A los 13 años ya era la putita de la secundaria
Hola soy Ale, ya les he platicado como soy físicamente. Ahora quiero contarles como terminé siendo la putita de la secundaria a los 13 años, debido a que varios maestros me cogieron..
Recuerdo que iba en segundo, ya era toda una mujer con mi cuerpo bien desarrollado. Me vestía de forma provocativa con una falda de colegia muy cortita que dejaba ver mis piernotas blanquitas, usaba unas tanguitas muy chiquitas, sin short, pues viajaba en metro y me gustaba que los hombres me metieran mano, he incluso cuando iba bien lleno, algunos señores atrevidos me llegaron a meter sus dedos en mi culo o vagina, eso me excitaba.
También me gustaba provocar a mis maestros, les coqueteaba, me sentaba con las piernas abiertas para que me miraran mi tanguita o cruzaba las piernas para que me las vieran, todo eso lo hacía para conseguir buenas calificaciones y funcionaba casi con todos, menos con el cerdo depravado de matemáticas, el cual siempre me decía que iba a reprobar.
Era un señor asqueroso como de 56 años, casado con hijos, panzón, de lentes, feo, muy exigente en su materia pues tenía fama de que reprobaba a muchos alumnos. También decían que era un cerdo depravado pues siempre miraba con mucho morbo a las chicas bonitas, se les quedaba viendo a sus piernas, nalgas, pechos y panochitas, pero nunca las tocaba, tampoco les decía nada, además era amigo del director por esa razón lo aguantaban en la escuela.
Yo trataba de coquetearle, le enseñaba mis piernas, incluso le dejaba ver mis tanguitas, llegue a saludarlo y a abrazarlo para juntar su cuerpo a mis pechos, todo eso para sacar buenas calificaciones; pero nada, el viejo cochino me seguía diciendo que iba a reprobar.
Entonces un día en el receso vi que estaba solo y le dije que estaba preocupada, que no quería reprobar, que si me podía dar asesorías afuera de la escuela, porque no entendía algunos temas. Me dijo bastante cortante:
-El único día que tengo libre es hoy jueves como a las 4 pm, si quieres nos podemos ver en el parque que está aquí cerca.
Le dije que sí. Ese mismo día salí a las 2, luego me fui a mi casa para bañarme y arreglarme lo mejor que pude, decidí irme de una forma provocativa, con una minifalda negra que dejaba ver mis piernas y marcaba mis nalgas paraditas, con una ombliguera de tirantes de color rosa muy pegadita, sin sostén, por eso se marcaban mis pechos con mis pezones paraditos, me fui con mi pelo suelto, con un maquillaje discreto, donde resaltaba mi boca roja y mis ojos claros, con un rico perfume que me puse en todo mi cuerpo.
Así decidí viajar en el metro y obvio varios señores aprovecharon para meterme mano. Llegué al parque, ya estaba ahí el viejo cochino, cuando me vio casi le da un infarto, me dijo:
-Ale, eres tú, no lo puedo creer, te ves muy bien, te ves más grande, como toda una mujer.
-Gracias maestro, ya ve lo que dicen: “lo que esconde el uniforme”, le dije, con una sonrisa pícara.
-Bueno vamos al café ese, ahí repasaremos algunos temas.
-Ooooh no, le dije, no traje ninguna libreta, no puede ser se me olvido.
-¿Entonces qué hacemos? Me preguntó.
Yo no sabía que decirle, en verdad se me había olvidado la mochila, no quería reprobar, ya me habían cogido por todos lados, ya estaba ahí, ni modo de no dejarme coger, no se me podía escapar, tenía que comprometerlo para que me pusiera una buena calificación, por esa razón le dije:
-Si quiere podemos repasar en internet, ahí en ese motel hay Wi-Fi gratis, solo tenemos que pagar una habitación.
-Estás segura.
-Claro, yo no quiero reprobar, quiero pasar la materia a cualquier precio.
-Está bien, vamos, me dijo.
Caminamos al motel, pagó y pasamos a la habitación que tenía una cama grande y un sillón que se le conoce como potro. Se sentó en la cama y me dijo:
– ¿Qué tema quieres repasar?
-Pues todos, la verdad no le entiendo a su clase, profesor.
-La verdad no creo que pases la materia, me dijo, no creo que tengamos tiempo para repasar todos los temas, son muchos, creo que vas a reprobar.
-No profe, por favor, no me repruebe, si usted quiere hacemos otra cosa.
-¿Cómo qué? Me preguntó.
-Pues, para empezar, si usted quiere le bailo un poco.
-A ver.
