Cada vez que se me presenta la ocasión aprovecho, y busco inventarme algo nuevo para que sabrosamente me den por el culo.
Un joven al que le gusta que le maten las lombrices a palo, recuerda como desde preadolescente, aprovechaba cualquier oportunidad u ocasión para que le den por el culo..
Cuando era adolescente, para lograr que un pariente me penetrase, aprendí a usar alguna estrategia que la gran mayoría de las veces, me dieron muy buenos resultados.
Desde que era preadolescente, descubrí el gran placer que me producía el ser penetrado por mis amiguitos, y alguno que otro chico mayor que yo.
También me di cuenta, que en ocasiones los chicos si estaban en grupo, preferían burlarse de los que tenemos el gusto de que nos den por el culo, y en más de una ocasión vi cómo además llegaban a golpearlos, en lugar de metérselo.
Pero estando a solas era otra la historia, ya que gustosamente le daban por el culo y los ponían a mamar, y mientras más afeminado era el chico, más disfrutaba quien se lo metía.
Por lo que me di cuenta que practicar la lucha libre, sencillamente era una manera de calentarlos, al punto que, si estábamos a solas, de seguro terminaban por penetrarme, supuestamente en contra de mi voluntad.
Pero no podía ir invitando a todo el que se me atraviese, a mantener un encuentro de lucha libre, ya que se vería algo raro.
De todo eso me fui dando cuenta estando en compañía de mis primos mayores, ya que la primera vez que me pasó, uno de ellos me invitó a jugar a la lucha libre, diciéndome que me iba a enseñar la llave Doble Nelson.
En ese momento, ni me pasó por la cabeza que iba a terminar dejando que mi primo me penetrase.
Aunque ya en el colegio había comenzado a quedarme viendo los miembros de mis compañeros de equipo en las duchas, luego cuando se dieron cuenta de eso, algunos eran mayores que yo, comenzaron a agarrarme las nalgas, y al poco tiempo ya me estaban penetrando y poniéndome a mamar sus vergas.
Por lo que procuraba ser uno de los últimos en usar las duchas, y cuando entraba el chico que me interesaba, dándole la espalda a él, comenzaba a enjabonar bastante mis nalgas y el hueco de mi culito.
Y en eso, que accidentalmente se me cae el jabón, por lo que, al inclinarme para recogerlo, casi de inmediato sentía su miembro pegado a mis nalgas.
En ocasiones, con voz aflautada, le pedía que me soltara, aunque de manera no muy convincente, pero al mismo tiempo restregaba mis paradas nalguitas contra su cuerpo.
Por lo que irremediablemente en un abrir y cerrar de ojos, ya me había penetrado, así que mientras hacía que estaba llorando, le pedía que me lo sacase, al mismo tiempo supuestamente luchaba por zafarme de su abrazo, y él más adentro me enterraba toda su verga, una y otra vez.
En más de una ocasión me pasó que estando siendo penetrado por alguno de mis compañeros de equipo, en las duchas, llegaba otro y al vernos me obligaba a que me pusiera a mamar su verga, con el cuento de que si no lo hacía se lo contaría a todos los demás chicos del equipo.
Eventualmente fuimos descubiertos por el encargado de la limpieza, que nos descubrió, cuando mi tres de mis compañeros de equipo, me tenían sometido, ya que mientras uno me daba por el culo, a otro le mamaba su verga, y al tercero lo masturbaba.
Después de que mis compañeros se retiraron de las duchas, me tuve que quedar para complacerlo, ya que dijo que de no hacerlo, él iría donde la señora directora y le contaría todo.
Por lo que esa fue mi primera vez, pero no la última que estuve con un hombre adulto, dentro del colegio, ya que además de él también dejé que par de maestros me comieran el culo.
Por lo que cuando uno de mis primos mayores, comenzó a aplicarme un sin número de llaves de lucha libre, y en una de esas, mientras me tenía bocabajo sobre su cama, me bajó los pantalones cortos que estaba usando dejando mis nalgas descubiertas, sin pensarlo mucho, aunque pidiéndole que me soltara, comencé a restregar mis paradas nalguitas contra su cuerpo.
Por lo que a los pocos segundos ya mi primo me estaba penetrando divinamente, mientras que yo le pedía que me lo sacara, pero de manera no muy convincente.
