Bebiendo orina de jóvenes escolares
Mis jóvenes amigos siguen sus humillaciones contra mí tratando de cumplir sus fantasías. (Incluye fetiche de comida, orina y saliva)..
Al igual que en mi anterior relato, no es realmente necesario haber leído los anteriores para entender gran parte de la historia pero si quieren saber todos los detalles los invito a leer mis relatos anteriores en los que explico cómo probé un hot dog de semen de muchos machos para mi posterior degustación de frutillas con semen, degustación de un sándwich de queso y semen en la escuela y cómo me eyacularon en el rostro ese mismo día.
Luego de habernos separado Alexis, Ricardo y yo a la salida de la escuela me dirigí a mi casa completamente excitado, había vivido una situación realmente morbosa, ellos me habían eyaculado en el rostro luego de que yo tomara la orina de Luis y les contara que el mismo previamente me había hecho comer un sándwich de queso en la escuela y frutillas con semen en mi hogar luego de haber tenido un juego de la galleta (con un hot dog) junto al el equipo de básquetbol el fin de semana anterior. Recapitulé todos los hechos mientras me dirigía a mi casa, ya era un poco tarde así que apenas llegué fui a mi habitación a dejar mis cosas para luego dirigirme al comedor pues ya casi era hora de comer, hablé un poco con mi familia sobre mi día obviamente sin los detalles sexuales y al terminar subí a mi cuarto como siempre.
Al despertar en la mañana me sentía emocionado, sabía que me esperaba otro día de humillación, me preguntaba qué sorpresas me iban a esperar, me alisté y desayuné rápidamente, caminé hacia la escuela y llegué a mi salón, Alexis y Ricardo como siempre puntuales, al verme llegar se rieron y me saludaron energéticamente, «buenos días, campeón», dijeron un poco burlones, Ricardo me dio pequeñas bofetadas de juego mientras yo me apartaba riendo, supuse que el que yo hubiera dejado que ellos eyacularan sobre mi rostro el día anterior los tenía contentos o algo así que simplemente seguí el juego, «te tenemos una sorpresa», dijo Alexis, yo miré confundido, mil ideas dieron vuelta mi cabeza, cada una más sexual que la otra, «¿estás libre hoy después de clases? Iremos a mi departamento«, preguntó Ricardo, respondí que sí con muchos nervios e ideas en mi cabeza, «si quieres puedes invitar a tu noviecito Luis», dijo guiñándome el ojo y riendo, me sonrojé y comencé a reír de los nervios entendiendo que si decían eso era obvio que sería algo sexual, les expliqué que él me había dicho de mantener el secreto así que era mejor que no por el momento hasta que yo le contara que ellos ya sabían, ellos entendieron, siguieron riéndose y haciendo bromas subliminales para que el resto de compañeros no entendieran, comenzó la clase y Camilo seguía sin llegar, un poco antes de salir a recreo Alexis le envió un mensaje preguntándole el porqué de su inasistencia como solíamos hacer, Camilo respondió que tenía cita en el psicólogo ese día, era la primera vez que nos comentaba que iría al psicólogo, supuse que tenía que ver con lo del fin de semana y entendí que probablemente se sentía mal, confundido o que necesitaba aclarar su mente, los chicos parecieron entender lo mismo también porque ninguno dijo nada más que Alexis diciéndole que lo veía mañana.
