa, es muy talentosa y excelente profesional. Luego agregó:
. – Nos dimos cuenta que decidiste retirarte y te dejamos, me imaginaba por lo que pasabas, necesitabas caminar y calmar tus emociones, de regresó tu papá también estaba en shock, aparenta ser un hombre muy rudo, pero es sensible, le brotaron las lágrimas, se reía de la emoción y me decía:
. – Entonces no tenemos un niño «anormal», quiero decir un chico rarito, bueno me entiendes, ¿ya sabes?, yo sé lo que digo, eso me preocupaba más que cualquier cosa.
En ese momento por las ocurrencias de papá, y los gestos cómicos de mamá en su relato, nos reímos y secamos nuestras lágrimas, se esfumó el ambiente enrarecido… Sin embargo, mamá me aclaró que el trato será el mismo de siempre:
. – Tú pones la pauta de acuerdo a cómo te sientas más cómoda o cómodo, eso será respetado.
Igualmente, aun cuando me daba gracia que para papá era un alivio no tener un hijo «rarito», yo me encontraba en un estado de asimilación de lo comentado por mamá en esa reunión, de su hábil comentario sin profundizar más nada sobre mí, realmente me tranquilizó, ella les dijo que yo cambiaría mi vestimenta cuando lo decidiera yo, y que es lo clínicamente recomendado, sin presión ni traumas. Me animó a salir del cuarto, inclusive a escoger un par de prendas, opté por vestirme con un mono holgado verde manzana, no me puse la faja en mis senos, y los mismos subían la chaqueta del mono hasta dejar al descubierto coquetamente mi ombligo, aprovechando mi estado de ánimo, mamá me peino y colocó un tenue maquillaje, brillo labial, se quitó sus aretes y me los puso.
Creo que todos estaban atento a mi llegada, ya que, al bajar las escaleras mis hermanos, papá, tíos comenzaron a silbar, de nuevo se activó mi chip de chico y me avergoncé, casi que me devuelvo, mamá me decía:
. – No les hagas caso, están contentos, es en broma y la verdad estas preciosa.
Me abracé a mi madre como que en busca de protección, luego papá me llamó y me sentó cariñosamente en sus piernas, me refugié en su enorme pecho lleno de vellos rubios enroscados, él me sostenía y apretaba como protegiéndome y dándome confianza, estuve un rato así suspirando, llenándome de fuerza y valor, mi padre me repetía que estaba feliz de que fuera su hija, que contara con él, se reía y me decía no quiero saber que te estas peleando, y te agradezco desde mi alma que intentabas comportarte como hombrecito para complacerme, es mi culpa mi niña bella, le dije:
. – Papi sabes que hay algo más, pero ahora si me siento cómoda, gracias a ti por comprenderme.
. – Mi amor, no tienes nada que agradecerme, yo te entiendo y comprendo, cuentas conmigo por siempre.
. – Prometo hacer el mejor de mis esfuerzos por ti papá, por la familia y por mí.
