ALGUIEN fue NADIE, Esperanza
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por cochinitomimoso.
NADIE es alguien
En un país muy distante del lugar donde escribo estas palabras. Al otro lado del inmenso océano; tal vez tú lector o lectora hoy entres a arreglarte el pelo a una peluquería.
Tal vez te atenderá una peluquera de pelo largo y negro; edad mediana; mas alta que baja, mas flaca que gorda. Ni muy bonita, ni fea. Una persona bien, normal. Una mas entre tantas. Es posible que mientras te arregle tu pelo habléis; la escucharas reír; si miras al espejo veras su sonrisa espontánea; tal vez te hable de sus hijos, o del tiempo, o de las dificultades de cada día que todos llevamos con nosotros; o del aire acondicionado que coloco en su casa el pasado mes de febrero; o de sus hermanas con las que discute con frecuencia.
Si escuchas bien como habla te darás cuenta por su acento que probablemente nació en otro país; en otro lugar… si, sin duda del mismo continente. Pensaras que llego a ese país del primer mundo (o “casi el primer mundo”) procedente de un país del cual muchos habitantes salieron buscando una vida mejor.-
Quien sabe si en algún momento sentirás de ella un suspiro y un recuerdo hacia alguien que ella llamo “rayito de luna”; nombre cargado de belleza que denota un fondo romántico y sensible. Rayito de luna, poca luz, tenue luz, lejana luz… pero que nos pudo ayudar a caminar en noches oscuras. Quien sabe si ese “rayito de luna” en ese momento no esta recordando a su “estrellita”, lejana también, tenue en la noche, la suya.-
Te iras de la peluquería sin mas, tu pelo arreglado, una amplia sonrisa de ella, tal vez alguna pequeña propina tuya.-… la vida sigue para los dos.-
Estuviste con alguien.- Alguien. Alguien!!!! ALGUIEN!
Algo tan evidente (alguien)…. ¿te has planteado alguna vez si todos esos “alguien” que nos rodean pueden en realidad ser NADIE?.. o pudieron ser Nadie en algún momento?. Has pensado la importancia que tiene ser ALGUIEN.
Hace ya tiempo, bastante, que conocí a esa mujer. Algo me intrigaba de ella; deseaba conocerla mas. En su afirmación cargada de tristeza de “todos los hombres son malos” sentí que existía el poso y el peso de una vida dura y difícil… desee conocerla mas y, quien sabe, si estaba en mi mano, tal vez ayudarla a caminar. Y si, la conocí como ama profesional que disfrutaba castigando y humillando a los hombres, tal vez en sus ojos la sensación de justicia inflingida contra aquellos a los que consideraba “hombres, todos cargados de maldad”. La primera vez que la vi., hace mucho tiempo ya, percibí en sus ojos una mujer que había sufrido en la vida, una persona que sin embargo aun necesitaba soñar, una mujer muy dispuesta a dar intensamente ese amor y afecto que siempre la había faltado.
Nadie, era nadie.
Tan nadie que no tenía ni nombre. Tan nadie que no existía en los censos, ni en los documentos llenos de polvo que se acumulaban en viejos libros de los ayuntamientos del país en que nació.-
No era nadie.- Cuando nació nadie la registro, nadie se molesto en avisar que una niña pequeña, que un bebe, lloraba sobre su madre.
Su hermana nacida unos años antes tenia papeles, “sin papeles” no son solo los que llegan de fuera… también “sin papeles” en su propio país porque nadie la registro en su nacimiento… aun hoy, cuando tiene que hacer algo “oficial” usa los papeles de su hermana… “dos en una” para las maquinarias de esos “estados” tan poco humanos a los que tantas veces tenemos que decir quienes somos.- Ella no tenia nombre; no tiene derecho a tener algo a su nombre, nada, … lo que en algún momento fue su casa figuro a nombre de su hermana… en realidad nada es oficialmente de Nadie, aunque nadie fue la que trabajo, sudo, sufrió para tener ese algo que en realidad es casi nada.
