AMBIVALENCIA Encuentro con el DR:F
Un hecho inesperado en mi transición.
Mi relato anterior lo corte, cuando finalizó el juego de voleibol y mis padres fueron interpelados por los representantes de mi colegio en torno a mi situación ambigua, me encontraba en las gradas de la cancha junto al tío Pablo, que al mirarme con el uniforme del equipo de voleibol me piropeaba descaradamente, contemplando el sinuoso cuerpo femenino que yo tanto ocultaba, como mencioné en el relato anterior, el tío era una persona folclórica y muy ocurrente en su hablar, a su lado yo era algo minúsculo ante semejante sujeto, que no paraba de amenazarme con que me haría su mujer, por las buenas o por las malas, que él sabía que su hermano, (mi tío “M”) y yo éramos amantes, a pesar de ser verdad, le desmentía tímidamente, me aterraba que alguien más lo escuchara y supiera esta situación que comenzó en violación por parte del tío “M”, llevaba años, desde mis 6 o 7 años, intenté irme para no seguir escuchándole, al pararme me sujetó por la muñeca, con una mirada espantosamente penetrante, como que si supiera de alguna forma que le temía, al propio tiempo me dijo con voz fuerte y autoritaria:
. – Ni se te ocurra irte mocosa, no me conoces, puedo ser muy bueno, pero también muy malo cuando me molesto, usted se queda ahí sentadita, te hablando un hombre ¿ok? Asentí con la cabeza.
De inmediato me senté y puse mis dos manos juntas en medio de mis rodillas sin saber que hacer, solo con unas inmensas ganas de llorar, su confesión me avergonzaba, había imaginado inocentemente que él no sabía lo que pasaba con el tío “M”, se inició por abusos de él, por amenazas, chantajes, manipulación, intenté decírselo, pero la verdad no le interesaba. Agregó:
. – Mírame a los ojos cuando te hable, no me esquives, saca tu lengüita para verla, abre tus bellos ojitos llorosos y mírame…
Me esforzaba en hacerlo, pero mis ojos parpadeaban intermitente e involuntariamente, no podía controlar mi estado de nervios y vergüenza, creo que se deleitaba al verme tan vulnerable. De pronto me dijo:
. – Eres provocativa mocosa, ¿quieres que te bese ahora mismo gata bella?, me provoca verte desnuda, mira como estoy, ponte de pie y da una vuelta, quiero tocar ese culote, ¿me oyes?, me gritó eufórico ordenándome que hiciera lo que me había dicho, …
Bajé la mirada sin decir nada, sin saber dónde ver, ni que hacer, inconscientemente, me di cuenta de sus enormes manos comparadas con las diminutas mías, y no solo eso, sus zapatos, eran inmensos, me atormentaba lo que me había dicho un rato antes cuando lo amenace con contarle a mi padre sobre su acoso y amenaza, su respuesta fue que no me molestara en eso, que lo haría él, recordé que me hizo prometerle que por su silencio estaría con él, mientras me continuaba hablando de las cosas que me haría, yo solo miraba a la nada, a la distancia, no le prestaba atención, se dio cuenta de mi letargo y me ordenó de nuevo que lo mirara a los ojos cuando él me hablaba, solo sé que ya había trastocado mi límite de tolerancia, me levanté dándole una cachetada y le dije antes de irme:
. – ¿Sabes qué?, basta, haz lo que quieras, ya no me importa nada, te odio, eres un idiota, no te atrevas a molestarme más – Quedó impávido, desconcertado, me alejé.
