Asi fue 3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Un sabado después de desayunar mi padrino me llamo y me dijo que esa tarde me encargaba un trabajo especial, que Daniel me iba a necesitar y que yo deberia de ayudarlo.
Eso fue todo lo que me dijo y sin mas ni mas, sin darme tiempo a decir nada, se dio la vuelta y se fue. Yo me senti un poco nervioso pero como iba a ser según esto en la tarde no le di mayor importancia. Cuando llego la tarde, llego Daniel y me encargo una serie de cosas: cervezas, hielo, botanas y demas y me advirtió que estuviera listo porque ibamos a ir a dejarlas ya a acomodarlas para una fiesta. Extrañamente se porto bien conmigo asi que me dedique a juntar todo lo que me habia pedido y estuve listo a la hora de la hora.
Cuando llego la hora, el llego con al camioneta y subimos todo y me dijo que me subiera atrás para que nada se cayera y nos fuimos. Salimos del poblado y agarramos la carretera y después una brecha para finalmente llegar a una casilla como de campo. Ya estando ahí todo transcurrio normalmente. El me indico que hacer y donde poner las cosas. Me dejo solo y agarro la camioneta y se fue.
Después de un rato regreso y entrando me pregunto si yo ya habia acabado. Le conteste que si y se dio una vuelta por todo el lugar como verificando. Cuando termino me dijo:
-Si, esta bien. Ahora arreglate-
Yo no le entendi y el se me acerco y me dijo:
-Aqui va a haber una reunioncita con mis amigos y tu te vas a encargar de atendernos.
Se me acerco y agarrandome por el brazo muy fuerte me llevo a un cuartito y aventandome me dijo:
-Ahí esta tu uniforme- y me señalo un bulto que habia en un silla.
Me acerque y empeze a revisar el bulto que habia. Nuevamente me habia dejado una falda azul marino con una blusa blanca y unas como sandalias. Voltie a verlo y de seguro que vio mi cara de desconcierto porque me dijo:
-¡Te dije que me las ibas a pagar!- Asi que ya sabes.- y diciendo esto se dio la vuelta y se alejo.
Las manos me temblaban de coraje y de impotencia. En ese momento pense correr pero me di cuenta que estaba bastante lejos del pueblo y ademas que no tenia idea de para donde huir. Tambien cai en la cuenta de que para cuando tratara de correr el me alcanzaria y estaba seguro que ahí tan lejos no tendria compasión de mi. Asi que con todo mi coraje me empeze a desvestir y me puse la ropa que el me habia llevado. Me quite mi pantalón de mezclilla y me quede con la truza blanca que ese dia llevaba puesta. Con cuidado doble todo y lo puse en la bolsa de platico para que no se maltratara. La blusa era de mi medida y no tuve ningun problema en ponermela pues se asemejaba mucho a las camisas de la escuela.
El ponerme la falda era lo que me sacaba de onda y aunque no tuve problema en ponermela, al hacerlo me senti sumamente extraño. Sentia la cara caliente y estoy seguro que si me hubiera podido ver mi cara hubiera estado completamente roja.
-¿Estas lista?- me pregunto desde afuera.
Con un debil si le conteste y me ordeno que saliera. Asi lo hice y cuando me vio me dijo que me acercara. Le obedeci sin chistar. El me dio la vuelta y me reviso de arriba abajo. Después se acerco y sin mas ni mas me levanto la falda.
-Quitate eso- me dijo y me extendio en su mano otro calzon que en realidad era una pantaleta de niña. Ahí enfrente de el me tuve que quitar los calzones y me puse la pantaleta blanca con unos dibujitos que creo era como una florecitas. El no me quitaba los ojos de encima y hasta me ordeno que me la acomodara. Asi lo hice y la pantaletita me quedaba toda ajustada y se me repegaba mucho haciendo que los resortitos se me encajaran en las piernas.
– Bien- me dijo- Te ves bien.
Luego me llevo al baño y me hizo que me pusiera una diadema para terminar el atuendo. Después me llevo a una como bodeguita de la cocineta y me dijo que me quedara ahí hasta que el me llamara. Nuevamente se fue en la camioneta y yo enseguida trate de salir de ahí pero me di cuenta de que me habia dejado encerrado con llave y de que no podria escapar de alli. Asi que sin mas remedio me volvi a sentar en el lugar donde el me habia dejado.
Paso mucho rato y de hecho empezo a oscurecer. Después alcanze escuchar el ruido de la camioneta y de cómo se oian varias voces. Escuche el cerrojo como se abria y después las voces y ruidos de varias personas. Era Daniel y otros muchachos. Escuche como Daniel los invitaba a pasar y se sentaron en la mesa. Primero los atendio Daniel. Escuche como abrieron cervezas y hasta musica pusieron. Después por la platica me imagine que estaban jugando cartas o algo asi. De hecho estupidamente pénse que Daniel solo me habia jugado una mala pasada y me habia hecho todo esto para asustarme nada mas y que me iba a tener ahí encerrado. Cual fue mi sorpresa cuando dando un chiflido me grito:
-¡Andale Rubencito. Sal de ahí para que nos atiendas!-
Yo me queria morir. Se me caia la cara de vergüenza nada mas de pensar en que los que estaban ahí me iban a ver asi vestido. Sentia que la cara me ardia de vergüenza y de seguro la tendria nuevamente toda roja.
