Arroz con leche V
Owen consigue su sueño de tener una pareja de asiáticos para él ¿Será que es permanente o algo saldrá mal?.
Recuerden darme una calificación y un comentario, cualquier crítica es buena.
Una disculpa por cualquier error ortográficos, soy un necio que se rehúsa a ponerse sus lentes.
Según Chai, Dao siempre llega a casa entre 10:00 y 10:15.
A las 9:55 Owen se levantó y caminó hasta la recámara dónde Chai sigue durmiendo aún vestido con lencería verde, marcas del encuentro sexual, todo tipo de fluidos secos en su cuerpo, el retrato en su pecho con semen escurriendo, el culo roto incapaz de cerrarse y el clip de castidad en su lugar.
Dejó la recámara y salió al balcón a esperar tranquilo la llegada de Dao, quería estar ahí y presenciar el momento en que el matrimonio se derrumba.
Sentado en el piso para que no se note su presencia mira paciente el reloj, 10:04, Dao va a llegar en cualquier momento. No sé escuchan ruidos en el departamento, asume que Chai sigue dormido. Sonríe con malicia, piensa en las palabras de su sissy “no le hagas daño” y “No se irá” ¿Y si Dao acepta a su nuevo esposo? Mejor aún ¿Y si convence a la mujer de participar?
Owen es un maldito hijo de puta, le gustan los hombres y mujeres casados. Tiene un total de 38 hijos bastardos, todos criados por hombres incautos que no saben las andanzas de sus esposas.
La sola idea de tener al matrimonio le pone la verga durísima, Dao nunca ha estado con otro hombre que no sea el diminuto Chai, Owen se la saborean “debe tener una pussy super estrecha” y con muy poco uso”. Si a eso le sumas el culito inmaculado, doble virgo para él.
10:08 de la noche, Dao entra a su departamento sin notar nada extraño, se quitó los zapatos y abrigo en la entrada, pasó al cuarto de lavado donde dejó su uniforme, se detiene en la cocina a beber agua, camina a la recámara sin saber lo que va a encontrar. Owen la observa desde el balcón, viste muy discreta, como una señora de casa con una educación rigurosa, la ropa esconde su verdadera figura aunque deja ver lo esbelto de su cuerpo.
Liberó su cabello que cayó hermoso en una melena lacia oscura, avanza hasta la recámara donde su esposo duerme plácidamente, Owen sale de su escondite y camina hacía la misma dirección, desea estar ahí cuando todo explote.
Al salir Owen emparejó la puerta de la habitación para que al llegar la esposa no hiciera ruido cuando la abra. Dao abre esperando ver a su esposo viendo televisión o dormido, espera que esté dormido para despertarlo con una rica mamada, tiene residuos de esperma en su interior, desea una dosis fresca para aumentar las probabilidades de embarazo.
No estaba preparada para lo que encontró, ninguna parte de su cuerpo, alma o mente lo estaba ¿Quién lo estaría? Ver al hombre que amas vestido con lencería verde, maquillado, lleno de hematomas, su ano visiblemente usado, la foto del día de su boda mojada de sabe dios qué fluido, la cama con notorias muestras intimidad y lo más traumático, el pene encerrado en una especie de trampa.
La impresión fue demasiada para Dao, todo su cuerpo comenzó a temblar, enormes lágrimas comenzaron a caer, un grito atascado en su garganta se ahoga por el llanto, resulta imposible liberarlo. La mujer de 23 años sufre, incapaz de moverse se queda paralizada en el marco de la puerta, lucha con todas sus fuerzas por decir el nombre de su esposo o caminar para despertarlo.
Owen observa a casi 2 metros la escena, el sufrimiento de Dao es visible, se está quebrando, alma, mente y cuerpo se derrumban por la escena frente a ella, “ya no hay marcha atrás” se dice para él.
El sonido de la puerta agitada por la vibración de Dao despertó a Chai, en medio de su letargo levanta la vista atraído por el ruido, al ver a su esposa temblando, llorando a raudales intenta levantarse solo para notar el portarretratos en su pecho aún mojado de semen. Al bajar la vista pudo ver la lencería verde aún en su cuerpo, el clip en su genital, asustado tocó su rostro para notar que sigue maquillado, finalmente exploró su ano y lo que encontró casi lo desmaya, su recto sigue ligeramente abierto.
Aterrorizado buscó los ojos de Dao que le sostuvo la mirada, habiendo pasado el impacto inicial la mujer por fin pudo soltar el alarido de dolor que presionaba su pecho. Vencida por el impacto dejó caer su cuerpo cayendo sobre sus rodillas, una mano sobre el piso la otra cubriendo parte de su boca y ojos.
Chai no logra entender cómo pasó esto, dónde está Owen, lo dejó dormir con el clip de castidad puesto y ahora su mundo está acabado. Por un segundo odia a su amante, se odia a sí mismo, hacerle daño a Dao es lo último que él quería, la ama, no como hombre, si no como un amor profundo que no logra explicar.
Avergonzado Chai comenzó a llorar, comenzó a gritar insultos para él en su idioma natal, deseaba la muerte, lamentaba el daño que le hizo a la persona que más quiere en el mundo, le ofrece a su esposa cualquier cosa que quiera, aceptara la culpa y vergüenza él solo.
Dao en medio de su llanto escucha los lamentos de su esposo, tiene preguntas que no puede formular porque su cabeza es un caos, su llanto no cesa, el dolor en su alma arde, la presión en su pecho sofoca y sin embargo, muy, pero muy en su interior, de alguna forma, desea seguir adelante a su lado.
Su matrimonio fue arreglado, pero Dao se enamoró genuinamente de Chai, de su carácter, su dulzura, sus atenciones, no puede imaginar una vida sin él, dejar que esto salga de las 4 paredes sería el fin de su matrimonio, pero más importante aún, sería el fin de su vida.
