ABANDONADO (parte cuatro)

A partir del inolvidable día de mi desfloración anal, continué teniendo relaciones con Samuel durante 4 años, les contaré algunos episodios que me marcaron. .
EN EL EJÉRCITO. Cuando Samuel  cumplió 18 años entró  como  recluta  al  glorioso Ejército peruano. Él siempre le decía a la abuela que quería ser  soldado,  entonces,   se le cumplió el deseo. Yo tenia entonces 12 años y habíamos pasado  dos años  teniendo  relaciones sexuales continuas. Se la chupaba casi a diario  en cualquier lugar de la casa, para  culearme,  me llevaba a su habitación o salíamos hacia el monte y lo hacíamos  en un lugar oculto por las plantas cerca al río, también en la ciudad , en un depósito abandonado que él frecuentaba con sus amigos para fumar y beber ron.

Cuando llego el día  y  se internó en el cuartel, yo me sentí  solo y vacío porque Samuel con sus caricias y su pene que ya me atraía muchísimo,  me   había consolado de  la tristeza que  sentía por el abandono de mis padres. Los reclutas nuevos  tenían que estar  dos meses sin salir del cuartel y después salían solo  los fines de semana, si es que no los castigaban.

Pasaron los dos meses y al fin, para mi alegría, un sábado,  a medio día,  Samuel   volvió   a casa, entró  vestido con su uniforme verde de soldado, botas negras , su cabeza rapada y una bolsa con su ropa. Solo verlo de soldado  despertó mi  el deseo de chupársela y  que me culeara inmediatamente. Almorzamos con la abuela y allí  anunció que en  algunas salidas  viviría en una pensión cerca al cuartel,  la abuela le dijo que cuando quisiera podía también dormir en casa.

Me levanté de la mesa algo desconcertado, lleve los platos al lavadero y mientras lavaba  tazas, platos, cubiertos  sentí a Samuel acercarse pararse  a mi lado , colocar  su mano en mi culo, sus dedos presionando  entre mis nalgas y diciéndome a la oreja:

“No te apenes  Martincito, mi amor, vamos a mi  pensión, tengo muchas ganas de culearte, tengo los huevos muy cargados  de leche y quiero echarla toda en tu zanjita”

Se despidió de la abuela, y con el  permiso de ella,  le acompañe. Llegamos a su pensión, su habitación  era pequeña y había varios cuartos desocupados. Apenas cerró la puerta me arrodille delante de él,  se bajo el pantalón  y vi el maravilloso y prominente   bulto de su  pene y bolas bajo el calzoncillo negro, besé y lamí ese rico bulto con mucha pasión, luego,  se   bajo el calzoncillo  y su  pene enorme que tanto conocía y  que me tenia arrobado,  salto ante mis ojos, ¡Ohhhh!  lo engullí inmediatamente, le di una tremenda mamada con mucha ansiedad y deseo  como si fuera la última verga que quedara en el  mundo,  le mostraba así cuanta falta me había hecho.

Mientras se la chupaba  me fue desnudando mi  mi polera  y luego mi  shorcito echándolos al piso, me  echó en  la cama de espaldas  desnudo, quede con mis rodillas dobladas  como pollito al horno esperando ser devorado. Samuel  se quito la ropa  frente a mi y  disfrute verlo como  un gladiador moreno desnudo ,  un joven puro musculo. Se abalanzó sobre mi, me beso y rodamos por el colchón desnudos, cuando quede sobre él ,  sus manos estrujando mis nalgas arrancándome suspiros,  mientras le oía decirme «Vas a ser mía, vas a ser mía». Luego se puso de pie, me           volteó,  me puso en cuatro, como perrita,  se echo una crema en la pinga que era un poste duro, erecto,   ubico la pinga entre mis nalgas y  me la metió a la primera a fondo , un largo ¡Ayyyyyyy!  de dolor y placer llenó la habitación.

Toda la tarde Samuel  me culeo salvajemente,   el  soldado estaba muy aguantado y con las bolas llenas de semen , me culeo como un salvaje en todas las poses que quiso,  y descargo tres veces como semental, me decia que solo necesitaba descansar 20 minutos para volver a su erección.  Se vino dos en mi  hambriento recto y una en mi boca llenándome de abundante semen, tanta leche descargó en la mamada  que no solo trague, también me mojo la cara y el pelo. Mi recto también fue inundado de su rica leche.

A las 7,00 pm de noche,  me limpió , me ayudo a  vestirme y me  dejo ir,  regrese a  casa, rengueando , muy maltrecho, tenia el culito a  la miseria pero lo sentía  saciado de su hambre de pinga. Caminé  pasando  entre  la gente que salia a las calles a esa hora a pasear, veia hombres , mujeres niños,   familias paseando,  y sentía que mi cara delataba mi pecado, sentía  mi cabello  húmedo de semen y tenia  en la boca  su sabor y olor,  sentia mi  shorcito  húmedo, mojado  por el semen que aun drenaba  de mi abierto ano. Caminé  derecho a casa rogando no encontrarme con alguien conocido y se diera cuenta de todo.

Al llegar,   entre lo mas  furtivamente porque tenia la  llave,  mi abuela me oyó y dijo desde su dormitorio «Martin, ¿eres tú?»   «Si, abuela» respondí y  me fui al baño a borrar las huellas del “delito”  Me vi la cara en el espejo y estaba colorado, los pelos con semen, los ojos brillosos, era el rostro de un niño de 12 años sumergido en el sexo prematuramente .…un chico con  secretos , silencios, con culpas   de  pecado por  la religión,  me sentía pecador y culpable por mis deseos a Samuel, pero también me sentía tremendamente  atraído  por su pene y las cogidas que me daba.

Me quite el short y efectivamente  estaba mojado y manchado  de semen,  lo acerque a mi cara  olía  fuerte, sabia que tenia que lavarlo yo  y  que no  lo lavara mi abuela, antes de echarlo al balde con detergente aspire su aroma, lamí la tela, lo hice porque ya  era  pequeño pervertido  sexual, luego  me bañe, esa noche dormí adolorido pero en mi mente solo veía a mi  atrayente soldado y su verga oscura parada ,  ahuyenté los pensamientos de culpa  negativos y dormí  feliz .

Cada sábado,  durante  ese año,  Samuel me daba  pinga para toda la semana,  Esos  sábados en que  esperaba la llegada de Samuel del cuartel, yo   desde  la mañana   estaba alegre, sentía latir mi anito hambriento en la  espera de comer su trozo de   pinga y mucho  semen. Mi abuela se daba cuenta de mi alegría y me decía que era por Samuel, pero  ella no sabia que mi alegría era  porque me iba a culear mi primer marido toda la tarde.

La próxima les contaré dos episodios mas