Decidí levantarme ayudar a mamá en la atención de los invitados, puesto que habían algunas profesoras, compañeras de juego, familiares, después de un rato, se conformaron los acostumbrados grupos, los hombres juntos a jugar dominó, cartas, hasta ver un odioso partido de beisbol, que antes disimulaba que me encantaba para aparentar, las mujeres igual, reunidas en grupo pendiente de los niños y sus maridos para atenderles, y las chicas y chicos en otro grupo, de vez en cuando uno que otro salía a bailar, me reuní con mis amigas y amigos, en un momento dado, llegó un chico conocido por todos, radiante, hermoso, se unió al grupo, como era su costumbre me buscaba para estar a mi lado, hablarme, cortejarme, hasta me invito a bailar, de pronto uno de mis hermanos trajo la guitarra, las chicas estaban como locas por mi hermano y el chico, la verdad ellos tenían una enorme estatura, cuerpos bien lindos y musculosos muy definidos, varoniles, ambos tararearon algunas canciones y le hacíamos el coro, luego por insistencia de mi hermano nos fuimos al salón donde estaba el piano para que yo le acompañara mientras él continuaba con la guitarra, sabía que quería deslumbrar a las muchachas, no era tonto, había una muy hermosa casi que como yo, jajajajajaja, estuvimos divirtiéndonos como hasta las 3 am y tomando a escondidas de los adultos, a esa hora mamá nos recogió como si fuéramos una manada de pollitos, se despidieron la mayoría y solo se quedaron los hombres jugando dominó y con notable evidencia que estaban algo pasado de tragos, me di cuenta que mi hermano mayor discutía con su esposa mientras ella lloraba, me acerqué y tomé esa torre de músculos para calmarlo, él quería obligarla a irse para él cuarto para ya saben qué, le decía que quería hacerle el amor, que era su mujer y quería acostarse con ella, su esposa no quería, le decía que se acostara a dormir, entonces a manera de chantaje le decía que lo que no se tiene en la casa se conseguía en la calle, que se marchaba, que era igual a todas las demás, que estaba harto de que ella pretendía arreglar todo con llorar, que madurara como mujer, que él es un hombre con necesidades, ante tanta insolencia lo obligué a que se acostara a dormir, sabía que es un conocido chantaje masculino para salirse con las suyas. Pienso firmemente que los hombres con unos tragos, algo les sucede porque a mi entender dejan de pensar con la cabeza de arriba, se vuelven intenso, obsesivos por el sexo, hasta el punto que muchos incomodan con la vista o con el trato tan pegajoso, persecutorio y obstinante.
Mi madre es una mujer que conoce de las intenciones masculinas tan exacerbadas, ella siempre ha sido motivo de miradas de todo tipo, de forma natural sin querer, ella es una mujer excepcionalmente bella, con un cuerpo perfecto, de modales refinados y en extremo muy femenina, con una sonrisa de las más lindas que existan, papá su eterno enamorado y admirador a más no poder, igual la protege y cela, no era difícil observar cómo era asediada donde quiera que íbamos, sin ella dar motivo, cuando mamá se arreglaba más de lo habitual era ese tipo de mujer sensual sin busca serlo, transmitía, confianza, elegancia, seguridad y su enorme sensualidad era un imán incomparable, un poco menos eran mis tías pero igualmente de bellas.
Luego del incidente con mi hermano mamá muy molesta me dijo:
. – Vámonos a dormir ya es tarde, no quiero que estés levantada por allí, me doy cuenta de todo contigo, y tú también lo sé, mañana tu hermano tendrá que oírme, ¿Cómo es posible que le falte el respeto a su esposa de esa manera?, estoy indignada, no entiendo, todos son iguales, es asqueroso y vergonzoso lo que está ocurriendo.
Mamá se acostó conmigo no sin antes trancar la puerta por dentro, alegando que era para que no nos molestaran, yo sabía que huía de papá, sabía que él la buscaba y la acosaba por todas partes, ella sabía muy bien lo que venía después, cuando quedara solo con ella, le dije a manera de chanza:
. – Mamá, sabemos que pasará más tarde con papá y tú, no se va a quedar con las ganas, está igual que mi hermano “G”, jajajajajaja
Se molestó conmigo y me dio un tirón de cabello, diciéndome a la vez muy molesta:
. – No seas estúpida, ¿Qué te pasa?, respetame, no me gusta el olor a licor y estoy cansada, él no es de ese tipo de hombres, fastidioso y necio…
Me dio mucha risa, ella se sonrojó, se puso nerviosa, levantándose de la cama y dirigiéndose al baño, al salir me ordenó:
. – Vaya a lavarse la “Chichi”, no te acuestes con esa vaina sin lavarte, cuando me acosté junto a ella nuevamente, le dije:
. – Mamá, papá está llamando a la puerta ¿Le abro?