Puse una canción con el celular y le comencé a bailar de una forma sexy, ese viejo cochino casi se infarta, me veía como un auténtico depravado, con mucho morbo, después de un tiempo le dije:
-Ya medio calor, por el baile ¿me puedo quitar la ropa?
-Sí, sí, claro.
Me quité mis botines negros, mis calcetines cortos, vio que mis uñas de los pies estaban pintadas del mismo color que el de mis manos, blanquitas, me quité mi ombliguera dejando ver mis buenos pechos y mis pezones rosaditos, me quité mi mini falda y mi pequeña tanguita dejando ver mi panochita rasuradita, le seguí bailando completamente desnuda de una forma cachonda, luego de un tiempo le pregunté:
-Pero cómo me ve profesor, si estoy bonita.
-Sí, sí, muy bonita, ya eres toda una mujer, ya estás muy desarrollada, me imagino que ya no eres virgen.
-No ya no, y usted no tiene calor, no quiere quitarse la ropa.
-Claro que sí.
De inmediato se desnudó dejando ver su vergota, para mi sorpresa tenía un buen tamaño como de 20 cm, gorda, como quien dice gruesa y venosa, la verdad si se me antojo, por esa razón le dije:
-Guuuuauuu, profesor, que grande, se la puedo chupar.
-Claro, dijo sorprendido.
Yo me hinqué, le agarré su verga y me la metí en la boca, luego se la empecé a chupar, él se retorcía de placer y decía:
-No puedo creerlo, es un sueño, que rico me mamas la verga, aaaaaaahhh.
Luego me incorporé, le di un beso en la boca usando mi lengua muy profundo, ese viejo jamás en su vida se imaginó estar con alguien como yo, parecía que estaba en shock, que estaba en trance, por esa razón le dije:
-Profesor yo no quiero reprobar por eso me voy a dejar hacer todo lo que usted quiera, me puede poner como quiera y coger por todos lados, por mi panochita e incluso por mi culo.
-En verdad, pero para que valga la pena te voy a coger sin condón y anal, voy a terminar en tu boca, en tu panochita y en tu culote, si quieres, sino te repruebo.
-No, no, está bien, cójame como usted quiera.
Cuando escuchó eso salió de su trance y se transformó en el viejo cochino que todos decían que era. Me empezó a besar como un desesperado agarraba mis nalgas y me las abría con fuerza, me metía sus dedos en mi panochita y en mi culito de forma salvaje, besaba y chupaba mis pechos como un enfermo y respiraba como jadeando, luego me empujó a la cama, abrió mis piernas y me empezó a chupar mi culo y mi panochita de una forma bastante tosca.
Luego me metió su verga en mi panochita, sin condón, sin lubricante, sin salivita, así me la dejo ir, fuerte de una sola embestida hasta adentro, yo solo gritaba:
-aaaaaaaayyy, no tan fuerte, me lastima, aaaaay, no tan fuerte, aaaaay.
Luego de un tiempo me agarró de mi cuello con su mano izquierda y me empezó a ahorcar, con su mano derecha me daba unas cachetadas en mi cara, sin sacarme su verga de mi panochita y dándome más fuerte. Me dijo que abriera la boca, que sacara mi lengua y me empezó a escupir, yo solo le decía:
-No me pegue tan fuerte, me duele, me duele, aaaaaaay.
-Te lo mereces por ser tan puta, me dijo.
Era verdad yo solo tenía 13 años y me estaba gustando que me hiciera todo eso, me gusta experimentar cosas nuevas en el sexo con señores mayores y casados, para que me hagan todo eso que no les hacen a sus esposas.
Luego me dijo que me volteará, que me pusiera de perrito, para meterme su verga por mi panochita, con una mano me daba unas nalgadas y con la otra metió sus dedos en mi culo, así me estaba maltratando de una forma salvaje, sin ningún remordimiento de que fuera su alumna, de que fuera 40 años menor que él.
Después me empezó a jalar mi cabello con su mano izquierda y con la derecha me metió sus dedos en mi boca, ahí fue cuando me perdí, por un tiempo no supe de mí, como que me desmañé de tanto placer, no sabía donde estaba, ni que estaba pasando, como que me perdí de este mundo, un grito de él me volvió a la realidad:
-Aaaaaaaaahhh puta, ya me vine adentro de ti, en tu panochita.
Sentí como mi vagina se llenaba de su semen caliente, era bastante, no podía creer toda la leche que le salía de su pene.
-Aaaaaah, que rico, nunca me habían cogido así, le dije.