Al llegar a la casa me fui directo a mi cuarto, estaba como en trance, muchas cosas habían sucedido ese día, no encontraba cómo ordenar mis ideas, me perdía en un silencio profundo, al rato entró una hermana y se acostó a mi lado, contándome que afuera hicieron planes para asar una carne, unas bebidas, me comentó que habían unas amigas del equipo, le dije que no quería salir del cuarto, me abracé a ella y estalle en llanto incontrolablemente, ella me correspondió con ternura, y se aferró a mí, me decía desahógate eso es bueno, cuéntame qué te pasa, le dije que nada, que solo quería llorar y de pronto nos pareció esa respuesta muy chistosa, reímos estruendosamente, me dio un beso y se retiró, al rato llegó mamá con mi otra hermana preguntándome cómo me sentía, le dije que bien, que solo iba a dormir, mamá me dijo:
. – Seguro es por la reunión en la cancha – ¿verdad? – bueno ya sabes que por tu forma de vestir suponían que eres un “chico especial”, sabes a qué me refiero, le dije:
. – No mamá, no sé, dime tú, (claro que lo sabía)
. – Si que lo sabes, mi hermana interrumpió, y comentó:
.- Shey, mama quiere decir que eres chico, pero afeminado, rarito pues, por esa razón se alarmaron cuando entraste al baño para cambiarte, por ello no tardaron en entrar varias profesoras, pero al verte se inquietaron y a la misma vez se tranquilizaron porque no había un hombre cambiándose en el vestidor con las muchachas del equipo, te escrutaron de pies a cabeza convenciéndose para el asombro de todas que si eres una chica y muy bella, te lo hemos dicho siempre, por eso te hicieron preguntas incómodas al verte en el baño y luego en uniforme deportivo, no les quedó la menor duda, mamá queriendo aliviar la tensión agregó:
.- No debes preocuparte, les dije que todo está bien, desde que naciste, que aparte de ser tu mamá, soy médico especialista en psiquiatría y psicología clínica, tuve que decirles que eres chica y he tratado profesionalmente, a lo largo de mi carrera, algunas niñas que al desarrollarse se impresionan más que otras, por el notable cambio en su corporalidad, sobre todo en la aparición de los botones mamarios y su progresivo desarrollo, por eso tratan de esconder los senos, se avergüenzan de sí mismas, además de otros cambios significativos, que son parte del desarrollo en las mujeres, especialmente cambios físicos, cintura, cadera, voz, que cada persona es un universo de emociones y sensaciones, individualmente deben asimilar y aceptar los cambios naturales y permanentes, solo que algunas mujeres necesitamos de ayuda profesional y comprensión del entorno. Ellas entendieron, hasta tu papá se asombró, estaba boquiabierto por mi explicación, me di cuenta que decidiste retirarte y te dejé, me imaginaba por lo que pasabas, necesitabas caminar y calmar tus emociones, de regresó tu papá también estaba en shock, aparenta ser un hombre muy rudo, pero es sensible, le brotaron las lágrimas, se reía de la emoción y me decía:
. – Entonces no tenemos un niño «anormal», bueno me entiendes, ya sabes, yo sé lo que digo, eso me preocupaba más que cualquier cosa, en ese momento por las ocurrencias de papá, y los gestos cómicos de mamá en su relato, nos reímos y secamos nuestras lágrimas, por un instante desapareció el ambiente enrarecido… Sin embargo, mamá me aclaró que el trato será el mismo de siempre, tú pones la pauta de acuerdo a cómo te sientas más cómoda.
Igualmente, aun cuando me daba gracia que para papá era un alivio no tener un hijo «rarito», yo me encontraba en un estado de asimilación de lo comentado por mamá en esa reunión, su hábil comentario sin profundizar más nada sobre mí, realmente me tranquilizó, ella le dijo que yo cambiaría mi vestimenta cuando lo decidiera yo, y que es lo clínicamente recomendado, sin presión ni traumas.
Me animó a salir del cuarto, inclusive a escoger un par de prendas, que opté por vestirme con un mono verde manzana, no me puse la faja en mis senos, y los mismos subían la chaqueta del mono hasta dejar al descubierto coquetamente mi ombligo, aprovechando mi estado de ánimo, mamá me peino y colocó un tenue maquillaje, brillo labial, creo que todos estaban atento a mi llegada, ya que, al bajar las escaleras mis hermanos, papá, tíos comenzaron a silbar, de nuevo se activó mi chip de chico y me avergoncé, casi que me devuelvo, mamá me decía no les hagas caso, están contentos y es en broma.
