Aniversario de un cornudo en matrimonio (4)
Asi es como celebra su aniversario un cornudo felizmente casado..
Ahí estaba… casi desnudo, sentado con piernas y manos amarrados a la silla frente a la cama King size de nuestra recamara y la verga dura como piedra, tenía los ojos vendados, pero podía escuchar los gemidos de placer de mi esposo, así como apasionados besos y jadeos acelerados…
—Estuvimos deseando esto, papi— dijo una voz
Pensé en esas palabras “estuvimos”, ¿qué estaba pasando?, escuché caer un cinturón al suelo y luego otro y otro más, definitivamente había más de una persona con Saúl, de pronto comencé a escuchar sonidos de “chup” “chup” seguido de los gemidos de mi esposo, alguien se la estaba mamando —yo también quiero— dijo otra voz
Yo estaba mojando y con la verga luchando por liberarse en mis bóxer, hice lo posible por bajar la venda de mis ojos con el movimiento de mi cabeza y poco a poco se fue deslizando hasta quedar en la mitad de mi cara, era incomodo pero podía ver un poco y la escena me causó una lujuria ardiente, Saúl estaba recostado en nuestra cama usando solo camisa de vestir y calcetines, dejando ver sus grandes piernas peludas y su verga durísima que remataba con unos huevos hinchados y colgados producto de no haberse corrido en semanas, estuvo guardando su leche para este momento pero no estaba solo, se encontraba en compañía de dos chicos, gemelos idénticos completamente desnudos que habían dejado su ropa por toda la habitación, mientras uno de ellos se apresuraba a mamarle la verga, que apenas le cabía en la boca, el otro le lamía los huevos, Saúl veía a ambos hacer su labor con cara de morbo total, de pronto se dio cuenta que yo los veía y con una expresión lasciva me dijo entre jadeos—, aahhh espero te guste tu sorpresa mi amor, ¡Estos nenes la maman increíble! a ver si aprendes algo de ellos…— tomó la cabeza del chico y le metió su polla hasta la garganta, provocándole arcadas acto seguido tomó por el brazo al otro y lo hizo sentarse en su cara para comerle el culo, haciendo que el joven gimiera de placer y se abriera las nalgas dejando expuesto su ano, en ese momento me moví más rápido y la venda se aflojó poco a poco hasta caer sobre mis hombros y pude apreciar mejor como me afilaban los cuernos, los gemelos eran hermosos, diría que rondaban los 20 años y eran delgados con cuerpos atléticos, ambos tenían buen culo, abdomen un poco marcado, tez clara y cabello rizado, le estaban dando un placer intenso a mi esposo y con ello también a mi…
Esa misma mañana celebrábamos nuestro aniversario, Saúl había dicho que tenía preparada una sorpresa para los dos, yo imaginaba (y deseaba) que hubiera concretado algún encuentro en el que por primera vez me pusiera los cuernos viéndolo en primera fila, solo de pensarlo una sensación de calor me invadía desde el estómago, sentía nervios, lujuria, celos y emoción al mismo tiempo, ya que hasta ese momento todas las veces que había visto a mi esposo poniéndome los cuernos había sido de forma “indirecta” y varias veces sin que él lo supiera, aun así se negó a darme más detalles de lo que había estado preparando, ese día ninguno de los dos trabajamos, almorzamos en nuestro restaurante favorito y salimos a un parque ecoturístico donde montamos a caballo y lo pasamos increíble, lo cierto es que fuera de nuestra intimidad éramos una pareja completamente ordinaria, nos besábamos y abrazábamos como cualquier otra pareja y desde que aceptamos el “cuckold” en nuestras vidas, el vínculo emocional había mejorado mucho. Llegamos a casa como a las 07:30 pm y al entrar a nuestra habitación noté que sobre el buró había una botella de vino con dos copas, Saúl sirvió el vino para ambos y me dijo: —brindo por nuestra vida amor, nunca he sido más feliz contigo— sonreí y bebimos el vino hasta el fondo, seguimos charlando y cuando el vino estaba por acabarse, se abalanzó a besarme mientras me desvestía, dejándome solo en bóxer, acto seguido arrastró una silla y me hizo sentarme justo frente a la cama, continúo besándome el cuello mientras me ataba las manos tras el respaldo y las piernas en las patas de la silla, finalmente me puso una venda en los ojos y se incorporó de frente, yo había estado fantaseando con verlo directamente coger con otros hombres, pero no hubiera pensado estar amarrado, este detalle agregaba un plus al morbo de la situación, pregunté sonriendo: —amor, ¿porque me amarras?—