El llanto de la pareja continuó por 40 minutos, hacía rato que Owen estaba sentado en la sala observando la escena, no tiene idea de lo que está diciendo Chai, solo escucha gritos mezclados con llanto y el lamento de su esposa.
En algún punto Chai dejó de llorar, se armó de valor para levantarse de la cama e ir al encuentro con Dao. Comenzó llamándola por su nombre un par de veces hasta que ella levantó el rostro.
La conversación fluyó repleta de disculpas por parte de Chai, cada paso venía acompañado de una explicación o una confesión, Dao escucha al hombre que ama, hace un esfuerzo por mantener su atención, por ser empática y entender. Finalmente Chai cayó de rodillas frente a ella, se arrojó a sus piernas llorando como un niño repitiendo disculpas, confesando su orientación sexual, admitiendo su actividad sexual, admitiendo el número de encuentros que ha tenido, revelando la fecha de inicio, reconociendo que encuentra más placer en ser tomado como mujer que siendo hombre, finalmente salieron de sus labios las frases que mataron a Dao, “él me da más placer del que tú nunca me darás, el cambio en mi al hacerte el amor es porque imagino a él tomándome”.
Todas las dudas que tenía fueron resueltas, lamentablemente encontró más de lo que buscaba, Dao se siente inferior, no es capaz de engendrar un hijo para su esposo, no fue apta para darle suficiente placer a su esposo, no fue suficiente para él, falló como mujer, falló como esposa, como hija. Destrozada, confundida y avergonzada de ella y de su esposo abrazó su cuerpo mientras lloraba y le prometía que estarían bien, su secreto está a salvo con ella y encontrarán una solución.
Owen observa la escena desnudo a menos de un metro, tiene una erección colosal, no sabe qué hablaron, pero sabe que van a necesitar la llave. La pareja sigue hablando en su idioma natal, Chai intenta explicarle que ese es su verdadero ser, él nunca será apto para ser su esposo, le ofrece separarse en secreto y mantener la fachada hasta que encuentre a alguien que la ame y le de la felicidad que él no puede. Dao se niega a abandonarlo, reitera su amor dejando en claro que es tan fuerte como siempre, suaviza la situación diciendo que entiende si él encuentra placer en actuar como mujer, eso no tiene que ser el fin de su amor.
Chai levantó su dorso para ver fijamente a los ojos de su esposa, el amor con el que ella lo ve sigue ahí, el amor que siente por ella sigue ahí. Dao ignora el aroma a otro hombre en su esposo, las hematomas en su cuerpo, la lencería, el maquillaje y hasta el clip de castidad. Con toda la ternura que una mujer enamorada puede mostrar tomó el rostro de su esposo para besarlo con pasión degustando sin saber el sabor de Owen por segunda vez.
Chai respondió al beso conmovido por la comprensión de su esposa, siente un enorme peso caer de sus hombros, la posibilidad de disfrutar de la verga de Owen y conservar a su esposa es renovador. Dao siente un sabor extraño en la boca de su esposo, pero no desea importunar y continua. El beso fue subiendo de tono y los amantes ahora se tocan con lujuria, las prendas de Dao caen, Chai ofrece quitarse el maquillaje y la lencería pero ella lo detiene “No tienes que esconder quién eres conmigo mi amor”. Los besos pasaron a un magreo mutuo intenso, Dao bajó las manos buscando el genital de su esposo solo para sentir el clip de castidad “¿Cómo se quita esto?” preguntó la mujer mientras tiraba un poco del chisme, “Necesito la llave y la tiene él”.
No sabe lo que dicen, pero Owen entiende perfectamente a lo que se refieren.
O: ¿Buscan la llave?
La pareja miró exaltada al enorme hombre caucásico desnudo con una brutal erección. Dao no puede creer lo que vé, su pene es gigantesco, pero todo en ese hombre es gigantesco, brazos, piernas, pecho, comparado con ellos o con otros caucásucos, Owen es un gigante.
C: !Owen¡ Sigues aquí.
O: Así es mi amor, sigo aquí, aún no hemos terminado nuestro encuentro, mira, aún tengo una erección y montones de leche para alimentarte… Si ya terminaste con esta muñequita, podemos seguir con lo nuestro.
Dao puede entender lo que dice, una especie de coraje nació en su interior, guiada por ese momento de valentía se levantó furiosa semi desnuda a enfrentar al hombre.
D: No tienes nada que hacer aquí, entrega la llave y lárgate.
La pequeña mujer intentó agredir a Owen dando golpes con sus puños cerrados en el pecho del gigante sin ningún efecto, pero ese pequeño alarde de valentía movió las entrañas del hombre bisexual, “Tener a los dos… ¿Por qué no?”. Sujetando a Dao por el trasero y el cuello la jaló hacía él sin mayor problema, nunca, ni en sus más salvajes sueños Chai sería capaz de hacer eso. Pegada piel con piel a la altura del pecho la mujer pudo sentir la descomunal verga empujar peligrosamente en su entrada vaginal.
Gruesa, larga, dura, caliente, babosa, no se compara con el pene de su esposo. Nerviosa trata de luchar contra el fuerte agarre del hombre pero es imposible.
C: ¡Por favor, no la lastimes! *grito Chai*
O: Jamás, no es mi estilo golpear a las personas, menos a las mujeres, sobre todo si son tan hermosas, frágiles y delicadas como… ¿Cuál dijiste que es su nombre?
C: Dao, se llama Dao… Por favor ¡Déjala fuera de esto!
C: Primero quiero que me digas todo lo que hablaron, sigo grabando, podría traducirlo después, más te vale que seas sincera o no te volveré a dar esto que necesitas.
La verga de Owen sale por el otro extremo de la esbelta mujer, la pareja asiática se da cuenta de las dimensiones de semejante verga. Hipnotizado por el rojo glande que escurre una gota de preseminal Chai habló con lujo de detalle lo hablado entre la pareja.