Un poco antes de receso Luis me envió un mensaje diciéndome que me esperaba en el baño del segundo piso, que llevara el táper del día anterior y que fuera discreto, al sonar el timbre le dije a los chicos que iría al baño y parecieron sospechar porque se miraron entre sí riendo pero simplemente me dijeron que me esperaban en la cancha, fui al baño y habían algunos chicos dentro y no veía a Luis, decidí entrar a un cubículo cerrado y le envié un mensaje preguntándole donde estaba, me dijo que estaba caminando hacia el baño, le dije que había mucha gente y me preguntó en qué cubículo estaba, le dije que en el segundo de la pared y me dijo que me quedara ahí, luego de unos minutos me llega un mensaje nuevo, «pásame el táper por debajo, estoy en el cubículo de la derecha, luego espera ahí mismo y me lo devuelves», dijo antes de que le pasara el táper, escuché cómo comenzaba a orinar y luego un táper lleno de sus meados apareció por el baño de mi derecha, rápidamente lo bebí disfrutando de lo fresco que estaba, tres sorbos fueron necesarios para disfrutar ese líquido salado, al ser temprano en la mañana su sabor era fuerte pero apetitoso, lo disfruté muchísimo y se lo devolví por debajo, salí del cubículo luego de tirar la cadena, me lavé las manos para disimular y al ver a Luis salir de su cubículo lo saludé como si hubiera sido sorpresa encontrarnos ahí y le dije que lo esperaba para ir a la cancha. Salimos de ese lugar y fuimos a jugar básquetbol como siempre, al terminar el receso volvimos cada uno a sus salones, Ricardo me hizo muchas bromas por haber llegado con Luis del baño, era algo que me esperaba pues siempre habíamos sido así cuando alguno de los chicos tenía algún interés en alguna chica, y aunque a mí no me interesaba realmente Luis de forma romántica lo entendía, el día siguió como de costumbre, para mi tristeza ese día no ocurrió nada más además del táper de orina de Luis, no había entrenamiento por ser día martes pero mi estómago volvió a doler por la adrenalina al terminar el día y que Ricardo me preguntara si iría a su departamento como había dicho en la mañana, envié un mensaje a mi familia diciéndoles que estaría en su departamento y simplemente dijeron que no volviera tan tarde, no era primera vez que iba a su departamento y ya conocían a su familia.
Salimos de la escuela Alexis, Ricardo y yo caminando y haciendo chistes y bromas sobre el día como cualquier día normal, hablamos de las clases, algunas personas y todo normal como si en mi mente no estuviera totalmente nervioso por lo que fuera que me tuvieran preparado, Ricardo vivía caminando hacia la dirección opuesta de mi casa, finalmente llegamos, era una departamento bonito de tamaño normal para una familia de clase media, él vivía con sus dos padres y era hijo único. «Mis padres no llegan hasta unas cinco horas más», dijo al abrir la puerta cambiando completamente el tema y el tono de la conversación, «tenemos ese tiempo para divertirnos», dijo mirándome fijamente, Alexis me dio una palmada en el hombro, «no haremos nada que tú no quieras hacer, ¿vale?», asentí nervioso, dejamos nuestras mochilas en el sofá por sugerencia de Ricardo, «¿tienen hambre?», preguntó, «quedaron unos trozos de pizza de ayer», dijo abriendo su microondas, «uf, la verdad es que sí se me antoja», respondió Alexis, «¿cómo lo partimos? Son solo dos trozos», preguntó Alexis a Ricardo, él se quedó pensando un poco, «solo tú y yo comeremos», comenzó a reír, yo quedé sorprendido y confundido y Alexis parecía estar igual que yo, «vinimos a divertirnos, ¿no? Especialmente con este que le gusta jugar con comida debemos hacer exactamente eso», dijo antes de poner a calentar los trozos de pizza por unos dos minutos, Alexis seguía sin entender y Ricardo le dijo que se calmara y que ya lo haría, yo estaba nervioso y me senté en la mesa junto al primero mientras el segundo seguía esperando frente al microondas, sacó un plato nuevo y un cuchillo, cuando sonó el microondas le dio un trozo a Alexis.