—sshhh solo déjate llevar, se que te gustará— contestó y sin poder ver nada escuché que se bajó la bragueta del pantalón y dio un paso más cerca de mí, pude oler el característico aroma de su verga, mezclado con sudor del día, el cabrón se la había sacado del pantalón y estaba a pocos centímetros de mi cara, una erección se estaba gestando en mis bóxer, quise chupársela pero no me lo permitió, apartando mi cabeza con su mano mientras me decía: —no, no amor, espera a la sorpresa—y solo se limitó a rozar mis labios con su glande, dejando en ellos una gota de precum salado que saboree gustoso, entonces tocaron el timbre, escuché que Saúl se guardó la verga y me dijo —ya llegó tu sorpresa bebé, es hora de consentirte como a ti te gusta— lo oí salir de la habitación y bajar la escaleras, minutos después en la planta baja se escuchaban voces pero no lograba entender nada, escuchaba que abrían latas de cerveza y ocasionalmente algunas risas, estuve ahí sentado durante aproximadamente 20 minutos que me parecieron eternos… hasta que escuche pasos subiendo las escaleras hasta entrar a la habitación —ahora si mi amor, prepárate para los cuernos que te voy a montar esta noche— me dijo Saúl riendo, lo que nos lleva hasta el momento en que pude liberarme de la venda que me cubría los ojos y ver lo que se estaba gestando en nuestra recamara…
Entonces el gemelo que le mamaba la polla se sacó un plug anal muy grueso del culo, tenía forma de huevo pero un poco más grande, se colocó sobre Saúl con las piernas abiertas y entre gemidos poco a poco se fue metiendo la polla de mi esposo hasta que la tuvo a tope, hizo una mueca de dolor, parecía que le estaba costando comerse tremenda verga pese a haber dilatado su ano con el plug, entonces su hermano le acercó un frasco de popers y el joven aspiró profundamente, tras algunos momentos su ano pareció relajarse, pasando de verse muy estirado y rojizo envolviendo con dificultad la verga de Saúl a un estado más relajado pero todavía estirado, parecía que era la primera gran verga que se comía, pero el chico no se acobardó, contrario a lo que había hecho yo tantas veces, dejando a mi esposo insatisfecho… colocó ambas piernas en posición de cuclillas y empezó a moverse montando la verga de mi esposo y entre gemidos se dirigió hacia mí y me dijo: —aay que rica verga tiene tu esposo, ¡me encanta como me abre!— entonces Saul empezó a cogerlo salvajemente tomándolo por la cintura —aaaay si papi, dame, dame— decía el putito entre jadeos, en tanto el otro gemelo besaba a Saúl con deseo y le metía la lengua mientras le desabrochaba la camisa, me moría de celos, pero mi verga expulsaba chorros de precum de la calentura que sentía, el joven le chupaba las tetillas mientras terminaba de desvestirlo, cuando lo dejó completamente desnudo se burló de mí, diciendo: —la verga de Saúl es para nosotros y esto es lo que te toca— entonces arrojó los calcetines en mi dirección y uno de ellos fue a dar a mi cara, el olor a sudor de los pies de Saúl inundo mis fosas nasales, el chico reía y Saúl sin mirarme me dijo: —mejor hazle caso mi amorcito, eso de lavar la ropa sucia, si lo haces bien— y continúo con lo suyo, el chico burlón tomó el plug anal y lo introdujo suavemente en su culo y al hacerlo hizo pequeño espasmo sintiendo su culo abrirse —prepárate bebé, porque quiero que me des verga a mí también— le dijo a mi esposo y él solo sonrío sin dejar de follar al otro chico, después de algunos minutos Saúl sacó la verga del culo del putito y dejó ver un gran agujero abierto que palpitaba pero no se lograba cerrarse, el cabrón tenía el culito completamente destrozado pero él ni parecía notarlo de lo excitado que estaba, entonces Saúl le metió la verga de golpe y siguió follándolo, el chico daba fuertes