Dao escucha atónita como su esposo no se guarda nada, pareciera que este hombre tiene bajo su control a su esposo y no puede resistirse a sus órdenes. El cansancio venció su resistencia y poco a poco dejo de resistirse, Owen no se va a cansar y ella lo sabe.
Owen escucha con atención la parte en que ella se muestra comprensiva y estaría dispuesta a tener sexo con él vestido de mujer. Siente el pequeño cuerpo de Dao, soba su sexy y firme trasero, siente su corazón latir a través de su pequeño busto, es una mujer suculenta, ya no está enojada, soporta sus manos y eso es una muy buena señal.
O: Entonces ¿Estás dispuesta a dejar que tú esposo sea mi mujer?
D:… *Guardó silencio y bajó el rostro*.
O: No seas tímida ¡Contesta!
D: Podría… Podría ser.
O: A tu esposo le gusta ser mi mujer, gime como poseída cuando le meto mi enorme verga por el ano ¿Sabías que cuándo está conmigo se llama diferente? Se llama a sí misma Anang.
D: Yo…
O: Siii… Cuando es Anang, es más mujer que muchas, le falta experiencia, pero hoy aprendió a montar… ¿Quieres ver?
La pareja miró incrédula a Owen, sobre todo Chai que no sabía que el encuentro fue grabado.
O: Chai, ¡Baja la cámara! Con cuidado mi amor, no quiero que te lastimes.
Cargando a la mujer la llevó hasta la sala y la sentó en sus piernas mirando la pantalla. Chai regresó con el pequeño dispositivo en sus manos, Owen estiró la mano y se lo entregó.
O: Ahora amor mío, quiero que vayas al cuarto, te pones el tubo de hace rato en las piernas, el resto del cinturón de castidad, te pongas mi boxer en la boca, esposa tus manitas por la espalda y espera sentadita en el piso, en un momento estoy contigo. Para el asombro de Dao, Chai obedeció sin cuestionar dejándolos solos.
Owen conectó la pequeña cámara a la televisión y dejó el video reproducirse.
O: Iré a ver a mi mujer, tu esposo, observa bien la pantalla, volveré pronto.
Dao observa el vídeo impotente, ve a su esposo actuar como mujer en las manos de Owen, sumisa, complaciente, obediente. Sus ojos brillaron en el momento que Chai ofreció algo de resistencia solo para ser apagados minutos después cuando se volvió a entregar a ese hombre.
Mientras Dao ve la pantalla, Chai mama la verga de Owen.
O: Si tenemos suerte, tu hermosa esposa se sumará a nosotros, podrás compartir mi verga con ella, nada me haría más feliz que tú tranquilidad mi amor, así que, si te pido ayuda, harás lo que te pida sin protestar ¿Entendido?
C: Sí
O: Buenas niña, ven dame un beso y prepárate, quiero orinar.
Chai besa apasionada a su hombre que la lleva al baño cargada en brazos. Sentada en la regadera la lluvia dorada moja su cuerpo, obediente abre la boca para recibir el líquido que deberá beber por orden de su hombre.
De regreso en la sala Dao ve en la pantalla a su esposo siendo tratado como mujer y disfrutarlo, se retuerce con las caricias de Owen de la misma forma en que ella se retuerce con las caricias de Chai.
Sentado a su lado está el gigante Owen que comenta el vídeo con total naturalidad, cada palabra que sale de su boca denigra la masculinidad de Chai, y no es para menos, su flamante esposo se comporta como una hembra en celo, como una cualquiera a la disposición de Owen.
Poco a poco va cayendo la moral de Dao, ella pensaba que era un coito homosexual con indiferencia, lo que ve es entrega total, un acto de amor y sumisión que incluso ella es incapaz de darle a su esposo.
El enorme brazo de Owen la rodea desde el hombro izquierdo hasta casi su rodilla derecha, mira de reojo aterrorizada la enorme verga, observa con pavor como le meten ese pedazo de carne a su esposo por el ano y en lugar de protestar o gritar de dolor gime de placer, la pobre mujer comienza a llorar, momento que el semental aprovecha para arrojar más sal a la herida.
La compara con su esposo, hace énfasis en que ella (Anang) es más mujer de lo que Dao nunca será, salta entre escenas para acelerar el proceso, perpleja observa cómo su esposo es poseído en diferentes poses, incluso algunas que ellos no han hecho porque el tamaño de su esposo no da.
Dao puede sentir la otra mano de Owen moverse, toca su vientre con ternura, recorre sus finas y delicadas curvas hasta llegar a los senos, tan pequeños que caben en una sola mano del gigante, la pobre mujer comienza a temblar en una mezcla de impotencia, asco, rabia e inferioridad. Le repugna sentir las manos del hombre que transforma a su esposo en mujer, su sangre hierve, le arde el estómago del coraje al saber que esas manos estremecen a su esposo, se siente inferior, poca mujer, un hombre le da más placer a su esposo que ella misma.
Owen nota la tensión en la hembra y cambia el discurso, indaga en los pensamientos de Dao que se resiste, no obstante, su espíritu está roto, con pocas expectativas para poder seguir adelante con una solución para todos, la mujer comienza a hablar sobre sus sentimientos y ya sabes lo que dicen “Un hombro para llorar es un pene para cabalgar”.
Esa es la intención del hombre caucásico, que la mujer asiática libere sus penas. Poco a poco se va abriendo contando sus miedos, sentimientos y expectativas. Llora en el pecho de Owen que la consuela mientras la pantalla reproduce los gemidos de placer de Chai con toda la verga de ensartada hasta la base.
