50 Negros me desgraciaron el culo
No me pude sentar en dos semanas, pero valió cada segundo.
Mi nombre es Arturo y actualmente tengo 40 años, sin embargo, a mis 26 tuve la que considero la mejor y más temida experiencia sexual de mi vida.
Siempre fui un chico muy agradecido, físicamente, aunque no diré que era un adonis porque eso sería mentír. Era un chico muy normal, piel clarita, bajito (1.55) y muy viváz.
Estudíe enfermería en un respetado colegio y diré que tengo un detalle muy particular… mi ano siempre fue un poco, digamos, diferente, a pesar de estar cerradito, su alrededor parecía como si fuese una vagina.
Sí, sé que estarán pensando que estoy inventando, pero no, mi bendito ano me ha traído grandes placeres pero muchos dolores de cabeza también.
A los 28 años viajé con un grupo de amigos a un lugar muy, digamos apartado. Nuestro deber era brindar servicio médico, éramos todo un contingente de ayuda.
Al llegar resultó se todo lo que no imaginé. Creí que serían personas en pobreza extrema, y realmente no fue así. Eran personas muy alejadas del mundo exterior. No sé si llamarles tribus, porque a pesar de conservar sus tradiciones, aún no se modernizaban.
Además noté que todos ellos eran personas de color, desde los niños hasta los ancianos.
Sus vestiduras eran tal cual lo ves en las películas, adornos, taparrabos incluso iban descalsos.
Fue una semana muy exaustiva, y podía notar como todos ellos nos miraban siempre, quizá notaron nuestro equipo, o por ser diferentes a ellos.
Pero para mí todo comenzó justo después de una semana. No tenían duchas, nos tuvimos que improvisar una, nosotros los chicos la tuvimos fácil, pues podíamos ducharnos sin problemas, lastimosamente un error mío causó mucho.
Mientras me duchaba pude notar como dos o tres de ellos se paseaban cerca de mí, me miraban las nalgas, realmente no le puse asunto.
Por la tarde conocía a algunos de ellos, les gustaba tocar mi piel suave y clara a diferencia de ellos que eran pieles oscuras, rojizas y duras.
Eran feos a su manera, aunque también había belleza en ellos, no había uno solo que no estuviese en forma. Sus cuerpos aunque poco trabajados, tenían estética y sin mencionar lo que escondían entre sus piernas.
La verdad no les diré que soy un santo, esa noche invité dos de ellos a una clase de «como no tener tantos hijos» les expliqué muchas cosas para que ellos a su vez, se las explicaran a los otros cuando nosotros ya no estuviéramos en ese lugar.
La verdad me aproveché un poquito, pues eso me permitió ver sus penes negros y grandes. Pude tocarlos y olerlos discretamente.
Les expliqué como colocarse un condón, la importancia de lubricarse y esad cosas.
Esa noche uno de ellos se fue, pero el otro se motró muy interesado, la noche concluyó en sexo oral y sexo anal con el que se quedó conmigo. Todo con la excusa que «él debía aprender a tener sexo y no lastimar a su esposa»
Y sí, también vió mi ano con forma de vagina.
Se fue muy satisfecho pero me dejó adolorido. Realmente no entendí lo qje quiso decirme, sin embargo, mencionó que compartiría la información con el líder.
Al día siguiente algo pasó, ví que la mayoría de ellos me miraban como inquietos. Yo realmente preparé mis cosas pues en dos días nos iríamos del lugar, pero el mismo que se quedó conmigo esa noche me buscó y me pidió volver a demostrar lo que le había enseñado, accedí.
Por la noche preparé algunas cosas, como lubricantes y un par de condones, sin embargo de haber sabido lo que pasaría, hubiera preparado litros de lubricantes.
Tocaron mi puerta y al abrir era el mismo tipo de la noche anterior, al parecer regresó solo. Le pedí que se sentara pero él, al parecer, estaba muy ansioso, se levantó el taparrabos y extendió su pene negro y largo, no era grueso, pero sí largo, me pidió sexo oral nuevamente, pues según entendí, le gustó mucho, así que lo hice, me arrodillé y empecé a chupar su pene.
