Adivinen quien se disfrazó de puta, y gustosamente dejó que le comieran el culo.
En carnavales un joven se disfraza de puta, y sus compañeros después de emborracharlo se lo cogen. .
Adivinen quien se disfrazó de puta, y gustosamente dejó que le comieran el culo.
En los pasados carnavales, un grupo de mis amigos, que todos nos íbamos a disfrazar de la misma manera, la idea era que todos íbamos hacer lo que llaman una comparsa de putas.
Lo cierto es que, por querer pasarme de listo, me esmeré bastante en hacer el disfraz, no tan solo porque compré la ropa, que consistía en una ajustada minifalda roja, una pequeña blusa negra, medias de maya de color negro con su respectivo liguero, de color negro.
Desde luego que también las pantis y el sostén, además del maquillaje, la peluca, y el calzado, sino que también adquirí en la tienda que se dedica a la venta de disfraces, unas tetas falsas, pero que se veían, y sentían bien reales.
Así que cuando llegó la noche de carnaval, yo salí de casa ya vestido, maquillado, con las falsas tetas sobre mi pecho, con mi peluca puesta, y hasta con las uñas postizas, y pintadas.
Uno de mis amigos me recogió en su auto, y desde ese momento comenzó a joder, diciéndome que estaba tan y tan buena, que era capaz de olvidarse quién era yo, e invitarme a la cama.
Claro que yo tomé sus palabras como un simple vacilón, pero al llegar al sitio de reunión, de momento que me doy cuenta de que yo era el único que se había disfrazado como una puta.
El resto de mis amigos, aunque si se disfrazaron de otras cosas, ninguno lo hizo de mujer, por lo que yo estuve a punto de mandar a todo el mundo bien largo al carajo, y regresarme a casa.
Fue cuando otro de mis amigos, me convenció de que por lo menos participara del desfile, y que luego me marchase.
Cosa que, aunque a regañadientes, acepté, si participé del desfile, y para mi mayor sorpresa, mi disfraz se ganó un premio por originalidad, y otro por la realización.
Motivo por el cual no pude marcharme de inmediato, no sin antes recoger el condenado premio, que resultó ser una gran botella de cinco litros de ron, la que apenas salimos de la actividad.
Entre mis amigos, y yo comenzamos a beber, a pico de botella, fue cuando a no sé a quién se le ocurrió, que entrásemos a uno de los bares, para seguir celebrando, por lo que guardamos el botellón, en el auto, para poder entrar al bar.
Cosa es que no debí haber hecho, pero ante la insistencia de mis amigos, finalmente acepté hacerlo, supuestamente durante un rato.
Pero lo cierto es que me quedé al igual que ellos, bebiendo y charlando, hasta que uno de los chicos me dijo que estaba llamando mucho la atención, cosa que yo no quería hacer, no por como andaba disfrazado de una exótica puta.
Sino por mi manera en que hablaba, y que seguramente de seguir haciéndolo, vendría algún curioso, a querer averiguar si era chico o chica.
Por lo que confiadamente, y siguiendo su consejo, procuré actuar, y hablar de manera femenina, para no llamar la atención.
Ya cerca de la media noche, por joder uno de mis amigos, me sacó a bailar, cosa que yo no pensaba hacer, pero cuando el resto del grupo lo apoyó a él, no me quedó más remedio que aceptar.
Y bien no habíamos comenzado a bailar, que de inmediato comenzó a agarrar mis nalgas, seguramente por joder, y hacerme pasar un mal rato, pero no bien terminé de bailar con él, se levantó otro de mis amigos, y también quiso bailar conmigo.
Así lo fueron haciendo todos, aprovechando en todo momento de manera descarada, para agarrar mis nalgas, mis falsas tetas, y hasta besar, y mordisquear tanto mi cuello, como mis orejas.
Lo que yo a pesar de que en varias ocasiones protesté, aunque con voz algo afeminada, por ser algo que no me estaba gustando, los dejé que continuasen.
Apenas salimos de ese local, y nos montamos en el auto, volvimos a seguir tomando del botellón de ron, y así siguieron vacilando a costillas mías, bebiendo, y jodiendo, agarrándome las nalgas, y hasta uno de ellos se puso y que, a mamar mis falsas tetas.
