Ambiguedad 2, Mi nueva forma después de lo sucedido con «FS»
Muchas veces tomamos decisiones por moral y compromiso .
Ya comenté en mi relato anterior sobre mi condición intersexual, esta condición me traía inconvenientes muy severos, todo inicia realmente al ser una personal dual desde el punto de vista psicobiogenital, es decir, genitales ambiguos, un poco de ambos sexos, al nacer por razones de gustos de mis padres decidieron que sería varón, por ello, mi crianza fue impuesta hacia el género que eligieron para mí, sin embargo, en un momento dado podía actuar como un niño normal y en otro momento actuar contrario al de niño, lo peor para la familia es que mi corporalidad, no se ajustaba al de niño, mi gestualidad era corregida constantemente, realmente un crecimiento lleno de confusiones y adversidades, por lo general me confundían constantemente y por consiguiente me daban un trato de niña, esto incomodaba a mis padres y a mí por supuesto, aun cuando intentaba ser muy masculino, pues la verdad que distaba de serlo, mi cuerpo, voz, ademanes, era muy complejo, mi naturaleza dual en todo momento se hacía evidente, entenderme no era cuestión fácil ni siquiera por mí.
Hoy pienso que hubo durante mi vida una manipulación gradual en que yo tenía si por si, comportarme de acuerdo a un estereotipo concreto como varón, lo cual al darme cuenta que por motivos propios de mi compleja naturaleza, en ocasiones involuntariamente no llenaba esta expectativa lo que socavaba mi autoestima, confianza, personalidad y mi percepción de ver la vida, las constantes correcciones se concertaban desde lo más simple hasta lo mas complejo, desde lo externo a lo interior, por ejemplo a lo externo, cuando me sentaba inapropiadamente como niña, cuando por alguna razón jugaba con juguetes achacados a niñas, mi controvertida gestualidad, cuando osaba ponerme algún tipo de maquillaje, es decir, todo lo relativo al supuesto comportamiento femenino me era contrariado y corregido, a lo interno, sobrevenía una manipulación psicológica de adoctrinamiento correctivo, por ejemplo, me decían porque haces tal cual o cosa, que antes no hacías, lo confuso es que para mí siempre había hecho lo que supuestamente querían hacerme ver que no hacía y ahora si, tal es el caso de sentarme con las piernas cruzadas, maquillarme, jugar con muñecas, ponerme los tacones de mama y hermanas, sin embargo, cuando mi comportamiento era de niño, se me daba una recompensa como estimulo a esta conducta que supuestamente era la correcta y “siempre había hecho”, en definitiva, cada vez mas tenían control y poder sobre mí, hasta se formó como especie de un código o prearreglado gestual y lingüístico para que yo corrigiera mis posturas, ademanes, sentimientos y comportamientos, en ocasiones si hacía algo no cónsono a la conducta típica de un varón, tosían fuertemente para que yo de inmediato cambiara de actitud, o también me preguntaban, ¿Qué haces?, o simplemente con una mirada aterradora ya entendía que debía corregir. Esto ocurría, en buena medida, a los estereotipos de género predeterminados, que suelen calificarnos en conductas separadas para cada sexo, donde me hacían entender que como hombre era mas aventajado, que existe una notable desigualdad en las relaciones de poder entre un varón y una mujer, privilegiando a los hombres. Con mucha frecuencia, vivía situaciones que se tornaban más embarazosas puesto que regularmente controlar mis actitudes cada vez más, me era complejo, solía vivir en constantes contradicciones y miedos debido a tanta incomprensión que desbordaba en reacciones histéricas y exageradas en mi contra.
En un comentario anterior, acoté que comencé a desarrollarme entre los 9 y 10, tuve una primera menstruación irregular, que por cierto, con el tiempo sabia cuando me vendría mi regla por los síntomas y dolores que se manifestaban, sin embargo aprendí a sobrellevar a escondidas mi gran tormento, al igual que mis pechos se desarrollaron, se hicieron presentes mis botones mamarios y luego unos senos bien formados de tamaño regular, sin ser exagerado, pero si redondos, bien paraditos y hermosos, diría que motivo de envidia para muchas, no obstante, para mí no lo era, aprendía a esconderlos con fajas, ropa holgada, camisetas, pensaba que al someterlos a esa presión incomoda y lastimosa no crecerían más y se achatarían, cosa que nunca paso, parecía que se fortalecían más e intentaban ser liberados, solo que por razones obvias no podía salir del baño sin camisa, mi madre, hermanas y tías lo sabían, en mas de una ocasión saliendo del baño de mi cuarto era evidente que usaba la toalla entera tapándome desde mis senos para abajo, no me dejaba ver por ellas, las despedía de mi cuarto.