Este siguió esperando sin comer tratando de entender el juego y fue entonces que Ricardo se paró entre los dos, comenzó a masticar un pedazo de la pizza de pepperoni y queso pero antes de tragar me ordenó abrir la boca mientras él seguía con comida en la boca, dudé un poco pero hice caso, a pesar de ser aún nuevo en esto y siempre tener dudas seguía las órdenes que se me daban solo por el morbo que me generaba, fue entonces que comenzó a pasarme la comida masticada de su boca a la mía ante los ojos atónitos de Alexis, cuando terminó de pasarme la comida a la boca ambos comenzaron a reírse, «estás completamente loco», dijo Alexis riendo fuertemente, yo aún no tragaba de lo suyo, me sentía realmente confundido, «vamos, traga», dijo Ricardo, me quedé así por unos segundos hasta que finalmente di un hondo respiro para hacer lo que se me pidió, Alexis se paró al otro lado de mí y comenzó a «comer» su pedazo mientras nuestro amigo comenzaba a hacer lo suyo también, no sé cuánto tiempo estuvimos entre que ambos me alimentaban con sus trozos de pizza, era realmente asqueroso sentir la textura de esas pizzas ya masticadas y con la saliva de ellos pero el morbo de sentirme humillado eran mucho mayores, debo admitir que muchas arcadas y ganas de vomitar se manifestaron, ellos se preocuparon las primeras veces pero al ver que yo seguía ahí sentado diciéndoles que estaba bien solo hicieron que su excitación aumentara porque cada vez me escupían los pedazos de pizza mordida en la boca con más ganas. Cuando ya no quedaba más y yo ya había tragado lo último en mi boca los chicos simplemente me dieron un vaso de agua y Ricardo me dio gracias por cumplir su fantasía, Alexis comentó que realmente tenía hambre y Ricardo le dijo que pediría una pizza nueva por teléfono.
Luego de hacerlo nos dijo que fuéramos a su habitación para la sorpresa que me tenían preparada, Ricardo nos llevó a su cuarto y Alexis se quedó sentado conmigo en la cama mientras comenzaba a quitarse la camiseta mientras Ricardo salía de la habitación, luego de un tiempo volvió con un envase de crema batida. «Si te gusta jugar con comida te gustará esto», dijo Alexis riendo, «queremos verte probar esta crema batida desde nuestros cuerpos», agregó Ricardo mientras dejaba la crema batida en una cómoda y comenzaba a quitarse la camiseta, «lo harás con ambos a la vez», dijo, comenzó a cerrar las cortinas de su habitación para que nadie de algún edificio cercano pudiera ver lo que haríamos desde afuera, observaba los abdominales levemente marcados por el básquetbol de ambos chicos, los dos tenían cuerpos muy bonitos para la edad, fue entonces que Ricardo tomó el envase y comenzó a aplicar un poco de crema batida sobre sus pectorales y me ordenaba pararme, acercó mi cabeza a su pecho mientras yo sacaba la lengua para degustar, «dale, prueba, pruébame putito, disfruta lo que tus machos tienen para ti», dijo Ricardo mientras le aplicaba crema a Alexis en sus abdominales y tomaba mi cabeza para que yo fuera hacia él, «saboréanos, disfruta tu sorpresa, hicimos esto por ti», dijo Alexis mientras yo pasaba mi lengua por sus abdominales, si bien debo decir que no tenían un sabor fuerte pues solo era crema batida sobre sus cuerpos el morbo me hacía sentir que estaba degustando lo mejor de mi vida, Ricardo comenzaba a quitarse los pantalones, podía nota cómo su pene se erectaba bajo sus bóxer, ambos estaban muy cerca de pie mientras yo seguía saboreando los abdominales de Alexis, Ricardo comenzó a aplicar crema ahora sobre sus abdominales y pectorales y yo cambié hacia él a disfrutar su sabor, Alexis comenzó a quitarse sus bóxers y ambos quedaron totalmente desnudos frente a mí, yo seguía con el uniforme del colegio y eso aumentaba más mi morbo, sentía un leve sabor a crema en mi boca y disfrutaba del recorrido de mi lengua sobre el cuerpo de Ricardo, los penes erectos de Ricardo y Alexis se meneaban fuertemente con las manos de sus dueños, el primero circuncidado dejando su hermoso glande levemente más oscuro que su erecto pene de 16cms idéntico a su piel morena, el pene de Alexis era unos 2 cms más pequeño y su piel blanca hacían contraste con su glande rosado ahora cubierto con su líquido pre seminal.