Esperamos como 40 minutos a que se recuperara, luego me dijo que fuéramos al sillón que se le conoce como potro, ahí me levantó mis piernas hasta llegar a sus hombros y me las inclinó hasta que las puntas de mis pies tocaron mis orejas, el abrió sus piernas sobre el potro, sus pies quedaron en el suelo y se acomodó muy bien arriba de mí, yo le pregunté:
-¿Qué me va hacer? Profesor.
-Te voy a meter mi verga por tu culote, se ve que ya te han dado por ahí.
Sin salivita, sin lubricante, sin condón, sin nada, acomodo su verga, esta vez en la entrada de mi culito, y me la dejó caer de un solo golpe hasta el fondo, yo solo grité:
-Aaaaaaay, me duele, no tan fuerte por favor, no tan fuerte, me duele, aaaaaay.
Pero el cerdo depravado no se detuvo, por el contrario, me la siguió metiendo más fuerte, luego me la sacó de mi culo y me la metió por mi panochita, así empezó a sacarla y meterla de un orificio a otro, de mi panocha a mi culo y viceversa, yo solo gritaba de placer.
-Aaaaaaaah, que rico, aaaaaaaaah
-Eso querías verdad, que te cogiera por todos lados; pero querías andar de puta, me dijo.
-Aaaaay, sí, sí, cójame fuerte, aaaaay, sí, sí, soy su puta, soy su puta, cójame fuerte, profesor, aaaaaahhh.
La verdad me empezó a gustar como me daba dos o tres metidas de verga por mi culo y luego cambiaba a mi panochita, después empezó uno y uno, un piquete por mi culo y uno por mi panochita hasta adentro, fuerte, duro, tosco, así estuvo un tiempo hasta que sólo se concentró en meter su verga por mi culo, rápido sin parar, creo que ya iba a terminar, así lo hizo y gritó:
-Aaaaaaah, que rico, que culote tan rico tienes, en verdad eres una niña muy puta, todo lo que te hago aguantas.
-Aaaaaaaaaah, solo lo hago para pasar su materia, aaaaah, me tengo que aguantar, aaaaaah pero sí soy su puta profesor, aaaaaaaah.
En realidad, me gustaba todo eso que me estaba haciendo, dejó todo mi culo lleno de su semen caliente y espeso, luego de eso nos fuimos a la cama para descansar y recuperar el aliento, así estuvimos sin decir una sola palabra, solo respirando, abrazados, como recuperándonos de lo que habíamos hecho, luego de un tiempo me dijo:
-Creo que ya no voy a poder con el tercero, voy a necesitar que me ayudes con tu boca, que me des una mamada de antología para que se me paré la verga.
-Está bien.
Me coloqué en la cama, comencé a mamar su verga lo mejor que pude, mientras él metía sus dedos por mi panocha y culo, luego de un tiempo se le volvió a poner dura, me colocó de perrito y metió su verga por mi panochita, después me la sacó para metérmela por mi culo, así estuvo, entrando por un lado y otro, yo solo gritaba de placer y aguantaba como podía sus fuertes embestidas, luego de un tiempo me dijo:
-Ya voy a terminar, acuéstate en la orilla de la cama y abre la boca.
Le hice caso y se acercó a mí, se comenzó a masturbar con su mano derecha de una forma rápida, hasta que gritó:
-Ya voooy, ya voooy, aaaaaaah.
Vi como salía de la punta de su verga su semen, su lechita caliente, que me aventaba en toda la cara, boca y lengua.
-Trágatelos puta, me dijo, te los tienes que tragar, como la puta que eres.
Yo obedecí y me comí todos los que pude, luego de eso, nos metimos a bañar, nos cambiamos y le dije:
-Profesor hice todo lo que usted quería; pero tengo una duda, si pasé la materia.
-Por supuesto, eres una niña bastante puta, te voy a pasar con 10, te lo ganaste.
-En verdad, que padre, que bueno, dije emocionada.
Creo que era la primera vez que sacaba 10 en una materia y lo conseguí cogiendo, luego nos despedimos, desde ese momento me convertí en la puta de la secundaria pues con el tiempo más maestros me cogieron.
Cuando me di cuenta ya había oscurecido, me tenía que regresar en metro vestida como putita, con mi minifalda y mi ombliguera sin sostén, ni hablar, pensé, me van a volver a meter mano y así fue.
Yo siempre viajo en la sección de hombres y nunca faltan los atrevidos que me manosean, después les contaré como fue que 3 señores desconocidos para mí y pasajeros del metro terminaron cogiéndome al mismo tiempo, metiéndome sus vergas por todos mis agujeros; pero esa será la próxima historia, hasta luego queridos lectores, comenten por favor.


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