Amarga experiencia.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola, después de haber leído unos relatos en esta página, me animo a contarles un evento que me sucedió cuando apenas era un chico, mi nombre no importa, lo que les puedo decir es que esto sucedió en una población rural del litoral central en Venezuela, el hecho acontece cuando yo contaba con unos 8 o 9 años, en esos tiempos la condición de la zona era muy humilde y de muchas carencias, y nuestras necesidades corporales las hacíamos en los montes, que para esa época había bastante.
Les cuento que una mañana salgo a pocos metros de mi casa a hacer pupú, cuando estaba en mi faena, me doy cuenta que me observaban, se trataba de un muchacho de unos 19 años, negro, alto, visco y feo. Cuando logro verificar bien de quien se trataba, me fijé que se estaba masturbando y me hacía señas de que viera su pene, aquella pieza me dejó atónito, el negro se cargaba una tranca muy larga, gruesa y de color negro. Me produjo miedo y me levanté de donde estaba y me alejé más hacia donde no pudiera verme. Nuevamente estaba en lo mío cuando siento que me ponen una mano en el hombro y me dicen, si gritas te pego, con miedo me volteo a ver y era el negro quien estaba detrás mío. Mi miedo se convirtió en terror a ver que tenía su tranca fuera de su pantalón y tan parada que apuntaba directo a mí. No podía hacer nada por miedo a ser maltratado, sin saber que recibiría maltrato de otra forma.
Aquel negro me agarró de la cintura y me levantó y me llevó más lejos de donde estábamos, a unos cuantos metros de mi casa había una mina donde se extraía tierra para la construcción, era muy frecuente ver personas pasar con sacos cargados hacia sus casas.
Cuando llegamos a la mina, ni mi pantalón me había subido, me dejó caer en un montón de tierra que estaba lista para cargar y me hizo meterme en la boca su mástil, que de antemano les cuento que no cabía en mi boca, como pudo hizo presión y metió solo cabeza de lo grande que aquel monstruo tenía su verga, yo comencé a llorar y él me pegaba en la cabeza diciéndome que me callara, como se dio cuenta que no podía hacerme mamar, me dio la vuelta y me dejó con mi culo a su disposición, sentí cuando puso saliva en mi hueco y al momento comencé a sentir como hacía presión con algo caliente, que al contacto con mi culo se sentía suave, pero era grande y no entraba en mi culo, al él notar que no entraba volvió a echar saliva y empujó con tanta fuerza que pegué un grito que él ahogó de inmediato poniendo su mano en mi boca, al sentir entrar su cabeza, mis piernas se desvanecieron, sentí algo que corría por mis piernas, era sangre, aquella bestia me había roto mi culo
Yo lloraba del dolor y eso lo excitaba más pues cuando yo lloraba más fuerte él hundía más su virilidad dentro de mí, llegó un momento en que me desvanecí por el dolor y el burro me tomó en sus brazos, me cargó con el guevo adentro y se sentó, cuando se sentó sentí más agudo el dolor, pero siempre me tubo con la mano en la boca, me hacía movimientos de cabalgar ya no podía llorar más, cuando siento un chorro caliente en mis tripas y al mismo tiempo ardor en mi raja, cuando terminó de eyacular me puso la mano en los hombros y me empujó hacia abajo, aquello me hizo sentir su largo pene en el estómago, me lo metió completo, me hizo esperar hasta que se le puso flácido y al salirse su guevo de mi culo, salió también la leche que había depositado en mis entrañas ligada con mucha sangre y pupú.
Yo caí a lado de él sin moverme, mientras se limpiaba me decía que si le contaba a alguien me buscaría para matarme, cuando llegué a mi casa le dije a mi mamá que me había caído que me había golpeado en el culo con una piedra, creo que me creyó porque solo se dedicó a curarme después que me había bañado, después de aquel encuentro procuré, el resto de los años que viví en esa zona, no encontrarme con él en ningún lugar a solas.
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