Nadie nació en una pequeña ciudad de un país azotado por muchos males; en su infancia su pequeño valle verde estaba rodeado de tierras áridas, secas y desoladas; cerca estaban las altas cumbres cubiertas de nieve donde vuela el Cóndor; allá en el alto páramo la vida también es extremadamente difícil; no lejos de su pueblo el otro gran océano –el mayor-, que tantos años necesito tener para poder ver ; a nadie la dijeron que cruzando esa inmensa cordillera nevada al otro lado se extendía la mayor selva del planeta, tierras calidas e insalubres también.-
Nadie escucho durante su infancia relatos de los rebeldes, de las masacres del ejercito (el uno y el otro… todo hombre que lleva un fusil forma parte de un ejercito). No entendía el porque, no podía entenderlo… pero sabia que muchos habían muerto, sabia que el terror podía llegar a aquellos que ayudaron a unos o a los que ayudaron otros; sabia que muchos habían abandonado sus míseras viviendas para buscar en la lejana capital una esperanza mejor en un hueco entre chabolas; sabia que el silencio era la mejor defensa; como lo fue durante siglos para muchos “mudos” en su país. El recuerdo de esos relatos se acompaña con el recuerdo de los ojos llenos aun de miedo y terror de los que los relataban.
Un país hermoso para los turistas; muy duro para vivir en una de sus aldeas; en uno de sus pequeños pueblos de adobe; en una de sus pequeñas ciudades de gran iglesia en plaza central y calles encaladas.
Nadie recuerda sus juegos infantiles corriendo descalza; recuerdos de gallinas; recuerdos de noches frías; recuerdos de días con hambre.-
Nadie era nadie. Tan nadie que no conocía padre; o mejor dicho, el padre que tenía lo conoció de lejos un día cuando ya tenia edad para recordar, con su madre se cruzo con un señor desconocido, su madre la dijo “ese señor es tu padre”. El “señor” no miro a la niña. La niña tuvo que mirar largo tiempo hacia atrás hacia esa sombra que seguía caminando y que negó su existencia. No era nadie, decían que ese señor que ni la miro era su padre, ese señor solo veía nadie.- Fue mejor así porque sus hermanas vivieron escenas de abusos, violaciones, borracheras y violencia. Mucho mejor que nadie fuera nadie para ese señor que decían que era su padre y que probablemente era solamente otro “nadie” que reflejo su sufrimiento dando los que le rodeaban lo que solo tenia (violencia, tristeza, nada).
Su madre también salio de ese lugar que tras la belleza de sus calles solo ofrecía el hambre, el odio, el miedo, la miseria, la violencia, la no esperanza. Su madre fue una mas entre tantos cientos de miles que recogió las poquísimas cosas que tenia y fue a buscar mejor suerte a la capital. Nadie también vivió en esas chabolas de la gran ciudad. Paso por varias casas que no eran su casa; Nadie era nadie. Tan nadie que se ocultaba para no ser vista, tan nadie que huía de los ojos. Casas de nadie donde nadie la veía… su madre trabajaba interna en hogares de personas que podían reír con mas facilidad que Nadie; ella –la hija de la criada- no debía molestar, no debía estar, no debía hacer ruido, no debía ocupar lugar… ella debía ser Nadie. Debía seguir siendo Nadie.
Nadie ya sabía bien que era nadie. Nadie muchas noches lloro sola con miedo de que su madre de la expulsara de su lado, de esas casas que no eran la suya, de esas casas en que solo era nadie.
Aprendió a leer y escribir, lo suficiente, lo justo. Lo suficiente para seguir siendo nadie sin que nadie se diera cuenta de ello.
Pasaron años; nunca la pregunte cuando, ni porque, ni como. Pocas explicaciones hacen falta para entender la necesidad de huir buscando algo diferente, cuando crees que nada o casi nada puede ser peor, cuando nada tienes que perder. Al final Nadie y su hermana cruzaron la gran montaña para viajar mas allá de la selva a ese país del primer mundo.
