Aun no sé si fue sueño, pesadilla, alucinación, o realidad, pero de que me gustó me gustó, y mucho.
Un joven tiene por costumbre irse él solo a la cabaña de sus padres, donde se pone a fumar marihuana y ha beber cerveza, mientras viendo una pagina de internet sueña despierto con ser un trasvesti, debido a eso se quedó dormido y fue despertado por un súcubo que hace realidad su fantasía..
Hace unas semanas, llegué a la cabaña perteneciente a mi familia, me dediqué a preparar todo mientras me fumaba un pequeño cigarrillo de marihuana, y me tomaba unas cervezas, prendí el fuego de la chimenea, dispuse de lo que iba a comer, para luego de que terminé de medio arreglar todo, seguí fumando y bebiendo mientras me quitaba toda mi ropa, hasta quedarme del todo desnudo.
Mi idea era ponerme un traje de baño, y darme un chapuzón en el lago, pero al asomarme por la ventana me di cuenta de que ya había oscurecido bastante, y que para colmo había comenzado a llover con fuerza, de manera tan fuerte y copiosa que entendí que se trataba de una tormenta, por lo que me quedé desnudo, mientras seguía fumando, hasta que, de momento, al ver la fuerte lluvia caer lo que me provocó fue salir fuera de la cabaña, tal y como me encontraba, para bañarme bajo la fuerte lluvia.
Por lo que agarrando una cerveza salí al frente de la cabaña, al fin y al cabo, como no hay vecinos, a varios kilómetros a la redonda, no me preocupé porque alguien me fuera a ver desnudo, bañándome bajo la lluvia, así que mientras llovía yo me iba bebiendo mi cerveza, y colocándome bajo uno de los chorros de agua que caen del techo de la cabaña, hasta que le di un corto vistazo a mi verga, dándome cuenta de lo pequeña que se encontraba debido final al frío que comencé a sentir, por lo que decidí regresar dentro.
Después de secarme, busqué las páginas de un sin número de sitios porno de la internet, en su gran mayoría son de chicas especiales, es decir travestis, ya sean en insinuantes poses, mostrando sus grandes o pequeñas tetas, siendo penetradas, o penetrando, así como mamando o enterrándose un gran consolador entre sus bellas y llamativas nalgas.
Me senté frente a la chimenea tal y como me encontraba, sin dejar de beber cerveza, y fumando uno de mis cigarrillos de marihuana, comencé a ojear dichas páginas, imaginándome que yo era una de esas chicas, ya que desde hace tiempo soy gay de closet, es decir que nadie por lo menos entre mi familia, amistades, o conocidos saben lo mucho que disfruto, cuando me encuentro fuera de casa, y tras darme una buena borrachera, he dejado que más de algún desconocido, termine comiéndome el culo, y poniéndome a mamar su verga.
Lo que si se, es que me quedé completamente dormido, desnudo, ignoro cuanto tiempo había pasado, cuando en medio de la noche, cuando desperté al sentir que alguien acariciaba mis nalgas, a pesar del sopor que sentía comencé abrir los ojos, y con lo que me encontré realmente no lo podía creer, era una hermosa chica de esas que yo veía en la computadora, que se encontraba sobre mí, acariciando mis nalgas, algo asustado hice el mayor esfuerzo por despertarme, y aunque creo que lo logré, me fue imposible ponerme de pie, ya que ella, aunque de pequeño cuerpo, con una sola de sus manos, y sin mucho esfuerzo, me mantenía pegado al suelo.
Mientras que, con la otra, ella me seguía acariciando mis nalgas, realmente me encontraba bien asustado, máxime cuando vi de momento, la parada y tremenda herramienta que tenía entre sus piernas, mucho más grande y gruesa que la mía, estaba lleno de miedo, a punto de preguntarle, que era lo que pasaba, cuando le escuché decir a aquella chica con verga, en un tono de voz seductoramente femenino. “Así que te gustan las chicas como yo.”
La verdad es que de lo asustado que me encontraba apenas y me salía la voz, en ese momento sin dejar de agarrar mis nalgas, me dijo. “Vine a darte un pequeño premio, así que prepara tu apretado culito para que lo recibas bien adentro.” Si bien es cierto que en más de una ocasión he dejado que personas que no conozco, me dé por el culo, en ese instante estaba tan asustado, que no podía decir nada.
Además, para colmo de males, de momento me di cuenta de que además de su melosa y femenina voz, y de que además era dueña de una verga mucho más grande y gruesa que la mía, y sus llamativas tetas, de su larga y abundante cabellera negra, salían un par de pequeños cuernos, fue cuando me dijo. “Permíteme que me presente, yo soy un Súcubo, y como ya te dije, vine a premiarte.” Sin mucho esfuerzo de su parte separó mis piernas, al tiempo que yo sentía algo que me impedía escaparme.
Llorando finalmente pude articular algunas palabras diciéndole sin dejar de estar sumamente asustado. “Por lo que tú más quieras, no me hagas daño.” La tal Súcubo me respondió de inmediato, diciéndome. “No todo lo contrario, no te voy hacer daño alguno, lo único que vas a sentir es como mi gran verga te hace bien feliz, cuando te la meta por ese culo.” Casi de inmediato sentí sus ensalivados dedos, acariciando suavemente mi esfínter, como los fue introduciendo uno a uno, hasta que casi toda su mano estaba enterrada entre mis nalgas.