Hasta que llegamos a la casa de unos de los muchachos, aunque la mayoría ya se habían ido a sus respectivas casas, los que aun andábamos juntos, nos bajamos.
Pero apenas entramos a la casa, nuestro amigo puso algo de música, y continuamos bebe, que bebe.
Quizás por la misma jodedera, cuando nuevamente otro de los chicos me sacó a bailar, yo en lugar de negarme, acepté.
Pero a medida que fuimos bailando, sentí como sus manos nuevamente me acariciaban mis nalgas, y quizás por lo bebido que me encontraba no le dije nada.
Y así seguí bailando con cada uno de ellos, cuando de momento uno, continuó no tan solo agarrando mis nalgas, sino que sin que yo se lo impidiese, comenzó a besarme de manera descarada, y al poco rato, sin dejar de besarme mientras bailábamos, le dio por comenzar a pedirme que le diera el culo.
Al principio le dije que no, que se dejase de vacilones, pero después los otros también mientras bailaban conmigo, continuaron agarrándome el culo, metiendo sus manos bajo los pantis, y el liguero que yo cagaba puestos, besándome.
Diciéndome de mil maneras distintas que deseaban acostarse conmigo, que los dejase, que me dieran por el culo, y no sé qué otras cosas más me dijeron.
Cuando de momento, yo que no me sentía tan borracho, como para no saber lo que estaba haciendo, y que hasta esos momentos nunca me habían llamado la atención los hombres, quizás por la insistencia de todos ellos, en que los dejase que me dieran por el culo, como que no pude seguir negándome.
Por lo que sencillamente lentamente mientras estaba bailando con uno de ellos, le di la espalda, y comencé a restregar mis nalgas contra su cuerpo, y sentí como subió ligeramente la corta minifalda que yo estaba usando, y frente al resto de los chicos, me bajó un poquito los pantis, dejando mis nalgas al aire.
Casi de inmediato comencé a sentir sus ensalivados dedos, como me los fue introduciendo por mi culo, y en el medio de la sala, cuando ya desesperado por sentir algo más, cuando me apoyé sobre el sofá, sentí como me fue enterrando toda su verga.
Ya a partir de ese instante, no hubo manera en que los pudiera detener, ya que a medida que mientras uno me daba sabrosamente por el culo, vino otro de mis amigos, y bajándose los pantalones, colocó su parada verga frente a mi boca, por lo que no me quedó otra cosa, que dedicarme a mamársela.
Y así pasamos el resto de la noche, y gran parte de la madrugada, yo dejando que, de distintas formas, y maneras todos ellos me enterrasen sus duras, y paradas vergas, ya fuera con las patas pa arriba, sentándome, recostado, o por completo boca abajo sobre el sofá de la sala.
En fin, mis amigos hicieron conmigo esa noche, lo que les dio gusto y gana, al siguiente día me desperté, con un gran dolor de cabeza, y de culo.
El dueño de la casa me despertó dándome una ardiente nalgada, y luego me dijo que me vistiera, y en su auto me llevó hasta la mía, sin que yo dijera una sola palabra, por todo el trayecto.
Por varios días no salí de casa, por lo avergonzado que me sentía, hasta que uno de los chicos me llamó, y me dijo, que no era para tanto, que eso le pasaba a cualquiera, cuando se bebe mucho, que quizás en otra ocasión le toque a otro, pero que esa noche me tocó a mí.
Lo cierto es que en parte él tenía razón, ya que cuando volví a salir con mis amigos, otro de los chicos que se había emborrachado, fue al que comenzaron a darle por el culo, pero como yo también estaba tan, y tan borracho, que cuando apenas uno de mis amigos me insinuó que le aflojara mi culo, confiadamente volví a dejar que a mí también me volvieran a clavar.
Y, por si fuera poco, como al mes de haber sucedido eso, una noche estando en mi casa, con mis amigos, nos pusimos a jugar cartas, y a beber, y adivinen quien se dio tremenda borrachera, y salió perdiendo toda la ropa, quedando completamente desnudo y borracho.
Si yo, y ahora adivinen a quien, después de que se volvió a disfrazar como una puta, le volvieron a comer el culo, y lo pusieron a mamar verga…
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