. – Quedate callada, ya se va, no me gusta lidiar con borrachos.
. – Mami, papi no es así, déjalo pasar. Jajajajajaja.
. – Qué te pasa a ti, ¿estás borracha también?, duérmete ya, o me voy de aquí.
Nos abrazamos y dormimos hasta las 11 o 12 de la mañana más o menos, ella despertó y me dijo vamos a lavarnos y levantarnos, hay que hacer comida y limpiar el desorden. Cuando bajamos a la cocina no había nadie, me indicó que subiera a ver si papá estaba dormido, subí, le dije que sí, que estaba vestido hasta con los zapatos puestos, que yo se los había quitado y también el pantalón que por cierto se le había bajado el interior cuando luchaba quitándole el pantalón, dio un salto y sorprendida tapándose la boca con ambas manos muy molesta me preguntó:
. – ¿Estas loca, que te pasa, porque hiciste eso?, respeta, todo tiene un límite, no me gusta lo que has hecho.
Luego le dije entre risas que era mentira, me tiro un trapo de cocina a la cara, subió al cuarto y bajó riendo:
. – Sabes que no me gustan esas bromas pesadas, compórtate como una mujer, ya tienes edad, no seas tan infantil.
A manera de chanza le dije:
. – Mamá ahora mismo no me siento mujer, no me trates así.
. – Marica, ya te dije que te comportes, dejate de vainas, estás muy grande para la gracia, esta bueno, desde anoche andas como loca, quitate esos shores que son muy cortos.
. – Cuando me bañe me cambio de ropa, después de la comida.
Me abrazó y me dijo que haríamos una gran olla de sopa para la resaca que iban a tener los hombres al levantarse, me agradó que ella se preocupara por papá y mis hermanos, en eso llegaron mis hermanas y tres tías, al cabo de un rato se unió la esposa de mi hermano, cada quien se tomó una tarea para ordenar la casa, cocinar, fregar, etc., a las tres de la tarde estuvo la sopa lista, casualmente fueron llegando los hombres con las caras bien maltrechas, somnolientos, mi hermano mayor sacó una cerveza y mamá se molestó, papá al llegar también tomo otra cerveza, mi hermana mayor se las quitó de las manos y les dijo: ya basta de licor, ya fue suficiente, reímos todos y comenzamos a servirle, en esa medida fueron llegando los otros, le pedían a mamá algo para el dolor de cabeza, el malestar de la resaca les pasaba factura, yo solo había tomado un poco de vino dulce muy delicioso, me sentía bien, una mis tías, hermana de mamá si se le fue la mano y se quejaba mucho. Después que comieron los adultos, les servimos a los niños, por último, el resto que faltábamos, solo tomé caldo, nunca me gustó la sopa. Si no es por mi tía, hermana de mamá y esposa del tío «M», no me hubiese dado cuenta que faltaban mis tíos («M» y Pablo), a este último el solo verle me asustaba, pero para tranquilidad mía la tía comentó que le guardaría la sopa de ellos ya que fueron a la finca, sabía que no llegarían porque estaba lejos, después de ayudar en ordenar el desorden, todos se fueron a la sala, hablando de cualquier cosa, me senté en medio de mis hermanas, tocaron el timbre y me mandaron a ver quién era, al abrir, estaba parte de una familia muy allegada a la casa, el “DR.F”, esposa y su hijo menor de mi edad, era un amiguito muy especial, afeminado, muy lindo, para nada tímido, se sorprendieron al verme con dos pequeños zarcillos, una franelilla rosada donde se notaban mis pequeños senos y un short corto que resaltaban mis curvilíneas y el delineado de una vulva, no entendían, si yo supuestamente era igual a «MA» (Mi amiguito), es decir, otro niño afeminado, al entrar la Sra.F, me dio un efusivo abrazo, «MA» igual, quedé sosteniendo la puerta para que pasaran todos ellos y el “DR.F”, me indicó con la mano que primero yo, la puerta de entrada no se veía desde el salón donde estaban todos reunidos, por ello, el desgraciado me agarró mi trasero sin que su mujer se diera cuenta, le empujé y él me guiño un ojo, subí a bañarme y cambiarme de ropa, me acompañó «MA», no me dio pena desvestirme delante de él, era una chica más a decir verdad, me dijo:
. – Se te marca una cuca con ese short, y se te ve un culo fenomenal ¿Cómo lo haces?