Me abracé a mi madre como que en busca de protección, luego papá me llamo y me sentó cariñosamente en sus piernas y me refugié en su enorme pecho lleno de vellos enroscados, él me sostenía y apretaba como protegiéndome y dándome confianza, estuve un rato así suspirando, llenándome de fuerza y valor, mi padre me repetía que estaba feliz de que fuera su hija, que contara con él, se reía y me decía no quiero saber que te estas peleando, y te agradezco desde mi alma que intentabas comportarte como hombrecito para complacerme, es mi culpa mi niña bella, le dije papi sabes que hay algo más, pero si me siento cómoda, gracias a ti por comprenderme, prometo hacer el mejor de mis esfuerzos por ti, por la familia y por mí, decidí levantarme ayudar a mamá en la atención de los invitados, puesto que habían algunas profesoras, compañeras de clase, familiares, después de un rato, se conformaron los acostumbrados grupos, los hombres juntos a jugar dominó, cartas, hasta ver un odioso partido de beisbol, que antes disimulaba que me encantaba para aparentar, las mujeres igual, reunidas en grupo pendiente de los niños y sus maridos para atenderles, y las chicas y chicos en otro grupo que de vez en cuando uno que otro salía a bailar, me reuní con mis amigas y amigos, en un momento dado, llegó “FS”, estaba radiante, hermoso, se unió al grupo, en ese momento no había sucedido lo que conté en uno de mis relatos, pero él como siempre, buscaba estar a mi lado, hablarme, cortejarme, hasta me invito a bailar lo rechace alegando que no sabía, sin embargo, yo estaba en clases de danza, por supuesto que todos sabían que lo hacía muy bien, de pronto mi hermano trajo la guitarra, las chicas estaban como locas por él y por “FS”, la verdad es con 14 o 15 años, ellos tenían una estatura de posiblemente de 1.80 o más, cuerpos bien lindos y musculosos, varoniles, ambos tararearon algunas canciones y le hacíamos el coro, luego por insistencia de mi hermano nos fuimos al salón donde estaba el piano para que yo le acompañara mientras él continuaba con la guitarra, sabía que quería deslumbrar a las muchachas, no era tonto, había una compañera muy hermosa casi que como yo, jajajajajaja, estuvimos divirtiéndonos como hasta las 3 am y tomando a escondidas de los adultos, a esa hora mamá nos recogió como si fuéramos una manada de pollitos, se despidieron la mayoría y solo se quedaron los hombres jugando dominó y con notable evidencia que estaban algo pasado de tragos, me di cuenta que mi hermano mayor discutía con su esposa mientras ella lloraba, me acerqué y tomé esa torre de músculos y lo obligué a que se acostara a dormir, quería irse a la calle a seguir de farra.
Mamá se acostó conmigo y trancó la puerta por dentro, alegando que era para que no nos molestaran, yo sabía que huía de papá, sabía que él cuando quedara solo la buscaría para hacer lo que ya saben ustedes, le dije a manera de chanza:
. – Sabemos que pasará más tarde con papá y tú, no se va a quedar con las ganas. Se molestó conmigo y me dio un tirón de pelo, diciéndome a la vez:
. – No seas estúpida no me gusta el olor a licor y estoy cansada, los hombres son fastidiosos y necios… me dio mucha risa y ella me preguntó:
. – Qué te pasa a ti, estás borracha también, duérmete ya o me voy, – nos abrazamos y dormimos hasta las 11 o 12 de la mañana más o menos, ella despertó y me dijo vamos a levantarnos, hay que hacer comida y limpiar el desorden.
Cuando bajamos a la cocina no había nadie, me indicó que subiera a ver si papá estaba dormido, subí, le dije que sí, que estaba vestido hasta con los zapatos puestos, que yo se los había quitado. Me indicó que haríamos una gran olla de sopa para la resaca que iban a tener al levantarse, me agrado que ella se preocupara por papá y mis hermanos, en eso llegaron mis hermanas y tres tías, al cabo de un rato se unió la esposa de mi hermano, cada quien se tomó una tarea para ordenar la casa, cocinar, fregar, etc., a las tres de la tarde estuvo la sopa lista, casualmente fueron llegando los hombres con las caras bien maltrechas, somnolientos, mi hermano mayor sacó una cerveza y mamá se molestó, papá al llegar también tomo otra cerveza, mi hermana mayor se las quitó de las manos y les dijo ya basta de más licor, ya fue suficiente, reímos todos y comenzamos a servirle, y en esa medida fueron llegando los otros, le pedían a mamá algo para el dolor de cabeza, el malestar de la resaca les pasaba factura, yo solo había tomado un poco de vino dulce muy delicioso, me sentía bien, una mis tías, hermana de mamá si se le fue la mano y se quejaba mucho. Después que comieron los adultos, les servimos a los niños, por último, el resto que faltábamos, solo tomé caldo, nunca me gustó la sopa. Si no es por mi tía, hermana de mamá y esposa del tío «M», no me hubiese dado cuenta que faltaban mis tíos («M» y Pablo), el solo verle me asustaba, pero para tranquilidad mía la tía comentó que le guardaría la sopa de ellos ya que fueron a la finca, sabía que no llegarían porque estaba lejos, después de ayudar en todo el desorden me fui a bañar, pensaba recostarme un rato más pero oí risas en la sala y saben que la curiosidad es incontrolable, bajé y me encontré con que estaban todos reunidos hablando de cualquier cosa, me senté en medio de mis hermanas, tocaron el timbre y me mandaron a ver quién era, al abrir estaba parte de una familia muy allegada a la casa, el DR.F, esposa y su hijo menor de mi edad, era un amiguito muy especial, afeminado, muy lindo, para nada tímido, se sorprendieron al verme con dos pequeños zarcillos, y una franelilla rosada, no entendían, porque yo supuestamente era igual a «MA» (Mi amiguito), es decir, otro niño afeminado, al entrar la Sra.F, me dio un efusivo abrazo, «MA» también y el DR.F toco mi trasero disimuladamente sin que su mujer se diera cuenta, le empujé y él me guiño un ojo.