«¿No crees que mi cuerpo sabe bien?», preguntó Ricardo mientras yo seguía con mi lengua en su caliente pecho, asentí mirando hacia arriba hacia sus ojos ahora llenos de lujuria, «¿estás listo para seguir con esto?», preguntó a Alexis, este asintió y ambos se acercaron un poco a mi rostro para darme un fuerte escupitajo cada uno, los que cayeron sobre mi frente y parte de mi mejilla izquierda, yo los recibí con gusto antes de dar un nuevo sorbo mirando a Ricardo jugar con su pene y poniendo crema sobre los pectorales y abdominales de Alexis, que pasaba su mano por todo su glande mojado y gemía cada vez más fuerte y a gusto, dos escupitajos más llegaron a mi rostro sin limpiar, estaba en un trance disfrutando las pequeñas montañas que tenía Alexis por abdominales cuando el timbre sonó, era la pizza, «mierda, lo olvidamos», dijo Ricardo, «que lo reciba él mejor, está vestido», sugirió Alexis y todos parecimos estar de acuerdo, tomé una camiseta rápidamente para limpiar mi cara cuando Ricardo entendió mis intenciones y me detuvo, «no pienses limpiarte o no seguimos con esto, quiero que lo recibas así», mi primer instinto fue negarme y verbalizarlo pero Alexis insistió en amenazar con parar todo si no lo hacía, ambos se sentaron en el sofá al lado opuesto del living para no poder verse desde la puerta.
Volví a armarme de valor y dar un fuerte respiro antes de abrir la puerta, el repartidor era un joven chico probablemente de unos 22 a 25 años que me miró confundido por mi estado pero que no me hizo ninguna pregunta, yo sentía mi rostro totalmente sonrojado, mojado y avergonzado, el chico me miraba el rostro mientras me pasaba la pizza y me decía el total, fue entonces que recordé que había olvidado el dinero, me di la vuelta a preguntar, dejé la pizza sobre una mesita y pregunté a Ricardo dónde tenía el dinero y me respondió gritando y con una voz muy grave «el dinero está en la billetera sobre la tele, putita», dijo antes de que él y Alexis explotaran de una risa que trataron de contener, yo me sonrojé aún más y me dirigí al televisor, las manos me temblaban, fui a pagar la pizza, el repartidor me dio las gracias con un rostro como entendiendo que había algo raro y que yo estaba siendo producto de una penitencia perversa, yo guardé el vuelto en la billetera y volví a su habitación, ambos estaban llenos de crema batida en su pecho y ahora habían aplicado parte en sus piernas, yo me senté en la cama con la respiración agitada por la humillación mientras Ricardo y Alexis tomaban un trozo de la pizza que había dejado en su escritorio, «gracias, putita, eres increíble», dijo Ricardo tragando un pedazo de su trozo de pizza mientras seguía masturbándose parado frente a mí, Alexis hacía lo suyo, yo me quedé un tiempo sentado procesando lo que había pasado, mi trance no duró tanto cuando Ricardo se comenzó a preocupar, «¿todo bien? ¿Ya no quieres seguir con esto?», dijo mientras yo volvía en mí y le comentaba que solo necesitaba un tiempo para calmarme, que no se preocupara.