Después de lo que paso con “FS”, fecha que no recuerdo muy bien pero más o menos la ubico entre los 13 a 15 años, comencé a comportarme como chica, inclusive iba vestida como tal al liceo, me esmeraba en arreglarme, la verdad que mi vida se hizo más tranquila, diría que más fácil y llevadera, increíblemente no era como me había imaginado, ya que visualizaba la vida de las féminas pensando en que son sometidas a los caprichos de los varones, a ser serviciales, y tantas otras cosas, por lo que suponía lo negativo de ser mujer, al tener por obligación moral que mostrarme como chica, para defender a una persona de la discriminación familiar, escolar y hasta social, que estaba siendo sometido, por su “gran pecado” en manifestar públicamente que estaba enamorado de mí, siendo yo chico, lo que le produjo un terrible rechazo por lo que fue expulsado de su casa, tachado de gay y quien sabe de que otras espantosas cosas, tomé la decisión con apoyo de mi progenitora y hermanas de salir como mujer y defenderlo ante todo el mundo, sin importarme lo que dijeran papá hermanos, familia, colegio ni ningún entorno enfermizo y excluyente.
A partir del momento en que salí en su defensa y me mostré como chica, no puedo negar que sentí mucho miedo, temor al rechazo, a la burla, hasta pensé que me golpearían y seria excomulgada y desterrada, antes de tomar esta decisión pase días pensando, lloraba y no sabía realmente que hacer, me debatía en mi egoísmo, miedos y dejar todo tal cual estaba o exponerme y salir en su defensa como en efecto hice, reconozco que yo tenía un carácter fuerte, rebeldía, muy a pesar de mis 1.60 de estatura, la verdad que pasó todo lo contrario que suponía que me pasaría, observé personalmente como que existía un código de respeto, de amabilidad, cierta protección y ternura de los chicos hacia las chicas, sin embargo, siempre estaba presente el mensaje de ellos en demostrar que son más fuertes y sagaces, pero no pasada de allí, en mi papel anterior de chico nunca dejaron de molestarme y humillarme, ahora como chica, no tenía que defenderme y pelearme con ellos, incluso, se mostraban más respetuosos conmigo, anteriormente cuando vestía desaliñado como un cualquier otro chico, por mi aspecto femenino y delicado, pensaban que era gay, no faltaban las intenciones de seducirme, humillarme, tocarme, silbarme y traumarme con tanto bullying, me parece que los chicos y chicas, hombres y hasta mujeres, al creerme gay, como que era una presa fácil, una persona de tercera categoría, que para nada merecía respeto, algo así como una escoria humana que debía soportar las humillaciones que me hicieran, que iban desde empujones, ofensas hasta lo peor violación psicológica, física y sexual, al contrario, siendo chica, parece que se formaba un bloqueo, no total porque siempre están los abusadores, los necios e idiotas pero con todo y eso el trato no es tan soez y asqueroso cuando piensan que eres gay.
La verdad que al cesar los acosos, me sentía mucho mejor, me encantaba ir a clases, ya no más violaciones no solo físicamente sino a mi maltratada autoestima, hasta el profesor de Educación Física llegó a someterme y violarme en una ocasión, los chicos que antes me mostraban el pene, dejaron de hacerlo, de manosearme, y hasta cuatro de ellos que me sometían y violaban a su antojo, cambiaron radicalmente, lo vulgar y humillante de esos tratos desapareció, se alejó de mí, hasta pienso que a ellos le avergonzaba mirarme a la cara, así como otros chicos a quien llegué a enfrentarlos no con valentía pero si con determinación estando al borde de la desesperación y el abuso, más bien, ese comportamiento cambio radicalmente, eran más corteses, sin abusos, con bellos halagos, esta parte no la había vivido como ahora, creo que me sentía más en libertad, excepto cuando me deprimía y por momentos mi dualidad masculina se hacía presente, tenía que controlar mis impulsos, mis respuestas y actitud, pasado un rato, podía estar bien conmigo misma y el entorno.