Como ya les dije, en otras ocasiones he dejado que alguien, a quien no conozco, me dé por el culo, pero jamás me había topado con alguien como ella, en ese momento continúo introduciendo casi toda su mano dentro de mi culo, de una manera tal que el placer que me estaba haciendo sentir, era algo incomparable, y a medida que ella seguía metiendo y sacando gran parte de su mano de mi cuerpo, yo instintivamente comencé a menear mis caderas, al tiempo que le pedía, o mejor dicho le rogaba que de verdad me penetrase con su parado y erecto miembro.
No sé por cuanto tiempo estuvo haciéndome eso, cuando de momento sacó su mano de entre mis nalgas, y sin decirme nada, comenzó a pasar su larga y gruesa lengua por todo mi culo, y nuevamente el placer que llegué a sentir fue algo que no tiene nombre, así que mientras que yo gemía profundamente, ella retiró su cara de entre mis nalgas, y sin compasión alguna, me ha enterrado toda su gloriosa verga, yo chillaba de placer, mientras que ella continuaba clavándome toda su sabrosa verga entre mis adoloridas nalgas.
Así continuamos los dos, ella enterrándome toda su sabrosa verga, y yo gustosamente dejándome dar por el culo, cuando ella se vino acabando dentro de mi culo, tras arrancarme un sin número de gritos de placer, aunque pueda parecerles que exagero, juro que sentí como todas mis tripas se fueron inundando de su caliente semen.
Yo casi me desmayo, del placer, luego extrajo toda su verga de entre mis nalgas, y cuando yo pensaba que todo había terminado, me tomó por mi larga cabellera, he hizo que me metiera su verga dentro de mi boca, por lo que sin pérdida de tiempo me he dedicado a chupársela una y otra vez, hasta que al igual que lo hizo dentro de mi culo acabó dentro de mi boca obligándome a tragarme gran parte de su semen.
Yo pensé que ya había terminado, pero no fue así, tal como si yo fuera un muñequito de trapo, me ha dado vuelta, y sin más ni más comencé a sentir sus labios sobre los míos, y a medida que me besaba intensamente su lengua la fue introduciendo dentro de mi boca, lo cierto es que yo no tenía voluntad, para rechazar sus besos y caricias por todo mi cuerpo, al rato dejó de besarme en la boca, y se dedicó a chupar mis pequeños pezones, los que yo sentía que iban a estallar cada vez que el Súcubo me los chupaba con fuerza.
A medida que eso seguía lamiendo y mamando mis pezones, yo sentía que mis pequeños pechos, se iban poniendo más y más grandes, hasta que se detuvo, y recostándome sobre el piso de la cabaña frente a la chimenea, me tomó por los tobillos, levantó y separó mis piernas, hasta que nuevamente mis nalgas quedaron a su completa disposición, fue cuando vi a ese ser con cuerpo de mujer, como dirigía nuevamente su gran verga al centro de mis nalgas, con asombro fui viendo como aquella cosa, fue penetrando nuevamente mi culo, sin que yo pudiera, o quisiera hacer algo para evitarlo.
Lo que más me sorprendió fue que a medida que el Súcubo seguía enterrándome una y otra vez toda su verga, yo rítmicamente además de mover mis caderas, restregándolas con fuerza contra su cuerpo, apretaba y aflojaba mi esfínter, una y otra vez buscando sentir más y más dentro de mi aquel gran pedazo de carne, por un buen rato seguimos así, parecía no tener fin, hasta que esa sensación de que mis intestinos se llenaban con su semen lo volví a sentir, y a ver como mi abdomen se fue inflando al tiempo que eso me lo seguía empujando.
Yo me encontraba agotado, exhausto, pero eso aún seguía clavándome toda su verga, una y otra vez, hasta que me la sacó, y nuevamente me puso a mamársela, lo que me sorprendió fue que a su vez el Súcubo también se dedicase a mamar la mía, haciendo que yo me viniera casi de inmediato, lo que no impidió que continuásemos haciendo ese rico 69.
Yo seguramente me desmallé, o me quedé dormido por el agotamiento, y al despertarme, me encontraba solo, pero sentía todo mi cuerpo adolorido, lentamente como pude me dirigí fuera de la cabaña, y mientras aún seguía lloviendo con fuerza, lo que me provocó de inmediato fue agacharme y bajo la lluvia expulsar todo lo que tenía dentro de mis tripas, para luego dirigirme dentro de la cabaña y en el baño darme una buena ducha de agua caliente.
Al terminar de ducharme y secarme, con asombro vi como por todo mi cuerpo marcas de chupones, en mis pechos, mis muslos, y hasta en mis nalgas, además, mis pequeños pechos me parecían más grandes, no tanto como unas buenas tetas, pero si mucho más grandes de lo que yo recordaba, además mi verga también la veía como que había crecido, así como mis nalgas las noté más paradas.
Después de eso me recosté y nuevamente me quedé dormido, al despertar me sentía aun con todo mi cuerpo adolorido, y hasta pensé que había soñado todo eso, o que de tanto fumar marihuana y beber cerveza, había llegado alucinar, pero mis pechos, mis nalgas, así como mi verga, aun se encontraban mucho más grandes que lo que yo las recordaba, casi de inmediato regresé a casa, muerto de miedo, sin saber que pensar sobre lo que me había pasado, pero eso sí bien seguro de que me habían dado bien duro por el culo.
Desde esa noche en la cabaña, al regresar a la ciudad he vuelto a salir con otros hombres, la mayoría de ellos amigos míos, los que después de darnos unos tragos, y fumarnos un poco de marihuana, gustosamente he disfrutado vestirme de mujer, y dejar que me den salvajemente por el culo y me pongan a mamar sus vergas.




Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!