Luego de un tiempo volví a arrodillarme y ellos siguieron masturbándose mientras me ofrecían un pedazo nuevo de pizza, «toma, para que acompañes», dijeron riendo, yo comí un poco y se la devolví para seguir saboreando la crema de sus cuerpos, no sé cuánto tiempo estuve jugando con esa fría crema, a veces los músculos de mis amigos se tensaban, podía notar cómo trataban de hacer sus abdominales más duros para mi deleite, ellos seguían moviendo sus manos por sus duros troncos una y otra vez, solo paraban a agarrar un poco más de crema batida y a seguir escupiendo sobre mi rostro, luego de un rato de mí lamiendo y de ellos gimiendo cada vez más fuerte y rápido los chicos comenzaron a apurar sus pajas, «uf, eres fenomenal, me fascina tener a alguien tan cerdo como amigo y putita personal», decía Ricardo mientras su glande color canela oscura era masturbada por su mano, «ya te digo, este está tan cerdo, ninguna chica hubiera aceptado hacer todo lo que él hace», agregaba Alexis, seguí lamiendo a Ricardo ahora sacando crema sus piernas pasando muy cerca de sus testículos, apenas acerqué mi lengua a los testículos de Ricardo este me dio una nueva orden, «abre la puta boca y no la cierras», dijo antes de acercar su enorme cuerpo y dejar su glande a apenas unos centímetros de mi boca para añadir un poco de crema batida dentro y comenzar a eyacular con fuerza cuatro chorros que fueron a parar directo a mi lengua, la sensación de sus trallazos me sorprendió un poco pero mantuve la boca abierta mientras sentía su semen caliente llenar mi boca que albergaba un poco de la crema batida, su semen estaba más líquido que de costumbre, un último chorro con menos fuerza cayó fuera de mi boca, «ahora traga», dijo Ricardo mientras yo tragaba la crema con su semen, luego agarró mi cabeza, «límpiame pero no te emociones, solo la cabeza», ordenó, con gustó saqué mi lengua y comencé a jugar con su glande, eso pareció poner celoso a Alexis porque acercó su pene más a mi boca, «chúpame la punta y mantén la boca cerrada», me ordenó, saqué el glande de Ricardo de mi boca y abarqué parte del pene de Alexis en mi boca, lamía su glande con mucho morbo, sentía el líquido pre seminal en él y disfrutaba la idea de saber que restos del semen de Ricardo estaban ahora en su glande, estaba disfrutando lo suave de su glande cuando sus hijos comenzaron a llenar mi boca, no supe cuántos trallazos fueron pero sí supe que su leche sabía más amarga que la de Ricardo y mucho más espesa.
Ambos seguían desnudos y creí que lo siguiente sería que se limpiaran y vistieran pero me equivocaba, «eso estuvo increíble, gracias amigo», dijo Ricardo ayudándome a pararme y volviendo a ser el chico agradable de siempre, era muy raro ver cómo tanto él como Alexis se transformaban en otros seres cuando me humillaban pero luego me trataban como su amigo de siempre, era parte de lo que me hacía disfrutar el sentirme humillado con ellos, sabía que al final del día eran mis amigos y todo era en un ambiente de confianza, ambos chicos se sentaron conmigo desnudos en la cama y pusieron un brazo cada uno por detrás mío, sentir sus brazos y sus cuerpos desnudos tan cerca mío me generaron un escalofrío, «no creas que eso fue todo, no dejaremos que te vayas sin correrte, queremos que disfrutes esto tanto como nosotros», dijo Alexis tomando mi mano izquierda y poniéndola sobre sus pectorales llenos de crema, Ricardo hizo lo suyo con mi mano derecha y la colocó sobre sus abdominales, «¿sabías que no es la primera vez que hacemos un trío juntos?», confesó Alexis para mi sorpresa, «nunca habíamos jugado con un chico, pero hemos traído a algunas chicas», añadió Ricardo, «Camilo también ha sido parte», agregó, pregunté por qué nunca me lo habían contado sintiéndome un poco ofendido, «no veíamos razones para hacerlo sabiendo que a ti te van los chicos y no las chicas», tenía sentido, «a muchas les gusta tocar nuestros trabajados cuerpos», continuó Ricardo, quien parecía ser siempre el líder de la situación, quizás por su experiencia o personalidad, «¿tú lo estás disfrutando?», asentí mientras seguía pasando mi mano sobre sus pectorales, abdominales y piernas pero nunca tocando su pene, «si quieres puedes terminar de limpiarnos con tu lengua», dijo Alexis, yo no esperé ninguna otra orden para comenzar a hacerlo con gusto, me aseguré de dejar sus cuerpos completamente limpios sintiendo cada bache entre sus abdominales y disfrutando lo suave de sus pectorales y tetillas, era realmente excitante poder estar saboreando sus cuerpos, sus penes reposaban ahora serenos, a pesar de haber terminado de limpiarles yo seguía lamiendo sus cuerpos yendo de uno al otro y ellos solo me miraban con sus brazos detrás de sus cabezas.