O: No llores bonita, *mientras la levanta del mentón*, esto tiene una solución benéfica para todos… Dios, eres hermosa, incluso más que Chai…
Aprovechando la pasividad de la mujer la besó de forma inesperada. Dao tiene los ojos bien abiertos, puede sentir la enorme lengua en su pequeña boca, está demasiado rota y cansada para luchar, además, sabe que no hay forma en que pueda zafarse.
En la pantalla puede ver el momento en que Owen eyacula sobre el retrato, eso la termina por romper, se deja hacer, no coopera, tampoco opone resistencia.
Aprovechando la disponibilidad de la hembra Owen la cargó en brazos hasta la habitación cerrando la puerta tras de sí. Un fuerte aroma a sexo invade el espacio cerrado.
Acostada en la cama Dao deja que Owen termine de desnudarla. El exquisito cuerpo asiático de Dao queda a la vista, depilado, suave, el macho se relame los labios al ver la perfecta y diminuta vagina asiática, labios mayores pequeños, cerrada, va a ser un reto clavarle la verga si no está bien relajada y húmeda.
Por más que intenta con caricias y besos no consigue ninguna de las dos cosas, en realidad es un acto de violación pues es algo que Dao no desea. Para eliminar la resistencia Owen jugó su carta bajo la manga y llamó a Chai.
Caminando como puede la sissy llegó antes la pareja, apesta a orines, tiene el maquillaje corrido, amordazado con la ropa interior de Owen y su pequeño penecito encerrado.
Guiada por su macho, la pequeña Sissy recorre con su boca el cuerpo de su esposa ya sin la “mordaza”, entre besos le dice cuánto la ama, le cuenta sus fantasías.
C: Podemos mamarle la verga juntas en una rica mamada, compartir su lefa en un beso, sentirlo bien adentro, podrás ver cómo se abre mi ano cuando me la mete, verme abierta y llena de semen, el puede venirse una y otra vez, podría satisfacernos a ambas, me gustaría ver tu pequeña y hermosa vagina abierta por su enorme verga, que te folle con fuerza hasta dejarte abierta, irritada y rezumando leche, que te la entierre por tu virgen culito, así las dos dejaríamos de ser vírgenes anales, me comería su leche de tu culito, incluso…
Las palabras son indiferentes para Dao, las manos y boca de su amado no, se fue excitando de a poco hasta que bajó a su vagina, intentó dejarla expectante de su discurso pero nada de lo que le dijo le interesa. Dao quiere un matrimonio feliz, quiere ver feliz a su esposo y si dejarlo ser mujer es lo que necesita, entonces la hará, si ser arrastrada en medio de esta perversión es necesario, entonces que así sea, todo, cualquier cosa por su amado Chai.
La habilidad del sissy para el oral mejoró notablemente, antes bajaba por cumplir, ahora baja para complacer. Por un lado busca que Dao se integre a la dinámica motivada por el placer, por otra parte, la parte más poderosa, desea dejar bien lubricada y caliente la pequeña puchita para que la enorme verga de Owen entre.
Imagina los labios estirados al máximo en torno al majestuoso falo, blancos por la presión, saliva pensando en el interior totalmente lleno revuelto por los empujones de su macho, la sissy mueve su lengua como nunca para beneplácito de su esposa.
Dao gime de placer, su cuerpo responde a Chai. No puede estar enojada con él, su matrimonio fue arreglado, ella se enamoró, él no pidió esa vida, se le fue asignada.
La familia de Dao buscaba desesperadamente una familia mejor acomodada para casar a su hija y protegerla de la ruina a la que se dirigía la familia. Su padre prefirió casarla con un hombre al que no amaba antes de que terminara siendo parte del turismo sexual.
No puede volver con su familia, no quiere estar sola en un país que no es el suyo, en esos momentos, abrumada por la situación y sus posibilidades, Dao acepta cualquier cosa que suceda con tal de permanecer en Canadá a lado del hombre que ama.
C: Está lista, por favor, se amable con ella.
O: ¿Te preocupa mucho?
C: La amor de una forma que no se explicar, no quiero que se vaya, no quiero que le pase nada, quiero que sea felíz.
O: Y la vamos a hacer muy feliz mi amor, ahora, siéntate y que se acueste sobre tí, necesitará apoyo emocional.
Dao escuchó la conversación en silencio, se dejó hacer. Acostada en el regazo de su esposo aceptó ser besada solo para comprobar que aún sentía las mismas mariposas en el estómago, pronto sentirá algo más poderoso.
Owen sabe que no es virgen, aún así, cumplirá con su promesa pues prefiere tener a las dos mujerecitas asiáticas felices y disponibles.
La escena es turbia si conoces todo el contexto, si sabes que el hombre con cinturón de castidad con lencería es esposo de la mujer que recostada sobre él con las piernas abiertas y que el enorme hombre blanco de verga gruesa y grande es el amante del esposo, quién lo desvirgó anal y ahora está por follar a su esposa por su pequeña vagina.
Sissy/Cuckold, hotwife y bull en la misma cama a punto de redimensionar la estrecha vagina de Dao que hasta ahora había tenido en su interior un penecito de 11 centímetros. No es un acto sexual consensuado, es un tributo y sacrificio.
Owen tiene la batuta, sissy y bull recorren el cuerpo de la hotwife, suaves caricias combinadas confunden la mente rota de Dao, poco a poco el asco se homogeniza con el placer en una mezcla repugnante y placentera.
Mira los ojos de su esposo pero no logra encontrarlo. Frente a ella está una desconocida que le resulta dolorosamente familiar, dejó escapar un susurro con su nombre “¿Anang?”, la Sissy respondió con una sonrisa y un tierno beso en la frente “Sí, aquí estoy, a tu lado, siempre”.
Dao se deja llevar, su cuerpo comenzó a relajarse respondiendo a las caricias que ya no son repugnantes, justo antes de tener el efecto positivo fueron insípidas como si su cuerpo se ajustara a las suaves y delicadas manos de Anang y aprendiera los placeres que Owen puede ofrecer.