Concluyo que las agresiones al ser gay para con los chicos es mucho más duro, porque por cultura y genitalidad, esencialmente son presionados a reprimir los sentimientos y exteriorizar las emociones, casi que ocultar todo lo que le sucede en cualquier entorno, escolar, familiar, al varón se les infunde que debe demostrar hombría, determinación, valentía, que cualquier cosa contraria, es ser afeminado, marica, entonces para demostrar está mal llamada hombría, tienen que ser agresivos, valientes, toscos, aprender a defenderse, no buscar ni pedir ayuda, callar, tienen que imponerse a como dé lugar, si es como es mi caso, un(a) “niñ@ algo delicado(a), tímido(a), inseguro(a), aprende a callar en secreto, aceptar todo lo que le impongan sus agresores, sin poder contarlo a nadie, si hace lo contrario sabe que lo tildaran de mariposa y lo humillaran mucho más, eso lo viví en carne propia, pero al ser tan rebelde, queriendo ser «NIÑO» con cuerpo de niña, sufrí muchísimo, tanto así, que no quería ir a clases, salir de mi dormitorio, relacionarme con nadie, siempre expuesto al bullying, llevar la contraria me metía en problemas constantemente, la verdad es que era bien linda, bien formadita, y al tratar de comportarme como niño siendo como era, todo se iba en mi contra, entre chicos se faltan el respeto, considero que en la infancia, prepuberal, pubertad, adolescencia y adultez, en el varón, se forma como una ley de vida, siempre se impone el más fuerte sobre el más débil y más vulnerable, quien para no ser humillado debe aceptar y obedecer, no me era fácil ser niño, que también es parte de mi condición dual, siempre lloraba de la impotencia, de mi debilidad física, de los constantes acosos, era insoportable, quería ser como ellos, pero ser el más fuerte, el más valiente y arriesgado, simplemente mi naturaleza apuntaba un giro de ciento ochenta grados en contra, ni siquiera podía entrar al baño de varones ni al de hembra, mis necesidades las hacía en casa, entrar al baño de hombres era un infierno para mí, me era imposible orinar de pie, por presentar Hipospadias, es decir, mi canal uretral se encuentra en la base de mi micro pene (2,5 cm), mis genitales externos son ambiguos, cada vez más tenían el aspecto femenino, una evidente criptorquidia o lo que comúnmente se le conoce como testículos no descendidos, labios mayores y menores, en fin, a lo externo mis órganos eran más femeninos, inclusive el micro pene fue estudiado para determinar si en realidad se trataba de un pene o de un clítoris, lo cierto, es que me debatía en mi compleja ambigüedad biopsicosexual.
No me fue para nada complejo adoptar una actitud de chica, mi feminidad era evidente, actuaba de manera espontánea, sin esconder ni ocultar mis emociones, sentimientos, gestualidad, actitud, que antes me era reprimida por el estereotipo referente a la genitalidad, mi cuerpo femenino había sido un trauma no solo para mi sino también para la familia que esperaba de mí un varón, según el patrón social que está impuesto, a decir verdad, siempre fui considerada una persona muy linda, un cuerpo bien definido y formado estéticamente femenino al igual que mis rasgos faciales, mi timbre de voz, pienso que uno de mis mayores atractivos son mis ojos azules que daban un toque especial a las coqueterías propias de las chicas y me hacía mucho más atrayente.
Considero que mi vida tiene un antes y un después, dividido claramente por lo vivido en torno a “”FS”, ya que antes de lo sucedido con él, intentaba ser varón a como diera lugar, pero casi que era imposible, y después de él, seguramente mis emociones, sentimientos y compasión me hizo decidir mostrar mis atributos femeninos, para muchos tuve una cuantiosa valentía al decidir presentarme como mujer, tanto en la casa de “FS” como en el liceo, junto a mi madre y hermanas, no hubo dudas en que quien se presentó era una chica muy apuesta, con una figura llamativa y hermoso rostro finamente maquillado, además que al propósito me vestí con ropa bien ajustada y ceñida que resaltaba las sinuosidades femeninas y sobre todo la “V” púbica que no ocultaba para nada ninguna muestra de un órgano masculino a simple vista.