Nadie supo lo que es ser Nadie en un país diferente. Nadie supo de la humillación que sufren tantos diferentes. Nadie era extranjera, era diferente… también por ello demasiadas veces se volvió a sentir Nadie.- Hoy Nadie ya no existe, hoy es alguien, pero ella sigue sufriendo el desprecio de todos aquellos que ven al diferente o al que llego de fuera como a un “nadie”, personas sin derecho a ser alguien.
Nadie paso periodos de relativa felicidad. En ese país extranjero sus ojos vieron muchos lugares de trabajo… esos trabajos que “aceptamos” que sean efectuados por los nadies y los diferentes. También trabajo en un bingo; la gustaba repartir los cartones de la suerte bien vestida y arreglada, enseñando un poco las piernas, sonreía cuando notaba que algún jugador perdía partidas por mirar piernas en lugar de líneas. Parecía que la vida comenzaba a permitir que algún día el “golpe de suerte” fuera para ella.
Sonreía, en realidad nunca perdió la sonrisa aunque fuera Nadie, aunque nadie la viera.
Nadie necesitaba inmensamente amar y sentirse amada. Tantas heridas dentro del alma sangrando hicieron imposible amar normalmente, huérfanos en el amor que necesitan sentir en una sonrisa el más intenso abrazo. Sintió amar y creyó sentirse amada.
El que fue el padre de sus hijos no podía aceptar que ella (había dejado de sentirse nada momentáneamente) mostrase las piernas repartiendo cartones en un bingo; ella por miedo a perder el amor perdió el trabajo que la gustaba. La suerte de Nadie la haría perder las dos cosas. Una de ellas (el trabajo) lo habita tenido; la otra (el amor) tal vez en realidad nunca lo había encontrado.
El padre de sus hijos se fue, reflejo de aquel otro padre que en su infancia también se había marchado. También, antes de salir, existieron imágenes de violencia, desencuentro, alcohol. Nada se sintió infinitamente nada.
Con dos hijos, extranjera, sin papeles, sin esperanza, aun con la sonrisa, Nadie encontró en una empresa de “chicas de compañía” la posibilidad de ingresos para seguir adelante.
Nadie tenia que vender la felicidad que no tenia. Nadie vendía un amor que nunca había sentido. Nadie ofreció su sonrisa y sus caricias; caricias y sonrisas que tanto la faltaban. Dentro de ella Nadie se sentía nada, menos que nada. Humillada, despojada siempre de todo, sin esperanza.
Nadie perdió incluso la custodia de sus hijos por ser Nadie, por “no tener domicilio fijo ni ingresos demostrados” (seguro que quien firmo esa orden pensó con una mueca “por ser puta”).
Mi pequeña estrellita!!!! Cuantas noches tuviste que llorar cargada de desesperación y tristeza!.
Un día comenzó a ofrecer, hubiera ofrecido cualquier cosa para sentirse deseada y amada, servicios de humillación y sado.
Y en esos servicios sintió poder sacar la rabia interior que llevaba dentro; el odio a los hombres que tan poco la habían dado; la humillación a los que la humillaron; el dolor a los que la hicieron sufrir… aunque creo que jamás llego a perder la sonrisa y cualquier persona que supiera ver –no solo mirar- sus ojos notaria la sed de afecto que existía en su interior.
Humillando, castigando, aplastando, llenando de inmundicia a sus clientes tuvo la agradable sensación de ser alguien. De que la miraban como alguien. Ella mandaba, ella ordenaba, ella humillaba, ella castigaba, ella reía y reía en carcajadas que solo ocultaban la mas profunda de las tristezas. Trato de evitar ofrecer amor y ternura a esos hombres que a ella solo la habían dado dolor, ignorancia y desprecio. Busco ser la mejor ama y humillar a los hombres, símbolos de su humillación, degradar a sus clientes, castigar a todos esos ejecutivos (o no) que con prisa llegaban a su sesión sin preguntarse –la mayoría- ni un momento que persona, que ser humano, ocultaba tras el rostro pintado de colores chillones y el vestido ceñido de cuero negro.