Quince minutos después Dao gime melosa, mira a su esposo a través de sus ojos rasgados, Owen hace su magia tocando la zona genital femenina por el exterior explotando las zonas erógenas externas incluido su hermoso clítoris estimulado por sobre la capucha.
Fluidos cristalinos se forman en su interior escurriendo tímidas gotitas hacia el exterior lubricando los dedos que la complacen facilitando la labor incrementando la sensación placentera. Chai ya había visto a Dao así de excitada, pero ver que otro hombre consiga el mismo efecto, que sea su macho el que consigue ese efecto lo lleva a un trance que nunca había experimentado.
Chai desea que Dao se entregue a Owen, mamar juntos la enorme verga hasta dejarla bien limpia sin rastros de semen, comerse los jugos de su esposa del falo flácido y mamar hasta ponerlo duro de nuevo, devorar la puchita diminuta bebiendo el semen de su macho, su cuerpo se estremece de un nuevo tipo de placer, “Dao embarazada de Owen”, un torrente de endorfinas, serotonina, dopamina y oxitocina corre por su sistema nervioso central, cóctel mágico que enerva sus sentidos.
La pequeña sissy envolvió con sus brazos a la hotwife cerrando el abrazo trenzando sus manos con las de ella, nerviosa ve como la enorme verga del bull es más gruesa que su pequeña vulva, sutiles sacudidas de verga azotan sus labios, creando sonidos de impacto piel con piel y la inconfundible presencia de líquido.
Dao tiembla de miedo, Chai intenta calmarla con palabras de amor “Vamos a estar siempre juntos, seremos una hermosa familia, juntas complaceremos a este hombre, tendremos un buen futuro para nosotros y nuestros hijos, me haces muy feliz, te haré muy feliz, te hará muy feliz a ti también”, la mujer sonríe nerviosa, intenta luchar pero es imposible, su cuerpo responde a la verga de Owen molestando el exterior de su vulva alterando sus receptores de placer con descargas de placer que recorren su cuerpo.
“Sujétala bien” dijo el Bull antes de sujetar por la cintura a la hotwife formando un aro con sus brazos para atrapar las piernas, Dao aterrorizada ve cómo posiciona su enorme miembro en la entrada de su pequeña vagina y juega en la entrada mezclando en una viscosa saliva sus fluidos con el preseminal.
Moviendo la cadera tan sensualmente que dejaría en ridículo a muchos stripers, el bull controla el ritmo de la penetración con una pequeña fracción del glande invadiendo la cavidad. Dao gime de dolor, Owen de placer, Chai de miedo “Es enorme ¿Será posible que entre?” pensaron los tres al unísono.
Imponiendo su dominio el bull empujó tratando de conquistar la diminuta vagina asiática, atormentada por el suplicio de sentir sus labios vaginales estirarse de forma antinatural Dao se aferró con fuerza a las manos de Chai, le resulta imposible moverse, la fuerza de Owen es abrumadora, no le quedó más opción que resignarse, concentrarse en respirar y lidiar con la aflicción de su vagina extendida alrededor de esa imponente verga.
Owen mantiene el ritmo metesaca de la cabeza, sabe que si se la mete de golpe le hará daño dejándola fuera de servicio por algunos días, generará una experiencia traumática y echaría todo a perder. Paciente recuerda las palabras de su abuela, “si hierves el pollo a flama baja tarda más, pero se te desmorona en los dedos”, gime con sonidos guturales varoniles que Chai nunca podrá hacer, se deleita del placer que todas las terminaciones nerviosas del glande le dan, es apretada, muy apretada, la mujer más estrecha que ha tenido nunca.
A la pobre Dao le tiemblan las piernas del dolor, Owen avanza poco a poco causando un dolor similar a un desgarro, mira atenta su zona genital en búsqueda de sangre, aunque no hay ni rastro el líquido rojo sus labios se estiran casi del mismo color, el glande y algunos centímetros entran y salen de su interior, queda un largo camino por recorrer y para hacer las cosas aún peores, Owen no muestra señales de cansancio.
Chai la anima con susurros en su lenguaje nativo “aguanta, tu puedes, ánimo, te va a gustar” y demás palabras que estresan a Dao que ahora siente como el ritmo de Owen ha bajado al haber enterrado ⅓ de verga.
La pequeña sissy gime en éxtasis, su esposa tiene la verga de otro hombre, sus labios vaginales se estiran como nunca antes, dominado por la perversión dejo salir las palabras que cambiaron el ritmo de la marea “Oooh si, mira como te abres para un hombre de verdad, me encanta como te estira tu ‘pussy’, ya quiero que la meta toda, hmmm me excita tanto, muero de ganas de tomarme la leche directo de tu puchita, déjalo entrar mi amor, permite que te haga suya, déjalo ser tu hombre, te prometo que te va a gustar, será tu amante, nuestro amante, vamos a mamar esa enorme verga juntos, nos la va meter por el culito a los dos, seremos sus perras, hazlo por mí, por nosotros”. Dao se dejó llevar por el discurso, deseando que Chai sea feliz.
D: Bésame mi amor.
C: Claro que sí amor.
La pasión del beso relajó a la hotwife, el malestar persiste pero un cosquilleo discreto la invade, las primeras señales de placer, gradualmente sube la intensidad hasta toparse con el malestar compitiendo por la supremacía.
Dao gime atrapada en medio de un beso de amor apasionado, Owen sigue con lo suyo festejando con gemidos masculinos que la mitad de su verga entró en el interior, a 3 centímetros de llegar hasta donde Chai llega, con una diferencia abismal en cuanto a la dilatación.