Al principio no pensé que sería vista como un animalito desconocido, me di cuenta de las miradas indiscretas observándome detenidamente, casi que escrudiñando y palpando cada parte de mí, oyendo comentarios variados, desde que soy muy linda a si preguntándose si era lesbiana, por lo que sentí a flor de piel mi agresividad dual, no me quedaba callada ante las primeras arremetidas, al fin y al cabo, aceptaron y comprendieron que era una chica normal y corriente, por lo que ahora no pensaban que era gay varón sino lesbiana, realmente todo me era ridículamente confuso, pero sentí la obligación moral de ayudar a un amigo, que de alguna manera tuvo la valentía de mostrar sus sentimientos sin importarle el qué dirán, asombrosamente me di cuenta que algunas cosas que antes no podía hacer a partir de ese momento tendría la libertad plena para hacerla, tal como cantar, bailar en la danza, aproveche mi talento musical en piano y guitarra para alegrar algún que otro ambiente, mi popularidad creció exponencialmente, nunca quise participar en eventos como princesita, reina, princesa ni nada parecido, aunque me moría por hacerlo pero mi otro yo, no me lo permitía, siempre usaba lentes algo oscuro porque odiaba el color de mis ojos azules, quería tenerlos negro, fuerte, para mí era debilidad, a pesar que toda mi familia por herencia italiana los tenían de este color, para ellos era un gancho, mis cuatro hermanos de casi dos metros de estatura hacían alarde de ellos y mis dos hermanas bajitas como yo de 1,60 también lo disfrutaban, nos referenciaban como la familia de los gatos, esos ojos en mi cara y con mi condición anterior de chico me hacía mucho más vulnerable, como que era una visa para violentarme y humillarme, siempre se referían a mi despectivamente como «la Gata mariposa», no como «gato» como a mis hermanos, sabía que era para molestarme, o para abusar de mí, besarme, forzarme, imponerse, realmente tome esos ojos como una desventaja llamativa para mis detractores, hasta muchos padres le pedían a sus hijos que no se acercaran a mí, hasta a lo mejor a muchos cambiaron de plantel para evitar algún roce conmigo,
Recuerdo una vez que estudiaba 1er año de educación media, tendría unos 12 años, fuimos a otro instituto por unos juegos deportivos, en el sorteo tocó jugar nuestro equipo femenino de Voleibol, al momento los equipos sorteados fueron al vestíbulo para cambiarse de ropa y asombrosamente nuestro liceo estaba incompleto, faltaba una jugadora, me encontraba en las gradas con mis padres, mi tía y el Tío Pablo, quien antes de mi transformación a chica, siempre me llamo «Mocosa», en eso, llegó el entrenador, varias profesoras y las jugadoras a decirme que tenía que jugar, que faltaba una muchacha, que por favor las acompañara, de lo contrario se perdería el primer juego, por supuesto que me negué, todavía era un chico, hablaron con mis padres, me insistieron tanto que accedí con la aprobación de mi familia, una vez en el vestíbulo, me dieron un uniforme rosado con el logotipo de nuestra institución, un short de lycra tipo pantaleta, muy corto y ajustado, que marcaba claramente en mi entrepiernas una “V” púbica, es decir, zona púbica vaginal, además que al ponerme la camiseta se dieron cuenta que escondía unos bellos senos, todas me miraban impresionadas al notar mi cuerpo femenino, caderona, piernona, siempre habían las más curiosas que me increpaban por qué vestía de chico si era una chica, ante tantas preguntas no sabía qué responder, rompí en llanto de tanto acoso, sin embargo, chicas al fin, se solidarizaron conmigo, secaron mis lagrimas y me abrazaban efusivamente, dándome un aparente apoyo, hasta llegó el punto que una profesora, para darme un toque más femenino, delineo algo mis cejas, resalto mis ojos con un lápiz azulado y algo de brillo labial, a decir verdad parecía una muchacha normal y corriente, más que la camiseta del uniforme al ser elástica se ceñía a mis pechos y cintura sobresaliendo mis caderas, por supuesto todo esto me hacía sentir muy inseguro(a) en mi convulsionada y compleja vida, llena de traumas, al salir a la cancha mi padre se me acercó y me dijo que estaba muy bonita, sus palabras más que halagadoras me confundieron.
La verdad es que lo anterior me hacía blanco de las miradas y picardías de los hombres, así como de insinuaciones, piropos y hasta algunas atenciones dispendiosas, hasta alguna falta de respeto, sin embargo, de alguna manera me halagaba esta situación tan comprometedora, nunca yo daba motivos para que se extralimitaran, pero muchas veces fue inevitable los abusos y humillaciones, tal cual el tío Pablo que cuando se me acercó, como era su costumbre me susurró cosas eróticas.