La verdad no me molestaba, al contrario, en ese momento pensé que al menos podría decirle a mis amistades más íntimas que pude chuparsela a un negro real, incluso que me folló una vez.
Al poco rato de mamar su pene, pude sentir su preseminal saliendo, pero noté que se contenía, como si no quisiera acabar.
En eso tocaron la puerta, tuve miedo que alguno de mis compañeros me descubriera, pero para mi GRAN SORPRESA, por esa puerta entraron 15 sujetos, 15 negros irrumpieron en mi habitación, que no era muy grande, quise ponerme de pié y detenerme, pero ese negro no me lo permitió.
Le habló a su lider y le dijo algo, entendí que le dijo «Se siente muy bien» luego de eso me sacó su pene de la boca y me empujó hacia donde estaba el lider.
Él era muy alto, casi dos metros de altura, negro con cara de malo, y muy fuerte. Ordenó a todos callarse mientras levantaba su taparrabos, un pene totalmente diferente llegó a mí, era grueso, largo y recto total, su pene imponía respeto.
Realmente me asusté, luego de eso el negro de la noche anterior me dijo algo que no entendí, pero me insinuó que comiera del pene del líder, lo hizo con una sonrisa tan pícara que confié en él.
Agarré el pene del lider con ambas manos y aún sobraba más, me metí a la boca lo que pude y comencé a mamarlo como si mi reputación dependiera de ello.
Al poco tiempo el preseminal del líder comenzó a salír, aunque su rostro decía lo contrario. Pasado un rato el líder le habló al negro de la noche anterior y este me levantó del suelo, me dió la vuelta y me abrió las nalgas mostrando mi ano de vagina al Líder, en ese momento todos los presentes hicieron un sonido en conjunto.
El negro de la noche anterior le dijo algo, y el líder se quitó su calzaco, cinturón quedanto desnudo totalmente. El negro me tiró a la cama y me abrió, en ese momento quice salír y decirles que únicamente los complacería con la boca, pero ellos fueron más rápidos.
Dos de ellos me tomaron por los brazos y me sujetaron mientras el lider subió a la cama y se colocó justo encima de mí, el negro de la noche anterior tiró sun poco de lubricante sobre el pene del líder y este me penetró.
Sentí tanto dolor que quise soltarme pero no pude, sentía como si ano se abría lentamente rasgándome. Podía sentir como ese pene enorme llegaba hasta mi intestino, mi próstata ers muy pequeña para soportar el estímulo de ese pene tan enorme, el lider me dió muy duro, él realmente quería vaciarse y lo hizo, pude sentir como su semen me llenó todo. El líder se corrió adentro.
Luego de eso se salió y pensé que todo acabaría, pero no fue así, dentro de esos quince apareció un joven negro, pero muy joven, quizá unos 16 años y ya venía erecto, al parecer disfrutó el espectáculo y ahora era su turno, su pene era curvo hacia abajo y el negro de siempre puso lubricante en su pene, también me penegró.
Ese joven negro estaba desesperado por acabar, quizá nunca había penetrado. Igual me lastimaba mi ano, sentía como me lastimaba por dentro mientras que mi ano luchaba por contenerlo, al poco tiempo también acabó adentro y me dejó su semen.
El semen del lider pude sentirlo más espeso que el de este joven.
En ese momento el negro de la noche anterior me dijo que era turno de los cazadores, ellos por arriesgarse pasarían primero a follarme, el joven era el hijo del líder, por eso fue el segundo en pasar, los 13 restantes me follarían uno tras otro sin descanso, Y así fue.
Mi ano ya no podía contenerse ante el placer de recibir esos 13 penes. Esos negros resultaron ser unas bestias que me follaron duro y sin piedad, me daban tan duro que mi estómago dolía y mi ano ya estaba roto. Cada uno de ellos se corría sin el más mínimo pudor y ni bien sacaban su pene ya tenía otro adentro.