«Agradezco la limpieza pero nada reemplaza a una buena ducha», dijo Ricardo luego de unos minutos, yo me puse un poco triste de saber que mi tarea había terminado sin saber que aún sus sorpresas no habían terminado, «siempre hacemos una ducha grupal cuando traemos a alguien», me explicó Alexis, «ven, acompáñanos», agregó mientras se paraba y tomaba su uniforme y una toalla que Ricardo le había pasado, luego este último me pasó una a mí y todos nos dirigimos al baño principal, era un baño relativamente grande en el que cabíamos sin problemas, «solo falta que tú te desvistas», me recordó Alexis, comencé a hacerlo con un poco de vergüenza, si bien ya había hecho cosas con ellos la única vez que me habían visto desnudo había sido en los vestuarios, el resto del tiempo siempre había estado vestido, comencé a hacerlo con un poco de vergüenza mientras ambos entraban a la ducha sin ninguna duda, Ricardo reguló la temperatura del agua un poco y me invitó a unirme mientras sacaba la cabeza de la ducha, yo me uní a ellos, estaba un poco apretado en ese espacio pero eso solo aumentaba mi excitación al sentir sus cuerpos tan cerca mío. Ricardo comenzó a aplicar champú en su pelo mientras que Alexis comenzaba a enjabonar su cuerpo con jabón líquido, yo estaba en el centro de ellos sin saber realmente que hacer, Ricardo me pasó el champú y comencé a aplicarlo sobre mi pelo, «¿por qué no me lo aplicas?», dijo Alexis, no dudé en hacerlo pues me pareció más un acto fraternal que otra cosa, cuando terminé de hacerlo me pasó el jabón y Ricardo me pidió que hiciera lo mismo con el jabón, comencé a hacer lo propio y a sentir su piel suave al tacto, sus músculos eran realmente bonitos y me encantaba tocarlos, luego comencé a aplicar jabón en el cuerpo de Alexis, bajé hasta sus piernas, «¿acaso piensas dejar mi pene y trasero sin lavar?», preguntó riendo, comencé a frotar su pene con jabón y una leve erección comenzó a asomarse, agregué jabón sobre sus nalgas y las limpié por fuera lejos de su agujero, «lo mismo pregunto», dijo Ricardo mientras yo me daba vuelta para aplicar el líquido sobre su pene y testículos ahora semi erectos además de su culo, iba a comenzar a aplicar jabón sobre mi cuerpo cuando Alexis me detuvo.