. – Estúpido, maricota, no me estés viendo.
. – Fue idea de papá venir para acá, quería verte, está ansioso de ti, quiere mojar la brocha, está enamorado.
. – Deja la mariquera «MA», detesto ese tipo de juego, o te comportas o te vas del cuarto.
. – ¿Me voy?, jajajaja, no mami, es en serio, hasta me dijo que te invitara hoy para la finca que ya no aguanta más, por eso te digo que quiere mojar la brocha.
. – Que la moje con tu mamá el viejo ese, que bobos son los hombres, no piensan en otra vaina, menos mal que tú eres marica.
. – Si lo soy, pero contigo hago un esfuerzo, mira cómo estás.
. – Ah pues maricote, ya te dije, déjate de vainas raras conmigo, dejaras de ser mi amigo si vuelves a decirme cualquier vaina.
. – No soy tu amigo, somos amigas ok.
Nos reímos de sus locuras, debo decir que hacía desde dos años antes, cada vez que nos encontrábamos «MA» y yo, él me comentaba que su padre le decía que gustaba de mí, que quería ser mi novio, yo solo me reía y bromeaba sobre el particular, sin embargo, en complicidad con «MA», y a solas, sus atenciones hacía mí, eran evidentes, cariñoso, chistoso, amable, de alguna manera me encantaba, fue poco a poco seduciéndome, siempre tenía a flor de labio palabras lindas y emotivas cuando se acercaba a mí, mucha veces me daba cariñosamente un abrazo un poco más de lo normal. Al principio me alejaba de sus acercamientos, intuía lo que pasaría si dejaba extender este sedicioso juego, «MA», me suplicaba por su papá, me repetía una y otra vez que estaba enamorado de mí, que era un buen hombre, que me amaba, que no tuviera miedo, que probara y si no me agradaba podía dejar las cosas hasta ahí, empecé a tolerar ciertos acercamientos muy galantes al principio, a sabiendas fui aceptando su juego de seducción, siempre cariñosamente me indicaba que yo tenía el control, que él no haría nada que yo no quisiera, que siempre respetaría mis decisiones, luego entendí que todo era una hábil manipulación, era hacerme creer que yo tenía el control absoluto de todo, darme confianza, me repetía constantemente que él me veía como una persona adulta y madura, que sabía que yo era un chico, pero no para él, que apreciaba que yo estaba desarrollada física y mentalmente como mujer, por eso me trataría como adulta, pienso que todo pequeño o pequeña, quiere en algunos momentos ser tratado como adulto, sin tantas correcciones, ser algo independiente con voz y voto, siempre supo hablarme y llevarme al terreno de su dominio, tampoco es que caí ingenuamente, imaginaba todo lo demás y sin embargo, me deje embriagar por su trato tan especial. Poco a poco fui sucumbiendo a sus encantos, al principio de sus coqueteos se sentaba y me atraía a él con delicadeza, tomaba mi cara con ambas manos y pegaba su nariz a la mía, me hablaba dulcemente, casi labio con labio y cuando intentaba besarme le esquivaba y me refugiaba en su cuello, allí me deleitaba oliendo su aroma varonil, mientras él aprovechaba para acariciar mi espalda por debajo de la ropa, por lo general me preguntaba qué cosa me ponía para envolverme de esa manera, nunca le aclaré que tapaba mis senos que pujaban salir, tampoco le decía que cuando me apretaba algo inapropiadamente me dolían, él no me presionaba en ninguna de sus preguntas, toleraba mi silencio, era parte de su hábil estrategia.
