A los 6 años, empecé mi carrera de vicioso… CAPITULO IV
El padre Beltrán, una vez más, me hace experimentar mi primer juego sucio junto al padre Manuel. (scat suave).
Comiezo con parte del final del capitulo III.
Sin mediar palabra, el padre Manuel se desabrocha el cinturón, se descalza y agarra su hábito por la cintura tirando de el y se queda totalmente desnudo ante nosotros!
Yo estaba paralizado y excitado de ver la escena del padre Manuel de pie y en pelotas ante nosotros.
Su cabeza rapada al 1, extremadamente delgado pero con todos sus músculos marcados y una piel aun más blanca que la mía. Comencé a recorrer su cuerpo con mi mirada descubriendo algo que nunca hubiera podido imaginar a mi edad.
No tenia ni un solo pelo en el cuerpo, axilas y huevos lisos como yo y su polla estaba totalmente flácida pero su tamaño era aun mayor que la del padre Beltrán, pero lo que me dejó boquiabierto, era el tremendo tamaño de sus pezones, eran como un dedo de mi pie…
El padre Manuel sin mediar palabra, se tumbó en el suelo boca arriba con la cabeza hacia la puerta y los pies hacia donde estábamos sentados el padre Beltrán y yo. No se por qué pero, me excitó tremendamente ver a al padre Manuel, tirado a nuestros pies, totalmente desnudo, con sus brazos abiertos, exponiendo sus tremendos pezones y su hermosa polla, posada sobre sus enormes huevos colgones, que llegaba a tocara el suelo con el trozo de piel de su prepucio y abandonándose como un reo a la espera de su castigo.
El padre Beltrán me susurra al oído:
Padre Beltrán- Hazle lo que quieras.
Me lancé hacia él y, de rodillas en su lado derecho, empecé a mamar como un bebé de uno de sus enormes pezones. Que maravillosa sensación! Era como chupar un micro pene.
El Padre Beltrán se colocó del otro lado y comenzó a mamar de su otro pezón.
Yo miraba excitado como mamaba el padre Beltrán y mirándome a los ojos mientras chupaba, cogió ese pequeño trozo de carne y lo puso entre sus dientes tirando de él hasta estirarlo dos centímetros más.
Padre Beltrán- Hazlo así!
Mordí el pezón del padre Manuel y comencé a estirarlo con mi boca. Ufff… me gustaba poder hacer algo así! El padre Manuel empezó a moverse mientras se escuchaban unos leves gemidos de placer como dando permiso para continuar mordiendo sus grandes pezones.
Padre Beltrán- Siéntate en su cara.
Me levanté y me senté sobre la boca del padre Manuel mirando hacia el padre Beltrán. Este, se sentó sobre su abdomen y comenzó a retorcer los pezones con sus fuertes dedos dandole ordenes.
Padre Beltrán- Limpia bien el culo de mi pequeño.
Yo estaba extasiado sintiendo la enorme lengua del padre Manuel entrando en mi ano y chupándolo como un poseso!. De repente, el padre Beltrán se levanta, se da la vuelta y agarrandose las nalgas con sus masculinas manos, las abre y me muestra su maravilloso ano peludo y oscuro y lo pone justo delante de mi boca.
Quería desmayarme de placer sintiendo la lengua larga y fuerte del padre Manuel y viendo el agujero peludo y húmedo del padre Beltrán ante mí!
Sin esperar ninguna orden, me incliné hacia ese tremendo culo peludo y comencé a lamerlo como si se me fuera la vida en ello. Su olor me hipnotizó. Era una mezcla maravillosa de sudor de macho y almizcle. Introduzco mi lengua dentro del ano de mi macho y siento la humedad y el calor que desprendía dentro de mi boca.
Justo en el instante que saboreaba su maravilloso ano peludo, siento como comienza a empujar, agrandado su agujero aún más, dentro de mi boca.
Padre Beltrán- Mete bien la lengua, peque!
Metí mi lengua todo lo que pude, y sin saber que era, comencé a sentir algo duro y blando en la punta de mi lengua, el olor a almizcle aumentó y empecé a sentir un sabor que nunca antes había probado, metálico y seco.