Durante esas 13 folladas ya me había corrido cinco beses. Mi próstata ya estaba inflamada e hinchada, sentía que ya no aguantaba más, hasta que el negro me volvió a hablar.
Lo que me dijo me dejó atónito y helado, 15 negros más venían en camino. Eran hombres del campo, que cuidaban los cultivos, ellos no se arriesgaban mucho, pero también merecían disfrutar.
Cuando vi salír al último traté de levantarme pero mis piernas me dolían, quise llegar a la puerta pero los 15 negros entraron, me volvieron a sujetar y me follaron nuevamente. 15 veces más.
Mientras me follaban tuve miedo que me dejasen el ano inservible, todos ellos me follaron tan duro que sus penes me perforaban, penes de todos las formas, largos, curvos, torcidos, gruesos y largos.
Tanto semen dentro de mí, desde el blanco y pegajoso hasta el trasparente y líquido. Mis piernas temblaban como si de un calambre se tratase. Mi garganta ya no podía gemir, simplemente asimilé la situación y dejé que me ultrajaran.
Al salir esos 15 respiré tranquilo… hasta que el negro volvió a hablarme, venían 10 más en camino, eran los señores de casa, negros que en su juventud fueron grandes guerreros, venía por el botín, mi ano con forma de vagina que ahora ya estaba hinchado.
A decír verdad esos negros fueron más gentiles conmigo, no me follaron tan duro como los otros, hasta podría decír que me hicieron el amor.
Ellos sí masajearon mi próstata como hombres de verdad, sus penes no me lastimaban a pesar de ser grandes.
Gemían tanto que me eroticé de nuevo y acabé tres veces más, no eran tan viejos pero sí señores negros. Su semen era más líquido y chorreaban mucho, al correrse cada uno de ellos temblaba como si extrañasen el orgasmo, sabrá dios cuanto llebaban sin follar, pero se lo merecían por tratarme bien.
Al acabar los 10 yo ya había asimilado todo, estaba exhausto y cansado, mi ano me dolía y mis piernas se entumecieron, pero el negro volvió a hablarme… 10 negros más venían en camimo, los últimos, 10 jóvened negros entre los quince, dieciséis y diecisiete años, pequeños jóvenes que recién empezaban a vivír la vida cazando o cultivando.
No tardaron en llegar, definitivamente la juventud de ahora está más dotada, porque sus penes realmente me mancillaron el culo, me lastimaron, me rompieron, me cogieron coml quisieron. Estaban desesperados por follar, no duraban ni cinco minutos en correrse, pero cuando lo hacían era una explosión de juventud y virilidad.
Semem fresco y nutritivo en mi ano, hasta pareciere que su semem curaba mi ano de tanto recibir.
Cada uno de ellos era un espectáculo al correrse, sin duda serían ellos los que poblarían aún más las tribus con sus enormes pollas.
Al acabar los 10 yo realmente perdía la noción del tiempo, hasta que el negro volvió a hablarme… pero esta vez no para traer más negros, sino para perdirme gentílmente que terminara lo que empecé, quería que le sacara la leche a punta de mamadas.
Con el último aliento que tuve se la chupé y lo hice acabar, se corrió de manera abundante, me hizo tragar su semen.
Poco recuerdo después, al parecer me desmayé y pasé en cama con fiebre dos días. Al marcharnos pedi que me ocultaran para que nadie me viera.
Al llegar a la ciudad pedí medicamentos a domicilio y pasé casi cinco días sin comer sólidos, todo esto mientras mi ano se recuperaba.
Realmente fue una experiencia intensa, pero seamos realístas, pude haberme quedado sin caminar.
Hasta aquí los dejo, saludos
Qué DELICIA!!! Suerte la tuya, me hubiera encantado estar en tu lugar.
Lo vuelvo a leer y me excito otra vez