En medio de los gemidos de placer de Dao apagados por el dolor, el encuentro se transformó en un trío. Owen permitió que su sissy disfrute del encuentro de forma física encendiendo los vibradores a cambio de que lo llamara papi. La vibración saca dulces gemidos femeninos de Chai, el matrimonio se envuelve en un abrazo morboso, la sissy es también cornuda, su esposa es ahora una hotwife y Owen es el bull de los dos.
Excitado por la escena, enajenado por su logro de tener una pareja asiática para él solo, el semental se dejó llevar y empujó hasta el fondo el resto de la verga aprovechando que cualquier queja sería silenciada por el beso.
18 centímetros de grueso miembro se abrieron paso hasta el fondo empujando las entrañas cuando las paredes del útero cedieron, a partir de ese momento, todo fue placer físico y psicológico para Owen y Chai.
Dao gruñe aferrada a su esposo con cada embestida de Owen, actúa como un caballero al llevar un ritmo suave, pero cuando tienes tu vagina estirada a esas dimensiones, la primera vez no puede ser placentera,
Caricias por todos lados para Dao, beso de dos y de tres, si no fuera por las dimensiones de Owen, desproporcionadas para el pequeño cuerpo de Dao, la experiencia sería muy placentera. Aún con su sufrimiento la hotwife coopera, no es que tenga muchas opciones, pero lo más importante es pensar en lo doloroso que será si ofrece resistencia.
Pasa de los labios de Owen a los de su esposo, corresponde a los besos tratando de sentir placer, en su interior hay algo adicional que la atormenta, sus padres la casaron con Chai y la mandaron a Canada para evitar la explotación sexual y ahora esta siendo cogida por un canadiense, que además se folla a su esposo que resulto ser un maricón. Los esfuerzos de sus padres fueron en vano.
Pese a todo, ella ama a Chai, entre besos, caricias y metidas de verga contempla su bonito y femenino rostro sin evitar sentir amor por él, o tal vez debería comenzar a llamarla ella “Si tan solo hubiera encontrado un hombre con un pene más pequeño” pensó la tailandesa que no puede disfrutar la penetración por más gentil que sea.
Los diálogos alternan entre lo sucio y lo meloso, insultos sutiles que no hieren, todo fluye más o menos bien hasta que Owen la escupió. Indignada gime con cada embestida, no sabe cómo interpretar la acción, de todos modos no tiene mucho en que pensar, Chai, su amado esposo absorbió el escupitajo con la boca y después se lo compartió en un beso.
Owen las llama sus putas asiáticas, zorras amarillas, arroz furcio, rameras privadas, pareja sumisa. Chai metido en su papel responde positivamente a sus palabras, va más allá y decide explorar la unión verga-puchita, gime extasiado, repta por el cuerpo de su esposa para chupar la verga que entra y sale, juega con el clítoris. Sus intenciones son buenas, busca mitigar el dolor de su esposa lo cuál consigue en menor medida.
Dao tiene acceso al penecillo de su esposo, o esposa, no sabe cómo definirlo. En lugar de encontrar el falo que tanto placer le dio en el pasado se encuentra un clip que lo aprisiona. La vibración resulta molesta pero tiene mejores cosas en que preocuparse, lo único que tiene disponible son los estirados testículos así que decidió devolver el favor al meterlos en su boca.
La sissy está en el cielo, tiene a la mujer y hombre que ama juntos, su esposa se come sus huevitos, él se come lo que tiene al alcance de la vagina, su macho disfruta de su esposa, la vibración en su próstata y como cierre de oro, las manos de Owen estrujando sus nalgas.
Envueltos en su placer el trío continuó por buenos 20 minutos, la única que no disfruto del todo el encuentro fue Dao, demasiado grande, pero como mujer abnegada aceptó el encuentro y los que vendrán con tal de ver a su esposo felíz.
Owen se vino rugiendo con su verga hasta el fondo de Dao, 9 disparos copiosos, espesos, calientes, no hay forma en que Chai compita con eso. Dominando la situación hizo a un lado a la sissy con mucho cariño, debajo de su cuerpo yace Dao, abierta de piernas, adolorida, sudada, empapada de fluido preseminal de su esposo por todo su mentón, cuello y pechos.
Abrazando a su nueva presa Owen la hizo sentarse en su regazo con la verga ensartada, eso hizo que Dao se sintiera pequeña, indefensa, derrotada y expuesta. Por instinto lo abrazó por el cuello y de inmediato los brazos de Owen avanzaron por la espalda, nalgas, ano y vagina.
El tacto de los dedos de Owen desde atrás alrededor de su vulva le causó placer, sigue confundida por todo, necesitará tiempo para hacerse a la idea de su nueva vida. El dedo de Owen jugando en su ano la pone nerviosa “Pronto será mío también”, esa frase le helo la sangre, calcula que el dolor será inmensurable, es decir, si la entrada en su vagina, un agujero que está hecho para eso dolió, que se puede esperar de sentir eso entrar por su ano.
O: Atenta sissy, la leche comienza a bajar, quiero que te la tomes, en cuanto a tí, quiero comerme tu boquita a besos.
La pareja hizo caso, Dao no logra entender por qué, pero correspondió los besos de Owen compartiendo un momento íntimo que solía ser de su esposo, se deja arrastrar e incluso disfruta la habilidad de Owen para besar.
Abajo de la pareja Chai haciendo sonidos de absorción recoge cada gruesa gota de esperma que sale del interior de su esposa, a medida que el pene se va desinflando más semen escurre y ella está lista para recibirlo.
O: No te lo vayas a terminar, guarda un poco para tu esposa.
Dao se puso roja, “¿Halagada?” Es difícil explicar el sentimiento, sentirse considerada en una actividad tan desagradable la hizo sentir extraña, pero bien. Hasta hoy no ha probado el semen de ningún hombre, al menos no de forma consciente.
Acostada con su nuevo amante encima de ella aún conectados por la zona genital la sesión de besos continua, la presión en su interior menguó, ya no le duele, tampoco hay placer, pero al menos ya no sufre.