Fue entonces cuando mi cerebro procesó que la punta de mi lengua estaba saboreando un grueso pedazo de mierda de mi hombre.
El empujo un poco más y justo cuando comencé a sentir como mi lengua, comenzaba a hundirse en ese enorme trozo blando, el padre Beltrán se retira me levanta por la cintura y nos cambia de posición.
No entendía que estaba pasando me sentía como despertado de un sueño donde era feliz teniendo la enorme lengua del padre Manuel follando mi pequeño ano y notando por primera vez el sabor de ese pedazo de mierda que se adivinaba dentro del padre Beltrán.
El padre Beltrán se sienta dándome la espalda sobre la cara del padre Manuel y yo me quedo de pie mirándoles. Era maravilloso ver como metía la lengua dentro del culo peludo de mi macho!
Entonces, observo como el padre Beltrán se mueve sobre esa boca que no hacía más que comer y lamer y comienza a empujar de nuevo.
Padre Beltrán- Mira peque. Esto es lo que le gusta al hermano Manuel. Aprende como se hace.
El padre Manuel comienza a abrir su boca y después de cada empujón, mastica como si tuviera algo en ella. Veo como traga y gime de placer.
Padre Manuel- Más!, más… Uhmmm..
Padre Beltrán- Come, cerdo! Traga bien!
Ahí fue cuando se reveló lo que estaba ocurriendo de verdad. En un segundo que se separó esa boca del culo del padre Beltrán, vi como salían unos centímetros del maravilloso zurullo que acababa de saborear yo, antes de que apareciera más, esa boca se adhería al ano peludo del padre Beltrán y con sus labios cortaba pequeños pedazos para comérselo como si fuera un verdadero manjar.
Yo me sentía aturdido, confundido pero a la vez en un éxtasis difícil de explicar.
Padre Beltrán- Mira bien y aprende, mi amor.
Me senté sobre el abdomen del padre Manuel para observar más de cerca esa maravillosa escena!
Y mientras seguía comiendo lo que salía del agujero del padre Beltrán, me apoyé hacía atrás agarrando el rabo morcillón del padre Manuel. Era fantástico tener ese pedazo de carne y tocar eso cojones enormes y colgantes afeitados en mis manos.
Mientras seguía mirando, comencé a sentir algo caliente que estaba mojando mi espalda, volví la cabeza y una enorme meada del padre Manuel, me estaba duchando la parte lumbar, como hacíamos mi hermano gemelo y yo en el baño. Era una sensación muy conocida por mí así que, sin pensarlo, apunte el caudaloso chorro hacia mi ano y comencé a regarlo con los meos.
Era un chorro tan potente que llego a introducirse parte de el en agujero que se abría mientras yo empujaba mi ano hacia afuera como queriendo beber la meada por mi culo.
Enseguida, estábamos empapados en los meos y sin controlar el esfuerzo que hacía para notar la meada dentro de mi ano, noté como salía un pequeño pedazo de caca de mi culo sobre la polla morcillona del padre Manuel. Me quedé congelado por unos segundos! Pero si eso me dejó excitadamente perplejo, más aun lo que ocurrió después.
El padre Beltrán se levanta como una exhalación, me coge de nuevo por la cintura y me vuelve a colocar sentado en la boca del padre Manuel. El padre Beltrán se pone de rodillas entre las piernas de Manuel y mientras vuelvo a sentir la tremenda lengua dentro de mi culo el padre Beltrán cogió con su mano el pequeño pedazo de mierda que salió de mi y lo restriega por la polla y los cojones de Manuel.
En ese mismo instante, sentí como explotaba mi polla con la mayor corrida que había tenido en mi vida!
El padre Beltrán, se inclina y chupa mi pito limpiando toda la leche que sale de mí y la que cae sobre el pecho de Manuel.
Mientras el padre Manuel se restriega con su mano su polla y sus huevos con lo que quedaba de mi mierda, el padre Beltrán se pone de rodillas a mi lado y cogiéndome del cuello pone mi boca junto a la boca del padre Manuel. Podía sentir el olor a culo sucio que salía de su boca y comencé a besarlo sin remedio cuando lamiendo su lengua, siento un pequeño trozo de heces que tenía en su boca y lo empuja con su lengua dentro de la mía. Uffff… que maravilloso sabor, estaba comiendo el trozo más intimo de mi macho!