Debo decir que hacía desde dos años antes, cada vez que nos encontrábamos «MA» y yo, él me comentaba que su padre le decía que gustaba de mí, que quería ser mi novio, yo solo me reía y bromeaba sobre el particular, sin embargo, en complicidad con «MA», y a solas, sus atenciones hacía mí, eran evidentes, cariñoso, chistoso, amable, de alguna manera me encantaba, fue poco a poco seduciéndome, siempre tenía a flor de labio palabras lindas y emotivas cuando se acercaba a mí, mucha veces me daba cariñosamente un abrazo un poco más de lo normal.
Al principio me alejaba de sus acercamientos, intuía lo que pasaría si dejaba extender este sedicioso juego, «MA», me suplicaba por su papá, me repetía una y otra vez que estaba enamorado de mí, que era un buen hombre, que me amaba, que no tuviera miedo, que probara y si no me agradaba podía dejar las cosas hasta ahí, empecé a tolerar ciertos acercamientos muy galantes al principio, a sabiendas fui aceptando su juego de seducción, siempre cariñosamente me indicaba que yo tenía el control, que él no haría nada que yo no quisiera, que siempre respetaría mis decisiones, luego entendí que todo era una hábil manipulación, era hacerme creer que yo tenía el control absoluto de todo, darme confianza, me repetía constantemente que él me veía como una persona adulta y madura, que sabía que yo era un chico, pero no para él, que apreciaba que yo estaba desarrollada física y mentalmente como mujer, por eso me trataría como adulta, pienso que todo pequeño o pequeña, quiere en algunos momentos ser tratado como adulto, sin tantas correcciones, ser algo independiente con voz y voto, siempre supo hablarme y llevarme al terreno de su dominio, tampoco es caí ingenuamente, imaginaba todo lo demás y sin embargo, me deje embriagar por su trato tan especial.
Poco a poco fui sucumbiendo a sus encantos, al principio de sus coqueteos se sentaba y me atraía a él con delicadeza, tomaba mi cara con ambas manos y pegaba su nariz a la mía, me hablaba dulcemente, casi labio con labio y cuando intentaba besarme le esquivaba y me refugiaba en su cuello, allí me deleitaba oliendo su aroma varonil, mientras él aprovechaba para acariciar mi espalda por debajo de la ropa, por lo general me preguntaba qué cosa me ponía para envolverme de esa manera, nunca le aclaré que tapaba mis senos que pujaban salir, tampoco le decía que cuando me apretaba algo inapropiadamente me dolían, él no me presionaba en ninguna de sus preguntas, toleraba mi silencio, era parte de su hábil estrategia.
