Amos y putitas, parte 6.
Ahora sí, comienza la culiada de verdad: dos machos para un putito..
Advertencia: esta serie de relatos trata de sexo brutal, violaciones a menores y sadismo. Así que, si eres una de esas personas que no les gusta este tipo de relatos, tienes libertad de salir ahora.
Sin duda los más fuertes son los que deben dominar el mundo y ser los amos. La escala evolutiva se regula para esto: para darle placer a los verdaderos machos, los vergudos, quienes deben ser los que dominen el mundo con sus genes, ellos son los verdaderos dioses vergudos.
Danielito: 10 años. 1.45 de altura. culoncito. Cabello castaño, ojos color miel.
Felipito: Amigo de Danielito. Ojos y cabello negro. Piel blanca. 1.43 cm de altura. 11 años. Culón. Piernas largas y torneadas. Bastante afeminado y le gustaría ser mujer.
Alejandro: 16 años. 1.75. 19cm de pija por 15 de gruesa. Delgado pero piernón. Medio moreno. Cabello y ojos castaños.
Andrés: el mejor amigo de Alejandro. Blanco. Cabello y ojos negros. 17 años. 1.77 de altura. 78kg. Esbelto pero piernón. 21cm por 16 de gruesa, cabezona y bastante venosa.
David: El primo de Alejandro. Trigueño. 25 años. 1.85 cm. 83kg. Bastante ejercitado. Es del ejército. 23cm de larga por 19 cm de gruesa. Voz grave del ejército y bastante mandón.
Nicolás: El tío de Danielito. 27cm por 21 de gruesa. 1.75. cara de malo. Jefe de una banda. Musculoso, rapado y tatuado. Es moreno y dicen que ha violado a muchas chicas de la ciudad de las que no se ha sabido nada.
Sebastián: el amigo del tío de Danielito. Un moreno de 1.95. igual que su amigo rapado, musculoso y bastante tatuado. Se dice que entre Nicolás y Sebastián encularon a un puto de 20 años en una doble, y lo dejaron casi un mes en el hospital. Este hombre tiene una verga de 25 cm por 18 cm de gruesa y bastante venuda.
Santiago: El amigo de David, el primo de Alejandro. 25 años. Soldado. 1.81. 22cm por 18 cm de gruesa.
Andrés le pegó un pijazo a Felipito en pleno rostro y le dijo:
–Comenzá a mamar perra, que ahora tenés dos vergas para vos sola. Tenés que complacer dos machos de verdad. E inmediatamente le metió la pija hasta donde más pudo en la boca del niño.
Los ojitos de Felipito se pusieron llorosos, pero el niño estaba feliz de poderse comer a esos dos sementales.
Alejandro se sacó el bóxer, quedando completamente desnudo. Y su verga de 19cm salió disparada hacia la cara de la puta de turno.
Andrés follaba la boca de aquel putito, que si hubieran hecho un estudio era la más puta menor de 15 años. Felipito se atragantaba, las babas le salían por doquier, no podía ni respirar, pero no hacía nada para evitarlo. Sabía que era su destino complacer a ese hombre o morir en el intento.
—Esta zorrita ya la mama estupendamente– dijo Andrés, a la vez que de un empujón llevó la polla hasta la garganta, provocándole arcadas, se la estaba follando de nuevo por la boca.
Felipito sentía que se ahogaba, su garganta de niño dolía como un demonio y sus ojos comenzaban a irritarle de tantas lágrimas involuntarias que le había hecho sacar aquel vergón. Su cabello también dolía ya que Andrés se había servido de él para soportar sus embestidas bucales. Pero a pesar de todo el niño estaba feliz, ya que estaba cumpliendo su sueño de estar con dos hombres de verdad a la vez. Más de diez minutos duró la violación bucal de Felipito por parte de Andrés, pero Alejandro se impacientaba.
–dejame a mi darle por la boca, ya te lo has cogido bastante por ahí, y yo acá como un pendejo haciéndome la paja cuando tengo una boca de puta disponible.
