ALGODON Y ESCLAVOS III
Llegan Fele y Amina a la gran subasta de esclavos..
Agradezco a la usuaria Clara por haberme confiado el colaborar con ella en el desarrollo de esta historia, para quienes recién leen les recomiendo seguir estos enlaces para entenderla:
Algodón y esclavos. – Sexo Sin Tabues 3.0 (sexosintabues30.com)
Algodón y esclavos(2) – Sexo Sin Tabues 3.0 (sexosintabues30.com)
EL MERCADO DE LOS ESCLAVOS BLANCOS – Sexo Sin Tabues 3.0 (sexosintabues30.com)
ALGODÓN Y ESCLAVOS III
Fele y Amina se dirigían en su carruaje a la ciudad para participar de la subasta mensual de esclavos blancos. Las mejores familias de la región se reunían allá durante toda una jornada para adquirir los mejores especímenes de esos sub humanos blancos. Quien organizaba esta subasta era el señor Amin Ben Zale, el productor y comerciante de esclavos más rico de la región. Tenía granjas donde los esclavos y las esclavas blancas, seres lascivos, sucios, lujuriosos, se reproducían como los animales que eran. Había hecho una gran fortuna con el comercio de estos animales y se consideraba que su mercadería era la mejor del Estado de Sha Zimbawe, además exportaba sus esclavos a otras regiones del continente de Mutia donde eran muy demandados para trabajar en las plantaciones de algodón.
Durante el viaje Amina se animó a hacerle un pedido especial a su mámá
+ Mámá, hay algo que quería pedirte…
+¿Dime Cariño?
+Quería saber si en la subasta podríamos comprar dos mascotas para mi…por mi cumpleaños.
La señora Fele dudo en responder, sabía que a su marido no le gustaba tener metidos animales en casa todo el tiempo, esos “sucios blancos” como el les llamaba olían mal y ensuciaban todo con sus excrementos.
+Ay cariño, tu sabes lo que piensa tu padre al respecto…
Aquel no era un argumento muy bueno, Amina tenía sobre su padre una total influencia, el señor Idi N´Bata, conocido como un hombre duro y de fuerte carácter, ante su hija se comportaba como el súbdito ante su princesa, nunca le había negado nada, como ese colgante de oro engarzado por un enorme zafiro, que era la envidia de todas las amigas de Amina.
+Mamá, tú sabes que eso no será ningún problema, Amina sonrió ,sabiendo que tenía la razón.
+Ok, cariño así será, pero eso sí, solo un par de cachorros, macho y hembra, no más.
+¡Gracias Madre!
Kimbasi había escuchado toda la conversación en silencio, y no con poco disgusto para el mismo. Esos animales blancos lo asqueaban: sus olores, su forma de hablar sin poder completar una sola frase, su forma de comer sin usar cubiertos, fornicaban como animales, eran lujuriosos, lascivos, ignorantes. Kimbasi y su familia habían servido a los N´Bata por cuatro generaciones, si bien eran hombres libres , no estaban al mismo nivel que los N´Bata que eran Barones del Algodón y por lo tanto miembros de la aristocracia de Sha Zimbawe. Siempre había deseado a Amina, recordaba una vez cuando la vio tomando un baño en el río ayudada por sus esclavas blancas, ese cuerpo de ébano, hermoso, voluptuoso y virgen, lo dejo boquiabierto y con una erección descomunal en sus pantalones.
Al llegar al sitio de la subasta, organizado en un elegante club de la capital D´Jabo, fueron recibidos por el señor Amin Ben Zale, los N´Bata eran sus mejores clientes , además de ser amigo de la familia y muy apreciado por el señor N´Bata. Luego de los saludos correspondientes, aparecio el hijo del señor Ben Zale, su brazo derecho y único heredero de toda su fortuna. Idi Amin Zale era un hermoso muchacho, un Dios de ébano que robaba las miradas de todas las muchachas de la región, pero el solo tenía ojos para Amina.
Era un par de años mayor que ella, se conocían desde pequeños y habían compartido juegos y bailes en los suntuosos salones de clubes y mansiones.
+Amina, tan hermosa como siempre..
+Hola Idi.., Amina no pudo evitar ruborizarse ante las atenciones del joven pretendiente, ella también solo lo miraba a él.
Fele y Amin, se miraron y sonrieron, para ninguno de ellos era un secreto los sentimientos que unían a sus hijos hace mucho tiempo. Obviamente no había pasado nada físico entre ellos, era obligatorio que las señoritas como Amina llegaran vírgenes al matrimonio, no podían comportarse como esas sucias blancas que fornicaban con uno y otro macho en esas sucias barracas donde vivian, donde los olores a sudores ,semen y otros fluidos se respiraban en el ambiente.
Kimbasi tuvo que forzar una sonrisa para saludar a los señores, el era muy consciente que Amina no estaba a su alcance, pretende siquiera algo con ella ,podría costarle muy pero muy caro. En los salones del club se respiraba un ambiente de camaradería y fiesta previo a la subasta. Los camareros servían finos licores y manjares a todos los asistentes, mientras estos conversaban y compartían novedades, chismes y una que otra información valiosa.
Idi y Amina se encontraban sentados en la terraza conversando y riendo mientras una esclava blanca les servía te helado y unos chocolates hechos con el mejor cacao producido al este de Mutia, zona donde se producía el mejor cacao de todo el continente.
+Cada vez que vuelvo a verte te veo más hermosa mi querida Amina.
+Oh Idi, tu como siempre tan galante y caballero..
La conversación fue interrumpida por el sonido de una campana que anunciaba el inicio de la subasta, todos los invitados se dirigieron al salón especialmente acondicionado para esto. El señor Amin Ben Zale como buen anfitrión hizo su aparición en el escenario para dar la bienvenida a todos sus clientes y amigos.
+Queridos amigos sean bienvenidos a esta subasta especialmente organizada para vuestro disfrute. Espero que los especímenes que se exhiban hoy cumplan con vuestras expectativas.
Acto seguido el martillero encargado de la subasta presento el primer lote. Todos los especímenes a subastarse eran presentados totalmente desnudos y encadenados de pies y manos.
+Tenemos a esta hermosa hembra blanca, 12 años de edad, virgen, sumisa y obediente. La subasta empieza en 2 quintales de algodón o su equivalente en barras de oro. El algodón y el oro eran las monedas de cambio aceptadas en todo Sha Zimbawe. 1 quintal de algodón equivalia a una barra de oro.
Pronto los interesados empezaron a alzar los pequeños carteles circulares que llevaban con ellos. Era una demostración de riqueza y poder.
+Tres quintales, quien ofrece seis, tenemos seis quintales, 10 quintales..a la una, dos y tres, vendida al señor Nayah Mekele!! Mekele, barón del algodón, y muy conocido por su gusto por las jovenes hembras vírgenes, sonrió con satisfacción, está era una de las tantas hembras que compraba para su satisfacción sexual a lo largo del tiempo, aunque en esta caso sería un regalo para su hijo de quince años, y asi el adolescente pudiera desfogar su ímpetu sexual de manera segura…
Continuara….
Me encantó! …y seguro que el siguiente será aún mejor!!🙋