Llegó el momento que me agradaba hablar con él, sobre todo cuando lo hacíamos nariz con nariz, hasta hizo de eso un juego, al principio yo desviaba mi mirada hacia abajo y él salía con algunas de sus coqueterías, me decía que le dejara ver el cielo a través de mis ojos azules, mirar el océano que tanto le gustaba navegar, cuando yo desviaba la vista, me decía jocosamente y con aire victorioso ¡¡¡perdiste!!!, ahora comencemos otra vez, el que no sostenga la mirada pierde, muchísimas veces se hizo el perdedor y me dejaba ganar, para mí era un gran reto que ganaba con facilidad, aparentemente inocente, por insistencia del DR.F, y MA, comencé a frecuentar cada vez más la finca de ellos los fines de semana, me llevaba muy bien con la Sra.F y su hija, excepto con los dos hijos mayores, que molestaban a MA y a mi constantemente, el mayor llamado “HF”, era muy apuesto, estaba en el equipo de natación de la universidad y tenía varios trofeos que adornaban la sala, su novia era una muchacha lindísima, muy simpática conmigo, en una oportunidad estando en la granja de mi familia, yo estaba en bermudas y al agacharme, «HF» se dio cuenta que llevaba puesto unas pantaletas y burlándose las halo hacia arriba para hacerme daño, me levanté y le di una sonora cachetada, de inmediato me tomo por el cuello y mi hermano mayor al darse cuenta, intervino dándole una golpiza, en eso mis otros hermanos, papa, el DR.F, el hermano de «HF» acudieron y los separaron, evidentemente la peor parte la llevo «HF» , se hizo una algarabía por parte de las mujeres, indagaban sobre el asunto, ninguno comento nada, “HF” dijo que le pareció que mi hermano se burlaba de él. La novia de “HF”, me preguntó a solas, en un rincón, por qué usaba a escondidas esas prendas que claramente eran de chicas, le dije que en casa todos sabían que la ropa interior masculina me lastimaba, que no las usaba a escondidas, la notaba molesta e incómoda con mi respuesta.
Luego del incidente, al parecer mi hermano, su esposa, «HF» y su novia hicieron buena amistad, estaban departiendo, el DR.F, de pronto dijo que iría al pueblo a comprar hielo y otras cosas, papá le dijo que mandaría a uno de los muchachos y él insistió en que también debía pasar por el cine, aclaro que el único cine del pueblo era de su propiedad, por cierto muy lindo e inmenso, ocupaba casi que una manzana, por supuesto que yo tenía entrada libre, invitó a «MA» que le acompañara, y este a su vez me sacó permiso con mamá y papá, había sido una componenda ideada por ellos para que yo les fuera. Llegó el momento que me gustaba su compañía, sentía que me hacía mucha falta pasar momentos con él, al verle el corazón se me apresuraba, más cuando cruzábamos miradas y veía esos ojos fulgurantes que me deseaban, sentía mariposas en mi estómago, al llegar al pueblo fuimos directamente al cine, él saludó como de costumbre a los que estaban allí, subimos a su oficina y MA en complicidad con su papá le dijo que daría una vuelta por la plaza dejándonos solos, en ese momento se me abalanzó y beso desesperadamente, al sentir la tibieza de sus labios me deje llevar y correspondí a su apasionado beso por primera vez, dejándome llevar cerré los ojos, prácticamente fue una declaración, al separarnos me dijo que a partir de ese momento éramos novios formalmente, asentí con otro beso. Me cargó y llevó a un cuarto contiguo que estaba en su oficina, se desvistió parcialmente y sacó a relucir su espada erecta, tomo mi mano e hizo que le tocara su mástil de carne dura, quiso que lo llevara a mi boca, me negué hacerlo, eso no me gustaba, me respeto, pero insistía en hacerme el amor, le rogué que no, que tenía mucho miedo, que no estaba preparada y me entendió.
A partir de entonces, cuando podía intentaba besarme y tocarme, hasta imitaba cual actor de escenas románticas, como entregarme una flor, declararme su amor, saludarme tomando mi mano y darme un beso en el dorso de la mía, mentiría si dijera que no me gustaba esa actitud, me hacía sentir adulta, importante, en algunos momentos me envolvía en sus brazos tiernamente, llenándome de caricias indecibles y apasionadas, susurrándome palabras de amor, besaba y succionaba mis orejas, introducía su lengua casi que al fondo de mis oídos, hacía que me erizara, tomaba mi rostro en sus dos manazas y me daba cientos de pequeños besos en toda mi cara, cuello, nuca, cabeza, en instantes como que perdía su autocontrol y se aferraba muy fuerte a mí, movía su cintura adelante y hacia atrás como simulando una penetración, por lo que podía percibir su enorme erección, en más de una oportunidad liberaba su monstruo sexual, supuestamente la excitación hacía que le doliera al extremo, él me pedía disculpa y agregaba en susurros, – “Mami, disculpame, sabes cómo duele”…, no entendía el porqué de ese dolor, mi micro pene a medias se tensaba, sin producirme dolor, él no me tocaba adelante, por lo que suponía que yo también estaba con una excitación parecida, supongo que no se cercioraba tocándome por el consabido machismo al entender que yo era un chico afeminado, y él no tocaría otro pene.