–está bien men, dijo Andrés, y se Salió de la boca del niño. Su vergota salió brillante de babas abundantes Y espesas. El niño cayó como desmayado al suelo, su cara roja del esfuerzo de soportar aquel ataque, y con su cuerpo todo dolorido.
pero no pudo descansar mucho ya que Alejandro lo cogió fuerte del cabello y lo haló hacia su enorme verga. Este macho también quiso hacer lo mismo con la boca de Felipito y metió hasta donde más pudo su enorme verga. Realmente Felipito estaba que ya no podía más, esas vergotas eran demasiado para el putito. Las arcadas se sucedían una tras otra, pero nunca llegó el vómito, ya que el niño tenía una dieta muy saludable y no comía antes de las culiadas que le esperaban, fruto de la experiencia.
Mientras Felipito chupaba aquel gran garrote de Alejandro, Andrés se puso detrás del niño para chuparle aquellas bonitas y redondas nalgas, le metía hasta donde más podía su lengua y la movía en círculos.
– donde tienes el lubricante puto? Le preguntó a Felipito dándole una fuerte nalgada.
Felipito sacándose la vergota de la boca contestó: – está ahí en la cómoda, ahí también hay anestesia anal para que me eches, ya que sus vergas son muy grandotas…
Andrés quien pensaba en metérsela sin anestesia para hacer sufrir al putito también se preguntaba si no era más fácil para todos con anestesia local, y luego metérselas hasta las huevas. El putito tenía el culo súper abierto de haber comido tanta verga, Andrés pensó en que ahí le cabrían dos dedos sin problemas y se los metió hasta el fondo, el puto solo pegó un respingo, pero no dijo nada, igual tenía la boca llena de verga. Cuando quiso meterle el tercero el putito se removió del dolor, y entonces Andrés se puso una gran cantidad de anestesia local junto al lubricante de sus dedos. Poco a poco el putito aceptó los tres dedos sin problema y el macho comenzó a meterle un cuarto dedo. Realmente el culo de Felipito se extendía al máximo.
Cuando aquel hombresote notó que el puto ya estaba bastante abierto decidió meterle su vergota.
Puso esa enorme cabesota en el agujero y empujó. El puto pegó un brinco que hizo que la verga de Alejandro se le saliera de la boca. Andrés le había metido de un solo casi una tercera parte de su vergota, y aunque el chico se había comido ya la del papá de Danielito la verdad es que esa vergota lo había desgarrado muy feo, y esta estaba casi igual de gruesa. No obstante la anestesia, el dolor fue inimaginable, como si lo estuvieran desvirgando por primera vez. Felipito pegó un fuerte grito de dolor que hizo que Alejandro se pusiera nervioso, sin embargo, Andrés estaba más arrecho que nunca.
–callate puta! ¿No es que ya habías comido vergas grandes y me la aguantabas así te tuviera que partir? Con un durísimo bofetón hizo que el niño se callase un poco, sin embargo, Felipito sollozaba sin consuelo… pensaba en que si salía vivo de esta verguiza nunca volvería a torear a un hombre para comérselo.
Andrés sin consideraciones al puto lo cogió de las caderas y de un nuevo envión se la metió hasta la mitad, cuando se escuchó nuevamente el grito sin control de Felipito…
–por favor sácamela, sácamela, no aguanto más. Te doy lo que me pidas, dinero, todo, todo, pero por favor no me mates, está inmensa, por favor, por favor, te lo suplico.
–por lo menos echale más lubricante, dijo Alejandro, lo estás desgarrando, no queremos que los papás de este chico se enteren…
–pero no viste que don Gabriel lo dejó dos días sin poder caminar y nadie se enteró? ¿Por qué crees que ahora será diferente? A este puto le encanta que lo torturen a vergazos… o de lo contrario preguntémosle.
–querés que te la saquemos y no te demos más verga? Le preguntó Andrés a Felipito.
Este, con todo su cuerpo doliéndole, con el culo casi explotando de los vergazos, la cara enrojecida de los bofetones, sabiendo que podía salir sin caminar de ahí, respondió:
–no señor, no me la saque así tenga que matarme. Quiero comérmelos a ustedes dos no importa lo que me pase. Por favor, por favor, no me haga caso cuando grito, solo haga lo que usted quiera conmigo.