– Orale cabron- te estoy esperando me volvio a gritar después de otra rechifla de silbido.
Con muchos trabajos me atrevi a salir. Como te podras imaginar todos voltearon a verme y en cuanto me vieron soltaron unas estruendosas carcajadas.
-No mames pinche Daniel-le dijeron.
-¿Entonces si es neta?- pregunto uno.
-Que mamila eres- le dijo otro.
Y asi escuchando todo tipo de frases me acerque a la mesa donde se encontraba sentado Daniel jugando cartas con otros tres bueyes de mas o menos su misma edad.
– Se los dije- les contesto Daniel. Y tomandome de la cintura me sento en sus piernas.-Les dije que tenia mi gatita particular.
Después con las mismas fuerzas me levanto y dandome una nalgada enfrente de todos me ordeno que les llevara mas cerveza. Y ese fue mi deber todo el rato en el que ellos estuvieron jugando. Tuve que estar asi vestido con una falda atendiendo todo tipo de reclamos y estar al pendiente de llevarles cerveza y botana. Ese rato fue un suplicio pues poco a poco mientras se iban emborrachando me empezaron a decir cosas y ya después cuando me acercaba a recoger las botellas me decian mas cosas y subiendo de tono me empezaron a manosear.
Primero mas o menos discretamente y ya después me metian la mano, me pellizcaban y trataban de agarrarme el trasero ante la burla de todos los demas. Al principio trate de resistirme y de sacarles la vuelta pero ya después me di cuenta de que era inútil pues todos me hacian lo mismo y no desaprovechaban la oportunidad de molestarme.
Ya habia anochecido, la verdad no se que horas era pero ellos ya estaban bastante tomados. Hasta se habian discutido no por que y se habian alborotado a pelear. Yo estaba en el cuartito acomodando unas botellas en sus cajas cuando nuevamente Daniel me silbo como se le silva a un perro para que fuera a su encuentro.
– Atiende a mis amigos- me dijo con un tono burlesco.
Yo pense que tal vez querrian que les quitara el cenicero o algo de la mesa asi que me acerque a ellos. Ya cuando estaba cerca de la mesa uno de ellos se levanto y acercandose a mi me dijo:
– Ven aquí mamita- y con los brazos me hizo señas de que me acercara. Su actitud me dio mucho miedo y en lugar de hacerlo, me detuve en seco. El camino hacia mi y sin mas ni mas me abrazo y empezo a usarme para bailar mientras me decia:
-Asi me gustan las hembras jaladoras-
Todos los demas incluyendo a Daniel empezaron a chiflar y a corear diciendo tonteria y media:
-Si, asi se hace- le decian.
-Hazla que se desentuma-
-Ese güero. Todas le dicen que si-
Dure un rato con el, y sin mas ni mas entre todos se turnaron bailando conmigo. Uno tras otro me aventaban literalmente a los brazos del compañero mientras el coro de rechiflas y groserías continuaba. En eso la musica cambio a una de esas romanticotas. Alguien apago una parte de las luces quedando medio a oscuras la habitación. Otra ola de rechiflas y gritos se escucho. El que estaba bailando conmigo enseguida me obligo a fuerzas a repegarmele y aunque hice un intento fallido de retirarme, el me apreso con sus brazos y me obligo a que mi cuerpo se quedara donde el queria. Como era de esperarse, primero me arrepego junto de el para ya despues bajar sus manos y sin ningun recato tocarme y acariciarme las nalgas. Todo mundo se quedo como petrificado pues no alcanze a escuchar ninguna voz ni movimiento.
Yo me sentia mal pero muy extraño sobre todo cuando sus manos me empezaron a manosear de una manera rara; poco a poco empezo a pasar sus manos por todo mi trasero y lo apretaba con ambas manos primero y luego alternadamente. Me daba mucha vergüenza y sobre todo porque la verdad, he de confesarlo, me empezo a gustar lo que estaba sintiendo. Desde que el me habia empezado a toquetear yo habia cerrado los ojos por vergüenza asi que en ese instante me quede ajeno a todo lo que sucedia a mi alrededor. Aunque el era mas alto que yo, se agacho un poco y entonces sus manos se refugiaron por debajo de mi falda y pude sentir la aspereza y la calidez de su piel. De igual manera como lo habia hecho unos momentos antes sus manos me tocaron las parte alta de mis muslos y empezo a tallarme con la palma mientras las puntas de sus dedos se clavaban en mi piel como aprezando mis carnes. Sus manos se fueron juntando hacia el centro lentamente y entonces la punta de sus traviesos dedos empezaron a introducirse con dificultad por debajo de mi ajustada pantaletita floreada.