La verdad que él me veía como una presa sexual más, un chico afeminado que le producía pensamientos extremos, este señor tendría la edad de papá unos 50 o un poco más, blanco, con unas entradas canosas en el cabello, lo hacía ver atractivo, galante, de más o menos 1.75 mts, siempre bien vestido y oliendo muy rico, éramos asiduos visitante de la finca de ellos y viceversa, hasta me permitían quedarme allí, siempre y cuando estuviera «MA», igual él se quedó muchas veces en casa o en la granja de mi familia.
En una oportunidad me invitaron al cumpleaños número 16 de su hermana, habían otros niños y niñas de mi edad (13-14) por lo que en un momento dado me distraje y no me di cuenta que mi amigo «MA» no se encontraba, le busqué por todas partes, me faltaba ir a la pequeña casa del capataz, así lo hice y tamaña sorpresa, el hombre de más confianza de la familia de unos 60 años, de tez morena, cabello negro sin canas y de gran corpulencia, estaba desnudo sudado encima de mi amigo quien gemía y deliraba en cada beso y arremetida que le propinaba su amante, me oculte mirando la escena, «MA» nunca me había confesado que eran pareja, estaba tan ensimismado en lo que veía, al acomodarme mejor tropecé con una escoba, el capataz saltó de la cama como un gato y se paró frente a mí con su enorme pene bien erecto, intentó tomarme un brazo, me di vuelta y salí a la carrera, media hora después llegó MA, se sentó a mi lado diciéndome:
.- Bueno ya lo sabes, ten cuidado y no comentes nada, le interrogué sobre qué pasaría si su familia lo llegaban a sorprender, me confesó que todos lo sabían, pero de eso no se hablaba, que incluso cuando ellos se quedaban allí, él amanecía en esa cabaña con su amante, me parecía insólito, pero igual pensaba que cada familia es un mundo y pude relacionar muy bien del porque su padre con tanta confianza le decía cosas de mí para que luego él me las contara, también le pregunté por qué si iban hacer eso no cerraban la puerta de la casita y del cuarto, su respuesta fue mucho más asombrosa, me informo que todos llamaban a cierta distancia antes de llegar a la casa, porque podía estar sucediendo lo que yo vi, que desde ahora en adelante yo haría lo mismo, llamarle a cierta distancia.
La noche ocurrió sin otro incidente y como a las 11 me fui al cuarto de «MA» a dormir, no sé qué tiempo paso, me desperté cuando sentí que me abrazaban por la espalda, de inmediato identifique el perfume del DR., me quedé inmóvil, haciendo que dormía, besaba mi cuello, orejas y espalda con delicadeza, pude sentir la proximidad de su pene en mis nalgas, por alguna razón mi zona anal es mi mayor área de sensibilidad orgásmica, tomando fuerza y valor intenté zafarme y grité para que me soltara, me dijo que gritara más, que estábamos solos, me atrapó con sus piernas y brazos, su dominio era total, me asfixiaba, sentía que me faltaba el aire y me iba a desmayar, deje de pelear, ya no tenía fuerzas de tanto luchar, me puso boca abajo y comenzó a besarme allí desesperadamente, luego cuando se sacio, recorrió nuevamente mi espalda hasta colocarse en posición para penetrarme, hacia esfuerzos para que no lograra atinar en mi entrada, por lo que me sujeto con mucha fuerza, deje de luchar, mientras él sin dudarlo comenzó de nuevo con sus caricias algo más delicada, no tenía oposición, masajeaba mis nalgas, volvió a mis muslos, ya no podía más, a lo interno deseaba que me penetrara, quería decírselo, pero no me atrevía, de lo forzoso paso a placentero, comenzó a horadar mi cavidad anal con la yema de sus dedos, sin penetrarme, solo acariciarlo despacio, pausado subía y bajaba, hasta que sus caricias ya eran al interior de mí, sentí un gran orgasmo que no pude disimular, nos besamos ardientemente, entendí que era el momento al decirme:
.- Te voy hacer mujer, mi mujer, eres mía, se acomodó como pudo, sin dejar de acariciarme, cuando estuvo seguro comenzó su entrada, podía sentir cada milímetro de su virilidad que se abría paso en mí, a pesar que ya estaba bien dilatada, me doy él paraba unos instantes hasta que reanudaba su entrada, e esa medida fue ingresando en mí, hasta sentir su pubis en mis nalgas, a la misma vez, me decía lo nalgona que soy, que me fijara que mis nalgas sobresalían estando él encima de mí, eso le excitaba al igual que mi estrecha cintura que casi abarcaba completamente con sus manos, antes quiso quitarme la franela y le rogué que no lo hiciera, respetando mi ruego, me dolía, me pregunto en susurros si quería que siguiera, le dije que por favor no parara, espero un rato prudencial hasta que inicio de nuevo sus movimiento de vaivén, mientras yo intentaba seguir su ritmo, gemía de inmenso placer, temblaba, él no paraba de besarme el cuello, labios, orejas, me hacía sentir que le pertenecía, no renunciaba de contemplarme y como que lo disfrutaba a mas no poder, al cabo de un buen rato me penetraba con mucho ímpetu, apasionadamente, sabía muy bien en qué nivel de excitación se encontraba, no paraba de bufar, yo intentaba concentrarme para que juntos tuviéramos un espectacular orgasmo, como en efecto sucedió, ambos sudados, jadeábamos sin poder contener tantas emociones, dejo caer su peso en mí, extenuado, fatigado pero besando mi cuello, a la misma vez que hacía prometerle que solo seria de él, que me amaba, podía sentir las palpitaciones de su pene expeliendo su semen dentro de mí, sin salirse me colocó de lado, me acariciaba todo mi cuerpo excepto mis senos y zona púbica, siguió declarándome su amor hasta que sus palabras se hicieron inteligibles, me imaginaba por el cansancio el sueño lo envolvía, estuve despierta un rato más repasando todo lo ocurrido, me aferré de su brazo varonil y velludo que me abrazaba con delicadeza hasta quedarme dormida, ya estaba amaneciendo cuando pude conciliar el sueño, a las 11 am aproximadamente, «MA» tocaba la puerta, que nos levantáramos, una vez más me hizo el amor, al levantarme de la cama, tapé mi zona y fui a bañarme, me volví a tapar mis senos y me senté en la poceta a orinar, en eso entró el DR.F, me preguntó que hacia, le dije orinando porqué, entonces se sonrio y me dijo: .- Mami, hasta en eso eres hembrita, le dije que por favor saliera, me limpie, me coloqué la toalla por encima de mis pechos y al salir nuevamente inquirió:
.- Mami, tu si que te metes en tu papel, eso me gusta mucho, – sin responderle me dirigí a vestirme y esperar para salir juntos del cuarto, cuando lo hicimos nos esperaban con café y unas arepas, la verdad que no me dio vergüenza, intente actuar lo más natural posible, ya ellos sabía todo y nosotros igual de ellos, estábamos a mano, desayunamos y al terminar luego de lavar los platos, llegaba un vehículo con la Sra.F y familia, salimos a recibirle, la Sra.F, llorosa se abrazó a su esposo y con unas palabras de disculpa le besó, posteriormente «MA», me puso al tanto, el DR.F, después que yo me fui a dormir, discutió premeditadamente con su esposa haciéndose la víctima, hasta hacerla molestar, ella decidió retirarse, por supuesto que no se iría sola, la hija estaría a su favor, los dos hijos acompañarían a su mama a esa hora de la noche y la llevarían a casa, todo lo planifico para estar conmigo, por eso me había dicho que gritara, que nadie me oiría, por la escena final entendí que él hizo ver que era ella quien había fallado, por lo que ella se disculpó sumisamente.
Cuando ella se me acercó, me preguntó como la pase, le comenté que me había dormido en la noche y no supe que se había retirado, ella arreglo todo diciéndome que fue a la casa a buscar unas cosas pero estaba lloviendo mucho y decidió quedarse, le dije que tenía que irme, me insistían en que me quedara, puse mis buenas excusas, la verdad era porque no había dormido mucho, entonces “HF” me llevó, de vez en cuando me fastidiaba comentando que ahora mi hermano y él eran amigos, que su cuñado era buena gente, también se disculpo conmigo, me dijo que no quería hacerme daño, pero que ningún hombre puede tocar a otro hombre agresivamente porque la repuesta esta clara y yo le había golpeado, que cuando me sujeto del cuello se dio cuenta que yo era muy frágil y pensando eso fue que mi hermano le golpeo, que estaba distraído, justificaba la golpiza que le propinaron, sin embargo, quedamos bien, como amigos.
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