Bere, prima precoz – parte cuatro
Mis padres y mis hermanos salen de viaje un fin de semana y me quedo cuidando a Bere, mi primita de 11 años.
Yo tenía 16 años. En este punto yo ya follaba a Bere casi del diario desde hacía casi dos años. Nos veíamos cuando ella salía de la primaria en mi casa o yo iba a visitarla antes de que llegaran mis tíos
Bere practicaba deporte y caminaba mucho, por lo que sus piernas y culito estaban muy bien torneadas. Realmente te hacía babear esa mocosa sólo de verla
En cuanto supe que tendría casa sola, busqué la forma de convencer a mis tíos para que dejaran a Bere quedarse conmigo en casa diciendo que haríamos pillamada y veríamos películas
El jueves y viernes previos a la pijamada, le dije a Bere que no podría verla porque tenía muchas cosas que hacer, la verdad es que iba a aprovechar esos días para follar a mi novia, la reventé terriblemente sólo de pensar lo bien que la iba a pasar con Bere el fin de semana, pero hice un esfuerzo monumental para guardar la lechita para Bere. Esta historia la contaré después
Finalmente el sábado llegó, y Bere decidió llegar temprano a las 10am para comenzar con nuestro fin juntos. Llegó con un shortcito ajustado y pequeño que dejaba ver bien sus impresionantes piernas y ese culo durísimo
Bere: hola, primo. Ya llegué, espero que te guste cómo me vestí
Yo: te ves preciosa, Bere. Ven, pasa rápido
Al entrar, no le quitaba la mirada a su trasero, ese culito de niña, respingón y trabajado, con piernas gruesas, y ella con no más de 1.45m de altura
Yo: te extrañé mucho, Bere. Extrañé ver este culito precioso que tienes. Te guardé mucha lechita, sólo para ti, bebé. Voy a dártela toda hoy
Bere: también te extrañé, me la pasé tocándome la conchita como me enseñaste porque no pude aguantar, perdóname
Comenzamos a besarnos en el sofá, y obviamente no dejaba de sobarle el culo
Bere: seguro estuviste cogiendo a Monse (mi novia)
Yo: sabes que sí, Bere. Pero guardé toda la lechita para ti. Quiero que la bebas toda. La guardé sólo para ti
Bere: ay sí, voy a tragar lechita
Le quité el shortcito y comencé a masturbarla a 3 dedos muy fuerteme, ella se recargó en el sofá abierta de piernas con la cabeza recargada hacia atrás y comenzó a gemir y babear como una perrita en celo
Bere: aaay primo, aaaay primo. Vas a hacer que me venga yaaaaa
Yo: sí, Bere. Vente, mi amor
Bere: haaaaaa, síiiiiiii. Me estoooooy haaaaaaaaaaaa
Bere se estremecía fuertemente y podía sentir cómo sus cavidades apretaban fuertemente mi mano. Ella quedó derrumbada en el sofá. La tomé hacia mí y la abracé. Ella me sonrió y con su manita comenzó a acariciarme los huevos muy lentamente
Yo: Bere, me duelen los huevos sólo de verte, de olerte. Me encantas
Bere: haré que ya no te duelan tanto, primo
Bere se apartó y supe que quería tragarse mi gruesa verga de 18cms de largo, así que me quité los pantalones y el boxer. Me recosté en el sofá y abrí las piernas, quedando Bere enmedio
Bere comenzo a darme lengüetadas en los huevos, nunca había sentido esa sensación, me voló la cabeza y comencé a gemir fuertemente
No paraba de pensar que alguien debió haberle enseñado eso, lo cuál me dio mucho coraje, pero al mismo tiempo sólo me entregué a disfrutar. Después le reclamaría al respecto
Bere: te gusta esto?