Y al igual que en el cole, un día mientras mi primo me tenía bien clavado por el culo, llegó otro de mis primos, y al vernos me puso a mamar su verga.
Por lo que con el pasar del tiempo fui desarrollado otras estrategias, para lograr el mismo fin.
Luego de cumplir los 18, me di cuenta de que, si la gente pensaba que estaba borracho, más de uno quería aprovecharse de esa situación.
Por lo que fui experimentado diferentes maneras, como desde quedarse sin sentido, pasando por el cambio de personalidad, hasta ser un hombre de palabra, borracho, pero de palabra.
En una ocasión, estando de vacaciones, me encontraba visitando la finca de unos parientes, aunque ellos se encontraban de viaje, fui recibido por el administrador de la finca.
Su manera de ser era bastante seca, pensando que remotamente tuviera la oportunidad de acostarme con él, se me ocurrió estando en el pueblo invitarlo a que nos tomásemos unos tragos.
Pensé que con eso se pondría más relajado, pero que va, aunque tomó hasta más que yo, seguía actuando de manera muy seria, es más ni tan siquiera se reía de los chistes o cuentos de doble sentido, que yo le hacía.
Ya estaba por darme vencido, cuando en cierta manera cuando él fue a orinar, yo me quedé sentado a la mesa como si estuviera dormido, la verdad es que si sentí algo de sueño.
Pero cuando él regresó a la mesa, le comentó al dueño o encargado de la barra donde nos encontrábamos. “Mira este ya se durmió, ahora me toca llevarlo a la casa, y meterlo a la cama.”
Fue cuando la dueña del negocio, le dijo. “Si, ahora lo llevas a la casa, le quitas toda la ropa, lo acuestas, y para que aprenda a no dormirse cuando está bebiendo se lo metes por el culo.”
Me pareció escuchar una ligera risa de parte del administrador y luego decirle a la señora. “Doña, no diga eso ni jugando, que usted sabe cómo son por aquí, después comienzan a vacilar a uno diciéndole, él come culo y eso no es nada gracioso, aunque sea verdad.”
En ese instante decidí seguir haciéndome el dormido o, mejor dicho, el bien borracho.
Cuando entre él, con la ayuda de la dueña del bar, me llevaron hasta la camioneta, sentí su mano agarrándome las nalgas.
Y mientras caminaban conmigo casi arrastrando mis piernas el administrador comentó. “Las tiene duritas, y bien formadas.”
Cuando la vieja le preguntó de qué hablaba, él dijo. “Sus nalgas son bien duritas y formadas.”
La vieja del bar, dijo riéndose. “Él come culo ataca de nuevo.”
Tras meterme en la camioneta el administrador dijo. “Lo más probables es que sí.”
Durante el trayecto el administrador trató de ver si yo estaba bien dormido tratando de buscarme conversación, pero yo actué lo mejor que pude, quedándome tal como estaba.
Al llegar a la casa, como estábamos solos, me cargó como si yo fuera un saco de papas.
Entró a la casa y se dirigió directamente al dormitorio que yo ocupaba, me colocó en la cama, y tras irse a cerrar la puerta, regresó.
Yo permanecí tal y como me había dejado, de momento lo siento que comienza a soltar la correa de mi pantalón, me quitó los zapatos y poco a poco me fue desvistiendo, de cuando en cuando me sacudía para ver si yo despertaba, pero yo apenas respondía.
Así siguió hasta dejarme completamente desnudo, me colocó boca abajo y me abrió las piernas.
Por un corto momento no lo sentía cerca de mí hasta que me dio la impresión de que también se estaba quitando toda su ropa, luego sentí como se fue montando poco a poco sobre la cama.
Lo siguiente que sentí sobre mis nalgas y mi esfínter, fueron sus dedos, al parecer embadurnados creo que en vaselina.
Después de eso se debió colocar tras de mí, mientras de seguro con una mano guiaba su verga en dirección a mi culo, con la otra separaba mis nalgas y dejaba mi esfínter ante su vista.
A los pocos segundos, sentí su caliente y dura verga como me penetraba por el culo, en esos instantes no pude seguir haciéndome el dormido, por el dolor tan intenso que sentí.