gritos en sincronía con las embestidas que recibía, minutos después sin siquiera tocarse expulsó chorros de semen sobre el torso de Saúl, se estaba viniendo solo con la estimulación de su próstata, Saúl lo siguió follando, hasta que en algún punto el joven no pudo más y pidió parar, sacando la verga de su culo, simplemente no eran tan experimentados en montar grandes vergas y lo estaban sintiendo en ese momento, por fortuna eran dos, entonces su hermano tomó su lugar acostándose con las piernas abiertas y sacando el plug de su ano, Saúl se incorporó y le metió de golpe su hinchada verga, el joven pareció no tolerarlo pero con el peso de mi esposo sobre su cuerpo no había mucho que pudiera hacer, inhaló algunas veces los popers y una vez que se acostumbró al grosor, el mismo levantó sus piernas para que su culo quedara expuesto de frente a Saúl, esto pareció provocarlo y rugiendo como animal le dio fuertes embestidas mientras lo tomaba del cuello con sus grandes manos, minutos después mi esposo empezó a gemir más fuerte —aarrgg, me voy a venir— gritó y expulsó chorros de semen dentro del chico y ordenó al otro que se acercara, este lo hizo y mi esposo aun expulsando chorros de semen procedió a introducirla rápidamente en la boca de su hermano y continuó follándole la cabeza con rabia, el cabrón quería volver a tener orgasmos múltiples como lo había hecho con Alberto y esta vez no solo tenía uno, sino dos pasivos hermosos para su deleite, siguió follando la boca del gemelo mientras lo abofeteaba, el chico estaba lagrimando y Saúl se veía tan sensual, varonil y dominante haciendo lo que quería con esos dos putitos, era una escena de película
—te gusta cómo te comen la verga mi amor? — pregunté con morbo
—¡si! me encantan estos nenes, vaya que les gusta la verga—
de pronto el gemelo al que le follaban la boca empezó a venirse, dejando toda su corrida en la alfombra, intentó seguirle el paso a mi esposo, pero estaba exhausto y Saúl todavía no llegaba al segundo orgasmo, así que no le quedó de otra que empezar a masturbarse mientras el otro gemelo le lamía los huevos, la verga de Saúl en este punto presumía unas venas muy marcadas y un glande rojo brillante, verdaderamente tenía una erección de campeonato y yo seguía sin entender cómo podía mantener la polla dura como roca aún después del primer orgasmo, minutos después expulsó tres chorros de leche embarrando la cara del joven, entonces aún con la verga medio dura se recostó en la cama rendido, con cada uno de los chicos acurrucado en sus brazos, los tres estaban agitados y empapados en sudor, descansaron algunos minutos y luego se levantó para quitarme las ataduras, me dio dos palmaditas en la cara y me ordenó limpiar la habitación y sin esperar mi respuesta se levantó y se dirigió al baño para darse una ducha con ambos chicos, yo estaba tan caliente que unas cuantas jaladas a mi verga hubieran bastado para venirme, pero obedecí como el buen cornudo que soy, la habitación olía a sexo y estaba hecha un desastre, mientras recogía la ropa y limpiaba la alfombra vi de reojo como Saúl se besaba con los gemelos en la regadera, pero no pasó a más, los tres salieron y mientras se vestían Saúl ordenó comida para cenar, al ver mi erección me dijo: —espera amor, todavía vamos a cenar algo y llevar a los nenes a su casa— entonces bajamos a la sala y media hora después llegó la comida y cenamos mientras charlábamos amenamente, los gemelos se llamaban Adrián y Amaurí, nos contaron que venían de otro estado pero estaban viviendo en una casa de estudiantes porque iban a la universidad, eran muy agradables, practicaban fútbol, motivo de sus atléticos cuerpos, habían conocido a mi esposo en una app de encuentros y habían estado chateando con él a mis espaldas por semanas, ambos estaban fascinados con los dotes de Saúl y estuvieron de acuerdo en cumplir mi fantasía de cornudo para este día, pero tenían intenciones de seguirlo viendo sin que yo estuviera observando, no me pareció mala idea siempre que Saúl me contara sobre sus encuentros, después de 40 minutos llegó el momento de llevarlos a casa.