Llegó el momento que me agradaba hablar con él, me hacía sentir que era de su entorno adulto, cuando intentaba besarme yo desviaba mi cara hacia abajo y él salía con algunas de sus coqueterías, me decía: «Déjame ver el cielo a través de tus hermosos ojos azules», «Mujer, ver tus ojos es mirar el océano que tanto me gusta navegar», «Si vieras mi corazón, hallarás tu nombre en cada rincón», entre otras tantas frases que me encantaban, comencé a frecuentar cada vez más la finca de ellos los fines de semana, me llevaba muy bien con la Sra.F y su hija, excepto con los dos hijos mayores, que molestaban a MA y a mi constantemente, el mayor llamado “HF”, era muy apuesto, estaba en el equipo de natación de la universidad y tenía varios trofeos que adornan la sala, su novia era una muchacha lindísima, muy simpática conmigo, en una oportunidad estando en la granja de mi familia, yo estaba en bermudas y al agacharme, «HF» se dio cuenta que llevaba puesto unas pantaletas y burlándose las jalo hacia arriba para hacerme daño, me levanté y le di una sonora cachetada, de inmediato me tomó por el cuello y mi hermano mayor al darse cuenta, intervino dándole una golpiza, en eso mis otros hermanos, papá, el DR.F, el otro hermano de «HF» acudieron y los separaron, evidentemente la peor parte la llevó «HF» , se hizo una algarabía por parte de las mujeres, indagaban sobre el asunto, ninguno comento nada, “HF” dijo que le pareció que mi hermano se burlaba de él. La novia de “HF”, me preguntó a solas, en un rincón, por qué usaba a escondidas esas prendas que claramente eran de chicas, le dije que en casa todos sabían que la ropa interior masculina me lastimaba, que no las usaba a escondidas, la notaba molesta e incómoda con mi respuesta. Luego del incidente, al parecer mi hermano, su esposa, «HF» y su novia hicieron buena amistad, estaban departiendo, el DR.F, de pronto dijo que iría al pueblo a comprar hielo y otras cosas, papá le dijo que mandaría a uno de los muchachos y él insistió en que también debía pasar por el cine, el único cine del pueblo era de su propiedad, por cierto muy lindo e inmenso, ocupaba casi que una manzana, por supuesto que yo tenía entrada libre, invitó a «MA» que le acompañara, y este a su vez me sacó permiso con mamá y papá, había sido una componenda ideada por ellos para que yo fuera. Llegó el momento que me gustaba la compañía del DR.F, sentía que me hacía mucha falta pasar momentos con él, al verle, el corazón se me apresuraba, más cuando cruzábamos miradas y veía esos ojos fulgurantes que me deseaban, sentía mariposas en mi estómago, al llegar al pueblo fuimos directamente al cine, él saludó como de costumbre a los que estaban allí, subimos a su oficina y MA en complicidad con su papá le dijo que daría una vuelta por la plaza, dejándonos solos, en ese momento se me abalanzó y beso desesperadamente, al sentir la tibieza de sus labios me deje llevar y correspondí a su apasionado beso, dejándome llevar cerré los ojos, prácticamente fue una declaración, al separarnos me dijo que a partir de ese momento éramos novios formalmente, asentí con otro beso. Me cargó y llevó a un cuarto contiguo que estaba en su oficina, se desvistió parcialmente y sacó a relucir su espada erecta, tomo mi mano e hizo que le tocara su mástil de carne dura, quiso que lo llevara a mi boca, me negué hacerlo, eso no me gustaba, me respeto, pero insistía en hacerme el amor, le rogué que no, que tenía mucho miedo, que no estaba preparada, me entendió. A partir de entonces, cuando podía intentaba besarme y tocarme, hasta imitaba cual actor de escenas románticas, como entregarme una flor, declararme su amor, saludarme tomando mi mano y darme un beso en el dorso de la mía, mentiría si dijera que no me gustaba esa actitud, me hacía sentir adulta, importante, en algunos momentos me envolvía en sus brazos tiernamente, llenándome de caricias indecibles y apasionadas, susurrándome palabras de amor, besaba y succionaba mis orejas, introducía su lengua casi que al fondo de mis oídos, hacía que me erizara, tomaba mi rostro en sus dos manazas y me daba cientos de pequeños besos en toda mi cara, cuello, nuca, cabeza, en instantes como que perdía su autocontrol y se aferraba muy fuerte a mí, movía su cintura adelante y hacia atrás como simulando una penetración, por lo que podía percibir su enorme erección, en más de una oportunidad liberaba su monstruo sexual, supuestamente la excitación hacía que le doliera al extremo, él me pedía disculpa y agregaba en susurros:
. – “Mami, disculpa, no sabes cómo duele”, necesito hacerte el amor, me duele, no aguanto más.