Siempre había sido imaginativa; con la imaginación creo príncipes azules que no existían, sueños de justicia que no sentía; finales de cuentos felices que solo eran cuentos. Ahora castigaría a esos príncipes, ajusticiaría a esos hombres que sentía culpable, pondría ella el final no feliz a esas personas que por tantos y diversos motivos buscaban en “una ama” la fantasía momentánea o la respuesta a sus propias angustias.
Nunca conocí mejor ama. Su imaginación la llevo a crear los escenarios mas complicados. Con muchos clientes fue cruel, no solo en los juegos, también en la forma de tratarlos como personas. Desprecio a casi todos; ignoro a casi todos; disfruto humillando. Ella que siempre se había sentido ignorada, humillada, castigada… era el momento de “volver la tortilla al revés”, ella era la castigadora.
La conocí tal vez hace 5 o 6 años, en una sesión corta de un día en el cual la nostalgia se había apoderado de mi yo mas profundo. Desde mi hotel llame a una ama, la voz aburrida y cargada de monotonía de quien me atendió me hizo desistir. En la segunda llamada –a otro numero- tomo ella el teléfono, algo me decía que esa persona disfrutaba con su trabajo, en su voz y su forma de provocarme (ven ya! Te lo ordeno desde ya o te castigare mucho mas!) . “Deseo una sesión con una ama que juegue con mi mente, me gustan muchas cosas, casi todo, mi fantasía mayor –si me siento sometido y excitado- tal vez es lo relacionado con la copro” (una frase tantas veces repetida). Mi recuerdo de la sesión es de una ama llena de necesidad de fantasía… fantasía me dio, también me dio sexo y “teatro de amor”. En sus ojos sentí una llamada, como tantas veces con otras lo había sentido. Recuerdo también su virgencita con su velita a la entrada que dejaba ver su origen y hablaba de deseos de esperanzas de una mujer que aun guardaba en el fondo de su alma una persona sencilla.
Paso un año… volví a aquel país, volví a llamarla pero no fue posible verla. Se enojo porque la había pedido visita, su contestación a un corto email pidiendo disculpas mostró enojo y esa grosería que a su vez la hacia atractiva, nos recuerdo bien sus palabras, algo así como “entupido de mierda que has preferido no venir a que dos culos de mas te caguen”!
Paso otro año; llego para mí un periodo complicado. Mi alma triste necesitaba soñar, siempre necesite soñar; reír, siempre necesite reír; fantasear, siempre necesite fantasear. Huir?, muchas veces necesite huir. La escribí pidiendo mantener una relación escrita, deseaba conocerla más. Necesito entender, necesito saber, me intrigaba su persona. Buscaba el ser oculto en su interior. Sabia que para ello debía decirla “por el momento te pago por simplemente escribirte y que me permitas conocerte algo mas”.
Nos conocimos. Pocos, poquísimos han sido los días a lo largo de estos años que no ha existido al menos un email de ella, un email mío. Creo conocer casi todo de ella, a pesar de ser solo su “rayito de luna”, alguien tan lejano, tan diferente. Ella me conoce tal vez como nadie, a ella la he podido contar mis tristezas, mis alegrías, mis secretos, mis soledades, mis miedos. Como ella me contó los suyos.
Los primeros mails fueron solo de lo que solo podían ser en ese periodo: mails cargados de amenazas (como ama), fantasías sexuales, perversidad (a cual mas ¿ella o yo?); mails llenos de faltas ortográficas y groseros. Poco a poco fueron brotando otras palabras, otras realidades. Poco a poco fui conociendo la persona que ocultaba. Primero conocí el ama, luego reconocí a Nadie, después juntos buscamos la persona.
La he visto pocas veces, una o dos veces al año. En cada ocasión he sido su esclavo, y como esclavo he disfrutado. El scat en el centro de nuestra fantasía. Recuerdos de llegadas a aeropuertos que me ha esperado con sus bolitas marrones para que las comiera allí mismo; recuerdos de noches durmiendo abrazados embarrados los dos de nuestro marrón; recuerdos de sesiones donde llamo a varias amigas para que me utilizasen de las formas mas perversas; recuerdos de búsquedas de superar mis propias barreras (aceptando por ejemplo amar a un travesti); mierda, orina, vómitos han cubierto mi cuerpo y he compartido con ella… muchos, pero menos que abrazos, sonrisas y momentos de sexo cargado de pasión.