Cuando el pene de Owen pierde toda su erección salió del interior de Dao dejando la vagina abierta, irritada, mojada y llena de esperma.
O: !Limpia¡
Obediente Chai bajó a comerse el esperma de Owen directo de la vagina de su esposa, se maravilla con el hermoso boquete que dejó su macho, no es tan grande como el que le deja en su ano, pero sigue siendo magnífico. Succiona con cuidado de no lastimar a su esposa, le pide que haga fuerza en su interior para expulsar el esperma, ella solo hace caso, lo mira atónita consternada porque su esposo comió leche de hombre incluso antes que ella.
Mientras la sissy se come el esperma, Owen le ofreció su verga empapada con sus jugos y semen a Dao, la mujer aceptó con dudas y mucho asco. Decide imitar a su esposo en búsqueda de aprobación bajo la premisa de “tal vez a mi también me gusta”, para su sorpresa reconoció ese sabor extraño que tiene a veces su esposo.
El puto paraiso para Owen, su pareja de putas asiáticas compartiendo su semen, no ea tan morboso como quiere, pero es un inicio.
Falta el acto final, penetrar y dejar su lefa en el ano de Chai frente a su esposa, hacerlo venirse con la verga clavada como ella nunca puso, que escuche en vivo a su “esposa” gemir como mujercita, para rematar, retirarse del departamento dejando a la sissy con su cinturón de castidad.
La pareja reposa abrazada en la cama recuperándose del encuentro. Dao observa consternada la enorme verga de Owen erecta en todo su esplendor en su tercera erección del día.
O: Venga ya mis amores, es tarde, mañana tengo asuntos que atender muy temprano, sissy, te quiero en 4, ya sabes cómo me gusta. Hotwife, te vas a acostar sobre él, quiero que seas testigo.
El bull se deleita, ahora sí la situación va tomando la forma morbosa que desea, pocas veces ha tenido parejas reales juntas dispuestas a cooperar, puede contarlas con los dedos de una sola mano, una pareja de negros, una pareja de caucásicos, una pareja interracial hombre latino y mujer caucásica. Tiene frente a él su sueño hecho realidad, el morbo de tener una pareja real de asiáticos.
Dao mama cómo puede la verga de Owen instruida por el bull “Asegurate de lubricar bien, no queremos que le duela ¿Verdad?”. La mujer tailandesa lucha por generar saliva, se siente seca, principalmente por el agotamiento. Concentrada en el oral compara el tamaño, la dimensión de la verga que tiene en la boca es monstruosa comparada con la de su esposo, no logra entender cómo le entró semejante verga.
Chai aguarda paciente, el cuerpo de su esposa le transmite calor y confianza, ya no hay necesidad de esconderse, no más vergüenza, solo queda abrazar juntos el infinito placer que Owen les dará. Escucha a su esposa mamarle la verga a Owen haciendo sonidos de esfuerzo que nunca haría con ella, sonríe imaginando la boquita de su esposa abierta tratando de meterse ese pedazo de carne en la boca.
Owen disfruta de la torpe mamada, la pareja es bastante torpe pese a llevar unos años juntos, su conocimiento en el tema sexual y habilidades deja mucho que desear, pero está bien, muy bien, son prácticamente territorio virgen a la espera de ser conquistado y colonizado.
El titán caucásico va liberando el cinturón de castidad sin dejar de guiar a Dao, el aroma a heces suavizado con lubricante y algo de preseminal llega hasta la fina y delicada nariz de la mujer cuando el “tapón” anal es retirado. Owen gime extasiado, sujeta con firmeza la cabeza de la mujer para que vea su enorme glande reposar en el ligeramente dilatado, en definitiva no lo suficiente para permitir la entrada de esa verga, pero para sorpresa de Dao, entrará.
Antes de follar a su Sissy, el semental hizo que Dao levantara el rostro para besarla con pasión “Ya te acostumbrarás y te va a gustar, pero deberás cooperar… Observa”, acostada sobre su esposo testificó en primera fila como el glande abrió el esfínter y avanzó sin piedad hasta el fondo como ejército que arrasa a su paso, arrancando un gemido largo de Chai que duró desde que inició su camino hasta que la pelvis de Owen empujó sus nalgas.
18 centímetros de verga enterrados en el ano de un hombre asiático frente a su esposa en su cama matrimonial. La dependencia de Chai por Owen y el miedo de Dao a fallarle a su familia facilitaron su trabajo. Algo que debía tomarle meses, quizá un año, lo consiguió en menos de un mes.
Tiene en sus garras una pareja sumisa, con una mano sujeta la mejilla de Dao forzando a clavar su vista en la unión, con la otra sujeta a Chai de la cintura clavando sus dedos.
Sumido en su propio trance inició el bombeo clásico con un ritmo similar a cuando follaba a Dao. Chai gime de placer entregada a su macho, salen 15 centímetros suavecito, raudos entran de nuevo haciendo sonar el clásico “plas, plas, plas” que los 3 conocen.
Dao observa con la boca abierta, no solo entró con tremenda facilidad hasta el fondo, entran y salen con un ritmo que hasta se antoja. Asustada por sus pensamientos intenta sacudir la cabeza para alejarlos, pero simplemente no puede, Owen es muy fuerte.
Libre de toda culpa Chai gime como perra en brama, se aferra a las sábanas con fuerza, en su espalda un hilo de semen escurre, los restos del semen de Owen brotan de la vagina de Dao que comienza a cerrarse. En algún punto del coito homosexual la pequeña sissy vió la foto de la boda con restos de semen, esa imagen de los dos tan felices lo conmovió.