Me subí en el asiento del conductor y los gemelos en el asiento trasero, entonces Saul en vez de subirse a mi lado me dijo: —todavía falta el postre amor, viajaré atrás con los chicos— los jóvenes rieron juguetonamente y yo tuve una erección casi al instante —está bien amor— accedí sonriendo, me dolían los huevos, Saul tomo su lugar en medio de los chicos, el trayecto no era largo, apenas media hora hasta la casa de estudiantes, pero fue tiempo suficiente para que yo pudiera ver por el retrovisor como los gemelos se comían a mi marido, por turnos le daban apasionados besos de lengua y le sobaban el paquete, en algún punto Saúl se sacó la verga y los huevos por la bragueta y uno de ellos se abalanzo a mamarla mientras el otro seguía besándolo y cuando mi app de viaje señaló que habíamos llegado a la ubicación ellos ni se inmutaron, yo me jalaba la verga mientras dije: —que rico se la maman— pero me ignoraron, siguieron con lo suyo, para entonces los gemelos se besaban mutuamente con la verga de Saúl entre las dos bocas, juntos bajaban y subían en sincronía recorriendo el tronco con los labios, Saul disfrutaba relajado en el asiento con las piernas abiertas y acariciaba ambas cabezas qué le mamaban la polla, hasta que se vino, apenas dos pequeños chorros de esperma caliente escurriendo desde el glande y terminando en la cara de ambos chicos, ellos lamieron hasta la última gota, recogiendo en sus bocas todo el esperma qué tenían en la cara, entonces Saul se guardó la verga, se acomodó la ropa y se sentó en el lugar del copiloto, me ordenó pasarme al asiento trasero en medio de los gemelos, al entrar estos me besaron a la vez que depositaban en mi boca todo el esperma de Saúl —no se debe desperdiciar la leche de tu macho— me dijo mi esposo —trágatela toda— obedecí gustosamente y uno de los chicos saco mi verga del pantalón y con apenas algunas jaladas terminé explosivamente, regando mi semen por todo el asiento, los gemelos se rieron y momentos después se despidieron de nosotros, entrando a su casa, yo estaba extasiado y mareado por toda la ola de emociones de las últimas 4 horas, me pase al asiento del conductor y Saul me recibió con un tierno beso y me dijo: —espero te haya gustado verme en acción mi amor, yo feliz te vuelvo a poner los cuernos con estos chicos, tienen un culo hermoso, aunque por su edad me da la sensación de que son niños… quisiera cogerme un culo peludo y grande de macho— me reí y le dije: —no tienes llenadera—
—no negaré que extraño el culo de Alberto, era muy aguantador— contestó y no pude evitar sentir celos…
Él sonrió y se acercó a mí con cara de lujuria —además… sé que te encantaría verme dándole verga a un macho así, solo de imaginarlo tienes una erección— me dijo mientras me agarraba el paquete,
Sonreí y le dije —tienes razón, me encantaría ver eso, ya encontraremos un culo grande y hambriento de verga—
Nos besamos y nos dirigimos a casa.
Dios mío, esa es la relación perfecta, yo también estaría feliz siendo el cornudo de mi marido
Gran relato, cuando mi novio supo que habia videos porno terminamos, pero luego volvimos y ahora se ha vuelto el primero que aprueba mis videos antes de publicar, obvio el se folla otros culos y eso me excita mucho
Que rico, no hay nada malo en disfrutar de forma consensuada