Poco a poco se internaron hasta que los mas largos estaban a milímetros de mi virginal hoyito. Mi respiración habia cambiado y se habia hecho mucho mas lenta y sin notarlo a cada apretón de sus manos en mis rosadas nalgas un ligero suspiro salia de mi boca.
Todo quedo en silencio. La musica termino y la grabadora boto el casete que habia estado tocando. Eso no detuvo a mi semental que siguió apoderandose de mi suave piel. Me volteo y quede a espaldas suyas. Abri los ojos y por la semi oscuridad solo se alcanzaba a percibir las siluetas de los demas incluyendo a Daniel que estaban rodeandonos y ahí parados casi junto a nosotros solo nos miraban. El que me tenia abrazado me tomo fuertemente por la cintura y me hizo arrejuntarle el culo, despues bajo sus manos y nuevamente las escondio por debajo de mi falda azul marino mientras yo sentia como se me repegaba mas y ahora una cosa muy dura me masajeaba el trasero. Sus manos mientras tanto me pasteleaban los muslos y poco a poco subieron junto con mi falda dejandome al descubierto. Senti mucha vergüenza de que me expusiera asi ante todos. Ademas pude notar como mi pirinolita aunque pequeña todavía hacia que la pantaleta, aunque apretada, se me alzara como carpa de circo de lo tiesa que la tenia. Sus miradas se clavaban en mi cuerpo estaban como hipnotizados.
Con una mirada se entendian, púes en un momento dado, el que me sostenia me avento a los otros dos quienes me recibieron cada uno al lado mio y sin despediciar tiempo me apretujaron entre los dos restregando sus paquetes en mis costados y castigandome las nalgas con sus manos que al igual que el otro pues enseguida se perdieron bajo el cobijo de la falda que de hecho ya no estaba en su lugar sino que me quedaba medio alzada de tanta batalla. Por unos momentos el tiempo parecio detenerse y yo solo sentia un raro calor que invadia todo mi cuerpo.
Repentinamente Daniel me tomo fuertemente del brazo y de un jalon me llevo hacia la mesa donde habian estado jugando, dandome un empujon me embroco en la mesa y apoyando su cuerpo en mi torso para que yo no pudiera alzarme, me alzo la falda y dejo todo mi rabo al descubierto.
-¿Entonces que?-les dijo-¿Se hace? ¿O no les gusto?
Yo de verdad no sabia que era lo que estaba ocurriendo y no alcanzaba a entender el peso de sus preguntas. Hubo un gran momento de silencio.
-¿Cuánto?-escuche que pregunto alguno.
-Ya se los dije hace rato- le respondio.
-Pero es mucho- dijeron otros.
Como respuesta a su pregunta solo pude sentir la mano de Daniel dandome un par de fuertes nalgadas antes de medio bajarme la pantaleta para enseñarles mis nalgas y decirles.
-¿A poco es mucho por esto? Esta bien "prietito". Y despues de decir esto senti como repentinamente sin compasion me introdujo un dedo en mi hoyito haciendo que sin querer se me saliera un gritito ahogado por la incomodidad de sentirlo. Asi de cruda era la realidad, Daniel me exhibia como una vaca al mejor postor. Me estaba vendiendo, me estaba prostituyendo y yo estaba plenamente a su merced.
Los tres empezaron a hablar en voz baja discutiendo para ponerse de acuerdo. Mientras Daniel no desaprovechaba y me seguia acariciando el culo como se le daba la gana.
-Es que ahorita no traemos tanta lana. Pensamos que era broma lo que nos dijiste.
-Pues depende de ustedes-les contesto Daniel- ya vieron que no. Aquí esta lo que les prometi.
-Este culito solo ha sido mio- continuo mintiendoles- y se los puedo "rentar" si se les antoja. Una sola vez, para que sepan lo que se siente. Pero eso si, CUESTA CARO.
Ellos se dijeron unas cuantas cosas mas y hablándole a Daniel se salieron como para ponerse de acuerdo dejandome nuevamente solo ahí en la habitación.
Escuche que hablaban pero no atinaba a entender lo que decian. Solo escuche que se despidieron y despues de eso alcanze a percibir las luces de sus camionetas que se alejaban. Habia algo que no encajaba en todo eso. Medio entendia lo que habian dicho pero la verdad no alcanzaba a percibir a fondo la gravedad de la propuesta de ese momento.
Mis sentidos estaban como embotados. Todo me parecia irreal era como si el tiempo se hubiera detenido.
Como esas veces que parece que estas soñando y que en cualquier momento vas a despertar. Mas o menos reaccione al escuchar la puerta que se cerraba y tambien me di cuenta como Daniel le echaba llave o cerrojo asegurandose de que mi escapatoria fuera inútil.
Autor: Anonimo
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