5 años (parte 3)
Capítulo 3: Intenciones verdaderas. .
5 días después, estando en una comida con mi familia y con Demian, mi esposa entró en labor de parto.
Mi amigo había ido los días siguientes después de haber hablado con él y estabamos buscando el mejor plan para eliminar a esas bestias que yo tanto odiaba, además me servía su presencia para que yo siguiera desahogandome, pues el era buen oyente.
El plan del parto era sencillo, me llevaba a mi mujer al hospital, y Demian se quedaba con Lalito hasta que su tía llegara por el y entonces mi amigo me alcanzaría para no dejarme solo, y así sucedió…
…….
—-> Una narración de Demian <—–
Cuando mi amigo se llevó a su esposa al hospital, yo me quedé a cargo de su hijo, Lalito.
El niño estaba sentado en un sofá mirando la t.v y yo me cuestionaba que hacer, tenía una molestia atorada desde días antes, cuando me enteré de toda la situación con el niño.
Pues bien, algo que mi amigo no sabe, es que soy un pedófilo de hace mucho tiempo, y si, su hijo era uno de esos pequeños que uno se abstiene de hacerles algo no porque uno no quiera, sino por prudencia, por el peligro que representa y en los días pasados cuando vi la foto, entré en una especie de crisis, molestia, y excitación al mismo tiempo.
Lo máximo que yo había hecho con ese niño era medio tocarle su traserito y 2 hombres más ya se lo habían hasta restregado en sus pitos.
Pensaba en todas esas cosas mientras caminaba de un lado a otro, y entonces, sin pensarlo demasiado me acerqué a él, estaba sentado, aun viendo el televisor, y yo, desabroché mi pantalón lo bajé un poco y sin cuestionarle o decirle nada, tomé su manita y lo puse sobre mi pene que aún estaba cubierto por mi boxer.
El comenzó a masajear, el contraste de su manita blanca y mi boxer de color verde oscuro, se mezclaban perfecto, y si, una parte de mi tenía temor por el resultado, pero otra, estaba excitada.
Tomé de nuevo su mano y la meti por debajo del boxer y sentí su calidez acariciando mis huevos, toda una maravillosa sensación y eso me despertó un extraño frenesí.
Lo tomé de los brazos y lo subi al reposabrazos del sillón y comencé a besarlo, desde sus mejillas y su frente, puse mis labios sobre los suyos y verlo ahí apenas y reaccionando tan inocente y silencioso, me excitó más.
Le bajé el shorcito que tenía y me puso caliente verlo con la playerita de colores que traía puesta y su calzoncito azulito, lo tomé del traserito mientras pegaba mi pene con el suyo y masajeaba y lo seguía besando, era un acto tan sensual, porque sí, un niño también puede ser sensual.
Después de un momento, bajé a su entrepierna y lamí la parte entre su pierna y su pene, llegando a saborear un poco sus huevitos aún tapados con su calzoncito, y a él se le escapó una risilla. Era obvio que le había hecho cosquillas.
Bajé su calzoncito por completo y mi boxer, y entonces comencé a chupar su penecito, blanquito y un poquito rojo por los roces que habíamos hecho, en mi boca entraban hasta sus huevitos, todo ahí estaba calientito y yo lo saboreaba, un ligero toque de sudorcito de bebé que tienen ahí, me sabía a gloria, toda una victoria y el solo apretaba sus manitas sobre mis hombros.
Pasé un ratito así hasta que lo senté y le puse mi verga en la cara, y si, antes de metersela en la boca me dije, ¿por que no? Y saqué mi celular tomando una foto de su carita con mi pene en ella y otra más cuando sus labios de bebé tocaron la punta erecta de mi pene que ya tenía líquido preseminal.
Y comenzó a chupar, una manita suya en mis huevos y su lengua moviéndose como tratando de absorber sabor, me ponía como loco, aunque el no se veía encantado por el sabor en sí, irónicamente.
Otro poco más estuvimos así quería terminar en su carita pero todavía no era tiempo, entonces lo volteé, así recargado al mueble todavía y vi su culito pálido en dirección a mi pene, todo un regalo divino, tenía que probarlo, acerqué mi rostro y mi lengua dio la primer lamida, a ese tierno y delicioso trocito de carne, su traserito era una delicia, lamía desde arriba hasta llegar lo más abajo que podía llegar a tocar sus huevitos otra vez. Casi se me entume la lengua de tanto saborearlo, y cuando lo miré el parecía ajeno, por momentos parecía que se acomodaba para seguir disfrutando pero otros seguía mirando la t.v, pero ese era su mecanismo de defensa, ignorar lo que estaba viviendo.
Todavía continuando, me levanté y comencé a masajearlo con mi pene, su culito había sido saboreado pero todavía faltaba darle una clase más, y mi pene estaba ansioso por entrar en él, me estaba preparando, cuando tocaron la puerta…
(Hey, espero estén disfrutando ésta historia, les recuerdo que pueden mandar ms a mi tele @angel9boy)


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