ABANDONADO (parte 3)

A pocos dias de cumplir 11 años Martin es sodomizado por Samuel, el adolescente que lo llevó a la homosexualidad.
ABANDONADO (parte 3)

En la semioscuridad de la habitación, sobre la cama grande de mi abuela, esperaba desnudo, en cuatro patas, con el culito levantado, la penetración de Samuel. No esperé mucho, sentí su agudo pene presionando con fuerza mi orificio anal, me sobresalté un poco, pero  Samuel  me calmó:

-Tranquilo, tranquilo, relájate.  Para que no te duela, te voy a preparar  el culito-

Entonces, arrodillado detrás mío, me comenzó a untar  con la suave crema, sus dedos pasaron por  todo mi surco y luego sus manos frotaron  mis nalguitas.  ¡Ohhhh! esas caricias me provocaban una  sensación placentera,  luego sentí su dedo pulgar frotando en circulo mi anito, mi virginal anito y  luego me penetró, debió ser su dedo pulgar porque sus otros dedos los sentía en  mis nalgas, el dedo  penetró fácilmente por la lubricación  y  comenzó a moverlo adentro   en círculo,  lo  sacaba  y  lo volvía a meter, así  varias veces, cada vez con mas intensidad. Samuel sabia que debía vencer la natural resistencia del esfinter anal, yo mientras me sentia inundado de placer.

Mientras el dedo de esa mano  ya vencía la resistencia de mi esfínter anal,  su otra mano, suave  pero firme,  pasó a mi entrepierna, me contorsioné  por la cosquilla que sentía  por ser una zona tan sensible, sus dedos inquietos acariciaron mis bolitas y luego  manipularon  mi pene provocándome una erección inmediata.

-¿Te gusta puto, te gusta mucho , dime,  te gusta, te gusta? Me decía Samuel con ardor, aumentando la penetración de su dedo y los manoseos

-¡Siiiii, Siiiii, me gusta, me gusta! – respondía yo entregado –

Con  10 años ,casi 11 años que cumpliría en pocos días,   no  estaba en edad de tener orgasmo  pero mi sexualidad estaba despertando rápido  por lo que me hacia Samuel. La tarde era calurosa, y no dejo  una sola parte de mi cuerpo sin recibir los manoseos , y yo respondía   contorsionándome de placer,  empinando mas mi colita, levantaba y bajaba mi cabeza, mis ojos entrecerrados,  sacaba mi lengua para  pasarla  por mis labios ,  abría mi boca  con respiración  entrecortada,  recuerdo que al bajar mi cabeza vi  que mi penecito duro se movía solo subiendo y bajando.

Su dedo  en mi ano se movía  cada vez  con mas intensidad para agrandar el anillo, cuando  lo  sacaba  yo sentía que mi anito se abría y cerraba  en parpadeos y Samuel muy caliente decia:

– ¡Que rico! tu huequito está  hambriento  de pinga y yo  le dare  gusto ahora mismo –

Arrodillado como estaba  me atenazó con sus manos  de la cintura ,su  agudo pene presiono  mi hoyito que cedió complacido , como una flor que se abre al sol.  Todo  su glande entró   yo exclame un ¡ Ayyyyyyyyyy, ,,! lo saco un momento  pero solo para tomar impulso,  y empujar con mas  fuerza.

Entonces,  ocurrió lo que tenia que ocurrir, su enorme  pene erecto endurecido se resbaló   hasta el fondo de mi recto, yo exclame un  ¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy! prolongado , sentía dolor pero al mismo tiempo sentí que  todo el placer del mundo me cayó encima, el placer  homosexual de  tener el  pene erecto de un hombre  metido completo  en el recto

-¡Ahhhh que ricoooo,  te la meti toda!,  decía Samuel

Y al  rato  empezó  un tremendo mete y saca frenético,  de rápido pasaba a lento y volvía  a hacerlo rápido. En el fragor de la batalla, oía  sus bramidos de macho semental  y yo  lloraba pero gozaba, gozaba siendo sometido así. La cogida frenética no paraba , yo agotado de estar en cuatro ,  doble mis brazos abrace la almohada  hundiendo mi cara en ella  apagando mis quejidos , después voltee mi cabeza  a un costado y  sujetándola fuerte la almohada seguí aguantando el ímpetu de mi amante.

(El dolor nunca desapareció a lo largo  de mi vida homosexual y yo  nunca quise que desaparezca)

Samuel se detuvo un momento y , de estar arrodillado se levantó,  vi sus pies a mis costados,  así de pie inclinado empezó  a  darme estocadas mas duras y  a fondo, estocadas sin piedad. Sacaba totalmente su verga  y luego la metía a fondo, como se dice, hasta la empuñadura.  Solo quedaban afuera sus oscuros  testículos cargados de semen. No paraba, la sacaba y  la metía con violencia ,  cada estocada era acompañada de un grito mío, no tenia piedad de mi, cuando se detenía un rato, yo sentía un alivio fugaz porque decidió darme con su mano abierta algunas nalgadas  fuertes , tan fuertes que llore un poco. Al fin se detuvo y me dijo vamos a cambiar de posición.

Esa tarde inolvidable, Samuel me siguió cogiendo  en dos  poses más, de piernas al hombro y  de costadito, agarrándome una pierna para abrirla al máximo  y ahí se vino.  Yo sentía su pecho pegado a mi espalda , su boca cerca de mi oreja ,   lo oí jadear mas rápido  mientras  sentía nítidamente las  contracciones  de su verga en mi recto, echándome abundante semen en varias  descargas ,  miles de espermatozoides moviéndose en el liquido seminal  quedaron al  fondo de mi recto.

Terminada la batalla, echados en la cama, descansábamos juntos, él prendió un cigarrillo, y yo a su lado,  de costado  apoyaba mi cabeza sobre su brazo….Mi manito acariciaba su pecho moreno, plano, sin pelos

–  ¿Te gustó, Martín? –  me preguntó,  y yo le respondí con mi voz afeminada ….

– Siiii Samuel, me gustó, eres guapo, me gusto mucho tu pene

– No me hizo mas preguntas, terminó de fumar, cerro sus ojos y dormitaba ,  yo  a su lado no dejaba de mirar con embeleso ese pene morado,  hinchado, semi erecto, aún palpitando y goteando, yo  miraba su pene. No podía dejar de mirarlo…

CONTINUARÁ