Yo: sí, maldita golfita
La tomé de la cabeza y la hundí en mis huevos. Aún recuerdo a la perfección esa escena, ha sido de las cosas más satisfactorias en mi vida. Tener la cara de una nena de 11 años en los huevos, con su culito perfecto en popa, sabiendo que voy a reventarla durísimo
Yo: para, bebé. Quiero follarte
Bere: no, quiero tragarme la lechita
Yo: te la vas a tragar, Bere, pero voy a follarte primero
La cargué, la llevé a la cama y de curiosidad comencé a comerle la conchita torpemente, pero comprometido con ello. Ella comenzó a contorcionarse en la cama y gritó tanto que tuve que taparle la cara con una almohada
Bere: haaaaaaa me mueroooo haaa del placeeeeeer. Haaaaaaaa
Comenzó a tener un squirt en mi boca y yo me comí todo lo que esa niña tuvo que terminar para mí. Ella terminó temblando en la cama, pero yo le di vuelta, la puse en 4 con unas almohadas en su vientre de nena y sin piedad le di durísimo como si no hubiera un mañana
Bere: haaa, haaaa, haaa. Mhhh. Priii haaaaa mooo haaaa. Eeeees muuuchooo, haaaa
Yo: siente esta verga, Bere. Siéntelaaaaa. Qué buen culo tieneeeees
Bere: haaa, es tuyooooo, eeeesteeee haaaa. Este cuuulooo. Es haaaaaaaaa, es tuyoooooo
La estuve embistiendo como animal durante apenas unos 10 minutos, no pude aguantar más con ella y cuando sentí que iba a venirme, salí de ella y fui rápidamente hacia su cara para descargarme
Yo: Bereeee, tomaaaa, bebé. Esta leche es para tiiiii
Bere sólo levantó la carita y abrió la boca lo más que pudo. Hasta hoy, esa ha sido mi mayor corrida que he tenido. La cantidad de leche que descargué en esa nena fue espectacular. Le cubrí la cara y dejé una gran cantidad en su boca, la cuál ella tragó muy obedientemente
Bere: haaa, qué ricoooooo
Yo: eso, traga todo, Bere
Con el pene recogía lo que había quedado en su cara para que terminara de tragarlo
El resto del día nos la pasamos sólo besándonos y claro, yo no paraba de sobarle el culo, o arrimar mi verga contra su culito precioso
Por la noche, se puso una minifalda que ella sabe me enloquece, así que comencé a comerle las piernas lentamente hasta subir a su culito y morder su carnosa cola
Después, la puse en cuatro, ella recostó su cabeza en la cama y yo le comencé a comer su conchita lentamente, Bere sólo gritaba de placer. En un pequeño espacio la pude mirar al rostro y tenía los ojos volteados, la lengua de fuera y un rastro de baba que caía de su boca. Sinceramente un poema
Yo: bien, Bere. Aquí viene, voy a follarte duro otra vez, bebé. Quieres esta verga?
Bere: sí, por favooor. Dame yaaaaaa que me muero de ganaaas
Yo: bien, antes tendrás que decirme quién te enseñó a lamer los huevos
Bere se puso roja y trato de negar las cosas, pero le di una fuerte nalgada y le ensarté todo de golpe y ella gritó de placer, pero de inmediato lo saqué
Bere: aaaay, dame más, por favor, por favooor – decía mientras mecía su culito de lado a lado
Yo: no, hasta que me digas. Sabes que eres mía y que no puedes andar haciendo estas cosas con nadie más, entendiste? – le di otra nalgada fuerte
Bere: haaa, fue Mario (otro primo, que en ese entonces debió tener como 20 años). Él me obligó a hacerle una mamada, pero yo no quería
Me dio tanto coraje que comencé a follarla salvajemente durante al menos media hora
Yo: eres mía, perra. Ya no vas a volver a hacer esto ni con Mario ni nadie más. Entendiste?
Bere: sí, sóooooloooo con haaaaa contigooo. Haaaaa, qué ricooo. Me encanta tu verga, primo. Haaaa
Sentí su conchita apretar mi verga fuertemente, fue tan rico que no me importó y me vine también, completamente dentro de ella
Bere: haaaaaaa, siiiiiii, siiiiii, lo siento adentro haaaaaaa. Qué ricoooooo. Haaaaaa
Se estremecía sin medida hasta que calló debastada en la cama. Yo sólo podía admirar su cinturita, su bello culo, su cabello precioso, su piel blanca y mi verga ya cansada aún dentro de ella
A la mañana siguiente, me desperté temprano, la levanté y la obligué a lamerme los huevos y hacerme una mamada, fue una delicia. Luego la masturbé fuertemente hasta que se vino en mi mano, me encantaba el olor de su venida. Venida de nena de 11, lo mejor que hay en la vida
Ella estaba alistándose para irse, pero decidí follarla una vez más. Fue rápido. La tomé, le bajé sus calzoncitos y comencé a follarla. Ella volteaba hacia mí intentando cruzar miradas, pero yo sólo miraba su culo precioso
Bere: sí, primo. Dameee, dameee. Hazme más
Su rostro de niña, su culo perfecto, saber que ya se iría a casa en unos momentos, todo se sumó para querer venirme nuevamente. Esta vez no esperé a que ella se vinieea, sólo quería vaciarme tanto como fuera posible, y lo hice dentro de su conchita
Bere: haaa, priiimoooo. Otra vez adentrooooo. Haaaaaa. Qué ricoooo
La abracé por detrás, la estuve besando y le dije que tenía que pensar en mí y en la leche que le dejé adentro. Que ahora más que nunca era mía
Rápidamente se cambió de ropa y se puso un poco de perfume para quitar el aroma a sexo de ella. Llegó mi tío por ella y se fue como si nada hubiera pasado
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