No entendía el porqué de ese dolor, mi micro pene a medias se tensaba, sin producir dolor, él no me tocaba adelante, por lo que suponía que yo también estaba con una excitación parecida, supongo que no se cercioraba tocándome por el consabido machismo al entender que yo era un chico afeminado, él no tocaría otro pene. La verdad que él me veía como una presa sexual más, un chico afeminado que le producía pensamientos extremos, este señor tendría la edad de papá unos 50 o un poco más, blanco, con unas entradas canosas en el cabello que lo hacía ver atractivo, galante, de más o menos 1.75 mts, siempre bien vestido y oliendo muy rico, éramos asiduos visitante de la finca de ellos y viceversa, hasta me permitían quedarme allí, siempre y cuando estuviera «MA», igual él se quedó muchas veces en casa o en la granja de mi familia. En una oportunidad me invitaron al cumpleaños de su hermana, habían otros niños y niñas de mi edad (13-14) por lo que en un momento dado me distraje y no me di cuenta que mi amigo «MA» no se encontraba, le busqué por todas partes, me faltaba ir a la pequeña casa del capataz, así lo hice y tamaña sorpresa, el hombre de más confianza de la familia de unos 60 años, de tez morena, cabello negro sin canas y de gran corpulencia, estaba desnudo sudado encima de mi amigo, quien gemía y deliraba en cada beso y arremetida que le propinaba su amante, me oculte mirando la escena, estaba tan ensimismado en lo que veía, que al acomodarme mejor tropecé con una escoba, el capataz saltó de la cama como un gato y se paró frente a mí con su enorme pene bien erecto, intentó tomarme un brazo, me di vuelta y salí a la carrera, media hora después llegó MA, se sentó a mi lado diciéndome:
. – Bueno ya lo sabes, ten cuidado y no comentes nada.
. – Descuida vale, confía en mí, te estaba buscando, no pensé que estarías tirando a esta hora con tu hombre, no fue mi intención.
. – Gracias amiga, pocas veces quiero penetrar, pero tú sabes que quiero hacerlo contigo, te lo haré mejor que cualquier hombre que hayas conocido, eres muy sensual, quisiera tener tu cuerpo y ser como tú, algún día lo intentaré, las hormonas me han servido para ciertos cambios pero tú eres mi inspiración.
Estuve a punto de confesarle que las únicas hormonas que había tomado es la testosterona, para masculinizarme, pero soy resistente a ella, mi cuerpo la rechaza, preferí callar, yo era quien le suministraba los estrógenos a él por indicación médica en complicidad con mi tío.
Le interrogué sobre qué pasaría si su familia lo llegaban a sorprender con el capataz, me confesó que todos lo sabían, pero de eso no se hablaba, que incluso cuando ellos se quedaban allí, él amanecía en esa cabaña con su amante, me parecía insólito, pero igual pensaba que cada familia es un mundo y pude relacionar muy bien del porque su padre con tanta confianza le decía cosas de mí para que luego él me las contara, también le pregunté por qué si iban hacer eso no cerraban la puerta de la casita y del cuarto, su respuesta fue mucho más asombrosa, me informo que todos en su familia llamaban a cierta distancia antes de llegar a la casa, porque podía estar sucediendo lo que yo vi, que desde ahora en adelante yo haría lo mismo, llamarle a cierta distancia, acordamos que me quedaría en casa de ellos.