Su miembro debía ser una cosa descomunal, como para que me doliera tanto.
Ya estando bien encajado por su verga, y con sus manos amarrándome por las caderas, cuando yo haciéndome el que me despertaba sin saber que sucedía, le preguntaba insistentemente entre dormido y despierto, como si estuviera de verdad borracho, qué pasaba.
El administrador, ya había comenzado a meter y sacar sabrosamente toda su verga de mi adolorido culo, me decía. “Nada no pasa nada, sigue durmiendo.”
Por mi parte me movía como quien quiere zafarse, pero la verdad es que lo hacía para sentirlo mejor dentro de mí.
Me quejaba, y nuevamente preguntaba que pasaba, y el muy hijo de la gran puta me decía. “Nada, me pediste que te diera por el culo, y te estoy complaciendo.”
La verdad es que lo disfruté una enormidad, hasta el punto en que se vino, dejándome todo mi culo por dentro y por fuera lleno de su leche.
Después de eso dormí plácidamente, al día siguiente al levantarme me di un buen baño, me aseé, y tras secarme salí de la habitación, con una pequeña toalla colocada en mí cintura.
Nuevamente el administrador actuaba mucho más serio, que, de costumbre, es más se veía que estaba molesto.
Después de darle los buenos días, le comenté que al parecer me habían pasado los tragos, pero al verlo tan serio y molesto, le pregunté, haciéndome el tonto ¿Que le sucedía?
Comenzó por decirme, que después de salir del bar, yo me hice el dormido en la camioneta, pero que me desperté al llegar a la casa, que entré a mi habitación y tras quitarme toda la ropa.
Me dirigí completamente desnudo, donde él se encontraba, y sin más ni más lo sorprendí, bajándole el pantalón y los interiores, para dedicarme a mamar su miembro.
En ese momento, le dije que él estaba mintiendo, ya que en ningún momento le mamé su verga.
Entonces riéndose me dijo, o sea que si te acuerdas de que me dejaste que te comiera el culo, y yo no capté que se burlaba de mí, le respondí algo molesto que sí.
Fue cuando me di cuenta de que me estaba vacilando, se agarró su miembro por encima de la tela del pantalón, y me dijo. “Bueno anoche no me lo mamaste, pero que te parece si ahora lo haces, antes de que te vuelva a dar por tu apretado, y sabroso culito.”
Yo la verdad, pensé en engañarlo diciendo que él se había aprovechado de mi borrachera, y me había sodomizado, en contra de mi voluntad.
Por lo que sonriéndole y dejando caer la pequeña toalla, me le acerqué, bajé a cremallera de su pantalón, y extraje su grueso, y largo miembro, para metérmelo dentro de mi boca, por un buen rato, para después de manera gustosa dejar que me volviera a clavar su sabrosa verga.
En otra ocasión, contraté a un tipo, para que me ayudase a pintar mi apartamento, y para hacerles el largo cuento, más corto les diré que ya al finalizar, comencé a quejarme de un fuerte dolor de espalda.
Mi ayudante me llevó a la cama, y al tiempo que le pedí que me diera un masaje con aceite en la espalda, me quité los pantalones e interiores, dejando mis nalgas ante sus ojos.
Me recosté bocabajo en mi cama, y él comenzó a pasarme el aceite, por la espalda y mis caderas, aunque se noté que se encontraba algo incomodo por estar de pie a un lado de la cama.
Fue cuando le sugerí que se subiera a la cama, y separando mis piernas, le dije que se colocara tras de mí, ya estaba por hacerlo cuando le sugerí que se quitase el pantalón para que no se le fuera a manchar con el aceite, cosa que hizo de inmediato.
La cosa es que, entre comenzar a darme los masajes desde mis muslos hasta mi nuca, en cierto momento, aun a pesar de no haberse quitado los interiores, sentí su parada verga contra mis nalgas.
Por lo que solo bastó que yo levantase ligeramente mis nalgas, para que él se deshiciera de sus interiores, y me clavara sabrosamente toda su verga.
La que como por arte de magia, le dije que me quitó el dolor de espalda, cosa que yo le agradecí, posteriormente dándole una buena mamada.
Por lo que cada vez que se me presenta la ocasión aprovecho, y busco inventarme algo nuevo para que sabrosamente me den por el culo.
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