Cuando me dijo “todos los hombres son malos” sabia que así lo sentía; y sabia que tenia que dejar que ella volcase sobre mi toda esa agresividad que llevaba dentro, ese deseo de humillar… comprensión, entender su porque, aceptar su forma de liberar ese deseo de humillar y castigar llegaría tal vez algo mas de paz a su mente torturada. La di la mano, la di la sonrisa, acepte sus fantasías como ella acepto las mías. Reímos, reímos muchas veces juntos.
Recuerdos, recuerdos de ese baño en bañera llena de la mierda que me guardo durante una semana (que baño mas hermoso!); recuerdos de noches oscuras comiendo lo que salía de su cuerpo; recuerdos de conducir un auto alquilado con sus bragas cagadas en la cara. Recuerdos de bofetadas para que cumpliera las fantasías que ella ordenaba. Tantos recuerdos!
La ayude como pude. Creo que la mejor ayuda fue entenderla, aceptarla y a través de ello que ella poco a poco se entendiera y aceptara.- Hundiéndonos los dos en las mayores denigraciones y obscenidades yo recupere mucha alegría; ella recupero dignidad. Aceptando nuestra inmundicia como algo tan hermoso que deseábamos compartir riendo aceptamos nuestras limitaciones y nuestra propia historia. Nadie poco a poco se fue sintiendo alguien. Nadie comenzó a ser para mí “mi estrellita lejana”, yo para ella su “rayito de luna”. Los dos recuperamos sueños, tan necesarios para vivir con la sonrisa día a día.
Si vas a la peluquería y una mujer de ojos oscuros y pelo largo y negro te habla con nostalgia de un rayito de luna, mira en el interior de los ojos de esa mujer. Fue Nadie. Hoy te hablara de sus hijos que están con ella en su casa; te hablara del curso de peluquería que hizo ya hace un par de años; te hablara de su sueño de tener su propio pequeño negocio. En sus palabras sentirás la necesidad de encontrar ese príncipe azul que probablemente ya nunca llegue. Sentirás la necesidad de soñar que siempre tuvo. Los sueños son tan necesarios para no perder la esperanza!, solo los más fuertes y los que saben soñar pueden superar los obstáculos más difíciles!
Nadie dejo de ser nada. Nadie existe. Nadie es una bonita mujer que ofrece un corazón casi curado de tantas heridas.
A través de ella siento que la esperanza existe. Nadie es alguien. Un corazón sencillo en una vida tan complicada.-
Es la mejor ama, la más perversa, la más imaginativa. Juntos volamos y reímos cuando compartimos nuestras fantasías.
No, hace tiempo que no la puedo ver como ama, hace tiempo que no puedo sentir en ella ese papel. Veo esa mujer tan necesitada de amar y sentirse amada. Cuanta ternura guarda el nombre que a mi me dio, “su rayito de luna”; lejano, vigilante desde lejos, deseando que poco a poco, con el paso de los meses, vaya recuperando esa vida que parecía tan perdida.
Es mi estrellita lejana.
Se que ella no leerá estas palabras, no desearía que las leyera dado que no merece mas lagrimas en sus ojos. Mi vida es otra, mi mundo es otro, mi mente es diferente… solo seré su rayito de luna, ese de la luz tenue que nos ayuda en la noche oscura; ella será mi estrellita lejana, esa que miramos desde lejos en las noches de invierno.
Te envío un abrazo SUPER FUERTE desde aquí aunque tal vez nunca mas vuelva a dártelo allá; Mi presencia en tu vida, día a día, va siendo menos necesaria… necesitas olvidar las lunas y las noches; necesitas el día y el sol, lo encontraras a medida que vaya amaneciendo y que la noche tan larga vivida vaya apartándose de tu alma.-
Tu rayito de luna
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