Busca desesperado los pies de su esposa, quiere besarlos, transmitir un mensaje, grita entre alaridos de placer que desea tenerlos. Obediente Dao le da acceso a sus pies lo que la lleva a sujetarse de las nalgas de su esposo abriendo más el canal. Es la primera vez que su esposo le lame los pies, pero no será la última, tal vez sea que comienza a contagiarse del morbo, pero encontró increíblemente placentera la lengua de Chai.
Indiferente Owen continúa en lo suyo, cada cierto tiempo saca su miembro del ano para ofrecerlo a Dao que acepta la verga en su boca para humectar con la saliva que le queda. Asombrada ve la verga entrar una y otra vez dándole placer a su esposo.
En algún punto Dao descubrió que el enjaulado penecito de su esposo escurre líquido preseminal. Decidida a mitigar la fricción recolectó el líquido para aplicarlo alrededor del ano.
El lubricante natural cumple su función facilitando la labor y placer de Owen, la próstata de Chai es machacada con la ayuda de los fluidos que la glándula produce.
Chai deja el placer fluir, alcanza el orgasmo expeliendo las últimas reservas de semen en la mano de Dao, reserva que es usada como lubricante.
Inconfundible es el aroma del semen ahora transformador en espuma, Dao se siente embriagar con la esencia, lo que alguna vez le emocionaba sentir en su vagina despierta un morbo extraño viéndolo ser usado como lubricante.
Al borde del clímax, totalmente fuera de sí por lo que vive, poseído, alterado como si se hubiese drogado, Owen aceleró con furia reventando el ano de Chai que sufre pero se limita a chupar con fuerza los dedos de Dao y así evitar liberar cualquier queja.
Chai siente la verga ponerse más dura, le duele hasta el alma, tal vez en algún futuro deje de dolerle, pero en ese momento sufre con las embestidas de su macho. Anhela su semen, quiere que termine para darle fin al encuentro y poder descansar.
Gritando de placer el toro semental dejó salir el resto de su esperma en lo más profundo de Chai, 7 disparos tibios de simiente llegaron a lo más profundo. El clásico palpitar de verga lastima a Chai que respira aguantado los últimos minutos antes de que todo termine.
O: ¿Viste cómo lo disfrutó? Ven acá zorrita.
Alardeando de su fuerza Owen jaló el cuerpo de Dao hasta sentarla en los glúteos de Chai forzando un beso apasionado haciendo pausas para jugar con su cabeza envenenando sus ideas, contaminándola con su perversión.
O: Sigo dentro de tu esposo… Mi semen escurre hacia abajo en su intestino… Pronto será tu turno… Por hoy, disfruta mi semen en tu vulva.
Cuando Owen sacó su miembro del ano de Chai dejó un enorme boquete, no todo es crédito de la monstruosa verga, Dao ayudó separando las nalgas. Aprovechando la confusión el semental se despidió de la mujer con un beso de lengua profundo metiendo su músculo hasta lo más profundo, le dió una fuerte nalgada a Chai, se vistió a toda prisa y dejó a la pareja sola.
Solos en su intimidad Chai y Dao se miran confundidos, sin la presencia de Owen todo se siente extraño, como tener demasiada libertad sin nadie para ordenar las ideas y sentimientos.
D: ¿Y ahora qué sigue, qué pasa con nosotros?
C: Seguimos juntos, amándonos.
D: Tú… ¿Estás bien con esto? ¿Estás bien con que me tomé?
C: Me preocupa que seas tú la que esté bien.
D: Necesito tiempo para pensar…
C: Toma todo lo que necesites.
D: ¿Y qué pasa con eso? ¿Ya no podremos hacer el amor?
C: No lo sé, espero que sí, en lo que te acostumbras.
D: No puedo creerlo…
C: Oye, lo siento, pero… Esto es lo que soy, no puedo seguir fingiendo ser algo que no soy… Si esto te molesta, te puedo dar tu libertad… Lo que menos quiero en esta vida es verte sufrir mi amada Dao.
D: ¿Me amas?
C: Con todo mi ser… Esto será más fácil si te tengo a mi lado.
D: *inhalo fuerte y liberó un suspiro largo* Lo intentaré… Lo haré por amor… Porque te amo, pero, si no logro adaptarme, veré que hago con mi vida.
C: Cualquier cosa que decidas, te apoyaré amor mío, aún si nos separamos, siempre estaré para tí, siempre te amaré.
D: Te amo Chai… Siempre te amaré.
Abrazados en su lecho matrimonial, envueltos por sábanas que huelen a sexo, semen, fluidos y orines. La pareja tailandesa descansa sumida en un sueño reparador.
De vuelta en casa, Owen revisa sus pendientes matutinos. El semental canadiense vive al límite de la ley. Tiene una pequeña constructora que hace trabajos de renovación y pequeñas construcciones. 50 indocumentados latinos trabajan para él, se forra en dinero mientras que a ellos les paga el mínimo permitido.
La mañana siguiente firmará contratos, recogerá planos y le entregará a su mano derecha, “el capataz”, los proyectos de la siguiente semana. El capataz es un salvadoreño de 30 años que ha trabajado para Owen desde que llegó a Canadá con su esposa.
Respeta y admira a Owen, el pobre no sabe que mientras él trabaja, su jefe se da una vuelta por su casa para darle a su esposa una buena ración de pene, ignora que el hombre al que ayuda a inflar sus bolsillos es el padre de sus dos hijos, que, para fortuna de Owen y la esposa del capataz, se parecen a ella.
Desnudo en su sala Owen se frota la verga, huele a culito de sissy y puchita amarilla, tiene energía y ganas de más, pero debe ser paciente, su plan es desaparecer de la vida de los tailandeses una semana entera, hasta el siguiente descanso, así tendrá a los dos juntos para seguir con la fiesta.
Mientras eso sucede, la esposa del capataz pagará el precio de la calentura de Owen, y créanme, esa mujer pagaría por tener al jefe de su esposo en la cama.
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