Me quitó el jabón de mis manos y comenzó a añadir jabón sobre mi cuerpo, luego para mi sorpresa ambos chicos comenzaron a tocar mi pecho y abdomen para llenarlo de jabón, siguieron aplicando jabón sobre todas mis piernas y pies, comencé a calentarme y erectarme, obviamente lo notaron pero eso pareció bajar su morbo, «lo siento pero yo no voy a tocar tu pene», dijo Alexis, «yo tampoco, perdón», agregó el otro, entendí sus motivos y comencé a lavarme yo solo, iba a hacer lo mismo con mi trasero cuando me volvieron a detener, «¿acaso alguien dijo algo sobre tu trasero?», me hicieron darme vuelta mirando a la pared y comenzaron a aplicar jabón sobre mis nalgas, Ricardo abría mis nalgas con sus fuertes manos mientras Alexis comenzaba a frotarme, creí que solo lo harían por la parte externa por lo que mi sorpresa fue mayor cuando comencé a sentir un dedo entrar en mi ano virgen, «es importante lavarse bien», reía Ricardo cuando solté un grito ahogado, Alexis comenzó a jugar con mi ano mientras Ricardo cerraba la ducha, entendí que esto era un nuevo juego de sus mentes morbosas, yo seguía con las manos sobre la fría pared de la ducha y Alexis seguía introduciendo su dedo un poco más a fondo y yo seguía sintiendo dolor, era la primera vez en mucho tiempo que algo entraba en mi agujero, lo había intentado previamente hace unos años pero el dolor había sido tanto que nunca más lo había hecho, finalmente llegó al fondo y comenzó a sacarlo, cuando terminó de sacarlo Ricardo fue quien comenzó a ingresar en mi cavidad, «estás realmente apretadito, qué rico», su dedo era más delgado pero más largo pues sentí que mi culo se abría un poco más cuando este llegó al fondo de mi ano, yo sentía un dolor indescriptible pero me dejaba hacer, todo con tal de que mis amigos quisieran seguir jugando conmigo y descubrir nuevos placeres, sacó el dedo y comenzó a sacarlo e introducirlo con ritmo, yo seguía haciendo gritos de dolor y cuando parecía que ya sentía un poco de placer un nuevo dedo me fue introducido, «ahora ambos te vamos a culear», ambos tenían un dedo sobre mí mientras cada uno me abría una nalga, otro grito de dolor y nuevamente un mete y saca al ritmo, no introdujeron más dedos cuando mi placer llegó nuevamente, comencé a jugar con mi pene para ver si así podía seguir resistiendo y no me equivoqué, «uf putita, qué apretadita estás», decía Ricardo al introducir su dedo piel canela en contraste con el blanco dedo de Alexis, estaba experimentando un cúmulo de nuevas sensaciones cuando mi próstata fue acariciada por uno de sus dedos y una fuerte descarga fue liberada por mi pene hacia la pared, sus dedos seguían jugando conmigo y eso solo acrecentó el clímax que estaba viviendo, no miento al decir que jamás había experimentado una corrida tan grande y fuerte como esa, «qué rico se siente tu culo palpitar», decía Ricardo mientras yo seguía en ese clímax y Alexis se reía pareciendo disfrutar la escena también.
Cuando terminé de eyacular me sentía la persona más feliz del mundo, la situación era indescriptible y las sensaciones habían sido maravillosas, me encantaba que dos machos como ellos hubieran sido los primeros en disfrutar de mi ano virgen, era la primera vez que conocía lo increíble del orgasmo prostático, creí que todo había terminado cuando Alexis y Ricardo sacaron sus respectivos dedos de mi ano y me forzaron a arrodillarme haciendo fuerza sobre mi hombro, «hoy disfrutaste de comida, saliva y semen, ¿no crees que olvidas algo?», dijo Ricardo cuando comenzó a orinar sobre mi cara seguido de Alexis, estaba experimentando la primera lluvia dorada de dos sementales.
Buenos relatos pero me gustaría que fueras más indefensa más forzado y mucho más sometido a complacer
Cómo espero el momento en que todos sus amigos arruinen su culo
Muy ricos tus relatos, me eh metido buenas pajas leyéndolo.
Ayyyy me Mojo Toda Pensando cuando Ricardo y Alexis te Desvirguen con sus Vergas Untadas con Crema Batida JiJiJiJiJi