Terminó el juego, había llovido un poco, por lo que aparte del sudor, estábamos de lo más horrible, nos dirigimos al baño, me dispuse asearme, llegó una de las profesoras para supervisar el baño y seguramente por el hecho de yo ser varón, mientras me enjabonaba dando la espalda, la profesora se acercó a mi ducha y al ver mi silueta me hizo girar y quedé frente a ella, instintivamente al igual que una chica de mi edad, llevé una mano a mi pubis y otra a mis desarrollados botones mamarios, aparentemente la perfecta chica con cuerpo de mujer, me miró detenidamente preguntándome porque en ocasiones me comportaba y vestía como chico, no obtuvo respuesta, bajé la mirada con vergüenza, luego se retiró de las duchas, las otras compañeras llegaron donde yo estaba y rodeándome y escudriñando mi cuerpo, me preguntaban lo mismo que la profesora, yo solo les decía que me dejaran en paz, me vestí y fui a reunirme con mis padres, al llegar solo estaba el tío Pablo, mis progenitores y mi tía quien era médico psiquiatra, estaban rodeados de profesores, indagando sobre mi comportamiento y mi condición de chica, eso lo supe por boca del tío, que aparte de siempre decirme mocosa, tuvo insinuaciones sexuales, me indicaba que le mirara su pene que estaba a reventar, que me haría su mujer, que sabia que mi tío “M” era mi marido, ellos son hermanos y este último, era mi ginecólogo, en su casa o en la mía, ya que por razones obvias no se podía explicar que un chico acudiera a una cita de ginecología, ciertamente este tío me violó a los 7 años mas o menos y desde entonces cada vez que podía me ultrajaba hasta que me acostumbré, en otro relato contaré con detalles como sucedió, jamás pudo penetrarme por mi pequeña abertura vaginal, lo intentó infinidades de veces causándome dolor y un terrible malestar por lo que posteriormente se enfocaba en mi región anal, solo hubo un chico de unos 16 años y yo de unos 12 o algo más, que me forzó y me lo hizo vaginalmente y fue porque supongo que tenía algún problema, dado que su pene era largo pero en extremo delgado, parecido a un dedo, sin embargo, me penetró con cierta dificultad, perdí mi virginidad a manos de él, tuve un sangrado no abundante y mucho dolor, fue traumático, lo peor es que este muchacho se vino dentro de mi inundándome de sus espermas, tampoco me dejo liberarme al momento para asearme, me retuvo con él, y al cabo de un rato volvió a violentarme y quedarse dentro de mi mientras descargaba su líquido seminal, también me dejo moretones y contusiones en mis senos al succionarlos y morderlos, por supuesto que no lo comenté a nadie, sino mes y medio después que el periodo no me venía, inquieta le hice saber al tío “M”, pensé que podía estar embarazada, el tío se puso furioso, me hizo los exámenes de sangre y orina, afortunadamente era un retraso debido a mi irregular menstruación.
Al tiempo supe que el tío le dio una paliza y le amenazó con denunciarlo, este chico dejó definitivamente de molestarme y acosarme, esta eventualidad igualmente cuando me anime la contaré. Retomando la situación con el tío Pablo, mientras mis padres, mi tía, esposa de mi tío, que es medico psiquiatra y mi madre medico igualmente, excepto papá, militar con cierto grado e influencia, seguían reunidos con los representantes del liceo, él tío Pablo, me decía que me tenía ganas, que sería también para él, digamos que su vocabulario era mas folclórico, no tenía estudios universitario, pero si una buena posición económica como hacendado, no puedo negar que tenía un porte imponente, atlético, me parecía muy lindo y varonil, las mujeres se desvivían por él, estaba en proceso de divorcio por mujeriego, yo le decía que me dejara en paz, que era mentira todo lo que decía, le amenacé con decirle a mi padre, entonces me dijo no tienes por qué decírselo tu, lo hare lo yo, casi que di un salto del susto, le supliqué que no dijera nada, que el tío me obligaba, hasta estallé en llanto, me calmo y me llevo a tomar algo en un tarantín que por cierto no tome nada por mi estado de nervios e indefensión, me hizo prometerle a cambio de su silencio que estaría con él, cosa que no ocurrió sino muchos años después.
Fantástica, esperando el próximo relato, mil gracias