–miras? Dijo Andrés. ¿A este puto le encanta la verga de verdad, crees que se va a perder dos machos como nosotros? Andrés se echó más lubricante que le había pasado su amigo y se lo echó en el pedazo de tronco que aún no había entrado y se lo empujó ahora si casi todo. Faltaron poco más de 3 CM de verga por entrar, pero Felipito no pudo más. Respiraba agitado, sin fuerzas para llorar y cuando Andrés le empujó por fin toda la pijota restante se desmahyó del dolor. Nadie se dio cuenta pues Andrés disfrutaba de aquel apretado agujero mientras Alejandro estaba absorto en analizar como un puto tan pequeño se había podido comer todos los gruesísimos 22 cm de su amigo, y que ahora Felipito tendría el culo más abierto que un bebedero de patos.
Felipito había sufrido desde la primera metida de verga, cuando entró casi 7 cm de aquel monstruoso vergón. El dolor había sido impresionante, realmente tenía todo su culo al rojo vivo. Era como si le partieran el culo con un cuchillo ardiente. Un dolor mucho peor que el de una mujer pariendo. Recordó el dolor que había sentido con el vergón del padre de Danielito, y pensó que había sido algo similar, aunque este último había sido menos brutal que Andrés que ahora lo trataba como una puta barata. Realmente no disfrutó en ningún momento de la verguiza, estuvo más de 40 minutos en un constante sufrimiento. Luego de que se le pasase aquel rudo dolor sentía como si le empujaran las tripas hasta el corazón, y como si le estuvieran pegando con algo dentro de su culo.
Luego de despertarse del desmayo, Felipito comenzó a pujar con cada embestida. Sus quejidos de dolor eran cada vez más audibles. Su macho lo cogió en todas las posiciones, en cuatro, patitas al hombro, duro contra la pared, de frente a él, en fin, que Andrés era ya un dios vergudo experimentado. Lo cogía del pelo, lo escupía, le pegaba fuertes bofetadas, le daba nalgadas, lo cabalgaba como a una yegua, mientras su amigo miraba atónito la escena.
Andrés parecía todo un dios semental, estaba brilloso de sudor, lo que acentuaba su cuerpazo, su verguísima salía de aquel agujero con esfuerzo, pero se notaba brillosa de sangre, fluidos y lubricante, y sus musculosísimas piernas pegaban contra el cuerpo de Felipito. Los espejos que habían puesto los padres de Felipito por toda la habitación hacían que este puto gozara viendo a su macho cogérselo. Luego de tanta culiada, por fin Andrés sacó su verguísima para darle a tomar la leche al puto. Había estado tan absorto que no notó cuando salió su verga llena de mucha sangre. Alejandro se asustó de este hecho
–estás bien, le pregunta a Felipito?
–me duele mucho el culo y todo el cuerpo, dijo este lloroso.
–pero será que tus padres lo notan? Volvió a preguntar Alejandro.
–no creo que a este puto le convenga que lo noten, dijo Andrés. De lo contrario se perderá de comerse estas vergotas, dijo moviendo sus caderas de lado a lado y haciendo bambolear su verguísima, que ya sin condón era preciosa.
–mis padres llegan la otra semana, contestó Felipito, y ya para ese entonces estaré recuperado. Nunca le contaré a nadie de esto, dijo tranquilizando a los machos vergudos.
–dejá de hablar tanto y chupámela dijo Andrés quien no se había dejado de masturbar.
Felipito procedió a cumplir la orden y luego de 10 minutos, una fuente inagotable de leche espesa y sabrosa hizo que el niño casi se atragantase.
Alejandro, quien vio que el culo del niño no aguantaría otra verguiza, siguió el ejemplo de su amigo y se vino también en la boca de aquel putito.
Una vez los dos machos habían terminado, se vistieron y se fueron, no sin antes advertirle al puto de no decir nada de esto, y lo dejaron en la cama escurriendo sangre y lubricante por el culo y con la boca y cara repleta de leche.
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