Bisexual pasivo afeminado
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy un hombre maduro de 28 anos, en forma, que radica en la ciudad de Houston, Texas. Me considero bisexual. Disfruto de usar pantis siempre que puedo. Especialmente me gusta usarlas en la noche en la intimidad de mi casa después de ducharme. En algunas ocasiones me pongo otras piezas de lencería. La mayoría de las veces camino en pantis en mi casa cuando estoy solo. Este fetiche me excita mucho y me ayuda como preámbulo para masturbarme. Ponerme lencería se volvió una costumbre diaria. Conocía a varios de mis vecinos pero no a todos. Un día al realizar mi rutina de ejercicios al aire libre, un hombre maduro de aproximadamente 54 anos, con buen físico, con la cabeza rasurada y muy velludo. Se presento conmigo como Luis y era otro vecino. Platicamos un poco de cosas triviales e intereses particulares. Luis me invito a su casa en un futuro cercano e intercambiamos números de celular.
Al cabo de 2 semanas, Luis me llama en fin de semana y me pregunta si tenía algún compromiso y le contesto que no. Luis me invita a su casa y acepto. Realmente me encontraba en mi casa relajado y tocándome mientras traía puesto unas pantis. Me vestí y puse unos jeans ajustados, no me cambie las pantis porque me sentía muy cómodo. Salgo con destino a la casa de Luis, me recibe muy bien y me ofrece un trago. Iniciamos la conversación y platicamos sobre detalles personales, estado civil, intereses sentimentales etc. En eso noto que me observaba de manera morbosa, cuando me paraba al baño, me veía el trasero y con el paso del tiempo en esa noche me rozaba con sus manos mis nalgas cuando pasaba cerca de él y me tocaba la pierna. Le atribuí su desinhibición al consumo de alcohol y no le di mucha importancia. Se hacía tarde y empezó a despedirme.
Luis insistía en que me quedara más tiempo e incluso me ofrecía el cuarto de huéspedes. Yo no me sentía muy en confianza y rechazaba su ofrecimiento. Nos trasladamos de la sala de su casa a su comedor/barra y Luis aprovechaba cada oportunidad que se daba para frotar mis nalgas con su pene y a la vez me tocaba el brazo y mi cadera. Yo mostraba in poco de rechazo pero admito que sentí excitación. Luis entonces fue a su cuarto y regreso luciendo solamente una trusa tipo bikini de color blanco transparente, dejando ver su pene de buen tamaño. Se me acerco y me pidió desvestirme y dejarlo verme en pantis. A lo que yo me sorprendí pues nunca habíamos platicado de eso.
Luis: Vamos, ándale déjame verte en pantis, igual y como andas en tu casa en las noches.
Yo: Luis, de que hablas? No te entiendo?
Luis: No te hagas el desentendido, yo se que te gusta usarlas, te he visto por la ventana de tu cuarto desde mi casa.
Yo: Me ruborice pero al mismo tiempo me excite mucho.
Luis: Desvístete ya! Quiero que me luzcas diferentes pantis aquí en mi casa.
Yo: Solo puedo lucirte las que traigo puestas, no traigo más…
Luis: Pues vayamos a tu casa por más, yo te acompaño.
Yo: Esta bien…
Fuimos a mi casa y tome varias pantis muy sexis y otras prendas de lencería.
Regresamos a casa de Luis. El se encontraba muy caliente ya y me apuraba para que me desvistiera. Seguí su petición. Me fui al cuarto de Luis a cambiarme y Luis me esperaba en la sala. Le modele varias pantis y bodis. Me le acercaba a Luis de manera cachonda, el me acariciaba las nalgas y me chupaba los pezones. Yo me prendía ante las caricias y lamidas de Luis. Para cerrar la sesión de lucirle mi lencería, me vestí como una chica sexy con jeans muy ajustados y blusa apretada y me puse perfume de mujer. Al caminar hacia la sala, Luis se puso de pie y me arrimo vergota completamente erecta y me escolto a su cuarto. En su cuarto, le baje su bikini y le empezó a mamar la verga sin condón. Durante pausas muy breves, Luis me desnudaba y me decía: Que rica estas mami, te voy a hacer mía esta noche. Al fin te tengo en mis manos para dominarte. Yo le contestaba, si papi, te deseo y dame con toda tu hombría.
Le hice sexo oral a Luis y le acaricie todo su cuerpo. El me chupo mi culo y me beso el cuerpo. Le susurre a Luis que era virgen, que deseaba el sexo anal pero nunca lo había practicado. Luis bajo su nivel dominante y trajo condones y lubricante anal. Se unto bastante lubricante mientras me mantenía volteado y tocando mis pezones. Me acostó boca abajo y me ordeno que abriera las piernas. Sentí mucho dolor mientras Luis trataba de penetrarme. Me excito Luis un poco más y jalo hacia la orilla de su cama para que me sentara en su verga. Luis deslizaba poco a poco, pero en el momento que deje de quejarme me la dejo ir toda la verga. Al fin pudo hacerme su mujer. Adopte el rol pasivo afeminado y regularmente tenemos sexo gay cada semana. A partir de esa noche, Luis se convirtió en mi pareja activo-dominante. Luis me compra lencería para que se la luzca y esté listo para darle las nalgas siempre que el tenga ganas.
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