El día transcurrió sin otro incidente, como a las 11 me fui al cuarto de «MA» a dormir solo, él dormiría con su amante, no sé qué tiempo paso, me desperté cuando sentí que me abrazaban por la espalda, de inmediato identifique el perfume del DR.F, me quedé inmóvil, haciendo que dormía, besaba mi cuello, orejas y espalda con delicadeza, pude sentir la proximidad de su pene en mis nalgas, por alguna razón mi zona anal es mi mayor área de sensibilidad orgásmica, tomando fuerza y valor intenté zafarme, le dije que me soltara, de lo contrario gritaría, me dijo:
. – Puedes gritar lo que quieras, estamos solos, nos quedamos MA, tú y yo, él está con su macho así como tú con el tuyo.
Me atrapó con sus piernas y brazos, su dominio era total, me asfixiaba, sentía que me faltaba el aire y me iba a desmayar, deje de pelear, ya no tenía fuerzas de tanto luchar, me puso boca abajo y comenzó a besarme allí desesperadamente, luego cuando se sacio, recorrió nuevamente mi espalda hasta colocarse en posición para penetrarme, hacia esfuerzos para que no lograra atinar en mi entrada, por lo que me sujeto con fuerza, deje de luchar, mientras él sin dudarlo comenzó de nuevo con sus caricias algo más delicada, no tenía oposición, masajeaba mis nalgas, volvió a mis muslos, ya no podía más, a lo interno deseaba que me penetrara, quería decírselo, pero no me atrevía, de lo forzoso paso a placentero, comenzó a horadar mi cavidad anal con la yema de sus dedos, sin penetrarme, solo acariciarlo despacio, pausado subía y bajaba, hasta que sus caricias ya eran al interior de mí, sentí un gran orgasmo que no pude disimular, nos besamos ardientemente, entendió que era el momento para decirme:
. – Recuerda que eres mía, eres mi mujer, te amo más que nadie.
Acomodó muy bien su pene en la entrada de mi culote como él me lo decía, sin dejar de acariciarme y besarme, cuando estuvo seguro que su cañón eréctil estaba en posición comenzó su entrada, podía sentir cada milímetro de su virilidad que se abría paso en mí, a pesar que ya estaba la zona bien dilatada, me doy que paraba por instantes hasta que reanudaba su entrada, fue ingresando en mí, hasta sentir su pubis en mis nalgas, a la misma vez, me decía:
. – Mi reina estás bien rica, eres nalgona, te pareces a tu madre, mira es increíble, soy más ancho y grueso que tú, pero tus nalgas y revolveras sobresalen, tu pequeña cintura la siento tan pequeña que la percibo muy frágil, eres muy delicada y femenina, me das morbo y una excitación incontrolable.