El padre Beltrán sigue agarrándome de la cabeza y me la gira apuntando su glande a nuestras bocas y como un géiser, suelta su chorro de leche espesa y blanca en nuestras caras!
Después de los 4 chorros inmensos que duró su corrida, unió su boca a las nuestras para besarnos como posesos mientras pasábamos de boca a boca la enorme cantidad de lefa que había echado.
Aleja su boca de las nuestras y veo como cierra sus labios para derramar un tremendo lapo de saliva y leche en la boca del padre Manuel, que la abre por completo para recibir esa maravillosa catarata blanca y viscosa y, la traga despacio, saboreándola a conciencia.
Me abrazó para besarme mientras estábamos de rodillas con nuestras pollas en la cara del padre Manuel. Nos pusimos de pie con la cabeza de Manuel a nuestros pies y cogiéndose su polla que aun permanecía hinchada, la apuntó bien y comenzó a mear la boca del padre Manuel. Era un chorro interminable. Manuel abría su boca y bebía de ese chorro caliente y, ese juego, yo lo conocía muy bien, por lo que sin reflexionar en ello, comencé a mear también.
Era maravilloso ver como el padre Manuel se retorcía de placer mientras se pajeaba fuertemente su polla embadurnada y bebía como un cachorro sediento nuestros meos extendiéndose por el cuerpo los meos que no le daba tiempo a engullir.
El padre Beltrán, se retiró hacia el rincón donde teníamos la ropa, antes de recogerla, saco dos velas gruesas de un cajón y encendiéndolas las colocó en el suelo a los pies del padre Manuel. Agarró mi ropa y me cogió de la mano.
Padre Beltrán- Vamos, hay que ducharse.
Salimos del cuarto y nos dirigimos a las duchas de la piscina, dejando tirado al padre Manuel, rebozado de meos y sucio, mientras seguía pajeándose como un animal.
Me introdujo bajo la ducha y comenzó a jabonar todo mi cuerpo con sus maravillosas manos. Me sorprendió que no se metiera conmigo bajo el chorro de agua pero él sabia que yo debía irme rápido.
Padre Beltrán- Te ha gustado, peque?
Yo- Si padre. Mucho!
Padre Beltrán- Eres un cerdito muy bueno pero no tengas prisa, las cosas han de llegar a su tiempo y tu vas a llegar muy lejos. Estoy seguro de ello. Me quieres?
Yo- Si, padre! Le quiero mucho!
Padre Beltrán- Yo también te quiero mucho. Recuerda que este secreto es sagrado y si se rompe, será fatal para todos y me perderás para siempre.
Yo- No, padre! No quiero perderlo! No se lo contaré a nadie!
Padre Beltrán- Muy bien, mi rey. -mientras me secaba.
Padre Beltrán- Vístete y ve a recoger a tu hermano, terminará la clase en cinco minutos.
Terminé de ponerme la ropa y me salí del gimnasio, mientras el cerraba la puerta con llave tras de mí, quedándose a solas con el padre Manuel en el gimnasio.
No sentía el suelo bajo mis pies, no quería dejar de pensar en esa maravillosa tarde y en las cosas sorprendentes y deliciosas que habían sucedido en ese cuarto.
Mi cabeza no dejaba de procesar lo ocurrido y una vez hecho, no paraba de imaginar las cosas que quedaban por hacer.
Entendí que el sexo y el placer eran infinitos y las siguientes semanas, confirmarían con creces esa reflexión.
CONTINUARA…
Por favor, sentiros libres de comentar lo que querais y si hay algún tipo de relato que os gustaría leer, escribidme para contarme con que personajes y que fantasias. Hetero, bisexual o gay, no importa.
Uffff… Quiero más de todo esto que acabas de contar, te pasé un correo, pero aún no había leído esta parte, cada vez vas mejor.
Gracias, sigma! Ya vi tu correo. Me encantó.