No le respondía, pero si pensé en lo que me decía con tanta excitación, quiso quitarme el top que llevaba puesto con el que ocultaba mis senitos, le rogué que no lo hiciera, respeto mi ruego, sin embargo, no sé en qué momento se deshizo del top, quería saber que guardaba con tanto celo, hasta que se dio cuenta, me giró frente a él, lloraba de la alegría, los beso y succionó a placer, llegó el punto que me dolían, se lo hice saber, paró su accionar y su mano recorrió con cautela mi zona púbica, nuevas exclamaciones de alegría y euforia, no lo puedo creer mami, bajo su boca hasta allí, me devoró mi aparente vulva juvenil, su lengua y dedos hurgaron con delicadeza hasta el cansancio, se percató de la estrechez de mi abertura vaginal, supo que no podría hacérmelo por allí, desde esa posición me penetró analmente, me dolió por lo que en susurros preguntó si quería que parara, le dije que si por favor, espero un rato prudencial hasta que inicio de nuevo sus movimientos largos a profundidad y pausados, mis abundantes fluidos servían de lubricante, luego siguió un vaivén armonioso, mientras yo intentaba seguir su ritmo, gemía de inmenso placer, temblaba, él no paraba de besarme el cuello, labios, orejas, me hacía sentir que le pertenecía, no renunciaba en contemplar como yo disfrutaba a mas no poder, al cabo de un buen rato me penetraba con mucho ímpetu, apasionadamente, sabía muy bien en qué nivel de excitación se encontraba, no paraba de bufar, yo intentaba concentrarme para que juntos tuviéramos un espectacular orgasmo, como en efecto sucedió, ambos sudados, jadeábamos sin poder contener tantas emociones, dejo caer su peso en mí, extenuado, fatigado pero besando mi cuello, a la misma vez que hacía prometerle que solo seria de él, que me amaba, podía sentir las palpitaciones de su pene expeliendo su semen dentro de mí, me hizo sentarme encima de él, para luego hacerme girar y quedar de espalda, sin salirse dentro de mi hizo que pegara mi espada en su pecho, yo miraba el techo, de pronto giro y me colocó de lado, sus piernas me rodeaban y me hacía sentir el dominio que ejercía en mí, me acariciaba todo mi cuerpo, mis senos y zona púbica, siguió declarándome su amor hasta que sus palabras se hicieron incomprensibles, eran susurros eróticos a mi entender, me imaginé producto del esfuerzo físico anterior, el cansancio y el sueño le envolvía, hasta que se durmió profundamente dentro de mí, pasé un rato repasando lo ocurrido, me aferré de su brazo varonil y velludo que me abrazaba con delicadeza hasta quedarme dormida, «MA» tocaba la puerta, que le abriéramos, nos desertamos, una vez más me hizo el amor, al levantarme de la cama, tapé mi zona y fui a bañarme, me senté en la poceta a orinar, en eso entró el DR.F, me preguntó:
. – ¿Qué haces mi cielo?
. – Orinar, ¿Por qué?, voy a bañarme, espérame fuera por favor.
. – Está bien bella dama como usted ordene.
Me bañé muy bien, antes de salir coloqué la toalla por encima de mis pechos, al verme ya en el cuarto me tomó de la cintura y me beso tiernamente, me indicó que iba a bañarse no sin antes decirme.
. – Te amo princesa.
Sin responderle me dirigí a vestirme y esperar para salir juntos del cuarto, cuando lo hicimos nos esperaba MA con cara de pocos amigos, molesto a todas luces, la verdad que no me dio vergüenza, intente actuar lo más natural posible, sin embargo, me sorprendió la presencia del capataz, no me importó para nada, estábamos a mano, pero el ambiente estaba pesado, MA, tenía una cara amorfa del disgusto, no entendía ¿porque?, pero tampoco me importaba, nos sentamos los cuatro a vernos la cara, en eso le dije que tenía que irme, me dijo que le diera una hora máximo, tenía que hacer rápidamente una diligencia, quería irme y en eso llegó «HF» el hijo mayor del Dr.F, nos saludó y le pidió dinero, el padre le dijo que nos llevara pero MA se negó a irse, no le hice caso alguno, me fui con “HF”, durante el camino de vez en cuando me fastidiaba comentando que ahora mi hermano y él eran cuñados gracias a mí, que su cuñado era buena gente, se disculpó conmigo, me dijo que no quería hacerme daño, pero que yo le había golpeado, que cuando me sujetó del cuello reaccionó, pero no me iba a golpear, en eso fue que mi hermano le golpeo, que estaba distraído, justificaba la golpiza que le propinaron, sin embargo, quedamos bien, como amigos.
Estos relatos son muy extraños
¿Porque dices eso Germanio?